Las cámaras de vigilancia y la información policial televisiva.

 

Hace una década, la información policial en la televisión era por la general breve, salvo que se tratará de casos muy especiales, protagonizados por personajes o circunstancias excepcionales.

Difícilmente se contaban con las imágenes de los hechos. Y esto ocurría en singulares oportunidades, en las que jugaba mucho la suerte, como fue el caso de los reporteros del canal 9 que captaron el momento mismo del asalto a un camión de valores en plena Vía Expresa.

Ellos se dirigían a otra misión y tuvieron que pasar por uno de los puentes de la vía, En ese momento, escucharon balazos y se detuvieron y con ello pudieron captar un trágico y espectacular episodio de enorme impacto. Fue una de las pocas ocasiones que la televisión pudo mostrar la grabación de un suceso policial en el momento mismo en que ocurría. Con el testimonio irrefutable y contundente de las imágenes, se pudo identificar y capturar posteriormente a los delincuentes.

En la actualidad, los informativos televisivos no requieren de esas oportunidades únicas. Miles de cámaras, instaladas en las calles y en los locales y viviendas, captan los momentos mismos del accionar de los delincuentes.

Desde los arrebatos de carteras a mujer indefensas, el reiterado asalto a un restaurante, la imprudencia criminal de un conductor, hasta el accionar criminal de los sicarios juveniles. Miles de minutos puestos a disposición de los noticieros por autoridades y particulares.

El resultado: ahora la información policial cuenta con tantas imágenes de los hechos que pueden realizar un despliegue televisivo nunca antes visto.

El desarrollo tecnológico ha permitido esas coberturas y, con ello, una preocupante y hasta criticable sensación de excesos en el tiempo que dedican los espacios informativos de muchos de los canales.

La acción delincuencial, con episodios numerosos y diarios, suman muchos minutos en los noticieros, a tal extremo, que se muestra una realidad de violencia atemorizante.

Sin desconocer que los hechos delincuenciales en la actualidad han adquirido dimensiones que se han convertido en la principal preocupación ciudadana y política, no se puede omitir que la difusión televisiva sin precedentes, está contribuyendo a que la opinión pública se sienta impactada doblemente.

El exceso informativo policial es uno de los factores de mayor crítica a lo que, en términos generales, algunos llaman “la televisión basura”.

La verdad es que cuando se sintonizan algunos noticieros el televidente es abrumado por el derroche de imágenes de lo que alguien, muy acertadamente, llamó “periodismo de comisaría”.

Y si a las cámaras de vigilancia sumamos la colaboración de propietarios-periodistas ciudadanos- de smartphones quienes, muchas veces, están en el lugar de los sucesos y graban secuencias del accionar delincuencial, el panorama noticioso de los informativos acrecienta sus posibilidades de cobertura, en un terreno duramente criticado.

 

 

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