Archivo por meses: mayo 2010

LA POLITICA Y EL PERIODISMO

Mis decenas de años en el periodismo, en especial en la televisión, me convencieron de que los políticos, en particular los gobernantes, y el público respetan y hasta temen mucho la labor de los medios de comunicación.
En mis primeros años en la profesión era lugar común el caso de un congresista que rogaba a los periodistas a tenerlo presente. Decía “hablen de mí, mal, pero hablen. No me olviden”.

Y todo esto porque la prensa es una instancia del poder. Por eso hay una enorme tentación por parte de políticos sin escrúpulos y poca base democrática de invadir el espacio de la libertad. Hoy en día se gobierna desde los medios, de ahí ese afán del poder político.

Los gobernantes, por lo común, no se sienten cómodos ni especialmente complacidos con los medios de comunicación. Y esto se demuestra cuando el periodismo tiene que informar sobre los hechos y sucesos que se consideran negativos, que en alguna forma afectan la gestión de los gobiernos.

Ya en el siglo XVIII, el presidente norteamericano Thomas Jefferson afirmaba: « La triste verdad es que la supresión de la prensa no podría privar a la nación de sus beneficios más de lo que ya la priva su sumisión prostituida a la falsedad… Añadiré que un hombre que jamás mire un periódico estará mejor informado que quienes los leen, por lo mismo que quien no sabe nada está más cerca de la verdad que quien tiene la mente repleta de falsedades y errores». Así intentaba defenderse de las críticas que los periódicos hacían a su administración, quien diez años antes había firmado la frase conocida «prefiero periódicos sin gobierno, que gobierno sin periódicos».

Pocos años después, en Francia, Napoleón expresó: «La libertad de la prensa debe estar en manos del gobierno, la prensa debe ser un poderoso auxiliar para hacer llegar a todos los rincones del Imperio las sanas doctrinas y los buenos principios. Abandonarla a sí misma es dormirse junto a un peligro. Tres diarios adversos son más temibles que mil bayonetas».

Las Críticas de Churchill

Durante la Segunda Guerra Mundial, en una sesión de gabinete, Winston Churchill criticó severamente a la British Broadcasting Corporation (BBC) calificándola de un enemigo al interior de la propia casa, que hace más daño que bien. En la Guerra de Corea, el Jefe de Prensa del General MacArthur trataba a los periodistas como “enemigos naturales”. Inclusive ordenó que dos corresponsales fueran expulsados por haber transmitido despachos que proporcionaron “ayuda y comodidad al enemigo”. Pronto el general MacArthur implanto la censura total. Fue en realidad una confirmación del axioma de guerra que algunos comandantes temen más a la prensa que al enemigo.

Otro caso que destaca el poder del periodismo fue cuando el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, acusó a los medios de comunicación de haber forzado su salida de ese organismo multilateral.

En el Perú

En el Perú, en los últimos meses, el Presidente Alan García emite con especial frecuencia comentarios muy críticos sobre la labor de los medios. Así en un acto del programa Agua para Todos, Alan García Pérez fustigó públicamente a la prensa, a la que tildó de “chismosa” porque no difunde –como él quisiera– las obras sociales que emprende su gobierno.

“Yo me pregunto: ¿dónde se informa con objetividad de eso (las obras públicas)? Se prefiere hablar de la secretaria de un congresista, se prefiere llenar páginas con cualquier chisme y por eso el pueblo no llega a enterarse ni conocer que el Perú tiene problemas, pero que también tiene avances futuros”, expresó.

El poder de los medios de comunicación se manifiesta con gran fuerza e influencia cuando existen en regímenes democráticos, en los que se respeta, mal que bien, la libertad de prensa. En esos regímenes los medios ejercen el Poder de Informar, que les da un papel preponderante en la marcha de las sociedades.

Cuando los gobiernos son dictatoriales, con poca o ninguna disposición a permitir esa libertad, entonces apelan a la estatización de los medios, en algunos casos radical, en otros disimulada (caso del régimen velasquista). También se apela a la compra de la línea editorial que conduce a una tarea informativa mediatizada y pro gobiernista, como sucedió en el régimen fujimontesinista, en la década del 90.

La Influencia en la Opinión Pública

Si bien está claro y sin mayores cuestionamientos las difíciles relaciones entre los medios y el Poder, no es tan fácil precisar con fundamentos, la influencia de los medios en la opinión pública.

Para algunos los medios son decisivos para que el ciudadano común actúe y proceda en determinada orientación. Hay muchos casos que avalan este criterio. Por ejemplo, cuando en 1969 hubo disturbios raciales en los Estados Unidos, se acusó a las trasmisiones televisivas de haber fomentado una revuelta, iniciada en Nueva York, en muchas ciudades norteamericanas, con fuerte población negra que se sintió solidaria con sus hermanos neoyorquinos. Sin embargo, en muchas localidades preponderantemente blancas no se registraron manifestaciones parecidas.

El ejemplo señala que los medios tienen influencia en la opinión pública cuando existe una predisposición o el ambiente favorable para el mensaje mediático.

Caso de Mario Vargas Llosa

El caso del candidato Mario Vargas Llosa en 1990 es una muestra de que cuando no hay consenso mayoritario en la ciudadanía toda la acción masiva y unánime de los medios a favor de determinada posición no logra cambiar la opinión de la gente. Como se sabe, Vargas Llosa fue apoyado por los medios, especialmente los televisivos, con los resultados conocidos. El gran novelista perdió las elecciones ante un candidato desconocido y sin mayor figuración en las encuestas previas.
En consecuencia, tal como piensan muchos periodistas, los medios no tienen siempre una influencia determinante en la opinión pública.

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CÓMO CREAR UNA REVISTA EN 48 HORAS

¿Se puede crear una revista de 60 páginas en sólo 48 horas? Pues esto lo hizo un grupo de periodistas de San Francisco. Aquí la versión que da el blog Periodismo de las Américas:

Un grupo de redactores y editores realizaron un experimento este fin de semana en San Francisco y usaron Internet para escribir notas, obtener fotografías, ilustrar, diseñar y editar una revista en sólo dos días..

Desde el mediodía del 7 de mayo y hasta el mediodía del 9, el equipo se reunió “para convertir 1,502 trabajos enviados de todo al mundo en un coro de voces armonizando sobre un mismo tema: la prisa,” explican los líderes del proyecto. El resultado final es una revista de 60 páginas que incluye el trabajo de periodistas y artistas experimentados junto con talentos nuevos.

Los editores de este gran esfuerzo colectivo (o “crowdsourcing”) esperaban unas 500 colaboraciones, pero recibieron el triple. El tema de la revista, “la prisa”, fue interpretado en muchos sentidos, desde la velocidad hasta el coloquialismo usado en inglés para referirse a una estafa. De este modo, las piezas publicadas incluyen desde una nota humorística sobre falacias científicas hasta un infográfico sobre el transporte de alta velocidad, explica el blog Digits del Wall Street Journal.

La revista fue enviada a imprenta el domingo y será despachada en aproximadamente una semana, precedida por una versión completa en línea, agrega Jennifer Valentino-DeVries en Digits. Se podrá comprar además desde el sitio de publicación propia MagCloud.

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LA INSOPORTABLE INDIGNIDAD DE SER PERIODISTA

Tal fue el título de una columna de opinión, firmada por John Carlin, de padre escocés y madre española, quien es posiblemente el periodista que mejor ha sabido conjugar política y deporte. Es el autor del libro “Playing the Enemy” llevado al cine por Clint Eastwood en Invictus, fruto de sus muchos años como corresponsal en Sudáfrica para el diario londinense The Independent. Se trata de la mejor descripción de lo que supone dedicarse al periodismo deportivo

Según Carlin se “debería incluir en todos los cursos de periodismo unas buenas sesiones de budismo zen, para que los jóvenes incautos que piensan meterse en este negocio adquieran las dosis necesarias de paciencia, filosofía, paz espiritual”. Agrega: “Conseguir una entrevista con un jefe de gobierno o con un líder guerrillero no es fácil, pero es un juego de niños comparado con el calvario de intentar conseguirla con un chaval de 20 años que es millonario gracias a su especial habilidad para patear una pelota.”

Por eso, sus reflexiones sobre el Periodismo con mayúscula merecen la pena leerlas:

El problema es la entrevista, materia prima tan imprescindible para el reportero como el arroz para la paella, el balón para Leo Messi, el peluquero para David Beckham.

Sin acceso a la gente indicada para determinada historia, no hay historia.
Lo que hay es fracaso, fracaso que puede conducir al desempleo.
Por eso lo primero que se requiere para ser reportero es persistencia, admirable virtud condenada siempre a rozar la humillación.
Uno llama o envía un correo electrónico solicitando hablar con alguien.
Puede ser el asistente del alcalde de un pueblo de 500 personas, o el gerente de marketing de una mediana empresa de tuberías, o un ministro, o un personaje mundialmente conocido.
Lo normal es que no te contesten ni a la primera, ni a la cuarta o que, peor todavía, te digan: “Mañana le decimos algo”.
Llega mañana y no te han dicho nada.
Al final coges el teléfono, llamas de nuevo y más de lo mismo.
A veces, al final, te dicen que sí y la entrevista se hace; a veces acabas en nada.

El proceso es así. Pierdes el tiempo, te estresas, te desesperas, quieres matar a alguien, quieres matarte a ti mismo, te preguntas:
“¿Por qué, por qué, por qué no le hice caso a mi mamá y me metí en un trabajo como Dios manda?”.
Ahora, lo peor, lo peor con diferencia, es ser un periodista deportivo.
O, para ser más exactos, un periodista cuyo trabajo incluye la necesidad de acceder a futbolistas de Primera.
Conseguir una entrevista con un jefe de gobierno o con un líder guerrillero no es fácil, pero es un juego de niños comparado con el calvario de intentar conseguirla con un chaval de 20 años que es millonario gracias a su especial habilidad para patear una pelota.
A veces ocurre que, después del denigrante proceso que acabamos de describir, te la conceden.
En tal caso es perfectamente posible que llegues al lugar indicado a la hora indicada (incluso después de abodar un avión) y te digan:
“Perdón, el futbolista ha cambiado de opinión. La haremos otro día”.
O que, como en el 90%, tengas que esperar una o dos horas más de lo previsto para tu audiencia con el pequeño rey (porque se demoró en la ducha, porque tenía que rematar el partido de PlayStation).
Y entonces, al final, cuando por fin has conquistado la gloria de tenerle enfrente, con la grabadora rodando, te transmite sin ningún disimulo la sensación de que podría estar haciendo cosas mejores (otro duelo de titanes en la PlayStation, comprarse otro Ferrari, tocarse las narices en casa).
Y después, después de tragarte tanta bilis, el terrible e inevitable desenlace es que no te ha dicho nada que sea remotamente noticia, que agregue una migaja a la suma del conocimiento humano.
Como el caso del jugador del Barça que hace una semana nos dijo:
“Necesitamos ganar los dos partidos finales para ganar la Liga”, pedazo de banalidad que dio titulares (sí, sí, a esto hemos llegado) en prácticamente todos los diarios españoles.
Hay gratas excepciones. Hay jugadores que te tratan como un ser humano.
Hay incluso algunos que te dicen algo que vale la pena.

Como Benoit Assou-Ekotto, francés del Tottenham, que la semana pasada le dijo a un afortunadísimo periodista inglés que su principal lealtad no era a la camiseta de su club, sino al dinero.
“¿Existe un jugador en el mundo”, dijo, “que firma por un club y dice, ‘Oh, adoro tu camiseta? Su camiseta es roja: ¡Me encanta!’. ¡Qué va! Lo primero de lo que habla es dinero”.
Casos excepcionales como el de este heroico, honesto y suicida francés son los que te animan a seguir en la lucha, a mantener viva la llama de la esperanza.
Pero al final muere, eso sí. Muere.
Y en ese caso no le queda más remedio al reportero que huir a la relativa paz del paro, o cambiar de bando (tomarse la venganza contra la profesión de pasarse al equipo de comunicación de un club de fútbol) o, cuando el desgaste ya ha sido demasiado y la energía y la paciencia se han agotado, encontrar la salvación en la prejubilación periodística del escritor de columnas de opinión.

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EL 3D PUEDE ACABAR CON LA PIRATERIA DE PELICULAS

Para muchos entendidos el 3D (tercera dimensión) no es sólo un nuevo sistema narrativo, sino una defensa contra la piratería.

Agregan que el cine empieza a defenderse y lo hace con un formato absolutamente nuevo, como es el 3D.
Explican que detrás del 3D no sólo está escondido el tema a tratar de dar al cine un sistema narrativo distinto, sino también el asunto de la piratería. Dicen que la historia del cine está llena de estos tipos de cambio y que el 3D probablemente no se restringirá sólo a películas de aventura y épicas.

En efecto, Sony, la poderos compañía japonesa que se está especializando en el desarrollo de la nueva tecnología, ya está fabricando el equipamiento necesario para transmitir en vivo todo tipo de espectáculos, especialmente los deportivos, en 3D. Anuncian que el próximo Campeonato Mundial de Fútbol en Sudáfrica estrenará en grande la revolucionaria tecnología.

En cuanto a la piratería de las películas, los entendidos opinan que los piratas tardarán de 10 a 15 años en conseguir la clave para descargar las películas 3D.

Piratería en el Perú

Sobre la piratería en el Perú, Daniel Schweimler, periodista británico de la BBC, escribió hace tres años este entretenido relato, con el título de “Piratería en las calles de Lima”:

La piratería es un problema en muchas partes del mundo, pero en la capital peruana, Lima, el mercado negro se ha vuelto parte normal de la vida cotidiana.

Antes de llegar me habían hablado sobre el mercado negro en Lima, pero aún así, me tomó por sorpresa.

Estaba en los límites del barrio chino limeño y recordé que un amigo me había pedido que le consiguiera una copia de la película Cars de Disney/Pixar para su hijo.

“¿Tienes Cars?”, pregunté a un vendedor.

Me pasaron una copia de Cars 2.

“Pero eso no puede ser”, alegué. “No ha sido filmada todavía. Cars 1 apenas está siendo estrenada en los cines hoy”.

“No ha sido distribuida”, dijo el vendedor con voz experta, “pero ya fue filmada”.

Y golpeó la caja con un dedo, antes de implorarme que lo siguiera por un laberinto de puestos de mercado cubiertos con láminas de plástico corrugado, cada uno de ellos vendiendo una enorme variedad de discos en formato DVD, en su mayoría de estrenos recientes de Hollywood.

Los que estaban exhibidos más prominentemente eran para niños.

Pero si mirabas más detenidamente en la penumbra, encontrabas la variedad normal de sórdidas películas pornográficas.

Difícil de resistir

En una esquina de este mercado negro estaban sentados dos guardias de seguridad uniformados.

Cada puesto tenía un televisor insertado entre las cajas, para demostrar a los clientes que estaban comprando videos ilegales de alta calidad.

Me hicieron una demostración de uno de los videos, en el que un filme corto antes de la presentación principal me decía que yo no robaría un auto ni una casa, y por lo tanto tampoco debería comprar un DVD pirata, pues eso también constituía un robo.

Creo que los vendedores no notaron la ironía.

Las imágenes eran un poco borrosas en los bordes, y el sonido estaba un poco distorsionado, pero definitivamente era un filme susceptible de verse.

Mitad son piratas

Se que no lo debí haber hecho, pero lo hice.

A un precio de tres soles (equivalente a un dólar), ¿quien puede resistirse a comprarlo?

La Alianza Internacional de Propiedad Intelectual, una organización basada en Estados Unidos que lucha por detener la piratería en todo el mundo, estima que cerca de la mitad de todas las películas vendidas en Perú son copias piratas.

El mercado legal de la música ha colapsado, pues no puede competir en una situación en la que 98% de toda la música se vende en el mercado negro.

Los libros son otro problema.

Mientras caminaba por el barrio chino de Lima, tenía que eludir a numerosos y entusiastas vendedores que me ofrecían los más recientes trabajos del autor peruano más conocido, Mario Vargas Llosa.

Pero había algo que estaba mal. “Mario Vargas Llos”, decía en la portada.

Nunca he oído hablar de el.

Hay otra historia que circula en Perú, y que podría ser cierta.

Según la misma, el popular escritor peruano Jaime Bayly estaba esperando en un semáforo cuando vendedores informales le ofrecieron una copia pirata de uno de sus propios libros.

Al reconocer al autor por la foto en la contraportada, el vendedor, sin sonrojarse, le ofreció un descuento.

Comercio vibrante

El comercio de bienes piratas en Perú ha sido avaluado en más de 2 mil millones de dólares anuales.

Y no se limita a libros, películas y música.

También hay un comercio vibrante en alcohol, cigarrillos, software de computadoras, juguetes y ropa de marca.

Más de la mitad de la economía peruana está compuesta por negocios informales que no pagan impuestos.

Más de la mitad de los 28 millones de peruanos viven por debajo de la línea de la pobreza y simplemente no podrían pagar los bienes legales.

Un disco compacto en una tienda puede costar 16 dólares.

La Alianza Internacional de Propiedad Intelectual ha pedido al gobierno peruano que tome medidas al respecto. El gobierno ha reaccionado con redadas constantes en los mercados negros, muchos de los cuales operan abiertamente a una cuadra de distancia de los juzgados y estaciones de policía de Lima.

También que debería imponer sanciones más fuertes a los culpables.

Sin embargo, en uno de sus informes, la Alianza señala que 150 oficiales de policía, armados con gas lacrimógeno y equipo antimotines, quienes efectuaron una redada a un conocido mercado negro limeño, fueron simplemente expulsados por los bien organizados vendedores informales.

Problemas de corrupción

No hay duda de que al gobierno le gustaría hacer más. Pierde millones de dólares en impuestos que no son pagados cada año, y los extranjeros no invierten.

El gigante petrolero anglo-holandés Royal Dutch Shell vendió sus estaciones de gasolina en Perú, diciendo que el contrabando de combustible desde Ecuador afectaba su operación.

Aquellos que se quedan deben invertir en medidas que hacen más difícil la piratería.

Grupos empresariales locales han exigido acciones más drásticas contra los mercados ilegales.

Pero los políticos dicen que dichos mercados se han convertido en una parte intrínseca de la sociedad peruana, y que cerrarlos llevaría a problemas de protesta social.

Además, millones de dólares de contrabando entran a Perú cada año a través de sus porosas fronteras con Bolivia, Chile y Ecuador.

La corrupción abunda entre sus funcionarios mal pagados y escasamente equipados en todas las fronteras.

Pero tal vez la dificultad más grande para resolver el problema radica en que simplemente se ha vuelto demasiado extendido, tan parte de la vida cotidiana que yo compré mi copia de Cars y me olvidé totalmente de que estaba haciendo algo malo
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¿DESAPARECERAN LOS DIARIOS DENTRO DE 30 AÑOS?

En la reciente clausura de los XXVII Premios Ortega y Gasset, Juan Luis Cebrián, periodista, escritor y académico, director fundador del diario “El País” y actual Presidente Ejecutivo de PRISA, el más poderos conglomerado mediático de España, vaticinó que dentro de 30 años desaparecerán los periódicos escritos porque no habrá lectores que los compren.
Éstas fueron sus principales reflexiones sobre la situación del Periodismo y de las empresas periodísticas, según versión del portal de Periodista Digital:

Nacida nuestra profesión al albur de las revueltas populares contra la nobleza y el clero que apoyaban el absolutismo, los periodistas tendemos con frecuencia a suponer que somos los representantes de la opinión pública.
Esta es una afirmación cuando menos discutible.
Más que representarla, contribuimos a formar esa opinión.
La irrupción en nuestras vidas de la red de redes (world wide web) ha trastocado prácticamente todos los modelos de relaciones sociales hasta ahora conocidos y, coincidiendo con la actual crisis financiera, los medios se encuentran ante un complejo proceso que les lleva a preguntarse por su supervivencia.
Sufrió la primera crisis a principios de este siglo, cuando el estallido de la burbuja que provocó la quiebra de las puntocom.
Surgió después la web 2.0 constituida por las redes sociales y basada en la comunicación entre personas y comunidades.
Y al tiempo se desarrollaron los portales P2P, que permiten el disfrute en línea de todo tipo de contenidos, empaquetados por nuevos intermediarios que no se sometían, ni se someten, a control ni jerarquía conocidos, intercambiando archivos gratuitos realizados por otras personas que han invertido su tiempo y su dinero.
Se implantó así el principio de gratuidad en el funcionamiento de la Red y se destruyeron los modelos de negocio tradicionales.
La industria musical primero, la de la información ahora, vieron derrumbarse verdades que parecían inmutables y nos hallamos ahora todos, Gobiernos y ciudadanos, inmersos en un debate casi apocalíptico sobre el futuro de los medios.
Hay quien se pregunta si cuando la gratuidad de los contenidos se generalice a escala mundial, se acabará la información contrastada y fiable, el conocimiento no adulterado y las películas y música de calidad.
Naturalmente deseo que los periódicos sigan existiendo, pues ya va para cincuenta años el tiempo en que los llevo fabricando, pero tienen que cambiar su naturaleza, su modelo productivo, su mirada sobre los acontecimientos y sobre sí mismos, si quieren pervivir.

El Universo de Internet
Un diario es un microcosmos en cierta medida cerrado, corresponde a una manera de ver las cosas, una concepción del mundo, que no puede reproducirse en un universo tan convergente, fragmentado y ambiguo como el de Internet.
Los periodistas, sin embargo, nos seguimos acercando a esta como si las antiguas normas siguieran vigentes.
Prácticamente no hay nada del conocimiento humano, incluso del conocimiento supuestamente secreto, de los servicios secretos de inteligencia, que no esté en la Red.
Lo que puede faltar es la capacidad técnica para acceder a ella o la preparación para poder analizarla o comprenderla.
Siempre hemos pensado que la credibilidad y el rigor de los periódicos eran la base, entre otras cosas, no solo de su influencia política sino de su beneficio económico, de su rentabilidad o de su configuración como empresa.
El desarrollo de las noticias en la Red pone de relieve que más cantidad no significa más calidad, ni más credibilidad, ni más rigor, ni más rentabilidad.
Decía antes que muchos parecen haber sido cogidos por sorpresa cuando sus negocios, sus profesiones y en cierta medida, su propia existencia, se ve arrumbada por la ola digital.

El año 2043
El profesor Meller, en su libro Vanishing Newspaper formula una profecía: en el año 2043 dejarán de existir los periódicos escritos.
En realidad lo que dice Meller no es que desaparecerán los diarios sino los lectores, no habrá nadie que los lea y que los compre y, por tanto, las empresas no los publicarán.
Bill Gates, Rupert Murdoch, y muchos otros autoproclamados gurús de la actual situación, han declarado hasta la saciedad que “en el próximo decenio todos los diarios dejarán de existir”.
Algunos tratan de consolarse sugiriendo que, dígase lo que se diga, una buena razón para que los periódicos sigan existiendo es que siempre los ha habido.
No puedo imaginar -dicen- tomar el café del desayuno sin leer mi diario, o prescindir de él para educar a mi perro amenazándole con el ruido de sus hojas, y mucho menos ignorar que es un instrumento cómodo, muy flexible capaz de ser utilizado en la cama.
Es verdad que a lo largo de la historia los diarios han recibido los más variados usos.
Miguel de Unamuno los utilizaba para abrigarse, entre el chaleco y la camisa, en las frías mañanas salmantinas, presumiendo así de andar a cuerpo, y las gentes de mi generación nos servíamos de ellos para envolver la basura o proteger de las pisadas los suelos recién fregados.
En cualquier caso hace tiempo que el periódico no es el principal sistema de transmisión de las noticias.

Primero la Televisión
Desde años atrás, tantos como treinta o cuarenta, más del setenta por cierto de la población se entera primero de ellas a través de la televisión y ahora, en los países desarrollados, casi la mitad de los ciudadanos lo hace por Internet. Si tienen menos de treinta años, ese porcentaje sube hasta el 60 o el 65 por ciento.
El papel de los diarios en la formación de la opinión pública mediante análisis, comentarios y debates, que es primordialmente a lo que se dedican, junto al periodismo de investigación, tiene ahora que competir con la eclosión de confidenciales, intercambios en las redes sociales, tweeters, youtubes, y demás familia.
Pero hay valores que no deben hacerlo: la información es un bien público administrado profesionalmente por determinadas personas, los periodistas; pero pertenece a la comunidad, al colectivo de los ciudadanos y a cada individuo en particular.
Los periodistas somos tan solo intermediarios.
Como dice Eugenio Scalfari, gente que cuenta a la gente lo que le pasa a la gente.
Qué pueda significar eso en un mundo en el que la propia idea de mediación desaparece, en el que el narrador es a la vez protagonista y primer oidor de los hechos que narra es algo que todavía, como dicen los castizos, está por ver.

Volver a sus Fuentes
Pero mientras llega ese momento el periodismo tiene que volver a sus fuentes: verificar la información y contar la verdad.
Podemos preguntarnos si sobrevivirán o no los periódicos en un estadio más o menos parecido al actual, cuántos han de hacerlo y de qué manera van a ser financiados.
Pero en realidad la interrogante reside en saber qué tenemos que hacer los periodistas y los editores, las autoridades y las instituciones legislativas, si queremos que sigan existiendo.
Antes de elaborar las respuestas a nuestros problemas es preciso definir bien en qué consisten: hasta qué punto la clase política y el sistema de las democracias se sienten amenazados o no por la eventual desaparición de la prensa impresa como lugar privilegiado para el debate en la gestión del espacio público compartido.
La experiencia enseña que, en no pocas ocasiones, el poder se siente más aliviado que concernido ante las malas noticias que sobre el futuro de la prensa llegan.
Desde hace mucho tiempo la cobertura informativa, las noticias, no es ni todo ni lo más importante de lo que nos han dado los periódicos.

Influencia sobre el Estado
Han ejercido en nombre de la opinión pública una poderosa influencia sobre el Estado, denunciando errores, desvelando corrupciones, agitando y propiciando la diversidad.
Hoy dicha influencia corre peligro.
Todavía ahora, la prensa sigue siendo un fenómeno cultural, social y económico de gran trascendencia en la vida en la colectividad.
Por eso su fin como cuarto estamento, como eso que se denominaba antes el cuarto poder, implica un cambio formidable en el funcionamiento de los sistemas políticos.
Los periódicos han ayudado a controlar las tendencias al desvarío tanto en el gobierno como en los negocios.
Quizás desaparezcan o no los diarios, pero nunca han de hacerlo los periodistas, cualquiera que sea su medio de expresión, si no queremos que la convivencia democrática se vea seriamente dañada
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TWITTER Y EL PERIODISMO

Twitter ha lanzado una guía para mostrar a los medios de comunicación las posibilidades que ofrece esta plataforma.

En este nuevo sitio, llamado Twitter Media, las organizaciones de medios pueden consultar recomendaciones y casos de estudio sobre cómo pueden conectar mejor con sus seguidores en esta red social. Además de este espacio, Twitter ha presentado una cuenta oficial sobre medios.

El sitio aparece con la descripción «Conocimiento y herramientas para ayudarle a utilizar Twitter para transformar los medios de comunicación, el entretenimiento y el periodismo».

Después se recogen una serie de entradas en las que se cuentan los detalles sobre cómo Oxigen u otras redes ha usado Twitter para promocionar sus eventos.

Navegar por los medios
Además, el nuevo servicio de Twitter permite a los usuarios navegar por los medios que tienen presencia en la plataforma (televisión o web), diferentes casos de estudio, así como un conjunto de «topics» o temas, entre los que figuran API, diseño, aspectos legales o noticias, entre otros.

Hay que recordar que esta no es la primera guía que elabora Twitter, pues ya lo hizo cuando lanzó su portal de negocios. La guía Twitter 101 incluye una serie de recomendaciones, casos de estudio y un completo glosario de términos comunes que se emplean en la popular plataforma de microblogging

El sitio Twitter Media presenta varios estudios de casos y recomendaciones para que periodistas y medios de comunicación hagan uso de esta herramienta y amplíen el alcance de su trabajo.

El caso de Haití
En formato de blog, el nuevo sitio ofrece una serie de posts que describen ejemplos exitosos de integración entre Twitter y programas de noticias y entretenimiento. Uno de ellos es el de la reportera Joanna Smith, del periódico canadiense Toronto Star, que usó Twitter para dar cuenta de la situación en Haití después del terremoto del 12 de enero, tal como si fuese un reportaje periodístico, pero en mensajes de 140 caracteres o menos. Otro caso es el de la red de televisión Oxygen, que usa el servicio de microblogs y otras redes sociales para aumentar la audiencia de sus programas.

Otra novedad es la cuenta Twitter Media, que incluye más ejemplos de innovación, además de otros recursos para organizaciones mediales y para periodistas.
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