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USA: ‘Common Core State Standards Initiative’ ¿Estandarizar para el éxito es buscar genios donde no los hay?
La “Iniciativa de Estándares Estatales Comunes Básicos” es una iniciativa educativa en los Estados Unidos que señala lo que los estudiantes de K-12 (entre Kindergarden “K” de 4 a 6 años de edad hasta el doceavo grado) deben conocer en cuanto a destrezas relacionadas al idioma inglés y las matemáticas al final de cada grado. La iniciativa es patrocinada por la Asociación Nacional de Gobernadores (NGA) y el Consejo de Chief State School Officers (CCSSO) y tiene por objeto establecer normas educativas coherentes (estándares) a través de todos los estados de los Estados Unidos, así como asegurar que los estudiantes que se gradúan de la escuela secundaria se encuentren preparados para al credito de apoyo para cursos en los programas universitarios de dos o cuatro años, o para ser parte “exitosa” de la Población Económicamente Activa.
CRÍTICAS:
Entre las críticas a esta iniciativa tenemos que las normas comunes básicas no se basan en una investigación sólida ya que nunca han sido probadas en el campo ni probadas para elevar el rendimiento estudiantil. Es un problema de llevar a la práctica lo que está en el papel. Esto fundamenta la queja de los profesores relacionada con el dicho “more teaching, less testing”.
Las normas básicas comunes no se condicen con lo que actualmente se conoce sobre la manera como los niños pequeños aprenden. Se señala que los estándares hacen caso omiso de décadas en la investigación sobre el desarrollo de la lectura temprana.
La aplicación de los estándares en las metodologías matemáticas generan demasiada confusión tanto en padres como en estudiantes. Esto demuestra lo inadecuado del desarrollo de esta norma para los niños de 4 y 5 años de edad.
Los estándares básicos comunes para Destrezas en el Inglés (ELA) promueven el uso de estrategias cuestionables y sobre-enfatizan los textos informativos, específicamente, que el conocimiento de fondo no importa para la lectura. Se señala que los textos informativos han desplazado a la literatura del idioma Inglés.
Las pruebas de Common Core son excesivamente difíciles y darán lugar a consecuencias injustas para los estudiantes. Las puntuaciones bajas de los tests tienen nefastas consecuencias para los niños: Los estudiantes son puestos en clases de recuperación. Los resultados de los exámenes se utilizan para decidir quién se queda en los programas para los diestros o más “dotados” o en las escuelas más competitivas.
No hay evidencia de que los estándares básicos comunes y sus pruebas mejorarán el aprendizaje del estudiante. Y al involucrarlos en este experimento se puede perjudicar a los niños que necesitan más ayuda.
Una rigurosa formación académica para maestros: Una de las características más extrañas de este “pulpo de largos tentáculos que busca estrangular la educación pública en más de 45 estados” conocido como “Common Core”, es la política establecida por el Departamento de Educación de Estados Unidos que todos los maestros de K-12 deben ser considerado responsables de las calificaciones de los estudiantes en las pruebas basadas en los estándares de Common Core.
Al respecto: Common Core State Standards
Modelos para la organización profesional del servicio civil
Hay muchas opciones para la organización profesional del servicio civil. Por ejemplo, existe el modelo de Cuerpos Profesionales para la inducción de empleados profesionales que se usa en Francia. En este modelo elitista los empleados de carrera entran solo desde algunas escuelas preparatorias especiales, y son miembros de su cuerpo para su vida profesional incorporando siempre elementos de la política. De hecho, después de su servicio público muchos de ellos entran a la política y llegan a puestos elegidos por su influencia.
También hay el modelo de la Gran Bretaña, del burócrata sin carrera. Este modelo es medio elitista. La gran parte de ellos entran al servicio desde las universidades más prestigiadas del país, pero trabajan sin reconocimiento público y sin un papel directo político –solo avisan técnicamente los ministros de cualquier partido–, no hay puestos de confianza en sí. Después de su periodo de servicio nunca entran a la política.
El tercer modelo es lo que evolucionó y que se emplea en EEUU. Esto es el “modelo representativo” en el cual los servidores públicos reciben su formación académica en cualquiera universidad del país. Entran por examen y siguen recibiendo su capacitación profesional por dos vías: tanto internamente en la agencia gubernamental, como por programas universitarios en los que reciben diplomas y/o títulos profesionales. Aproximadamente 3% de estos puestos son puestos de confianza y ellos son actores políticos; los demás son integrantes del sistema de méritos.
Ese sistema no es elitista porque los empleados vienen de todas partes del país, y de todas las universidades. Sin embargo, para poner este modelo en efecto es necesario tener un sistema de universidades descentralizadas y de calidad académica, tal y como se hace en EEUU a través de un sistemas de acreditación nacional de universidades y de programas académicos.
El segundo problema –el tamaño de la burocracia–, no es fácil superar. La cantidad numerosa de empleados organizados jerárquicamente presenta oportunidades perversas para esconder información sobre su rendimiento, y recibir en efecto indemnización de su mala conducta. Este hecho es ayudado por la tendencia de burocracias largas a absorber información pasada a cada nivel. Lo que pueda resultar es la desmotivación de buenos empleados cuando saben que los malos son protegidos por las circunstancias.
La manera en la cual se evita este problema, en el sistema norteamericano, es a través de la evaluación de desempeño, tanto de individuos como de órganos o grupos. El primero es la medición del rendimiento del empleado y el segundo la productividad de la unidad. Pero para tener la evaluación de desempeño en buen funcionamiento hay que asegurar dos asuntos claves. Primero, que la información llegue a las manos de los empleados en si, y también a aquellos que toman las decisiones, a través de información específica, sobre conducta. Segundo, que los resultados de la evaluación estén vinculados al pago -la idea clave es tener un sistema que tenga semejanza al mercado, a más rendimiento, más pago.
También, es necesario tener un sistema de disciplina progresiva, capacitación y desarrollo de empleados, apuntado a resolver sus deficiencias, a través de la evaluación: lo que se persigue es tener éxito. La idea es un sistema en el que los empleados sean premiados y tengan incentivos para el desarrollo de sus capacidades.
Además hay otro elemento clave en el sistema norteamericana que es la transparencia en la información sobre el servicio publico. Es importante para crear una imagen buena, pues sin ella no se pueden atraer a los mejores recursos humanos al servicio civil. Esto implica que toda la información sobre el rendimiento y productividad de las agencias públicas debe llegar, o por lo menos, estar disponible al público.
Con todo, la reestructuración del servicio público no es suficiente para convertirse en un servicio civil de carrera, que persiga una estrategia de políticas eficientes para el Estado.
¿Qué es SERVIR?
La Autoridad Nacional del Servicio Civil – SERVIR es una entidad pública* adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros que tiene como finalidad la gestión de las personas al servicio del Estado. Se podría decir que es la gerencia de recursos humanos de la administración pública. SERVIR nació en junio de 2008 para modernizar la función pública. Busca un servicio civil meritocrático, flexible y con altos niveles de eficiencia que sirva mejor a todos los peruanos. Para ello debe implementar la Reforma del Servicio Civil.
¿Por qué necesitamos una reforma del Servicio Civil? Porque el Estado peruano necesita modernizar sus instituciones públicas (sean del Gobierno Nacional, de los gobiernos regionales o de los gobiernos locales), profesionalizar la función pública y fortalecer las oficinas de recursos humanos para pasar de una “administración de planilla” a la “gestión de personas”, así como desarrollar una mayor capacidad gerencial.
La necesidad de uniformizar paulatinamente un régimen civil funcional para el Estado resulta por demás un aspecto que complementa la necesidad de realizar esta reforma. En ese sentido, los principios de la reforma que lidera SERVIR buscan que el Estado cuente con personas (Servicio Civil) con una clara orientación de servicio al ciudadano, que se rigen por principios de mérito, que su ingreso se dé mediante procesos transparentes, que sean evaluadas por el logro de objetivos concretos y que reciban incentivos sobre la base de su rendimiento.
El rol de SERVIR consiste, entonces, en formular las políticas nacionales, emitir opinión técnica vinculante, dictar normas, supervisar su cumplimiento y resolver conflictos surgidos entre las entidades y sus trabajadores sobre las materias de su competencia. Esta reforma, cuyos resultados están planificados para el mediano y largo plazo, encuentra sus cimientos en las Políticas de Estado suscritas en el Acuerdo Nacional, específicamente las referidas a contar con un Estado eficiente, transparente y descentralizado.
* SERVIR es un organismo técnico especializado, es decir, cuenta con independencia funcional para ejercer su labor a nivel multisectorial e intergubernamental con respecto a la gestión de las personas al servicio del Estado. Cabe señalar que no todas las entidades públicas están bajo la competencia de SERVIR. Para conocer las excepciones y más revise el Decreto Legislativo 1023.
En: Catálogo de recursos para una eficaz gestión pública descentralizada