El periodismo y la Guerra de Irak: 10 años después

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El 20 de marzo de 2003 comenzó lo que se conoce como la Guerra de Irak y se prolongó hasta el 18 de diciembre de 2011.  En ese tiempo murieron más de 200 periodistas y empleados de los medios.  La principal justificación para esta operación que ofrecieron el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush y sus aliados en la coalición, fue la falsa afirmación de que Irak poseía y estaba desarrollando armas de destrucción masiva (ADM), violando un convenio de 1991.

La invasión llevó a la rápida derrota de las fuerzas iraquíes, el derrocamiento del Presidente Sadam Husein, su captura en diciembre de 2003 y su ejecución en diciembre de 2006.

La guerra puso a prueba la imparcialidad y objetividad de los hombres de prensa, especialmente norteamericanos. Se confirmó la aceptada afirmación de que en una guerra la primera víctima es la verdad.

 Al respecto, el blog Periodismo en las Américas ha difundido el siguiente artículo:

Diez años después del inicio de la guerra de Irak, los medios estadounidenses reflexionan sobre su contribución a la invasión. Muchos críticos de la cobertura previa a la invasión opinaron que los medios perdieron su horizonte en función del patriotismo, y aquellos que criticaron los motivos de la misma, lo hicieron por lo general en sus últimas páginas.

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Muchos analistas dijeron que los periodistas perdieron su activo más importante, el escepticismo. Señalando que un perverso pensamiento de grupo impregnó los medios de comunicación, Paul Waldman, editor colaborador de American Prospect, escribió en un editorial para CNN que en el período previo a la guerra, cuando “las banderas se agitan y los disidentes están siendo llamados traidores, el coraje de los medios tiende a disiparse“.

No obstante, algunas organizaciones de noticias rompieron con la tendencia favorable a la guerra que se observaba en los medios. Muchas editoriales elogiaron a John Walcott, jefe de la compañía de periodicos Knight-Ridder, y a los reporteros Jonathan Landay y Warren Strobel por su labor informativa crítica.

En declaraciones a ​Christiane Amanpour, de CNN, Landay dijo que en esos momentos se encontraba ”solo”, resistiendo en contra de las historias predominantes en los medios, impulsadas por reporteros como Judith Miller, del New York Times, según un editorial del Washington Post.

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Después de la invasión, los reportajes de Miller fueron denunciados como parte de una estrategia de propaganda elaborada por la administración Bush en la que se filtró información engañosa a la reportera, la cual después de haber sido publicada en el Times, atrajo apoyo a la guerra, de acuerdo con Waldman y otros. Jack ​Schafer, de Slate, escribió un relato detallado de los reportajes de Miller en 2003.

De acuerdo con un editorial de Los Angeles Times, Landay reflexionó sobre el estado de los reportajes relacionados con la seguridad nacional, lamentándose:

“ Una de las cosas que ha estado muy mal en el periodismo de Washington es la ”adicción a las fuentes”, la “adicción al acceso”, y la idea de que con el fin de mantener el acceso a las personas de la Casa Blanca o la oficina del vicepresidente, o a un alto mando, tienes que bailar al son de ellos. De eso no se trata el periodismo”.

Diferentes periodistas entrevistados por el Huffington Post señalaron que los reporteros deben estar “vigilantes” cuando hablan con fuentes gubernamentales.

“No te dejes intimidar por lo que lees en algún otro lugar. No te dejes intimidar por personas con títulos llamativos”, aconsejó Wolcott, “El valor de una fuente es a menudo inversamente proporcional a su rango“, según Los Angeles Times.

Posteriormente, en una entrevista del Huffington Post con Landay, el periodista, quien ahora trabaja para McClatchy, comentó que los reportajes sobre seguridad nacionales han sufrido a medida que se contrae la industria de la prensa. Sus comentarios se producen justo con un reciente informe publicado por el Centro de Investigaciones Pew criticando el estado de preparación de los medios estadounidenses a la hora de cuestionar las afirmaciones del gobierno.

Según una investigación realizada por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), 150 periodistas y 54 empleados de los medios murieron en Irak durante la invasión liderada por los Estados Unidos, desde marzo de 2003 hasta diciembre de 2011, cuando se declaró el final de la guerra.

 

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