¿Es este el primer párrafo más alucinante que se haya publicado en una biografía en la Wikipedia?

Esta es, tal vez, la más alucinante introducción en una biografía encontrada en la Wikipedia. Se trata de la historia de un militar británico de rancia ascendencia quien pasó por impensables experiencias durante su vida castrense.

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Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart

“Teniente General Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart VC , KBE , CB , CMG , DSO (5 mayo 1880 hasta 5 junio 1963), era un oficial del ejército británico de ascendencia belga e irlandesa. Luchó en la Guerra de los Boers , la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial , recibió un disparo en la cara, la cabeza, el estómago, el tobillo, la pierna, la cadera y el oído, sobrevivió a un accidente de avión, un túnel de un campo de prisioneros, y mordió su propios dedos cuando un médico no pudo amputárselos. Más tarde dijo: ‘Francamente yo había disfrutado de la guerra’“.

Batallas y guerras en las que participó este marciano:

Segunda Guerra Boer
I Guerra Mundial
Campaña Somalí
Batalla del Somme
Batalla de Passchendaele
Batalla de Cambrai
Batalla de Arras (1918)
Guerra Polaco-Soviética
Guerra Polaco-Ucraniana
Guerra Polaco-Lituana
II Guerra Mundial
Guerra de defensa polaca
Campaña noruega
Segunda guerra sino-japonesa

En: Sir Adrian Paul Ghislain Carton de Wiart

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Las dos maneras de perderse

Introducción del “Atlas de los conflictos de fronteras”

por Benoît Bréville

La cantinela se recita fácilmente: vivimos en una aldea planetaria donde las nuevas tecnologías, el comercio y las finanzas, pero asimismo la información, el deporte y la cultura, han hecho volar en pedazos las barreras nacionales. Movilidad, fluidez y adaptabilidad; el trío parece dotado de todas las virtudes y, de ahora en adelante, cada oficio puede revindicar la etiqueta “sin fronteras”. Médicos, farmacéuticos, reporteros, electricistas, arquitectos, archiveros… “Estamos convencidos de que no tienen futuro las profesiones que olviden poner en sus tarjetas de visita este ‘¡ábrete, sésamo!’ de las subvenciones y de las simpatías. ‘Aduaneros sin fronteras”, eso lo dejaremos para otra ocasión” (1), ironiza un intelectual francés.

Sin embargo, lejos de la tan elogiada “descompartimentación”, separaciones de todo tipo (físicas, culturales, simbólicas…) continúan fragmentando las sociedades. En las ciudades, los pudientes se parapetan en las gated communities, urbanizaciones-búnkeres y residencias privadas donde las alarmas, guardias jurados, códigos digitales y cámaras de vigilancia velan por su tranquilidad; y protegen la reputación de sus escuelas gracias a un mapa escolar de contornos rígidos que encierra a los jóvenes de los barrios populares en “zonas urbanas sensibles” a la división geométrica. Durante sus actividades de ocio o en su lugar de trabajo, es inhabitual que un alto ejecutivo se cruce con un obrero: dentro de un mismo país, prevalece la segregación, y el abismo social se ahonda.

Por lo que se refiere a las fronteras nacionales, en absoluto han desaparecido. Situadas en el centro de múltiples conflictos territoriales, incluso han aumentado –desde 1991 y la implosión de la URSS, se han creado más de veintisiete mil kilómetros de fronteras en el mundo, añadiéndose a los doscientos veinte mil kilómetros ya existentes– y se han reforzado. Por todo el mundo, decenas de miles de policías y militares, fusil en mano, impiden el paso de intrusos. Entre Uzbekistán y Kirguizistán, la India y Bangladés, Botsuana y Zimbabue, Estados Unidos y México, se erigen muros para alejar a los vecinos indeseables.

Pero no detienen las migraciones: las filtran. Minuciosamente custodiada, con su barrera de cinco metros de altura, sus mil ochocientas torres de vigilancia y sus veinte mil agentes de seguridad, la frontera entre Estados Unidos y México es asimismo la más transitada del mundo, de manera totalmente legal, con más de cincuenta millones de personas que la cruzan anualmente. Incluso el muro israelí, construido para cercar al pueblo palestino, comprende treinta y un puntos de paso (2). Dado que es imposible impedir el movimiento de personas, ¿es necesario levantar todo tipo de obstáculos a la libertad de circulación?

Plantear esta cuestión puede llevar a descubrir sorprendentes convergencias. Preocupados por preservar un derecho humano fundamental, una gran parte de los altermundialistas abogan por una “política abierta de inmigración”, para terminar con controles que se consideran inútiles y peligrosos, así como costosos e ineficaces (3). Al otro lado del espectro político, los portavoces del neoliberalismo proponen la misma respuesta, pero con argumentos distintos. Según ellos, la desaparición progresiva de las fronteras económicas, para la cual se sirven de numerosos acuerdos de libre comercio y de otras uniones aduaneras, debe ir acompañada de una liberalización de los movimientos de poblaciones. Una medida así permitiría que la economía mundial “se enriqueciera con treinta y nueve billones de dólares en veinticinco años” (4), incluso profetiza el economista Ian Goldin, ex vicepresidente del Banco Mundial. La patronal británica, en nombre del “desarrollo empresarial”, llegó a oponerse al gobierno conservador, su aliado habitual, cuándo éste propuso limitar los flujos migratorios (5)…

La convergencia entre banqueros de inversión y militantes progresistas se explica en parte por la ambivalencia de las fronteras, que dividen los pueblos y las culturas a la vez que los reúnen y los protegen; que originan guerras, pero constituyen espacios de intercambios, de negociaciones y de encuentros culturales, diplomáticos y comerciales. Amenazantes y protectoras, cristalizan las “dos maneras de perderse”, definidas por Aimé Césaire, “por medio de la segregación murada en el caso particular y de la dilución en el universal” (6).

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(1) Régis Débray, Eloge des frontières, Gallimard, París, 2010.
(2) Michel Foucher, “Actualités et permanence des frontières”, Médium, nº 24-25, París, 2010.
(3) Attac, Pour une politique ouverte de l’immigration, Syllepses, París, 2009.
(4) Ian Goldin, Geoffrey Cameron y Meera Balarajan, Exceptional People: How Migration Shaped Our World and Will Define Our Future, Princeton University Press, 2011.
(5) “Immigration: les patrons britanniques mécontents”, Les Echos, París, 29 de septiembre de 2010.
(6) Carta de Aimé Césaire a Maurice Thorez, 24 de octubre de 1956. Publicada en Black Revolution, Demopolis, París, 2010.

En: Lemondediplomatique

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Ministerio de Economía baja impuesto selectivo a la cerveza

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Se abre un nuevo capítulo en la industria de la cerveza. La controversia surgió a mediados de mayo, cuando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) cambió el sistema de cobro del impuesto selectivo al consumo (ISC) para estos productos.

Desde aquella fecha, el ISC que pagan las cerveceras ya no es un porcentaje del valor de venta (similar al IGV), sino un monto fijo según el volumen (S/.1.35 por litro).

Y ayer, mediante un decreto supremo, el MEF rebajó ese impuesto a S/.1.25 por litro para las bebidas con hasta 6 grados de alcohol.

El objetivo, explicó el MEF en su momento, es corregir una distorsión del sistema (que tribute más el producto con mayor nivel de alcohol) y combatir la adulteración.

SURGEN CRÍTICAS
Guillermo Grellaud, presidente del Comité Tributario de la Cámara de Comercio de Lima, comentó que el cambio perjudica a las empresas que buscan competir con menores precios.

“Ahora se establece un monto fijo. Entonces, si yo quiero ofrecer un precio menor, por ejemplo S/.3 por litro, terminaré pagando más impuestos que mi competencia que vende a S/.4”, sostuvo.

Ello ha generado el reclamo de Ajeper y Ambev, que buscan competir vía menores precios con Backus, la dominante del mercado. “La medida afecta la oferta y los mejores precios al consumidor”, criticó Ambev en un comunicado.

El economista Élmer Cuba consideró que el nuevo sistema perjudica al consumidor pues evita reducir los precios.

Tanto Grellaud como Cuba coincidieron en que lo mejor sería retornar al cobro porcentual. “Allí, si quieren, pueden subir el tributo, pero sería equitativo para todos los competidores”, apuntó el segundo.

MÁS ALCOHOL, MÁS PAGO
Ambos analistas sí se mostraron a favor de que, tras el cambio de mayo, ahora las bebidas con mayor grado de alcohol (pisco, vino, whisky, etc.) paguen más impuestos que la cerveza. “Esa estructura se debe mantener en cualquier sistema de cobro”, dijo Cuba.

SABÍA QUE

– Recaudación
El ISC cobrado al sector cervecero le permitió al Estado una recaudación de S/.1,800 millones en 2012.

– Mercados
La compañía Backus tiene cerca del 90% del mercado de ventas en todo el país. Mientras que el 10% restante se lo reparten las empresas Ambev, AJE y Cervecería Amazónica.

En: Peru21

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