Jornada Laboral: Trabajar para vivir en el planeta sueco

Holmqvist, empleado de la agencia espacial, organiza su jornada laboral en función de sus necesidades familiares

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La cara del pequeño y rubísimo Tom es un poema. Su padre, Tobías Holmqvist, está a punto de cruzar la puerta de casa y de marcharse al trabajo. A sus dos años y medio, este acontecimiento cotidiano corre el riesgo de convertirse en drama en cuestión de segundos. Holmqvist se toma su tiempo y con suaves palabras evita el estallido. Al fin y al cabo, no tiene por qué agobiarse. Su jefe no le va a controlar si llega cinco minutos o media hora más tarde al trabajo. Porque el jefe de Holmqvist no le dice cuándo tiene que entrar ni salir. Ni si tiene que trabajar en la oficina o si puede hacerlo en su casa después de acostar a los niños. Le exige simplemente que haga bien su trabajo y que lo entregue a tiempo. De momento, Holmqvist cumple con los objetivos que le marca la empresa de tecnología espacial en la que trabaja. Esta forma de organizarse no es ninguna excepción en Suecia. Aquí, salir pronto de la oficina, la flexibilidad horaria y el teletrabajo son la norma.

Son las ocho de la mañana, y Holmqvist se dirige ya al metro que le llevará hasta su oficina, en la otra punta de Estocolmo. Hoy es un día especialmente caluroso. Por lo demás, se trata de un día cualquiera en la vida de un trabajador sueco cualquiera. La normalidad en la que habita Holmqvist es, sin embargo, marciana en muchos aspectos para el trabajador español medio, atrapado en la cultura del presencialismo, según la cual, cuantas más horas pasas en la oficina, mejor trabajador se supone que eres.

Aquí por el contrario, no se lleva quedarse a trabajar hasta tarde y mucho menos calentar la silla, estar para figurar. Es más, en Suecia, como en buena parte de los países europeos, quedarse en la oficina después de las cinco de la tarde está mal visto. Lejos de generar admiración, es síntoma inequívoco de ineficiencia y de falta de responsabilidad con la familia y con la sociedad. Porque aquí, criar a ciudadanos sanos es un deber cívico a la altura de pagar impuestos.

“Trabajo 40 horas a la semana y cuando tengo mucha carga de trabajo hasta 50, pero mi horario es completamente flexible. Si no tuviera esta libertad, no trabajaría aquí”, sentencia Holmqvist, que a sus 37 años dice no estar dispuesto a perderse una tarde con Tom y con Hugo –su segundo hijo de nueve semanas- por nada del mundo. Marie, su mujer, es reumatóloga y disfruta ahora de su permiso de maternidad.

Él calcula que pasa en la oficina unas 30 o 35 horas a la semana. El resto, lo hace desde casa. “Si tengo asuntos pendientes, trabajo por las noches. Pero si no, no hago nada”. Hay días que ni siquiera va a la oficina. “No me compensa ir y volver si no tengo alguna reunión”, explica este economista de clase media que, como tantos suecos, masca tabaco y es aficionado al fútbol. Los días que sí va, sale en torno a las cinco de la tarde.

“Aquí es muy raro que te ofrezcan un coche de empresa, pero es muy normal que las empresas que quieren atraer a los mejores trabajadores ofrezcan días libres o jornadas más cortas, ayudas a los padres y en general libertad para fijar los horarios”, explica Holmqvist. Cuando se le explica que en España mucha gente trabaja hasta las siete o las ocho de la tarde, simplemente no lo entiende. No entiende cómo la gente se ocupa de sus hijos o de sus padres o cuándo hace deporte o va al cine y no acaba tampoco de comprender la lógica del sistema. “Si estás obligado a quedarte hasta las ocho, no hay incentivos para ser eficiente. ¿Para que voy a ser eficiente si me voy a tener que quedar igual hasta las tantas?”. Tampoco entiende cómo los avances tecnológicos no han supuesto cambios drásticos en países como España. “La presencia ha perdido importancia. Hoy en día estamos conectados todo el tiempo. A golpe de teléfono, videoconferencia, Internet, lo que sea”.

En Suecia, como en buena parte de Europa, quedarse hasta tarde en la oficina está mal visto. Lejos de generar admiración, es síntoma inequívoco de ineficiencia

Es cierto que Holmqvist pertenece a la clase media y que entre los trabajadores peor remunerados las facilidades son menores. Es cierto también que Suecia es en cierto modo un caso especial. Que hay una parte de este modelo que tiene que ver con las generosas ayudas del Gobierno y las empresas suecas a las familias, fruto de una fortaleza económica difícilmente extrapolable a países como España. Pero también es cierto que hay otra parte que tiene que ver exclusivamente con la forma de organizarse y de entender las relaciones laborales y hasta el sentido de la vida.

No es que en Suecia todo sea de color de rosa ni que no haya empresas suecas con conflictos laborales de toda índole. Pero, en general, priman unas relaciones laborales cimentadas en la confianza mutua y no en el enfrentamiento entre la dirección de la empresa y el trabajador. Aquí, flexibilidad no significa que el empresario tenga poder absoluto para hacer y deshacer los horarios. Significa que jefes y subordinados se organizan de manera lo más beneficiosa posible para ambos, en un ejercicio de reconocimiento de las necesidades mutuas en el que predomina el sentido común sobre la autoridad como argumento.

A las diez de la mañana hay reunión en la oficina de Holmqvist. Están unificando el sistema de ventas y control financiero y van a repasar las fórmulas. Holmqvist se presenta con su ordenador portátil, que lleva siempre a cuestas, y lo conecta a la gran pantalla de la sala para que los demás puedan ver lo que preparó el día anterior en casa. La reunión dura una hora larga sin apenas charleta ni rodeos.

Dos despachos más allá se sienta Jonas Strömfelt, el jefe de Holmqvist, y alto cargo de la Swedish Space Corporation, una empresa de capital público y gestión privada que fabrica motores para combustible ecológico espacial y opera radares en medio mundo (Estados Unidos, Chile, Alemania, Australia…). Él mismo trabaja uno o dos días a la semana desde casa. “A veces, si trabajo por la noche, al día siguiente voy tarde a la oficina o no voy, sobre todo si hace buen tiempo”, se ríe.

No me compensa ir y volver si no tengo alguna reunión

Strömfelt es un firme defensor de la flexibilidad y la conciliación de la vida laboral y la personal. “En general, cuando a la gente le das libertad, se vuelve más creativa”. ¿Hay también trabajadores que abusan y se escaquean? “Claro que sí. Este sistema es positivo si la gente es responsable. No todo el mundo encaja; hay gente que necesita que la controles. Si Tobías no cumpliera con sus objetivos, no le daría tanta libertad”.

Kerstin Bergqvist, jefa de contabilidad de la empresa, tampoco concibe un régimen laboral con horarios fijos ni que el horario de un jefe marque el de los demás. “Mis subordinados no tienen por qué quedarse hasta tarde”, opina. “Cumplen mejor cuando se organizan ellos”. Este año, su madre, que vivía lejos de Estocolmo, enfermó, y Bergqvist anunció a sus jefes que trabajaría desde allí tres semanas. “Podía haberme cogido un permiso por enfermedad de un familiar, que en Suecia es remunerado, pero preferí seguir trabajando a distancia mientras cuidaba a mi madre. Y a la empresa le vino bien, porque el trabajo siguió saliendo adelante”.

Nuestro sueco medio, Holmqvist, pasa un rato más frente al ordenador. A las doce llega la hora del almuerzo. En la planta de arriba de la oficina hay instalado un luminoso comedor con microondas y máquinas de café. Allí desenfundan los trabajadores sus tarteras, cargadas con las sobras de la cena del día anterior. Holmqvist ha olvidado hoy la suya y baja a comer a una cantina que hoy, como cada jueves, sirve sopa de garbanzos con crêpes, un plato tradicional sueco. Media hora después, su bandeja está vacía. Se levanta y se disculpa: “Tengo que volver al trabajo”.

Es muy normal que las empresas que quieren atraer a los mejores trabajadores ofrezcan días libres o jornadas más cortas

Porque cuanto antes vuelva, antes se va a casa a ver a sus hijos, a los que dice estar muy unido. Después de nacer su primer hijo, Holmqvist disfrutó de una baja de paternidad de 11 meses. Cuando nació el segundo, disfrutó de 10 días de permiso y luego de un mes más en el que le dijo a su empresa que cobraría el 50% a cambio de no pisar la oficina en un mes. El permiso de paternidad verdadero se lo guarda para el año que viene -planea pasar 13 meses con sus hijos-.

Los legisladores suecos hace tiempo que llegaron a la conclusión de que fijar extensos permisos de paternidad para hombres contribuye a que el empresario evite la tentación de discriminar a las mujeres en edad fértil, porque saben que tanto ellos como ellas desaparecerán durante un tiempo cuando nazcan los bebés.

Si Tom o Hugo, el pequeño, se ponen enfermos, Holmqvist no tiene que hacer malabarismos a altas horas de la noche para encontrar a alguien con quien colocar al niño y no faltar al trabajo. Al contrario, en Suecia faltar al trabajo por la enfermedad de un hijo tiene un verbo propio: vab. Si un padre no hace vab varias veces al año, probablemente sus compañeros le mirarán mal por descuidar sus obligaciones como padre. Por eso, cuando el termómetro sube, Holmqvist llama a la oficina, dice que “hoy vab” y que se quedará en casa.

Este sistema funciona por voluntad política, una fuerte inversión del Estado y una cultura que sitúa a las personas y sus circunstancias por encima de su papel de trabajadores. Pero funciona también por pura necesidad. En Suecia, como en otros países nórdicos, contratar a una persona para que cuide a los niños en casa o los recoja a la salida del colegio, aparte de estar mal visto, es simplemente prohibitivo. Los salarios y costes de la seguridad social hacen que una familia de clase media ni se plantee contratar a una cuidadora. En la patria de Ikea, la tienda que obliga a los compradores a montarse sus propios muebles, de la limpieza y del cuidado de los hijos también se encargan los propios miembros de la familia. Por eso, si a las cinco de la tarde el niño sale del colegio, al trabajador no le queda más remedio que ir a recogerle. Y al empleador, le queda escaso margen de actuación.

En Suecia faltar al trabajo por la enfermedad de un hijo tiene un verbo propio: vab. Si un padre no hace vab, sus compañeros le mirarán mal

Al tradicional sistema de organización nórdico se le suma además desde unos años un factor añadido: la moda, sobre todo entre las clases medias urbanas, explica Marie, la mujer de Holmqvist. “Hay casi una obsesión por pasar el mayor tiempo posible con los niños. Aquí está claro que ser un buen padre no es traer un buen sueldo a casa, sino dedicarles tiempo. Si dejas a tu hijo a las 7.30 en la guardería y lo recoges a las cinco de la tarde, está mal visto. Hay gente que no se atreve a renunciar al permiso de paternidad por el que dirán los vecinos”.

Últimamente han surgido algunas voces críticas que opinan que la obsesión por el cuidado de los hijos está yendo tal vez demasiado lejos. “Se puede llegar a excesos, pero hay una idea de largo plazo, de la importancia de que la sociedad eduque a sus hijos”, explica Víctor Lapuente, investigador en el Instituto de Calidad de Gobierno de la Universidad de Gotemburgo. Lapuente destaca una ventaja adicional fruto de su experiencia entre suecos: “Aquí el ambiente de trabajo es bueno porque todos se cogen baja paternal y eso es una cura de humildad. Aquí nadie se puede sentir tan importante como para ser imprescindible. Todos somos iguales y todos fregamos nuestros platos”.

Con hijos o sin hijos, lo cierto es que el reparto del tiempo es un tema que entra de lleno en las campañas electorales porque se considera un asunto clave del Estado de Bienestar y de la calidad de vida de los ciudadanos. “En Suecia, la distribución de las horas de trabajo y los permisos parentales son una cuestión política, muy presente en las campañas electorales”, dice Marie. “Es un asunto público, no privado. Tenemos claro que es un tema que debe estar legislado”.

En la patria de Ikea, la tienda que obliga a los compradores a montarse sus propios muebles, de la limpieza y las tareas domésticas también se encargan los miembros de la familia.

A las cuatro de la tarde la oficina de Holmqvist se empieza a vaciar y en torno a las 17.30 se han ido casi todos los trabajadores, coincidiendo con la hora punta. En Estocolmo es entre las cuatro y las cinco cuando los coches se amontonan en las calles de vuelta a casa del trabajo y en el metro hay más apreturas. Unos vuelven a casa a ver a la familia. Otros viajan con algún instrumento colgando o con la ropa de deporte camino de alguna actividad. A esa hora tarde, Holmqvist entra sudoroso con la mochila a cuestas por la puerta de su casa.

Los miércoles juega al fútbol en una liguilla municipal pero, por lo demás, los hijos han cambiado su ritmo de vida. “Antes corríamos la maratón, así que entrenábamos mucho por las tardes, íbamos al cine y leíamos un montón”, cuenta Marie. Ahora dedican las horas libres a la crianza.

A media tarde se pone en marcha el dispositivo de cierre del día. Cena, baño, dientes, un cuento y a la cama. A las ocho de la noche, Tom duerme plácidamente. Es el momento en el que Holmqvist saca el ordenador de la mochila negra y reanuda su trabajo porque hoy tiene asuntos pendientes. En concreto, un informe financiero que tiene que entregar mañana. Preferiría no tener que hacerlo, pero entre haberse quedado en la oficina hasta las ocho y no ver a su hijo antes de acostarse o hacerlo ahora, no duda ni un instante. “No podría vivir de otra manera”.

Horarios pactados con el jefe

Los datos de la agencia de la Unión Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) dejan poco lugar a dudas de que el planeta en el que habita Tobías Holmqvist se parece más bien poco al del español medio. A la encuesta Europea de Eurofound sobre la Calidad de Vida (2012), un 62,5% de los suecos aseguraron que tenían flexibilidad para fijar la hora de entrada y de salida del trabajo. En España sin embargo fue un 37, 3% el que respondió de forma afirmativa a la misma pregunta. Un 71,1% de los suecos dijo además poder acumular horas de trabajo para disponer de tiempo libre más adelante. Entre los españoles, apenas un 24,5% dijo poder hacerlo.

A la encuesta europea sobre las condiciones de trabajo (2010) también de Eurofound, el 37,5% de los suecos aseguró que su horario lo fija su empleador, mientras que el 40,1% dijo que sus horarios son adaptables, aunque con ciertos límites. En el caso de España, el 73% de los encuestados dijo que su horario lo fija unilateralmente el empleador, mientras que en el 7% de los casos el horario es adaptable aunque con limitaciones.

En: elpais.com

Jean Sibelius – Vals Triste

Considerado un excepcional artista en Finlandia, Jean Sibelius desempeñó una función determinante entre finales del siglo XIX y principios del XX en la creación de un estilo musical propio dentro del género. Sobre el valor de su obra, hay posiciones muy encontradas: mientras el crítico y teórico alemán Theodor Adorno le considera un compositor amateur y anticuado, el compositor húngaro Béla Bartók lo sitúa entre los grandes autores de su época.

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Suecia es el primer estado de la UE que reconoce a Palestina como Estado independiente

El Gobierno de Suecia ha decidido este jueves reconocer a Palestina como estado independiente como un «acto de responsabilidad» destinado a impulsar el proceso de paz en Oriente Medio, según ha señalado la ministra de Exteriores sueca, Margot Wallström. Suecia se convierte en el primer Estado de la UE en dar este paso. Israel ha llamado a consulta a su embajador en Suecia. Mientras que la UE señala que reconocerá Palestina cuando sea conveniente.

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El Gobierno sueco ha reconocido oficialmente este jueves al Estado palestino, tal como había anunciado que haría tras la victoria socialdemócrata en las elecciones.

“Con esta decisión, queremos llevar una nueva dinámica al estancado proceso de paz”, ha destacado la ministra de Exteriores sueca, Margot Wallstrom, en declaraciones a los periodistas. El mero anuncio ya había generado críticas desde el Gobierno de Israel, aunque Wallstrom ha dicho que el país nórdico no toma partido en el conflicto.

Suecia, que aspira a abrir la vía del reconocimiento a Palestina en la UE –es el primer país del bloque en dar este paso–, enmarca esta decisión en un “momento crítico”.

Wallstrom ha afirmado que quieren dar un gesto de apoyo a las facciones palestinas moderadas, para que puedan avanzar hacia un estatus similar al del Ejecutivo israelí en el proceso de paz.

La ministra de Exteriores ha advertido de que, en el último año, las decisiones de Israel sobre los asentamientos han “complicado” la solución de dos Estados y “la violencia ha vuelto a Gaza”, escenario de una operación militar este verano con más de 2.000 muertos.

(EUROPA PRESS INTERNACIONAL)

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Kon Tiki – La película (recomendada)

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Es 1947, el mundo es presa de la emoción como el joven aventurero noruego Thor Heyerdahl se embarca en una asombrosa expedición – un viaje de 4.300 millas náuticas a través del Océano Pacífico en la balsa Kon -Tiki . Desde sus días viviendo en las Marquesas con su esposa Liv , Thor sospecha que las islas del Mar del Sur se habían resuelto por los antiguos sudamericanos desde miles de kilómetros hacia el este. A pesar de su incapacidad para nadar y el miedo al agua, Thor decide probar su teoría, navegando en el legendario viaje por sí mismo. Después de replicar el diseño de una antigua balsa de madera, Thor y cinco compañeros de aventuras se embarcan desde el puerto del Callao en el Perú. Su único equipo moderno es una radio y de mascota un loro. Como líder natural, Thor utiliza las estrellas y la corriente del océano para navegar la balsa. Después de tres meses peligrosos en el mar abierto, encontrando furiosas tormentas, tiburones y todos los peligros del océano pueda reunir, la exhausta tripulación llega a la Polinesia triunfalmente.

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Reino de Suecia: DE LOS VIKINGOS AL ESTADO DE BIENESTAR

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Grande ha sido la transformación de este país, que supo ser un reino imperial en el extremo norte de Europa. De los viajes de los vikingos que atravesaron el continente de batalla en batalla para conquistar territorios y hacer negocios, hasta los últimos siglos, en los cuales la blanca Suecia brilló por su apuesta a la paz y, finalmente, el Estado de Bienestar: hoy es uno de los países con mayor calidad de vida del mundo, bajo un criterio de desarrollo y progreso. Tal vez el mismo recorrido que hizo uno de sus personajes más importantes de la historia moderna: Alfred Nobel, quien inventó la dinamita y se convirtió luego en un pacifista militante.

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LA ÉPOCA DE EXPANSIÓN

Los primeros grupos humanos de Suecia llegaron hacia el 12.000 AC y se asentaron en el sur de su territorio, que hasta hacía pocos siglos había estado íntegramente cubierto de hielo. Existen pruebas arqueológicas de pobladores que fabricaban sus propias herramientas de piedra para la caza y la pesca, entre el 8.000 y el 6.000 AC.

Durante la Edad de Bronce Suecia (como el resto de los países nórdicos) gozó de un elevado nivel cultural, según puede deducirse por los objetos encontrados en tumbas de la época. En la Edad de Hierro, y con la aparición de la agricultura, la población de la región se hizo sedentaria. En los siglos siguientes, los suecos se desarrollaron como una comunidad agraria sin mayor peso político fuera de su territorio. En las postrimerías de la Edad de Bronce (500 AC) se erigió el primer centro político de importancia, emplazado en el valle del lago Mälaren, y dominado por los svears.

Entre los siglos IX y XI los vikingos iniciaron sus incursiones hacia el sureste, expandieron sus rutas comerciales y asaltos militares hacía otros países del báltico, y llegaron a regiones tan remotas como Rusia, Estambul y Bagdad, donde comenzaron a vincularse comercialmente con el Imperio Bizantino y los imperios árabes.

Al mismo tiempo llegaban a Suecia las misiones del imperio Carolingio, que impulsaban la cristianización de los pueblos suecos a partir de la tarea evangelizadora. La creencia en los dioses de la mitología sueca subsistió con fuerza por algún tiempo, hasta que en 1164 Suecia tuvo su primer Arzobispo.

Alrededor del año 1000 fue fundado el Reino, a través de la unificación de todas sus provincias, aunque recién trescientos años después la corona sueca alcanzó cierto grado de poder.

LAS GUERRAS NÓRDICAS

Con la derrota y muerte del rey Harald III de Noruega en la batalla de Puente Stamford el 25 de septiembre de 1066, los vikingos fracasaron en su intento de tomar la isla británica. A partir de esa fecha se registra un reflujo de las actividades vikingas en la región y el comienzo de luchas intestinas entre los pueblos nórdicos. Los reyes suecos, comenzaron a expandir sus territorios hacia Finlandia.

En 1350 Suecia se vio afectada por la peste negra, que causó una gran baja demográfica, lo que suscitó una fuerte recesión económica que no mejoraría por largos años, ya que se vieron interrumpidas todas las actividades de la Hansa, la liga que dirigía toda la actividad mercantil de la región.

Durante el reinado de Magnus Eriksson, a fines del siglo XIV, Suecia unió sus territorios con los reinos noruegos y daneses dando origen a la Unión de Kalmar.

Con el correr de los años, los daneses fueron desplazando del poder a los nobles suecos. El descontento de los suecos fue creciendo y no tardaron en dar muestras de descontento por su relegamiento. Entre el 4 y el 10 de noviembre de 1520, las tropas danesas de Cristian II de Dinamarca masacraron a un centenar de nobles suecos en la llamada Masacre de Estocolmo. La matanza profundizó la rebelión contra los daneses y llevó a la proclamación de Gustavo I como rey de Suecia, el 6 de junio de 1523. El nuevo monarca abrazó el protestantismo y favoreció su difusión dentro de Suecia. Las propiedades de la Iglesia fueron confiscadas por la corona y en 1544 comenzó el período de Monarquía hereditaria.

El reino sueco intervino en la Guerra de los Treinta Años, del lado de los protestantes alemanes, y luego se enfrentó a los daneses en la Guerra de Torstenson entre 1643 y 1645. El balance de estas campañas resultó positivo para los suecos, que emergieron como una de las mayores potencias de Europa con control sobre una gran área de las tierras que llegaban a Rusia y el norte de Polonia. Incluso llegó a fundar una colonia en Norteamérica (la actual Delaware).

DE LA DECADENCIA DEL IMPERIO A LA INDUSTRIALIZACIÓN

En 1709 la expansión sueca hacia el este fue frenada por los rusos. El 8 de julio de ese año, los rusos derrotaron a las tropas del rey Carlos XII en la Batalla de Poltava. Luego, Suecia sería derrotada definitivamente por la unión entre Dinamarca, Polonia y Rusia en la Gran Guerra del Norte.

El rey sueco Carlos XII, conocido como el rey guerrero, murió en 1718 durante la invasión a Noruega. Las derrotas bélicas fueron el inicio de la decadencia del imperio sueco. En los años siguientes, los rusos avanzaron sobre los territorios suecos en el oriente, y Finlandia alcanzó su independencia bajo la protección de los rusos.

Como consecuencia de la crisis, el rey concentró el poder y ahogó cualquier manifestación de descontento. La rebelión de los nobles en 1809 facilitó una reforma política por la cual el Parlamento y el Consejo de Estado concentraron el poder, y lograron abolir la monarquía absolutista.

En aquella parte del siglo XVIII Suecia recibió una fuerte influencia francesa, tanto cultural como socialmente. A comienzos del siglo XIX el mariscal francés Jean Baptiste Bernadotte fue elegido heredero del trono de Suecia, lo que ocasionó la anexión de Noruega al reino sueco. En los años siguientes, las guerras napoleónicas causaron el estancamiento del comercio y por consiguiente una crisis rotunda en la economía sueca.

La decadencia del imperio fue sucedida por un periodo de hambre y migración masiva de sus habitantes. Mientras gran parte de Europa comenzaba a industrializarse, Suecia aun contaba con una estructura feudal y agraria. En 1827, la reforma del sistema de propiedad rural facilitó la modernización del agro y una mejora en la productividad. Recién en 1870 comenzaría a desarrollarse la actividad industrial, pero hasta entonces suecia se mantuvo a la saga tecnológica de los países europeos.

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA NEUTRALIDAD EN LAS GUERRAS

Entre fines de este siglo y comienzos del siglo XX, al tiempo que en toda Europa se gestaba la Primera Guerra Mundial, en Suecia nacían distintos movimientos populares, como las iglesias libres, las feministas, los anti-alcoholistas y el movimiento obrero. Este crecimiento coincidió con el pujante proceso de industrialización, y el gran número de exportaciones de productos terminados. Durante esos años, el científico e inventor Alfred Nobel registró alrededor de trescientas patentes, entre ellas la de la dinamita. Luego de su muerte en 1896 gran parte de la fortuna generada por sus inventos fue destinada a la mundialmente reconocida Fundación Nobel. Aunque Suecia se declaró neutral en la Primera Guerra Mundial iniciada en 1914, sus efectos no tardaron en alcanzarla. La tensión política fue en aumento, situación aprovechada por el Partido Socialdemócrata que 1917 pasó a integrar organismos oficiales, consolidando su poder político. El clima de efervescencia favoreció la instalación de un sistema de monarquía parlamentaria en 1921 que disminuyó el poder de la corona.

Suecia mantuvo su neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial, aunque los aliados interpretaron que su posición ambivalente favorecía finalmente a las potencias del Eje. Estos países lanzaron un bloqueo comercial y diplomático cuando Suecia se negó a detener el abastecimiento de materias primas estratégicas y maquinarias al régimen nazi. Sin embargo, al mismo tiempo muchos funcionarios suecos asistieron a numerosos perseguidos por Alemania. El gobierno sueco alegó haber actuado con el único objetivo de impedir que su territorio fuera ocupado por las fuerzas nazis. Su estrategia le permitió llegar al fin de la contienda con su sistema social y económico intacto.

En tiempos de la Guerra Fría Suecia volvió a proclamarse neutral y llevó adelante una política de defensa autónoma de los bloques en disputa. Sin embargo, en los momentos álgidos de la disputa entre occidentales y soviéticos, Suecia tuvo usualmente una postura afín a los primeros.

EL ESTADO DE BIENESTAR Y LA LENTA INTEGRACIÓN A LA UNIÓN EUROPEA

Desde la década de 1940 el conjunto de la política Sueca, encabezado por el Partido Socialdemócrata pero en activa cooperación con el resto de los partidos democráticos, llevó a cabo una larga serie de reformas que fueron fundando, durante dos décadas, el reconocido Estado de Bienestar sueco. En 1974 se instaló una nueva herramienta gubernamental por la cual quedó establecido que todo poder público emana del pueblo, que es el encargado de elegir a sus representantes en el Parlamento mediante elecciones públicas. El poder del rey como Jefe de Estado quedó simplemente como una figura nominal, carente de efecto político. A partir de la década de 1980, el modelo de Estado de Bienestar entró en crisis por el aumento descontrolado del gasto público. Durante esos años se dio el quiebre de la hegemonía de los socialdemócratas, que pasaron a alternar desde entonces con otros partidos democráticos el ejercicio del poder.

En 1986 el asesinato de socialdemócrata Olof Palme, Primer Ministro desde 1982, causó una profunda conmoción en todas las esferas de la vida pública sueca, ya que hacía siglos que no se presentaban hechos de violencia de este tipo.En la década de 1990 se implementó una serie de reformas liberales para dinamizar la economía y permitir que Suecia pudiese ingresar a la Unión Europea.

Al mismo tiempo, a nivel interno, el gobierno conducido por Carl Bildt abandonó la política de pleno empleo, que había caracterizado las décadas precedentes del Estado de Bienestar. La crisis de desempleo tuvo su correlato en una ola de xenofobia sin precedentes.

En 1996 una investigación parlamentaria sacó a la luz que casi 60 mil personas, en su mayoría mujeres, habían sido esterilizadas entre 1935 y 1976, como parte de un plan estatal para evitar la “multiplicación de seres humanos inferiores” y mantener la “pureza de raza” sueca, la cual había sido determinada en 1922 por el Instituto de Biología Racial de Uppsala.

Desde el 1 de enero de 1995, Suecia es miembro pleno del proceso de integración europeo. En 2003, los habitantes de Suecia votaron en un referéndum y rechazaron la adopción del Euro como moneda común, resultado que fue interpretado como un límite al proceso de integración. No obstante, Suecia ha ejercido la presidencia de la Unión Europea entre 2001 y 2009, años en los que priorizó cuestiones económicas y climáticas.

En: tuhistory.com/travel_suecia

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Muerte de pájaros y peces en el mundo

Es cierto que se detonaron cientos de fuegos pirotécnicos en navidad y año nuevo en Perú y algunos otros países, pero, ¿existirá alguna relación entre este hecho y la muerte de tantos pajaros en Estados Unidos, Suecia, Japón, y casi toda la costa del Océano Pacífico? La teoría de la “violencia física extrema” causada por las explosiones de las celebraciones no convence porque lo mismo hubiera ocurrido en Lima para las celebraciones de navidad y año nuevo. Por ejemplo, ¿Por qué no sucedió esto el 4 de Julio en USA? En el Brasil se han reportado casos similares de muerte masiva de animales pero esta vez se trata de peces, ¿también por fuegos artificiales?. Lo mismo ha ocurrido en el rio de Chanchamayo (aparición de miles de peces muertos).

Cuando China inauguró las olimpiadas ¿acaso cayeron muertas las aves de la zona? yo creo que con todo ese espectáculo hubieran caido hasta pollos a la brasa del cielo (exagerando claro). Entonces, en estos últimos días esta situación se ha convertido en un fenómeno global. Todo parecería apuntar a factores contaminantes provocados por la reacción del planeta ante una actitud poco ambientalista del ser humano o bien es consecuencia de un fenómeno natural necesario en el planeta. En ambos casos, estamos involucrados y desgraciadamente representamos a los malos de la película por nuestra negligente “contribución” al planeta.

No sabemos o no queremos saber que somos seres insignificantes sobre la superficie de este planeta, somos demasiado pequeños como para darnos cuenta de ello. Si relativizamos, veremos que el planeta tiene su propio ritmo, su propia dinámica y comportamiento. Los seres humanos tenemos la errónea visión de que con la tecnología hemos adecuado el planeta a nosotros. Ignorancia feliz, ilusión más grande, seguridad aparente. No nos damos cuenta que sólo somos aves de paso en este planeta y que debemos dejarlo mejor o tan igual que cuando lo recibimos cuando llegamos a la vida en este lugar.

Entonces, por vivir en esa aparente seguridad, considero que estamos afectando muchas partes importantes de la gran cadena de eventos naturales que se producen en el planeta, que es un sistema viviente que trasciende a nuestra temporal existencia. Todos estos eventos se encuentran vinculados y están necesariamente conectados, no sólo con acciones sino con sentimientos, como aquello que nos provoca una persona que ha dejado una huella positiva o negativa en nosotros.

Así, doblegando nuestros límites equivocadamente, cometemos el mismo error una y otra y otra vez, rompiendo un equilibrio subyacente a todo. ¿Podría hablarse de algo “cósmico” en este asunto?. Pues creo que sí, ya que el cosmos se entiende como equilibrio (cosmética= búsqueda de la perfección).

Es cierto que existen fenómenos que la ciencia puede explicar, como la lluvia de peces en Australia o de sapos en UK, que se explican por tornados o trombas marinas que capturan a los animales y los dejan caer a grandes distancias de su lugar de origen (fenómeno totalmente verificable).

Retomando otras explicaciones científicas sobre aquello que puede estar afectando a la tierra, se ha señalado que también podría tratarse de una tormenta solar que podría estar afectando el magnetismo terrestre (cinturón de Van Halen), o tal vez la desglaciación y cambios de temperatura, la inclinación del eje terrestre (que afecta la orientación de las aves, confundiéndolas) o alguna emanación tóxica natural del planeta, etc. En suma, creo que un estudio biológico proveerá mayores respuestas sobre la suerte que corrieron estos animales.

Ver: http://dialogue.adventist.org/articles/13_2_lee_s.htm

Es muy evidente que el cambio climático está jugando un papel importante en este asunto, pues parte del problema se encuentra en la depredación de inmensas areas forestales, contaminación ambiental indiscriminada, consumo irracional de materias primas, la enorme sopa de basura ubicada en la mitad de cada océano, etc; pero sobre todo, el mayor problema es la actitud de quienes tienen en sus manos el poder de cambiar esta situación y se rehusan al cambio. Siempre es igual, siempre nuestro progreso implica generalmente depredación, descontrol poblacional y destrucción.

En la afectación del medio ambiente en general, y en la muerte de estos animales sin razón aparente en específico, noto la hipocresía del progreso que señala que esta situación “continúa siendo algo muy extraño” o que es “un fenómeno inexplicable”, pero con responsables evidentes a todas luces: Nosotros mismos.

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