Guerra: Siniestro en edifico durante los choques en Odesa deja 38 muertos

Dos pilotos ucranios mueren tras ser abatidos con misiles y dos helicópteros en Slaviansk. 30 fallecieron por monóxido de carbono y ocho al saltar por las ventanas.

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El Gobierno interino de Kiev no solo tiene dificultades para atajar la rebelión prorrusa en el este, como demostró la desigual ofensiva de este viernes en Slaviansk; también le estallan en las manos nuevos focos de violencia, como el que este viernes arrasó un edificio en Odesa (sur), con un balance de 38 muertos, según fuentes policiales. Manifestantes prorrusos que habían reventado una marcha por la unidad de Ucrania se refugiaron en un edificio oficial, denominado Casa de los Sindicatos, al que los partidarios de Kiev prendieron fuego. Pocas horas antes, otras cuatro personas habían perdido la vida en choques registrados durante la manifestación.

Tras varios anuncios de una “operación antiterrorista” repetidamente fallida, y en un intento a la desesperada de recuperar el control sobre el este rebelde del país, el Ejército ucranio desencadenó en la madrugada del viernes la “fase activa” de una operación militar contra el bastión de Slaviansk, avanzadilla de los activistas prorrusos. Tras varias horas de combates, en los que los milicianos derribaron con misiles dos helicópteros Mi-24 y acabaron con la vida de dos tripulantes, la situación en Slaviansk era de tensa expectación, apenas rota por el fuego cruzado de la propaganda —uno y otro bando reivindican porciones similares de presencia en las calles, sin que los datos hayan podido contrastarse— y las numerosas barricadas incendiadas en torno a la ciudad, de 130.000 habitantes. El alcalde ‘rebelde’, Viacheslav Ponomariov, elevó a cinco, tres milicianos y dos civiles, el número de muertos en su bando.

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A media tarde, nadie se atrevía a dar la ofensiva por concluida, ni a aventurar próximos objetivos rebeldes del Ejército de Kiev en la región, más allá de un puente recuperado cerca de la ciudad, custodiado por un batallón de 140 soldados y entre ocho y diez blindados a los que decenas de civiles trataron de impedir el paso con sus cuerpos, como muestran varios vídeos caseros publicados en Internet. Kiev afirma haber retomado también el control de una decena de checkpoints, casi todos en la periferia suroriental, por donde Slaviansk comunica con Donetsk y Lugansk, otros dos importantes focos del alzamiento.

“En los barrios del sur están todos metidos en casa, aunque no se oyen disparos desde hace horas y algunas tiendas han abierto”, contaba a media tarde del viernes Inna, estudiante de la Universidad de Donetsk cuya familia vive en Slaviansk. “Las autoridades (rebeldes) les han dicho que no salgan a la calle por lo menos durante el día de hoy (viernes), o hasta que se vayan los soldados”. La “operación de castigo” de Kiev, como fue denominada por el Kremlin, dejó Slaviansk aislada del mundo, con todos los accesos por carretera bloqueados. La anormalidad del tráfico era bien patente incluso a un centenar de kilómetros, en la salida norte de Donetsk, donde patrullas de policías apoyados por fuerzas especiales paraban a todos los vehículos para inquirir el destino y advertían del “estado de guerra” de Slaviansk. Quince kilómetros más arriba, el aparente control de las autoridades estatales se desvanecía a favor de milicianos de la autoproclamada República de Donetsk, todos ellos fuertemente armados, con pasamontañas y a cubierto tras los parapetos de sacos terreros que cada cierto trecho salpican la vía. La bandera del mando rebelde ondeaba a su antojo durante el resto del recorrido hacia el norte.

Slaviansk no fue la única ciudad donde se registraron incidentes. En Odessa, un enfrentamiento entre activistas proucranios y prorrusos dejó una víctima mortal, mientras que a 15 kilómetros de Donetsk, los rebeldes tomaron la estación de tren de Yasinuvata, cortando las comunicaciones con el norte y, de paso, el último cordón umbilical de Slaviansk con el mundo. Kramatorsk, teórico objetivo conjunto de la operación militar, también quedó aislado por tren al interrumpirse la línea que conecta Donetsk y la aglomeración urbana e industrial de Slaviansk, a la que pertenece.

Tras Slaviansk, otros bastiones rebeldes descontaban este viernes las horas para recibir el golpe de Kiev. En Gorlovka, importante centro minero y de la industria química que con 270.000 habitantes dobla en población a Slaviansk, los activistas de las Milicias Populares de Donbas, el grupo que controla toda la ciudad, hacían una nerviosa demostración de fuerza. En trajes de campaña sin distintivos, embozados casi hasta la ceguera, los milicianos redoblaron el control sobre el ayuntamiento y la comisaría central de policía, ocupados el miércoles y semiocultos tras montañas de neumáticos y alambradas. “Todos los muchachos son de Gorlovka, aquí no hay ningún ruso”, explicaba ante la alcaldía Alexander Boroviov, uno de los civiles de guardia. “Van armados con AKSU (variante corta de Kaláshnikov) viejos, pero nadie sabe de dónde los han sacado y nadie pregunta”, añadía. Otro ‘defensor’ civil, Vladímir Druslukov, apuntaba la posibilidad de que hubieran podido ser requisados “a la policía” durante el asalto a la comisaría, como en otros puntos del Este.

Ambos daban por seguro un asalto del Ejército de Kiev “en cuestión de horas”. “Está todo preparado. Los habitantes de Gorlovka, los civiles, se interpondrán entre el edificio y los soldados a modo de escudo humano. Dentro hay mucha gente lista para repeler la agresión si esa barrera humana falla o los soldados disparan contra ellos”, contaba Boroviov. Imposible averiguar la cifra de milicianos listos para el combate. “Es un secreto”, zanja Boroviov. El uso por parte de los rebeldes de Slaviansk de lanzamisiles para abatir los dos helicópteros reforzó la tesis de Kiev relativa al apoyo financiero y logístico y la implicación militar de Moscú en el desafío separatista. El Kremlin, por su parte, acusó a Kiev de atacar indiscriminadamente a la población civil y de usar “mercenarios” en su avance contra Slaviansk.

A ocho días del referéndum federalista convocado por la República de Donetsk —ilegal para el Gobierno de Kiev, a su vez embarcado en la preparación de unos comicios cuya viabilidad puso el miércoles en entredicho el propio presidente interino, Alexandr Turchínov—, el pulso entre Kiev y el Este se redobla. Pero sobre el terreno y ante las urnas, los rebeldes parecen llevar aún la delantera.

En: elpais.es

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De locos: El jefe de la Marina de Ucrania deserta y asume el mando de la Armada prorrusa

Ucrania ha despedido al jefe de la Armada, el contralmirante Denis Berezovski, por negarse a hacer frente a los rusos en la localidad de Sebastopol, en la república autónoma Crimea. Así lo ha comunicado el Consejo de Seguridad de Ucrania, que le ha acusado de entregar un cuartel a unos soldados rusos que rodearon sus instalaciones. Se da la circunstancia de que Berezovski había sido designado ayer al frente de las fuerzas navales ucranianas mediante un decreto del presidente interino del país, Alexandr Turchinov.

El primer ministro prorruso de Crimea, Sergei Axionov, ha anunciado la creación de la Marina de Guerra de esta república autónoma, informó la agencia rusa Interfax. Axiónov, nombrado hace tres días por el Parlamento regional y que no ha sido reconocido por las autoridades de Kiev, añadió que al mando de esta Armada estará el propio contralmirante Denis Berezovski.

Banderas rusas en Simferopol (Crimea)

Mientras la gente sale a la calle en Simferopol, la capital de la región autónoma, con banderas rusas, Berezovski ha jurado hoy fidelidad al pueblo de Crimea, según las agencias rusas: “Yo, Berezovski Denis Valentinovich, juro fidelidad al pueblo crimeo y prometo defenderle como lo exige el reglamento”, proclamó en una conferencia de prensa en Sebastopol, puerto principal de la península.

En las últimas horas y coincidiendo con el recrudecimiento de la tensión en Crimea ante la intervención rusa en esa república autónoma, los medios rusos están informando sobre supuestas deserciones en masa de militares ucranianos. Pero desde Kiev el Ministerio de Defensa negó hoy este extremo y tachó de “provocaciones” las informaciones que en ese sentido difunden algunos medios.

“Tampoco se corresponden con la verdad las informaciones acerca de que los militares ucranianos se están dando masivamente de baja de las Fuerzas Armadas”, afirma un comunicado, que asegura que lo que sucede es que los militares ucranianos se niegan a cumplir las exigencias de entregar sus armas en las unidades de las Fuerzas Armadas ucranianas en Crimea, que están bloqueadas por hombres armados”. Sí se intenta mediante negociaciones “impedir el derramamiento de sangre”.

Un portavoz de las autoridades prorrusas de Crimea citado hoy por la agencia rusa Interfax ha dicho que “en las últimas veinticuatro horas una decena de buques de la Flota ucraniana del mar Negro han abandonado la base de Sebastopol”, lo que también ha sido desmentido por el Gobierno ucraniano. Algunos analistas ucranianos están denunciando que medios rusos utilizan imágenes de gente saliendo hacia Polonia para ilustrar esa supuesta huida de ucranianos a Rusia.

Kiev moviliza a sus reservistas ante la agresión

Mientras tanto, hoy, Ucrania ha empezado a movilizar a sus reservistas ante la situación de caos que se vive en Crimea. Así lo anunciaba el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Andrei Paruby. El plan es “llamar a todos los que puedan ser necesitados por las fuerzas armadas para garantizar la seguridad y la integridad territorial de Ucrania”.

Justamente ayer, el ejecutivo de Kiev puso a sus fuerzas en estado de máxima alerta, después de que Rusia aprobara dar luz verde a un despliegue de tropas en la península de Crimea.

En: elmundo.es

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