Archivo por meses: febrero 2013

El periodismo es el culpable de lo que ocurre

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    Los mensajeros de la Antigüedad se exponían a perder la vida cuando llevaban noticias infortunadas a los poderosos.

    Muchas crónicas y obras literarias dan testimonio de ello: promesas de oro y perlas si las nuevas eran las que se esperaban ansiosamente y azotes, tortura y muerte en el caso contrario.

    En la Edad Media era costumbre azotar al mensajero portador de malas noticias, aunque ya no se le daba muerte.

    Actualmente matar al mensajero  alude a la indignación que provocan quienes dan a conocer malas noticias, aunque esa indignación yerre el blanco. Y los periodistas son quienes dan las incorrectamente llamadas malas noticias (en realidad los sucesos son los malos, la información solo da cuenta de lo sucedido) y las autoridades son las indignadas.

Es la situación que se presenta casi siempre- y seguirá presentándose- cuando los gobiernos critican la información periodística por “exagerar  los hechos y crear ambientes negativos de zozobra e inquietud en la sociedad”.

Tal es lo que ha ocurrido en los últimos días a raíz de los asesinatos en una notaría y del fotógrafo Luis Choy.

Tanto el Presidente como el Jefe del Gabinete han expresado duros comentarios por las coberturas de los casos, por lo que ellos han considerado “demasiado extensas, reiterativas y promotoras de los delincuentes”

En realidad, tal vez lo que ellos hubieran querido es que se informara brevemente…o que no se informara.  Cada emisión fue como un dedo acusador por la ineficaz lucha contra la delincuencia y la inseguridad ciudadana.

No sólo los medios periodísticos sino también casi todos los sectores de la sociedad criticaron la posición del gobierno.

Una de las opiniones fue la de Keiko Fujimori , la lideresa de Fuerza 2011, quien manifestó: “Señor Humala, si el 68% de la población ha sido víctima de robo, el problema no son los medios de comunicación, es la ineficacia de su gobierno”

 

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Jonathan y Charlotte, el aclamado y juvenil dúo británico

En la última edición del sintonizado programa Britain’s Got Talent ( Gran Bretaña tiene talento) del año pasado, causó sensación desde su primera aparición un dúo de cantantes adolescentes,  luciendo una vestimenta informal y un aspecto físico bastante disparejo.

El jurado y el público recibieron a los jóvenes con escepticismo. Pero, después de su interpretación todos quedaron ruidosamente impresionados por la pareja. Fue entonces que Simon Cowell el más célebre de los panelistas, tuvo la infeliz recomendación para que el dúo se separara. Pero los concursantes rechazaron el consejo, lo mismo que el público.

Semanas después, al terminar el certamen, Cowell no sólo se disculpó por su torpeza, sino contrató al ya exitoso dúo por casi dos millones de dólares para su disquera Syco.

Jonathan Antoine (ahora de 18 años) y Charlotte Jaconelli (17), originarios de Essex, Inglaterra, conocidos como Jonathan y Charlotte, integran la pareja de cantantes que mezcla los estilos pop y clásico. Ellos terminaron segundos en la sexta edición del certamen televisivo. Sólo fueron superados por un perro bailarín.

A pesar de no ganar, como se ha indicado, el juvenil dúo fue contratado por la disquera del famoso promotor y conductor televisivo Simon Cowell . Desde entonces, han lanzado su álbum Together (Juntos), que alcanzó el número 5 en las listas del Reino Unido. El álbum también fue lanzado en los EE.UU. y Canadá en octubre de 2012.

La poderosa cadena ITV (Independent Televisión) emitió documental sobre el éxito de los adolescentes el 2 de noviembre de 2012 en el horario estelar de las 21:00 horas. Se centra en cómo los dos adolescentes británicos saltaron a la fama, y lo que les ha sucedido desde entonces. También incluye entrevistas con aquellos que los conocían mejor.

Jonathan y Charlotte hicieron una gira por Italia y Francia, con el objeto de completar su educación musical en una especie de “escuela de perfeccionamiento” para los graduados en concurso de talentos. En Italia recibieron una orientación valiosa de Leone Magiera, profesor de canto de Luciano Pavarotti, en su bello departamento en Bolonia, y visitaron el famoso teatro La Scala. En Francia tuvieron una clase magistral del aclamado tenor Rolando Villazón, una figura de la ópera.

No es la primera vez, que el concurso de talentos británico lanza a la fama del canto a figuras desconocidas. Los más recordados fueron los casos de Paul Potts, un vendedor de celulares, y de Susan Boyle, quien invertía parte de su tiempo como voluntaria en una iglesia de Escocia.

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Los apuros de Berlusconi por la protesta de jóvenes semidesnudas.

Cuando el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi fue a depositar su voto para los comicios legislativos en un colegio electoral de Milán, fue recibido airadamente por tres jóvenes semidesnudas.

Ellas son integrantes del colectivo feminista Femen. Además de enseñar sus pechos, donde llevaban escrito con enormes letras “¡Basta Berlusconi!”, lanzaron gritos contra el controvertido político.

Después de un bullicioso enfrentamiento, las jóvenes fueron apartadas del lugar por la Policía.

Los comicios revelaron que la agrupación del magnate Berlusconi ocupa el tercer lugar entre las fuerzas políticas italianas. También que necesariamente los dos primeros partidos tienen que unirse para formar gobierno sin una aplastante mayoría, lo que podría ocasionar nuevos comicios, y , con ello, alargar la inestabilidad en Italia y una seria preocupación en Europa, cuyas bolsa de valores sufrieron una significativa caída en sus cotizaciones.

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Luis Choy y la historia de una de sus mejores fotos

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El asesinato de Luis Choy,  fotógrafo de El Comercio, ha estremecido al país y provocado una demanda general para que el Gobierno adopte medidas más efectivas para enfrentar a la delincuencia.

En el 2007, Luis Choy captó una imagen tras el terremoto de Pisco que tuvo difusión internacional.  Meses después, buscó y encontró a sus personajes

Milagros Leiva, la destacada periodista y ahora exitosa entrevistadora televisiva, escribió el 2008 esta crónica de esa búsqueda:

La muchacha que tiene la mano sangrante y el rostro inerte se llama Olivia Saavedra, tiene 22 años y estudia Literatura en Ica. Le entusiasma leer a José María Arguedas y quiere hablar inglés. Sabe cocinar. El muchacho que tiene en sus brazos a Olivia y que la mira con intensa piedad se llama Dante Anchante, tiene 25 años y no estudió en la universidad. Es mototaxista y por cada carrera cobra un sol. Antes fue obrero. Los dos viven en la Villa Túpac Amaru, a diez minutos del centro de Pisco, en el distrito de San Clemente. Tienen una hija. Se llama Allison y en marzo cumple 3 años. Dicen que pronto se casarán, que solo están juntando dinero.

El 16 de agosto del 2007, los periodistas Ricardo León y Luis Choy llegan al centro de Pisco, al hospital San Juan de Dios. Caminan entre los escombros y los lamentos: ven cuerpos regados, muertos, heridos. Ven familiares impotentes. Han pasado doce horas del terremoto y Luis Choy está turbado con el dolor. Casi mareado. Dispara porque sabe que sus imágenes serán el mejor apoyo para los sobrevivientes. Sujeta su cámara. Respira. Camina por los pasadizos, entre los vivos y los muertos. En uno de los salones divisa una pareja tendida sobre un colchón, bendecida por la luz del amanecer, por la luz de la vida. Dispara. Cada foto es una lágrima.

La muchacha que hoy tiene una cicatriz en la mano y el rostro surcado por la melancolía recuerda cada detalle del 15 de agosto. Se despide de su esposo en el paradero de Cinco Esquinas. Le dice que se ven después del inglés. Olivia camina hacia su Instituto Peruano Canadiense, en la calle San Juan de Dios, a media cuadra de la plaza de armas, frente al hospital. Llega a las seis y media, la hora fijada para el inicio de clases. Diez minutos antes del sismo. La furia la alcanza en su salón. Corre al pasadizo mientras el piso se sacude, pero una pared no la deja continuar. Olivia recuerda la cortina de polvo, los gritos, el dolor en la pierna. Solo quiere respirar.

¿Quiénes eran?

Luis Choy busca la mirada de su compañero, de su amigo Ricardo León que ahora es el encargado de escribir la historia. Lo mira en silencio, como pidiendo apoyo, y vuelve a disparar. Ninguno de los dos apunta el nombre de la mujer. El fotógrafo solo la recuerda casi desvanecida, junto a un hombre que la protege. Lo narra en la camioneta que nos lleva a Pisco en otra misión periodística. Ya no vamos al encuentro de la muerte, ahora queremos conocer a los sobrevivientes. ¿Quiénes son? ¿Esposos? ¿Madre e hijo? ¿Vecinos? ¿Hermanos? ¿Amigos? ¿Quién eres muchacha débil? ¿Cómo te llamas, tú que miras con tanto amor? ¿Dónde están?

 El muchacho que hasta hoy podría seguir teniendo en sus brazos a Olivia recuerda sus caminos del 15 de agosto. Se despide de su esposa en el paradero y se va con su pequeña Allison al taller de autos para ver si está lista la combi de su suegro policía. Cuando comienza el terremoto, Dante corre cargando a su hija hasta la villa, quiere dejarla sana y salva con su suegra. Luego busca a Olivia. Todavía recuerda las tres horas que deambula rastreando a su mujer. Se ve corriendo por la carretera, con el estómago hecho puño. Llega a la plaza y ve el espanto, escucha los gritos de la muerte y corre con el corazón hacia el instituto. Es una cuadra, pero el camino se torna infinito. Todo está destruido. Olivia no está. Cruza al hospital, corre al Seguro Social. Olivia no está. Vuelve al hospital, voltea los cuerpos de las mujeres muertas. Llora y reza que ninguna sea su mujer. Dante corre de un lado a otro. Olivia no está. Llora y silba. Silba mucho porque así le pasaba la voz cuando la conoció.

No existe huella alguna para encontrarlos, salvo el hospital que los alojó. No hay nombres ni edad, salvo la herida de la mujer. Actuamos como detectives, ponemos nombre a la comisión: Misión La Piedad. Objetivo: encontrar a la pareja. Es una aguja en un pajar, dice Ricardo Reátegui, videorreportero de la web. Será difícil, pero sí la hacemos, agrega Joaquín Ortiz, redactor también de la web. Hay que tener fe, sentencia Gonzalo Gutarra, incansable chofer del diario. Luis Choy confía: Quiere conocer a la pareja que tanto lo socavó. Yo le rezo a mis hadas: Quiero saber si ese amor que registra la foto los salvó.

El rescate de la muchacha

La muchacha de la mano triste recuerda cómo la rescatan tres amigos de una compañera que también queda atrapada. Le sacan los escombros de encima y la dejan sola, en la oscuridad. Olivia no puede caminar. Su pierna está dormida. La tierra vuelve a temblar y ella teme que le caiga otra pared. Hunde su pie en el dolor y camina. Sola. No quiere morir. Piensa en Allison y presiente que su hija está bien. Piensa en Dante, en su mamá, en su papá, en sus tres hermanos. Y llora. Se siente sola. Escucha gritos, la muerte camina y Olivia se asusta. Se siente sola. En el hospital una enfermera le dice que no pueden atenderla, que hay personas más graves y asiente en silencio. Su mano sigue abierta y sangra, pero no dice nada porque ve moribundos. Llora su dolor en silencio. No reclama. Demasiada tragedia para pensar en su mano. Olivia no lo sabe, pero su piedad la llevará a la salvación. El suegro de su hermana Zenaida la encuentra en el patio, debilitada. La lleva a la casa de su madre. De allí en adelante la historia de su recuperación solo tendrá que ver con el afecto. Con el amor de su madre que ingresa a su casa para sacar un colchón y una frazada sin importar que le digan que puede derrumbarse.

Con el amor de su padre policía que pide permiso para dejar su puesto porque hay que cerrar la herida. Con el amor de Dante que llega a la casa mojado en lágrimas para enterarse de que Olivia ya apareció y que hay que correr para no separarse más. Olivia no lo sabe, pero luego escuchará las palabras de Dante mientras le cosen la mano en la penumbra de la posta de San Clemente. En la madrugada la llevarán a Ica porque el dolor en su cuerpo no cesa, pero tampoco la atenderán. Y a las seis de la mañana del viernes 16 su padre volverá a cargar su cuerpo para regresar a Pisco y Olivia cogerá otra vez el brazo de su hombre para poder respirar. Olivia no lo sabe, pero en unas horas solo escuchará la voz de Dante que le dice: Tú eres fuerte, Olivia. Tú eres fuerte. Y a las siete de la mañana, doce horas después del horror, Dante verá que un fotógrafo les toma fotos y ni fuerzas tendrá para pedirle ayuda. Y a esa hora Olivia tendrá siete de hemoglobina y mucha sangre perdida, pero en un rato más la llevarán a Lima, en un avión, para diagnosticarle fisura en la costilla y policontusiones, para sacarle piel de una pierna y coserla en su mano izquierda. Olivia no se entera, pero la gente le tendrá piedad.

A los dos días de buscarla, el equipo celebra sus apuestas. La fe, el instinto y la obsesión mueven a los periodistas. Ahora solo queda que Olivia y Dante cuenten su historia.

 

 

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El asombroso ballet acrobatico chino

 El ballet “’El lago de los cisnes”’, con música de  Tchaikovsky,  ha sido interpretado en muchas versiones coreográficas en incontables de ocasiones.

La versión original, en 4 actos,  fue estrenada en 1895 en el Teatro Maryinski de San Petersburo, con la coreografía de Marius Petipa.  Desde entonces integra el repertorio de las más grandes compañía del ballet clásico del mundo.

Esta vez una compañía china de ballet  se ha atrevido con la representación. El resultado es un espectáculo emocionante y casi increíble por las acrobacias de que son capaces de realizar los bailarines estelares. Él  es capaz de sostener sobre un brazo extendido a la bailarina formando el cuello del cisne en un dinámico movimiento.

La historia original ha sido modificada para dar cabida a algunos elementos novedosos que asombra al público que asiste a las representaciones.

La compañía de baile, con 70 artistas, proviene de la provincia meridional de Cantón. Su fama ha atravesado fronteras y ha realizado decenas de giras por 80 países. Desde su fundación, ha ganado 18 medallas en competencias internacionales

 Los dos principales bailarines-acróbatas  son una pareja en la vida real.

 

 

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Internet está cambiando la forma en que funciona nuestro cerebro

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Nuestro cerebro cambia constantemente con cada experiencia, mientras pasa una persona delante nuestro, cuando vemos la televisión, al leer este artículo (confío en que sea para bien) o al dormir. Pequeños o grandes cambios, cambios temporales o permanentes. No puede constituir ninguna sorpresa que, dado el tiempo que dedicamos a Internet, la red esté cambiando nuestro cerebro.

En los últimos años han aparecido una serie de artículos que llaman la atención sobre este hecho. ¿Nos está haciendo Google estúpidos?, Enganchados a la tecnología y pagando un precio, La web desenfoca, Opinión sobre los nuevos medios del preclaro psicólogo Steven Pinker o un reportaje de Science Los efectos de Google en la memoria que ha traído otros análisis El efecto Google: cambios en nuestro cerebro o 15 formas en las que Internet está cambiando nuestro cerebro

El recuerdo y la búsqueda

En uno de los estudios de Science se les pidió a los sujetos que realizaran una serie de tareas. A un grupo se le dijo que los resultados se guardarían y al otro no. El primero apenas recordaba los hechos y el segundo recordaba mucho más.

Sabemos que la información está en la red. Internet es nuestro disco duro. La información está alcance de nuestros dedos, en el teléfono que está en nuestro bolsillo. No realizamos esfuerzos por recordar las cosas. Todo nuestro esfuerzo consiste en saber localizarlas. En otro estudio realizado con 34 estudiantes de Columbia, se mostró que recordaban mejor las carpetas en las que habían almacenado la información que la información misma.

Esto tiene un efecto en la escuela. Cada día es menos relevante aprender de memoria. Y parece que es menos útil. El saber sí ocupa lugar y esfuerzo y no debemos malgastarlo en cosas que podemos encontrar en Google. En este sentido tenemos que aprender creativamente y comprender los hechos más que memorizarlos. Sintetizar y analizar la información en lugar de recordar hechos. La memoria es una compresión en la que sí se pierde información (como bajar la calidad de una imagen).

Pero todo tiene una contrapartida. Existe una capacidad mental llamada meta cognición: sé que lo sé aunque ahora no lo recuerde. Google es su gran aliado. Sin embargo, tengo que haber estudiado historia y haberla olvidado para saber que existieron unos reyes, buscar la información y ponerla en contexto. No saber nada porque todo está en la red es un inmenso error.

La multitarea y la concentración

Es un tema muy controvertido. Surfeamos en la red a la vez que vemos la televisión, ponemos un mensaje o escribimos en twitter. Estamos permanentemente en modo multitarea.

Hacemos muchas cosas a la vez… y ninguna bien. El cerebro está diseñado para realizar tareas en paralelo siempre que estas sean sencillas: andar, comer o ver. Pero a la hora de realizar tareas complejas es un cuello de botella. Las investigaciones son claras: unas tareas interfieren en las otras y todas se ven afectadas. Desde luego puede argüirse que el resultado global mejora: en el mismo tiempo hacemos más cosas aunque todas un poco peor. El problema surge cuando el modo multitarea es sistemático y perdemos la capacidad de concentrarnos en una sola cuando requiere mucho esfuerzo: simplemente la abandonamos.

Desde que aparecieron las herramientas digitales escribimos mucho más, es algo innegable.

Pero también leemos de una forma distinta. Ya no lo hacemos de izquierda a derecha sino de arriba a abajo, saltando entre títulos, subtítulos y negritas. Escogemos lo que creemos relevante y saltamos a otro tema. Ponemos atención pero solo parcial. Y cuando el texto es largo, sea impreso o digital, nuestra mente empieza a vagar. E incluso cuando nos desconectamos, nuestro cerebro sigue enganchado. La falta de concentración y el pensamiento fragmentado persiste, interrumpiendo el trabajo, la familia o amigos y el tiempo offline.

Nos interesa lo novedoso, emprender algo nuevo más que acabar lo empezado

Con el bombardeo de información estamos obligados a seleccionar lo relevante y en este sentido, lo hacemos mejor. Ya no leemos lo que hay sino que seleccionamos y elegimos. Pero estamos enganchados a la recompensa fácil. Las herramientas digitales proporcionan un refuerzo inmediato, la demora en la satisfacción es intolerable y por el contrario estar conectados resulta imprescindible.

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Y además es un proceso muy rápido. En un estudio se mostró que en apenas cinco horas de Internet nuevos usuarios ya mostraban los mismos hábitos que los expertos. Un test realizado en Stanford muestra que los usuarios persistentes de Internet tienden a pasar por alto información antigua y valiosa, y en su lugar prefieren buscar nueva información.

¿Es esto malo o bueno?

Según Steven Pinker:

Los nuevos medios nos han enganchado por una razón. El conocimiento crece exponencialmente, pero la capacidad intelectual humana y las horas de vigilia no. Afortunadamente, Internet y las tecnologías de la información nos están ayudando a gestionar, buscar y recuperar nuestra producción intelectual colectiva a diferentes escalas, desde Twitter y las vistas previas hasta los e-books y las enciclopedias online. Lejos de hacernos tontos, estas tecnologías son lo único que nos mantendrá inteligentes.

El uso es bueno y el abuso malo. Un rato con la consola es bueno y tres horas diarias no. Tener una dieta variada es saludable y comer solo pasteles perjudicial. El nuevo universo digital no es dañino ni nos limita. Por el contrario nos estimula y nos permite tener una visión más amplia y más rica del mundo en que vivimos. No solo es enriquecedor sino además imprescindible. Basta un poco de control y mesura para disfrutar de todo

(Fuente:http://alt1040.com/author/antonioorbe)

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La NASA tranquiliza: No hay asteroides que amenacen a la Humanidad en los próximos siglos.

http://blog.pucp.edu.pe/media/3678/20130221-a_asteroide1.jpg

 El responsable de la NASA para la detección de asteroides acaba de asegurar en Viena que no existe ningún cuerpo celeste que suponga una potencial amenaza letal para la humanidad a cientos de años vista.

 “No hay ningún objeto de más tamaño de un kilómetro que pueda impactar en la Tierra en los próximos cientos de años”, dijo este miércoles en una rueda de prensa Lindsey Johnson, director del proyecto sobre objetos cercanos a la tierra de la NASA.

 El experto explicó que una colisión con un asteroide de al menos un kilómetro de diámetro se produce una vez cada millón de años, pero que, de producirse, tendría consecuencias absolutamente catastróficas para la humanidad.

     “Si un objeto de un kilómetro impactase la tierra, tendría consecuencias globales, como levantar una capa de polvo que bloquearía la llegada de la luz solar por días o meses”.

 La NASA ya ha descubierto y catalogado alrededor del 95 por ciento de los asteroides de al menos un kilómetro de diámetro que se encuentran en la órbita de la Tierra y potencialmente capaces de causar una catástrofe planetaria, aseguró.

 Johnson destacó que se están haciendo esfuerzos para mejorar la tecnología de detección de objetos espaciales más pequeños, de cientos de metros o menores.

 El meteorito de 17 metros de diámetro que cayó sobre Rusia y que causó unos mil heridos no se vio con anticipación porque apareció por la cara diurna de la Tierra, según el experto de la NASA.

 Para el mexicano Sergio Camacho, director del Equipo de Acción de la ONU sobre objetos cercanos a la Tierra, en casos como el del meteorito de la semana pasada se podrían haber evitado numerosos heridos con sencillos consejos.

 Johnson coincidió con el mexicano y subrayó que hay que avanzar en ciertos conocimientos básicos sobre este tipo de sucesos.

     “Al igual que la gente sabe que cuando la marea retrocede (antes de un tsunami) no es un buen momento para darse un baño, se debe de saber que si ves un destello brillante en el cielo, es mejor no acercarse a la ventana porque si revienta el cristal te puede herir”.

 Un grupo de trabajo de Naciones Unidas, bajo la dirección de Camacho, ha propuesto por primera vez en esa reunión un plan de coordinación internacional para detectar asteroides potencialmente peligrosos y, en caso de riesgo para la Tierra, preparar una misión espacial con capacidad para desviar su trayectoria.

Detlef Koschny, responsable del programa de objetos cercanos a la Tierra en la Agencia Espacial Europea (ESA), calcula que una misión espacial para tratar de alterar el rumbo de colisión de un asteroide con la tierra podría costar casi 500 millones de dólares.

(Publicado por Periodista Digital)

 

 

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El singular elefante futbolista

Este es Namibia, un elefante huérfano de cuatro toneladas, un verdadero espectáculo por su dominio del balón de fútbol. Vive en  el Parque de Elefantes de Knysna en Sudáfrica.

 Pero no es el único. Hay una docena de elefantes huérfanos en el parque, todos de diferentes edades. Todos vivieron experiencias traumáticas, separados de la comodidad y de las relaciones esenciales en el ambiente salvaje, y ahora están creando vínculos con sus adiestradores humanos. Cada elefante es un individuo distinto y la compenetración con sus adiestradores toma años en desarrollarse.

 “Es terapia de desarrollo cognitivo”, dice Greg Vogt, administrador del parque. “El futbol y jugar con balones de futbol les da un elemento en la relación con los adiestradores y los elefantes. Cada elefante es un individuo, una personalidad específica y cada adiestrador tiene su propia personalidad”.

 Khulumani Moyo es uno de los adiestradores que se encarga de Namibia desde hace algún tiempo. Él conoce a todos los elefantes del parque y los cuidados necesarios para su bienestar. “Aquí están disfrutando de una segunda vida”, dice. Luego señala a Namibia con particular orgullo. “Como se puede ver es saludable, está feliz aquí”.

 La relación entre los elefantes huérfanos en el parque, y los pocos que permanecen en la vida salvaje, no está clara. Pero en el parque están usando el futbol para construir vínculos más fuertes entre los humanos y los elefantes, y para aprender más sobre cómo estos animales entienden el mundo a su alrededor.

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La pareja de los cambios mágicos de vestuario

David y Diana son una pareja que asombra por su vertiginoso, sorprendente acto de magia. Con rapidez extraordinaria cambian de vestimenta dando un espectáculo que logra impresionar a sus audiencias. Se han presentado en diferentes escenarios del mundo con notable éxito.

Ellos participaron en el famoso concurso de la televisión norteamericana American Got Talent ( América tiene talento), como invitados especiales. Sin embargo, dicha participación fue duramente criticada por uno de los tres miembros del jurado, en clara oposición al entusiasmo de los otros dos, por lo que David y Diana no pasaron a las etapas decisivas.

El público asistente pifió y censuró la posición del miembro criticón.
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La teoría de las ‘ventanas rotas’

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En 1969, en la Universidad de Stanford, (USA), el Prof. Phillip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y color.

Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos, abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes, y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada lugar.

El auto del Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas, ya sea robándose lo utilizable o destruyendo el resto. El de Palo Alto se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito, postura en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras (de derecha y de izquierda).

Pero el experimento no finalizó allí. A la semana, cuando el auto del Bronx estaba deshecho y el de Palo Alto impecable, los investigadores rompieron el vidrio de este último. Como resultado, se desató el mismo proceso que en el Bronx: robo, violencia y vandalismo. ¿Por qué un vidrio roto en el auto del barrio supuestamente “seguro” desata un proceso delictivo?

Es que no se trata de pobreza. Es evidentemente algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Acá viene lo interesante: un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, desinterés, despreocupación, que va rompiendo códigos de convivencia. Es como una sensación de ausencia de ley, de normas, de reglas, algo así como que “vale todo”. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.

En experimentos posteriores, (James Q. Wilson y George Kelling), desarrollaron la “teoría de las ventanas rotas, la misma que desde un punto de vista criminológico, concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe el vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás.

Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importar a nadie, entonces allí se generará el delito.

Si se cometen pequeñas faltas (estacionar en lugar prohibido, exceso de velocidad o no respetar luz roja), y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si permitimos actitudes violentas como algo normal en el desarrollo de los niños, el patrón de desarrollo será de mayor violencia cuando estas personas sean adultas.

Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a los asaltos), serán los delincuentes quienes ocuparán esos espacios.

La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década del 80 en el Metro de Nueva York, en aquellos años el lugar más inseguro de la ciudad. Se comenzó de lo pequeño a lo más grande: grafitis, suciedad, ebriedad, evasiones del pago de pasajes, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes, lográndose hacer del subte un lugar seguro.

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