Efraín Gonzales de Olarte
Los orígenes de la crisis actual no sólo están en los avatares del manejo financiero de los países y sus bancos, sino sobre todo en el exceso de producción frente a la demanda. Por ello la recuperación de la crisis ha de durar más de lo que se quisiera. Si no hubiera China, India y América Latina esta crisis sería realmente fatal.
Las obras de Karl Marx están volviendo a ser Best Sellers en Alemania y la publicación de libros como “Keynes vuelve se han vuelto locos”, son indicadores que la crisis ha sobre pasado las interpretaciones de la teoría convencional y cuando esto sucede hay un retorno natural a los clásicos, no necesariamente para buscar recetas para solucionarla, sino para ir a los fundamentos del sistema, que es donde realmente se puede entender la naturaleza de las crisis.
El hecho que los países más avanzados tengan enormes problemas de endeudamiento es porque en determinado momento la demanda efectiva –proveniente de sueldos, ganancias e impuestos- no era suficiente frente al incremento de su propia oferta. En virtud de ello, comedidos bancos comenzaron a prestar sin medida ni clemencia, lo que a su vez incentivó a mayor inversión y producción, generándose aún mayor oferta que había que vender, creándose una ilusión del crecimiento indefinido. Pero de pronto, se dieron de bruces cuando la capacidad de pago de capitalistas, trabajadores y estado no era suficiente, llegándose al colapso de bancos grandes y a la larga al colapso de países. Los mejores ejemplos son obviamente Grecia, Portugal, España y ahora Estados Unidos, todos países industriales con altos niveles de productividad.
Lo cierto es que estamos frente a una crisis de sobreproducción con una demanda limitada que ya no se puede expandir por vía del crédito. La perversidad del sistema es que para ser competitivos hay que invertir e incrementar las productividades, pero éstas crecen mucho más rápido que la demanda, por lo que en algún momento no se puede vender y aparecen las quiebras, el desempleo y la pobreza.
Felizmente, hay China, India y América Latina que tienen posibilidades de seguir creciendo pues sus economías están lejos de llegar a la sobreproducción. Pueden ser la salvación del capitalismo.
Publicado en el Suplemento D 1 del diario El Comercio del 22 de agosto 2011