La Infidelidad desde el punto de vista de Leonardo

Estuve viendo el caso de Jacques Levy en semana económica, su problema con el Estado y la Superintendecia de Banca y Seguros sobre el caso del Banco del Nuevo Mundo (que por cierto es ahora edificio de la empresa Claro en San Isidro), y acabé viendo la infidelidad de Nicolás Lúcar con la ex esposa de Levy. Finalmente, llegué a este afable viejito llamado Leonardo que explica la infidelidad en las mujeres al mismo nivel y estilo de nuestra famosa “Doctora Cachetada”.

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Murió la chimpancé Chita

La ‘penúltima’ mona Chita, uno de los animales más populares del cine universal, murió de un fallo renal el pasado 24 de diciembre. Nuestros padres y abuelos la vieron por la tele saltando y haciedo piruetas junto a Johnny Weissmuller (Tarzán) y Maureen O’Sullivan (Jane). Su nombre real era Mike y fue el penúltimo ejemplar que acompañó a Tarzán en la famosas sagas de películas sobre el Rey de la Selva.

Chita, Johnny Weissmuller (Tarzán) y Maureen O’Sullivan (Jane) y “Boy”

Enero de 1984: Chita en el entierro de Johnny Weissmuller en Acapulco.

Noticia: Muere a los 80 años la mona ‘Chita’

El Santuario de Primates de Suncoast en Palm Harbor ha anunciado en su página web que la mona Chita, fiel compañera de Tarzán, murió el 24 de diciembre de insuficiencia renal. Jiggs, nombre original del chimpancé nacido en Liberia el 9 de abril de 1932, en realidad era macho. Su apodo americano, Cheetah, pronunciado a la española sonaba femenino, así que en el mundo hispano se le consideró mona; pero no, es mono y su personaje es masculino.

Se estrenó en 1934 con Tarzán y su compañera, película en la que Weissmuller encontraba el amor de la bella Maureen O’Sullivan. Y hasta el pasado fin de semana era la única superviviente de aquel reparto estelar. Dan Westfall, su último cuidador, contaba como a Chita, diabética, se levantaba a las nueve de la mañana, y tras la inyección de insulina, se daba un buen festín de desayuno a base de manzanas, plátanos, naranjas y a veces incluso huevos con tostadas. El resto del día se lo pasaba “haciendo el mono”, decía Westfall.

Chita trabajó en 12 películas de Tarzán en los años treinta y cuarenta, aunque no fue la única: hubo otros tres chimpancés que se alternaban con ella las secuencias, siempre había por lo menos dos en el plató. Siempre destacó por su sonrisa con los labios para fuera. Fue sido designada tres veces para tener hueco en el paseo de las estrellas de Hollywood, donde sí que están representados Lassie y Rintintín. Pero ese reconocimiento no llegó y se tuvo que conformar con el paseo de las estrellas de Palm Springs.

Coincidiendo con su 74º cumpleaños, Chita recibió el único galardón cinematográfico de toda su carrera, otorgado por el Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola.

Le encantaba pintar con los dedos y el fútbol. Firmaba sus cuadros con brochazos de colores, con la huella dactilar de su dedo índice, para luego venderlos por 115 euros y poder para financiar la pequeña reserva de primates de Florida en la que vivía desde los años sesenta.Su cuidador ha recordado que al animal le encantaba hacerle reír y era muy receptiva a los sentimientos humanos. Chita era muy hábil levantándose y andando como una persona.

Figuraba en el Libro Guiness de los Récords como el simio más longevo del mundo, desde 2001. Los chimpancés suelen vivir 25 o 30 años en estado salvaje y entre 35 y 45 en cautividad. Pese a su larga vida, el chimpancé más famoso de la gran pantalla ha muerto sin descendencia.

Fuente: elpais.es Leer más

De Synecdoque New York hasta Blue Monday de New Order

Recién hoy acabo de descubrir cuál era la banda que produjo un tema que escuché por la radio hace muchos años atrás durante mi infancia en el norte. El itinerario mental sobre cómo llegué a conocer a a este grupo se inició anteayer, cuando vi una película muy extraña llamada “Sinecdoque New York”. Entre situaciones y personajes extraños me percaté que una de las actrices principales (la ayudante del personaje interpretado por Phillip Seymour Hoffman) era nada más ni nada menos que Samantha Morton (la de “Código 46” con Tim Robbins).

A esta actriz ya la había visto anteriormente en una cinta llamada “Morvern Callar” en la que su rol, aparentemente vacío, me trnasmitió una importante moraleja: “nunca te suicides si tienes una novia introvertida…”. En fin, supe que ella también había actuado en una película llamada “Control”, que nos mostraba la vida de Ian Curtis, el vocalista de la banda británica de culto Joy Division. Ian se suicidó el 18 de mayo de 1980 colgándose en su cocina víctima de depresíón por la epilepsia que sufría. Esta pérdida condicionó la posterior desintegración de la banda.

Sin embargo, los miembros sobrevivientes de Joy Division formaron un nuevo grupo llamado New Order cuyo tema “Blue Monday” escuché en mi infancia a través de una radio ecuatoriana. Hoy, muchísimo tiempo después, escucho nuevamente este tema sin saber quién lo tocaba, hasta que me enteré !Oh Sorpresa! que eran los ex-Joy Division.

Así, ir de Phillip Symour Hoffman a Ian Curtis, desde Tumbes hasta Lima y del pasado al presente centrándome en las escenas que generalmente hace Samantha Morton en sus películas (algo así como nuestra Mónica Sánchez en “La Carnada” e “Imposible Amor”, o Melania Urbina en “Django” y “Mañana te Cuento”) ha sido raro pero, de cierto modo, útil para mi. Personalmente, agradezco a la marmotita por hacerme ver este tipo de películas que, si bien son algo raras, tienen un mensajito que a veces yo aplico a la realidad.

Este viaje lo hice a través de recuerdos y conexiones con el pasado que llamaron mi atención y que no pensé escribir en este blog.

New Order – Blue Monday

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