Empatía: un ejercicio que mejora vidas

(yo) empatizo, (tú) empatizas, (él) empatiza, (nosotros) empatizamos, (vosotros) empatizáis, (ellos) empatizan.

https://youtu.be/ESgYEMiyu-w

Es poco probable que en el colegio nos enseñaron a conjugar este verbo, pero sí aprendimos de chicos eso de “no hacerle al otro lo que no quieres que te hagan a ti”. La empatía es eso y algo más. Es un ejercicio de ponerse en los zapatos de otra persona, de entender sus sentimientos, su manera de ver las cosas y usar ese entendimiento para guiar nuestras acciones. Empatía es un valor fundamental para mejorar nuestras vidas, familias y comunidades.

La empatía es un término que encontramos prácticamente todos los días en las noticias. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, más de una vez habló del déficit de empatía que (de resolverse) contribuiría decisivamente a solucionar los grandes problemas económicos, políticos y sociales del mundo. Y es que destacados académicos han demostrado que la naturaleza humana no está determinada por el egoísmo o intereses puramente personales. La evidencia muestra que los seres humanos nacemos con un gran potencial para la empatía, la colaboración social y la ayuda mutua. Hay varios estudios recientes y experimentos sociales para destacar. No se pierdan a Roman Krznaric – autor, filósofo y fundador del Museo de la Empatia en Londres (Empathy Museum)- quien ha recolectado fascinantes historias que demuestran el fenómeno universal de la empatía. Y si buscan una referencia científica que corrobora la existencia de innumerables cables empáticos en el cerebro humano, vean el trabajo de Marco Iacoboni en la University of California de Los Angeles.

Tal vez lo más interesante y esperanzador es que todos tenemos la capacidad de expandir nuestra empatía. Se requiere un poco de coraje y buena voluntad, porque es necesario “incomodarse” para realmente entender al otro. ¿Un ejemplo muy inspirador? Recordemos a Sudáfrica donde la empatía de su líder se transformó en la bandera unificadora del país. Después de 27 largos años de presidio, Nelson Mandela se acercó a cada uno de sus enemigos, incluyendo a la persona que quiso condenarlo a muerte. La dignidad con la que vistió el springbok – uniforme del rugby, símbolo de la supremacía blanca durante el Apartheid- durante la final del mundial en 1995 , es un gran ejemplo de liberación, empatía, perdón y fe en el ser humano.

¿Pero dónde y cómo desarrollar y practicar nuestro potencial empático? Los invito a visitar enotroszapatos.org, una herramienta de empatía creada por Laboratorio de Ideas del BID. #EnOtrosZapatos es una experiencia virtual que permite conocer la vida de cinco personas que pertenecen a diferentes colectivos de nuestra Región (LGBT, indígenas, inmigrantes, discapacitados y afrodescendientes). Un grupo de colegas creativos -e inspirados por una gran gerente- ha creado esta experiencia entretenida y relevante porque permite a cada usuario escoger diferentes destinos y así desarrollar al máximo su potencial empático. Este grupo ha realizado un exhaustivo trabajo de campo recogiendo historias reales en Chile, Colombia y Argentina. Ha recibido apoyo de expertos y ha utilizado datos estadísticos reales que ayudan a entender con mayor profundidad cada situación particular. En el BID hemos recibido más de 2,000 comentarios de los más diversos usuarios que nos llenan de optimismo y alegría.

Los invito a jugar, a experimentar y celebrar nuestra naturaleza empática. Mantengamos nuestra mente y corazón abiertos a lo que nos parece diferente, desafiemos nuestros prejuicios, pongámonos en los zapatos de los demás y descubramos juntos cuánto tenemos en común. Visita: enotroszapatos.org

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Por: Adela Barrio

En: iadb.org

¿Eres reactivo?

“Normalmente en la naturaleza las fuerzas no se presentan solas, sino en pares como sucede con las fuerzas de acción y reacción. Estas fuerzas las ejercen todos los cuerpos que están en contacto con otro.

Estos presupuestos en el medio natural son de aplicación a procesos físicos y mecánicos. En el medio social ocurre algo parecido. El ser humano con su acción sobre otro provoca una reacción, lo que se conoce como conducta reactiva. Si la acción lleva implícito un carácter positivo, pues la conducta reactiva puede ser positiva en un alto nivel de probabilidades. Si lleva implícito un gesto con carácter negativo, también con un alto nivel de certeza se puede esperar una conducta reactiva que lleve implícito un gesto con carácter negativo.

Por lo que, toda acción humana ejercida sobre otra persona provoca una, conducta reactiva, sea positiva o negativa. Así algunas acciones humanas pueden crear caldo de cultivo para la aparición de situaciones sociales conflictivas, en la medida en que determinadas condiciones dan lugar a que se repriman algunas conductas reactivas negativas.

Estas conductas reprimidas provocan sufrimientos que favorecen la gestación de situaciones sociales conflictivas. El accionar inadecuado de ciertos individuos poseedores de poder y fuerza pueden saturar y colman de sufrimiento a otros individuos. La persistencia y reiteración de otras acciones generadoras de nuevas conductas reactivas negativas, sobresaturan el nivel de sufrimiento en esas personas, provocando, en la mayoría de los casos, un arranque de ira desenfrenada, a través de actos de violencia, agresiones, ataques, etc, que encuentran su expresión en un conflicto social”.

Tomado de: Conducta Humana Reactiva

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