La reforma desde dentro: mejoras en el sector público [INFORME]

La calidad del servicio civil en el Perú ha mejorado en los últimos años, pero aún quedan grandes retos

El funcionamiento del Estado es tan bueno como la calidad de sus servidores públicos. Esta es, de cierta forma, la lógica detrás de la tantas veces demandada reforma del servicio civil. Desde el empleado de menor rango de una municipalidad distrital hasta el ministro de Economía, todos los funcionarios públicos son piezas fundamentales de la relación –explícita e implícita– entre el Estado y los ciudadanos. Por ello la competencia de los servidores estatales, los procesos que determinan sus labores y los sistemas en que se desempeñan tienen un impacto directo en los niveles de corrupción, pobreza, confianza gubernamental y servicios básicos de los que dispone cualquier sociedad.

En el Perú, la reforma del servicio civil ha sido una demanda constante a lo largo de diversas administraciones, pero es recién en los últimos años en que se ha empezado a adoptar un enfoque sistemático y de mediano plazo al respecto. En la medida en que el 41% de los ingresos tributarios se destina al pago del más del millón de trabajadores públicos distribuidos a lo largo de todo el país, el impacto de un cambio estructural positivo en la profesionalización del servicio civil no puede ser sino formidable.

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Infografía en: elcomercio.pe

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En primer lugar, es justo reconocer que la creación de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) en el 2008 fue un paso en el camino correcto. Como menciona Mercedes Iacoviello, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “en un país en el cual habían primado históricamente reformas institucionales que no prosperaron y apoyos inestables en los procesos de implementación, se vislumbraba en aquel momento una reforma coherente, sostenida y progresiva con importantes avances en un breve período”.

Esta investigadora publicó en agosto del presente año un informe en el cual detalla que el Índice de Desarrollo del Servicio Civil (IDSC) en el Perú –el cual mide la calidad de esta función en una escala del 0 al 100– subió de 29 a 41 puntos entre el 2011 y el 2015, ubicándose por primera vez por encima de la media regional de 38 puntos. La mayor parte del progreso se explica gracias a mejores puntajes en los índices de eficiencia y de consistencia estructural –entendida como el grado de solidez e integración del servicio civil para, por ejemplo, jerarquizar los puestos, administrar salarios de manera predecible, invertir en capital humano, etc.–. Ambos indicadores subieron 15 puntos debido a “la disciplina fiscal en un sólido contexto macroeconómico, y a la creciente orientación estratégica que imprime un área rectora con alto nivel de capacidad y legitimidad”.

Aparte de Servir, la Ley del Servicio Civil (Ley 30057) de julio del 2013 ha sido también clave para fortalecer el proceso de reforma de la administración pública. Esta norma establece un régimen único para las personas que trabajan para el Estado que debe ser aplicado de manera progresiva. Entre sus puntos más importantes destaca el máximo de 20% de puestos de confianza como directivos en cada entidad.

Por: Diego Macera-Economista

Lee el informe completo en la edición impresa de El Comercio.

En: elcomercio

La designación por confianza política: El caso peruano y el caso argentino a raíz de la designación de Delfina Rossi como directora del Banco de la Nación Argentina

El Decreto 1625/2015 que la designó señala escuetamente “Desígnase Directora del BANCO DE LA NACIÓN ARGENTINA a la Licenciada Da. María Delfina ROSSI (D.N.I. N° 33.868.892) por un período de ley.” y contiene la firma de la presidenta, Cristina Fernández, del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y del ministro de Economía, Axel Kicillof.

“Feminista, ecologista y de izquierda. Nacida en Argentina, politizada en Barcelona“, se definía Rossi en su cuenta en la red social Twitter, según publicó el año pasado el diario El Ciudadano, de Rosario. Ahora, su perfil señala: “Economist. Nacida en Rosario, Argentina. Politizada en Barcelona.

“Feminista, ecologista y de izquierda. Nacida en Argentina, politizada en Barcelona“, se definía Rossi en su cuenta en la red social Twitter, según publicó el año pasado el diario El Ciudadano, de Rosario. Ahora, su perfil señala: “Economist. Nacida en Rosario, Argentina. Politizada en Barcelona.

En las leyes de empleo público en general existen dos tipos de puestos por los que se ingresa a servir al sector público o servicio civil: 1. Por concurso, es decir, un ciudadano ingresa cumpliendo los requisitos del puesto meritocráticamente a través de un concurso de carácter público, y 2. Por designación o confianza política, lo que técnicamente se conoce como “ibre designación y remoción” y popularmente como designación “a dedo” o “dedocracia”.

En el caso de Delfina Rossi, se ha producido el segundo supuesto. No es que ella haya sido designada Presidenta del Banco, sino que es parte del Directorio, es decir, una más en este órgano colegiado de gobierno del Banco. En estos casos de designación por confianza cualquier persona, hasta el jardinero o el mozo del funcionario que tiene la potestad de designar puede ocupar un puesto en la administración pública sin mayor justificación. A este fenómeno se le conoce como “spoil system” o sistema del botín. En este caso, no busco justificar la designación de Rossi porque me parece injusta, y es que otro profesional con mayor experiencia en banca y finanzas pudo ser designado en dicha posición para el Directorio del Banco de la Nación Argentino. A pesar de ello, considero que la señorita va a aprender muchísimo en temas macroeconómicos y de manejo financiero y fiscal de un país, bien por ella porque eso en un Curriculum Vitae es invalorable. Sin embargo, ella debió cumplir ciertos requisitos para ser designada en el puesto, pero ello no se dio.

En el caso peruano, la Ley del Servicio Civil (Ley N° 30057) evita esas situaciones al exigir requisitos mínimos compatibles con el puesto o labor a ejercer para los puestos de confianza o designación política. Así, en el caso de los servidores de confianza, si bien no hay concurso público, el proceso de selección se limita al cumplimiento del perfil establecido para el puesto por lo que no cualquiera podrá ser servidor de confianza en el nuevo régimen de la Ley del Servicio Civil y aquí creo que hay una cuota de mérito para este tipo de servidores.

Hecha esta comparación, considero que la figura de la confianza en los servidores públicos del Perú ha dado un giro radical donde existe también una cuota de mérito y donde se quiere que solo ingresen los mejor preparados para asumir dichos puestos. Ello ya me parece un enorme avance en contraposición a un sistema donde se designan indiscriminadamente y sin límites como servidores de confianza al jardinero, la empleada del hogar o el testaferro para ocupar cargos de alta responsabilidad en la administración pública. Eso en Perú es un avance y bien por nosotros, y mal por los argentinos.

Ver: Delfina Rossi, ya instalada en el Banco Nación: “El cargo es por confianza política”

Banco de la Nación Argentina – Autoridades

Vea además:

Ley 25.164 Ley de Empleo Público (Argentina)

Ley 30057 Ley del Servicio Civil (Perú)