Trabajadores que salen de planilla pueden seguir afiliados a su EPS si pagan monto adicional

El recargo es de entre el 15% al 20% de la cuota inicial, de acuerdo a las características de cada persona, informó Fernando Muñoz-Nájar, Gerente de la Asociación de EPS. El costo de este servicio se determina de acuerdo a la edad y salud de las personas.

José Carlos Reyes
jose.reyes@diariogestion.com.pe

Cuando un trabajador deja de estar en planilla puede continuar con su cobertura de EPS, pero deberá pagar un monto adicional a su cuota mensual, informó el Gerente General de la Asociación de EPS, Fernando Muñoz-Nájar.

El recargo es de entre el 15% al 20% de la cuota inicial, de acuerdo a las características de cada persona, indicó el ejecutivo. “El costo de una EPS es calculado técnicamente, no en base al sueldo de las personas, sino en base a su edad y las enfermedades que pueda tener”, refirió.

“Las personas tienen la idea de que las EPS son solo para los empleados en planilla y eso no es cierto. Hay la posibilidad de afiliarse a la EPS potestativamente, sin ser empleado de una empresa o tras dejar de ser empleado de una empresa, se puede seguir afiliado pagando una cantidad por su cuenta”, subrayó Muñoz-Nájar.

En el caso tradicional de la afiliación de un trabajador en planilla, además de la cuota pagada por el trabajador, el empleador también entrega a la EPS un monto equivalente al 2.25% del sueldo del trabajador. Ese 2.25% es descontado del 10% de aporte que hace la empresa a Essalud, por lo que no afecta la remuneración del trabajador.

El ejecutivo informó que la afiliación de personas a las EPS continúa en crecimiento, pues el 2014 aumentó en 6% respecto al 2013. Hasta junio del 2015 son 845,000 los afiliados a las EPS, entre titulares y derechohabientes.

Agregó que el objetivo de las EPS es alcanzar al universo de los 4.5 millones de trabajadores en planilla a nivel nacional, además del grupo de trabajadores independientes.

Muñoz-Nájar informó que este 3 y 4 de setiembre se realizará en Lima el segundo Congreso Anual de Innovación en el Sector Salud (CAISS), organizado por Seminarium Perú y la Asociación de EPS. En el congreso se analizarán las nuevas tecnologías en salud, tanto a nivel nacional e internacional, así como propuestas de mejora en la legislación para elevar la cobertura de salud.

Ver video en: gestion.pe

Mexicano le responde simbólicamente a Donald Trump “cómo viola, roba y se droga”

En un video, compartido ya muchas veces en las redes sociales, muestra a un obrero mexicano- que trabaja en Estados Unidos – enviando un mensaje a Donald Trump, luego de sus polémicas declaraciones en contra de los mexicanos.

En imágenes se observa al hombre diciéndole unas cuantas verdades al magnate mientras levanta un pesado martillo en la construcción de una casa bajo un inclemente sol: “(…) La pinche semana gano USD $ 1,100.00 y el gobierno me quita USD $ 350.00 para darle de tragar a su bola de desempleados, drogadictos, gueyes (…)”.

https://youtu.be/E1kG7_tGdtw

Jornada Laboral: Trabajar para vivir en el planeta sueco

Holmqvist, empleado de la agencia espacial, organiza su jornada laboral en función de sus necesidades familiares

trabajo suecia

La cara del pequeño y rubísimo Tom es un poema. Su padre, Tobías Holmqvist, está a punto de cruzar la puerta de casa y de marcharse al trabajo. A sus dos años y medio, este acontecimiento cotidiano corre el riesgo de convertirse en drama en cuestión de segundos. Holmqvist se toma su tiempo y con suaves palabras evita el estallido. Al fin y al cabo, no tiene por qué agobiarse. Su jefe no le va a controlar si llega cinco minutos o media hora más tarde al trabajo. Porque el jefe de Holmqvist no le dice cuándo tiene que entrar ni salir. Ni si tiene que trabajar en la oficina o si puede hacerlo en su casa después de acostar a los niños. Le exige simplemente que haga bien su trabajo y que lo entregue a tiempo. De momento, Holmqvist cumple con los objetivos que le marca la empresa de tecnología espacial en la que trabaja. Esta forma de organizarse no es ninguna excepción en Suecia. Aquí, salir pronto de la oficina, la flexibilidad horaria y el teletrabajo son la norma.

Son las ocho de la mañana, y Holmqvist se dirige ya al metro que le llevará hasta su oficina, en la otra punta de Estocolmo. Hoy es un día especialmente caluroso. Por lo demás, se trata de un día cualquiera en la vida de un trabajador sueco cualquiera. La normalidad en la que habita Holmqvist es, sin embargo, marciana en muchos aspectos para el trabajador español medio, atrapado en la cultura del presencialismo, según la cual, cuantas más horas pasas en la oficina, mejor trabajador se supone que eres.

Aquí por el contrario, no se lleva quedarse a trabajar hasta tarde y mucho menos calentar la silla, estar para figurar. Es más, en Suecia, como en buena parte de los países europeos, quedarse en la oficina después de las cinco de la tarde está mal visto. Lejos de generar admiración, es síntoma inequívoco de ineficiencia y de falta de responsabilidad con la familia y con la sociedad. Porque aquí, criar a ciudadanos sanos es un deber cívico a la altura de pagar impuestos.

“Trabajo 40 horas a la semana y cuando tengo mucha carga de trabajo hasta 50, pero mi horario es completamente flexible. Si no tuviera esta libertad, no trabajaría aquí”, sentencia Holmqvist, que a sus 37 años dice no estar dispuesto a perderse una tarde con Tom y con Hugo –su segundo hijo de nueve semanas- por nada del mundo. Marie, su mujer, es reumatóloga y disfruta ahora de su permiso de maternidad.

Él calcula que pasa en la oficina unas 30 o 35 horas a la semana. El resto, lo hace desde casa. “Si tengo asuntos pendientes, trabajo por las noches. Pero si no, no hago nada”. Hay días que ni siquiera va a la oficina. “No me compensa ir y volver si no tengo alguna reunión”, explica este economista de clase media que, como tantos suecos, masca tabaco y es aficionado al fútbol. Los días que sí va, sale en torno a las cinco de la tarde.

“Aquí es muy raro que te ofrezcan un coche de empresa, pero es muy normal que las empresas que quieren atraer a los mejores trabajadores ofrezcan días libres o jornadas más cortas, ayudas a los padres y en general libertad para fijar los horarios”, explica Holmqvist. Cuando se le explica que en España mucha gente trabaja hasta las siete o las ocho de la tarde, simplemente no lo entiende. No entiende cómo la gente se ocupa de sus hijos o de sus padres o cuándo hace deporte o va al cine y no acaba tampoco de comprender la lógica del sistema. “Si estás obligado a quedarte hasta las ocho, no hay incentivos para ser eficiente. ¿Para que voy a ser eficiente si me voy a tener que quedar igual hasta las tantas?”. Tampoco entiende cómo los avances tecnológicos no han supuesto cambios drásticos en países como España. “La presencia ha perdido importancia. Hoy en día estamos conectados todo el tiempo. A golpe de teléfono, videoconferencia, Internet, lo que sea”.

En Suecia, como en buena parte de Europa, quedarse hasta tarde en la oficina está mal visto. Lejos de generar admiración, es síntoma inequívoco de ineficiencia

Es cierto que Holmqvist pertenece a la clase media y que entre los trabajadores peor remunerados las facilidades son menores. Es cierto también que Suecia es en cierto modo un caso especial. Que hay una parte de este modelo que tiene que ver con las generosas ayudas del Gobierno y las empresas suecas a las familias, fruto de una fortaleza económica difícilmente extrapolable a países como España. Pero también es cierto que hay otra parte que tiene que ver exclusivamente con la forma de organizarse y de entender las relaciones laborales y hasta el sentido de la vida.

No es que en Suecia todo sea de color de rosa ni que no haya empresas suecas con conflictos laborales de toda índole. Pero, en general, priman unas relaciones laborales cimentadas en la confianza mutua y no en el enfrentamiento entre la dirección de la empresa y el trabajador. Aquí, flexibilidad no significa que el empresario tenga poder absoluto para hacer y deshacer los horarios. Significa que jefes y subordinados se organizan de manera lo más beneficiosa posible para ambos, en un ejercicio de reconocimiento de las necesidades mutuas en el que predomina el sentido común sobre la autoridad como argumento.

A las diez de la mañana hay reunión en la oficina de Holmqvist. Están unificando el sistema de ventas y control financiero y van a repasar las fórmulas. Holmqvist se presenta con su ordenador portátil, que lleva siempre a cuestas, y lo conecta a la gran pantalla de la sala para que los demás puedan ver lo que preparó el día anterior en casa. La reunión dura una hora larga sin apenas charleta ni rodeos.

Dos despachos más allá se sienta Jonas Strömfelt, el jefe de Holmqvist, y alto cargo de la Swedish Space Corporation, una empresa de capital público y gestión privada que fabrica motores para combustible ecológico espacial y opera radares en medio mundo (Estados Unidos, Chile, Alemania, Australia…). Él mismo trabaja uno o dos días a la semana desde casa. “A veces, si trabajo por la noche, al día siguiente voy tarde a la oficina o no voy, sobre todo si hace buen tiempo”, se ríe.

No me compensa ir y volver si no tengo alguna reunión

Strömfelt es un firme defensor de la flexibilidad y la conciliación de la vida laboral y la personal. “En general, cuando a la gente le das libertad, se vuelve más creativa”. ¿Hay también trabajadores que abusan y se escaquean? “Claro que sí. Este sistema es positivo si la gente es responsable. No todo el mundo encaja; hay gente que necesita que la controles. Si Tobías no cumpliera con sus objetivos, no le daría tanta libertad”.

Kerstin Bergqvist, jefa de contabilidad de la empresa, tampoco concibe un régimen laboral con horarios fijos ni que el horario de un jefe marque el de los demás. “Mis subordinados no tienen por qué quedarse hasta tarde”, opina. “Cumplen mejor cuando se organizan ellos”. Este año, su madre, que vivía lejos de Estocolmo, enfermó, y Bergqvist anunció a sus jefes que trabajaría desde allí tres semanas. “Podía haberme cogido un permiso por enfermedad de un familiar, que en Suecia es remunerado, pero preferí seguir trabajando a distancia mientras cuidaba a mi madre. Y a la empresa le vino bien, porque el trabajo siguió saliendo adelante”.

Nuestro sueco medio, Holmqvist, pasa un rato más frente al ordenador. A las doce llega la hora del almuerzo. En la planta de arriba de la oficina hay instalado un luminoso comedor con microondas y máquinas de café. Allí desenfundan los trabajadores sus tarteras, cargadas con las sobras de la cena del día anterior. Holmqvist ha olvidado hoy la suya y baja a comer a una cantina que hoy, como cada jueves, sirve sopa de garbanzos con crêpes, un plato tradicional sueco. Media hora después, su bandeja está vacía. Se levanta y se disculpa: “Tengo que volver al trabajo”.

Es muy normal que las empresas que quieren atraer a los mejores trabajadores ofrezcan días libres o jornadas más cortas

Porque cuanto antes vuelva, antes se va a casa a ver a sus hijos, a los que dice estar muy unido. Después de nacer su primer hijo, Holmqvist disfrutó de una baja de paternidad de 11 meses. Cuando nació el segundo, disfrutó de 10 días de permiso y luego de un mes más en el que le dijo a su empresa que cobraría el 50% a cambio de no pisar la oficina en un mes. El permiso de paternidad verdadero se lo guarda para el año que viene -planea pasar 13 meses con sus hijos-.

Los legisladores suecos hace tiempo que llegaron a la conclusión de que fijar extensos permisos de paternidad para hombres contribuye a que el empresario evite la tentación de discriminar a las mujeres en edad fértil, porque saben que tanto ellos como ellas desaparecerán durante un tiempo cuando nazcan los bebés.

Si Tom o Hugo, el pequeño, se ponen enfermos, Holmqvist no tiene que hacer malabarismos a altas horas de la noche para encontrar a alguien con quien colocar al niño y no faltar al trabajo. Al contrario, en Suecia faltar al trabajo por la enfermedad de un hijo tiene un verbo propio: vab. Si un padre no hace vab varias veces al año, probablemente sus compañeros le mirarán mal por descuidar sus obligaciones como padre. Por eso, cuando el termómetro sube, Holmqvist llama a la oficina, dice que “hoy vab” y que se quedará en casa.

Este sistema funciona por voluntad política, una fuerte inversión del Estado y una cultura que sitúa a las personas y sus circunstancias por encima de su papel de trabajadores. Pero funciona también por pura necesidad. En Suecia, como en otros países nórdicos, contratar a una persona para que cuide a los niños en casa o los recoja a la salida del colegio, aparte de estar mal visto, es simplemente prohibitivo. Los salarios y costes de la seguridad social hacen que una familia de clase media ni se plantee contratar a una cuidadora. En la patria de Ikea, la tienda que obliga a los compradores a montarse sus propios muebles, de la limpieza y del cuidado de los hijos también se encargan los propios miembros de la familia. Por eso, si a las cinco de la tarde el niño sale del colegio, al trabajador no le queda más remedio que ir a recogerle. Y al empleador, le queda escaso margen de actuación.

En Suecia faltar al trabajo por la enfermedad de un hijo tiene un verbo propio: vab. Si un padre no hace vab, sus compañeros le mirarán mal

Al tradicional sistema de organización nórdico se le suma además desde unos años un factor añadido: la moda, sobre todo entre las clases medias urbanas, explica Marie, la mujer de Holmqvist. “Hay casi una obsesión por pasar el mayor tiempo posible con los niños. Aquí está claro que ser un buen padre no es traer un buen sueldo a casa, sino dedicarles tiempo. Si dejas a tu hijo a las 7.30 en la guardería y lo recoges a las cinco de la tarde, está mal visto. Hay gente que no se atreve a renunciar al permiso de paternidad por el que dirán los vecinos”.

Últimamente han surgido algunas voces críticas que opinan que la obsesión por el cuidado de los hijos está yendo tal vez demasiado lejos. “Se puede llegar a excesos, pero hay una idea de largo plazo, de la importancia de que la sociedad eduque a sus hijos”, explica Víctor Lapuente, investigador en el Instituto de Calidad de Gobierno de la Universidad de Gotemburgo. Lapuente destaca una ventaja adicional fruto de su experiencia entre suecos: “Aquí el ambiente de trabajo es bueno porque todos se cogen baja paternal y eso es una cura de humildad. Aquí nadie se puede sentir tan importante como para ser imprescindible. Todos somos iguales y todos fregamos nuestros platos”.

Con hijos o sin hijos, lo cierto es que el reparto del tiempo es un tema que entra de lleno en las campañas electorales porque se considera un asunto clave del Estado de Bienestar y de la calidad de vida de los ciudadanos. “En Suecia, la distribución de las horas de trabajo y los permisos parentales son una cuestión política, muy presente en las campañas electorales”, dice Marie. “Es un asunto público, no privado. Tenemos claro que es un tema que debe estar legislado”.

En la patria de Ikea, la tienda que obliga a los compradores a montarse sus propios muebles, de la limpieza y las tareas domésticas también se encargan los miembros de la familia.

A las cuatro de la tarde la oficina de Holmqvist se empieza a vaciar y en torno a las 17.30 se han ido casi todos los trabajadores, coincidiendo con la hora punta. En Estocolmo es entre las cuatro y las cinco cuando los coches se amontonan en las calles de vuelta a casa del trabajo y en el metro hay más apreturas. Unos vuelven a casa a ver a la familia. Otros viajan con algún instrumento colgando o con la ropa de deporte camino de alguna actividad. A esa hora tarde, Holmqvist entra sudoroso con la mochila a cuestas por la puerta de su casa.

Los miércoles juega al fútbol en una liguilla municipal pero, por lo demás, los hijos han cambiado su ritmo de vida. “Antes corríamos la maratón, así que entrenábamos mucho por las tardes, íbamos al cine y leíamos un montón”, cuenta Marie. Ahora dedican las horas libres a la crianza.

A media tarde se pone en marcha el dispositivo de cierre del día. Cena, baño, dientes, un cuento y a la cama. A las ocho de la noche, Tom duerme plácidamente. Es el momento en el que Holmqvist saca el ordenador de la mochila negra y reanuda su trabajo porque hoy tiene asuntos pendientes. En concreto, un informe financiero que tiene que entregar mañana. Preferiría no tener que hacerlo, pero entre haberse quedado en la oficina hasta las ocho y no ver a su hijo antes de acostarse o hacerlo ahora, no duda ni un instante. “No podría vivir de otra manera”.

Horarios pactados con el jefe

Los datos de la agencia de la Unión Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) dejan poco lugar a dudas de que el planeta en el que habita Tobías Holmqvist se parece más bien poco al del español medio. A la encuesta Europea de Eurofound sobre la Calidad de Vida (2012), un 62,5% de los suecos aseguraron que tenían flexibilidad para fijar la hora de entrada y de salida del trabajo. En España sin embargo fue un 37, 3% el que respondió de forma afirmativa a la misma pregunta. Un 71,1% de los suecos dijo además poder acumular horas de trabajo para disponer de tiempo libre más adelante. Entre los españoles, apenas un 24,5% dijo poder hacerlo.

A la encuesta europea sobre las condiciones de trabajo (2010) también de Eurofound, el 37,5% de los suecos aseguró que su horario lo fija su empleador, mientras que el 40,1% dijo que sus horarios son adaptables, aunque con ciertos límites. En el caso de España, el 73% de los encuestados dijo que su horario lo fija unilateralmente el empleador, mientras que en el 7% de los casos el horario es adaptable aunque con limitaciones.

En: elpais.com

Ley del Servicio Civil : Comisión de Trabajo del Congreso y un serio revés en la profesionalización del servicio público

Interesante: Se entiende que los servidores pertenecientes a las carreras especiales fiscal y judicial (fiscales y jueces de carrera, abogados de profesión) estén exentos de la aplicación de la Ley del Servicio Civil, sin embargo, no se entiende por qué motivo los trabajadores administrativos de ambas instituciones públicas debieran ser excluidos de la misma.

Constitucionalmente se entiende la autonomía del Ministerio Público, sin embargo, aquella no debería ser interpretada como si se tratara de una isla intocable exenta de las normas del sistema administrativo de gestión de recursos humanos.

La Ley del Servicio Civil busca la profesionalización de los servidores públicos a fin de mejorar el servicio al ciudadano a través de la necesaria regulación en temas tan importantes para los servidores civiles como un procedimiento disciplinario único, línea de carrera y orden en el actualmente caótico sistema de remuneraciones en el sector público.

En relación a esto último se apunta a una mejora en las compensaciones a fin de que el servidor civil obtenga dos aguinaldos equivalentes a un sueldo completo por fiestas patrias y navidad (que actualmente asciende solo a S/. 300.00 nuevos soles), derecho a capacitaciones (materialmente inexistentes), evaluación objetiva basada en el desempeño (no es un examen escrito de conocimientos), hasta 2 capacitaciones obligatorias de no obtener una evaluación satisfactoria, una mayor base de compensaciones pensionable al 100% (a diferencia del actual e injusto pago por CAFAE),  Compensación por Tiempo de Servicios – CTS (que beneficia principalmente a los CAS que nunca gozaron de este beneficio) etc. 

Hay que tomar en cuenta que esta decisión (Dictamen sobre el Proyecto de Ley que busca la exclusión del Ministerio Público respecto de la Ley N° 30057) ha sido tomada en el seno la Comisión de Trabajo y Seguridad Social del Congreso de la República a fin de que sea agendada para su posterior debate y posible aprobación en el pleno del Congreso.   

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Enrique Mendoza, Carlos Tubino, Yonhy Lescano y Carlos Ramos Heredia

Noticia: Dictamen de la Comisión de Trabajo excluye al Ministerio Público de la Ley Servir

Lima, 13/05/2014.- La Comisión de Trabajo del Congreso aprobó esta tarde la exclusión de la Ley del Servicio Civil (Servir) a los trabajadores del Ministerio Público. La noticia fue comentada por el nuevo Fiscal de la Nación, quien participó en esta reunión.

“El día de hoy la Comisión de Trabajo ha aprobado la exclusión de una ley que reconociendo la naturaleza compleja, reconociendo la especialidad del trabajo que se realiza y sobre todo puntualizando un reconocimiento constitucional que es la autonomía del Ministerio Público”, señaló Ramos en declaraciones a la prensa.

Esta medida generó controversia acerca de que cualquier sector del Gobierno que no quiera ser parte de la Ley Servir podría utilizar este dictamen como precedente, como anteriormente lo hizo el Poder Judicial e incluso los trabajadores del sector salud.

Al respecto, el presidente de esta comisión, el congresista Carlos Tubino, negó que sea viable que cualquier grupo solicite su exclusión de la Ley Servir. “Estamos frente a un caso especial. Son los hacedores de justicia, ellos no están adscritos al Poder Ejecutivo y con ese fundamento es que se dejó de lado al Congreso de la República de la Ley Servir”, explicó.

“Yo al conducir la mesa no acepté que se pusiera el proyecto de ley para excluir a los trabajadores del sector salud en este proyecto de ley. El fundamento es totalmente diferente porque no estamos hablando de trabajadores del Poder Ejecutivo”, agregó.

En: sitiope

Ver además: Consideran un error excluir de la Ley del Servicio Civil a los trabajadores administrativos del Poder Judicial

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PDT PLAME 2.5 2013

La Planilla Electrónica
Es la herramienta informática desarrollada por la SUNAT en la que se registra la información de los empleadores, trabajadores, pensionistas, prestadores de servicios, personal en formación, personal de terceros y derechohabientes. A partir del 1 de agosto de 2011, la Planilla Electrónica se encontrará conformada por la información del T-Registro (Registro de Información Laboral) y la PLAME (Planilla Mensual de Pagos).

El T-Registro
Es el Registro de Información Laboral de los empleadores, trabajadores, pensionistas, prestadores de servicios, personal en formación, personal de terceros y derechohabientes. Comprende información laboral, de seguridad social y otros datos sobre el tipo de ingresos de los sujetos registrados.

PLAME
Se denomina PLAME a la Planilla Mensual de Pagos, segundo componente de la Planilla Electrónica, que comprende información mensual de los ingresos de los sujetos inscritos en el Registro de Información Laboral (T-REGISTRO), así como de los Prestadores de Servicios que obtengan rentas de 4ta Categoría; los descuentos, los días laborados y no laborados, horas ordinarias y en sobretiempo del trabajador; así como información correspondiente a la base de cálculo y la determinación de los conceptos tributarios y no tributarios cuya recaudación le haya sido encargada a la SUNAT. La PLAME se elabora obligatoriamente a partir de la información consignada en el T-REGISTRO.

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Se alista nuevo seguro en AFP

Cobro será el mismo para todos los afiliados. Licitación se realizará el 13 de setiembre. Esperemos que este nuevo concepto se detraiga del porcentaje correspondiente al seguro de vida o, en todo caso, sobre la remuneración luego de habérsele detraido el 10% correspondiente al aporte a AFP.

El 13 de setiembre se realizará la licitación de la prima de seguro colectiva para todos los afiliados a las cinco AFP del mercado, informó la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).

Desde octubre regirá esta única comisión por seguro (invalidez, sobrevivencia y sepelio) para los usuarios, explicó el intendente de la SBS, Héctor Cúsman.

“Actualmente, la comisión por el seguro es de 1.29% en promedio sobre el sueldo mensual, pero luego del concurso esperamos que la tasa baje inclusive más del 15%”, apuntó el funcionario.

GRAN EXPECTATIVA
Ya hay ocho compañías interesadas en el proceso y competirán ofreciendo la menor comisión.

Serán entre cuatro y siete las ganadoras, pues se estableció que toda la cartera de afiliados a las AFP se dividirá en siete tramos, y una aseguradora solo podrá acceder a dos tramos como máximo.

En: Peru21

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