Beethoven y Pérez Prado: una fusión increíble

El músico y director de orquesta japonés Akira Miyagawa logró un impacto notable en Tokio cuando estrenó una fusión de dos obras de la cultura universal: la Sinfonía #5 de Beethoven y el Mambo #5 del compositor cubano Dámaso Pérez Prado, en una interpretación a cargo de una numerosa y juvenil orquesta, integrada por sus alumnos.

La versión en YouTube ya ha tenido más dos millones de visitas.

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Akira Miyagawa es un conocido músico, compositor y director de orquesta, que fue el encargado de hacer la banda sonora del Anime de Kirby, así como otra Anime TV, Emily of New Moon (basado en la novela canadiense del mismo nombre).

Graduado en la Wako High School, Miyagawa ha compuesto música para la compañía del Teatro Shiki y para Disneylandia de su país.

Con mucho esfuerzo, Miyagawa de 52 años unió el ícono de la cultura clásica y un representante de la vasta cultura popular del país caribeño, algo que para muchos parecía imposible.

Probablemente la idea del japonés se basó en el disco Rhythms del mundo, grabado por el Buenavista Social Club y varios cantantes de habla inglesa, fonograma donde se ven fusiones parecidas a esta.

No obstante hay que destacar la imaginación de Miyagawa quien ha demostrado poseer un desbordante talento para los arreglos pues consiguió una transición perfecta entre ambas obras sin desprestigiar el sentido de cada una.

La Sinfonía #5 en do menor fue compuesta por Beethoven entre 1804 y 1808, y es conocida principalmente por su furioso comienzo que se utiliza a menudo para significar interrogante, misterio.

La música del mambo fue originada en La Habana del año 1930. Dámaso Pérez Prado y Beny Moré la hicieron popular en México, y después en el resto del mundo, a mediados de la década de los 1950.

El mambo se desarrolló originalmente a partir del danzón, ritmo que por esa época predominaba en el panorama musical cubano, pero pronto evolucionó hacia un tempo más acelerado. La interdependencia creciente entre músicos y bailadores hizo posible que la percusión fuera adquiriendo poco a poco un papel cada vez más predominante.

Los arreglos orquestales de Dámaso Pérez Prado, que dirigía una orquesta de formato jazz-band, le aportaron un sonoridad nueva, sin precedentes hasta entonces, donde se fusionaban elementos del jazz norteamericanos en los metales y los ritmos afro-cubanos en la percusión.

Con la fusión de Miyagawa, el mambo de Pérez Prado recupera su esplender original pues en los años cincuenta del pasado siglo ocasionó furor en Europa y América, como uno de los ritmos más llamativos y pegajosos de la historia musical.

Puntuación: 5.00 / Votos: 1

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