Cine: ‘Las marimbas del infierno’ (2010)

La marimba es un instrumento musical tradicional de Guatemala. Pero “tradicional” significa “popular” cada vez menos, y Don Alfonso, marimbista de toda la vida, se las está viendo negras para vivir de su música. Para peor, víctima de una extorsión, tiene que pasar casi a la clandestinidad; eso sí, con su pesada marimba a cuestas. Blacko tiene problemas parecidos pero diferentes: fue pionero del heavy metal, pasó del satanismo al cristianismo y de ahí a la ortodoxia judía, y ahora trabaja en un hospital, siempre con las mismas estrecheces económicas. Lo único que parece unir a los dos es el amor a la música. Y, por improbable que suene, esa pasión los une cuando, a instancias del tercer personaje de esta historia, un pilluelo apodado Chiquilín, forman la primera banda de “metal/marimba” de la historia: Las Marimbas del Infierno.

http://www.youtube.com/watch?v=7bD0jvTIYzA

En: escribiendocine.com

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Murió la chimpancé Chita

La ‘penúltima’ mona Chita, uno de los animales más populares del cine universal, murió de un fallo renal el pasado 24 de diciembre. Nuestros padres y abuelos la vieron por la tele saltando y haciedo piruetas junto a Johnny Weissmuller (Tarzán) y Maureen O’Sullivan (Jane). Su nombre real era Mike y fue el penúltimo ejemplar que acompañó a Tarzán en la famosas sagas de películas sobre el Rey de la Selva.

Chita, Johnny Weissmuller (Tarzán) y Maureen O’Sullivan (Jane) y “Boy”

Enero de 1984: Chita en el entierro de Johnny Weissmuller en Acapulco.

Noticia: Muere a los 80 años la mona ‘Chita’

El Santuario de Primates de Suncoast en Palm Harbor ha anunciado en su página web que la mona Chita, fiel compañera de Tarzán, murió el 24 de diciembre de insuficiencia renal. Jiggs, nombre original del chimpancé nacido en Liberia el 9 de abril de 1932, en realidad era macho. Su apodo americano, Cheetah, pronunciado a la española sonaba femenino, así que en el mundo hispano se le consideró mona; pero no, es mono y su personaje es masculino.

Se estrenó en 1934 con Tarzán y su compañera, película en la que Weissmuller encontraba el amor de la bella Maureen O’Sullivan. Y hasta el pasado fin de semana era la única superviviente de aquel reparto estelar. Dan Westfall, su último cuidador, contaba como a Chita, diabética, se levantaba a las nueve de la mañana, y tras la inyección de insulina, se daba un buen festín de desayuno a base de manzanas, plátanos, naranjas y a veces incluso huevos con tostadas. El resto del día se lo pasaba “haciendo el mono”, decía Westfall.

Chita trabajó en 12 películas de Tarzán en los años treinta y cuarenta, aunque no fue la única: hubo otros tres chimpancés que se alternaban con ella las secuencias, siempre había por lo menos dos en el plató. Siempre destacó por su sonrisa con los labios para fuera. Fue sido designada tres veces para tener hueco en el paseo de las estrellas de Hollywood, donde sí que están representados Lassie y Rintintín. Pero ese reconocimiento no llegó y se tuvo que conformar con el paseo de las estrellas de Palm Springs.

Coincidiendo con su 74º cumpleaños, Chita recibió el único galardón cinematográfico de toda su carrera, otorgado por el Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola.

Le encantaba pintar con los dedos y el fútbol. Firmaba sus cuadros con brochazos de colores, con la huella dactilar de su dedo índice, para luego venderlos por 115 euros y poder para financiar la pequeña reserva de primates de Florida en la que vivía desde los años sesenta.Su cuidador ha recordado que al animal le encantaba hacerle reír y era muy receptiva a los sentimientos humanos. Chita era muy hábil levantándose y andando como una persona.

Figuraba en el Libro Guiness de los Récords como el simio más longevo del mundo, desde 2001. Los chimpancés suelen vivir 25 o 30 años en estado salvaje y entre 35 y 45 en cautividad. Pese a su larga vida, el chimpancé más famoso de la gran pantalla ha muerto sin descendencia.

Fuente: elpais.es Leer más