De la economía mixta a la economía liberal*
Efraín Gonzales de Olarte**
1/ ¿Cómo caracterizarías la evolución que ha tenido tu disciplina de estudio en los últimos 50 años en el Perú? ¿Cuáles crees que han sido sus más importantes hitos, logros o fracasos?
Creo que hay dos planos en los que hay que responder a esta pregunta. En un nivel general la Ciencia Económica ha evolucionado mucho en los últimos cincuenta años, tanto en nuevos enfoques teóricos, en la incorporación de nuevos temas o problemas y en la creciente interdisciplinaridad de la economía. En un nivel particular, la evolución de la economía en el Perú también ha sido cambiante, no sólo en el uso y desuso de teorías, en las modas de investigación, los temas o problemas económicos tratados y el intento de mayor rigurosidad en los estudios empíricos.
Creo que ambos aspectos han influido mucho en la enseñanza de la economía. Lo que aprende un estudiante el 2014 es muy diferente de lo que aprendía en 1980. Además, el hiper-desarrollo de los métodos cuantitativos ha sesgado un tanto el tratamiento de los problemas económicos, todo ello ayudado por el gran avance de la informática y la programación. En muchos casos se pone más cuidado en los resultados econométricos que en la discusión del problema económico mismo.
A inicios de los años 50 del siglo XX la Universidad Nacional de San Marcos era la que llevaba la pauta de la enseñanza e investigación económica, siguiendo un poco de lejos los principales paradigmas de entonces, principalmente el keynesianismo, que estaba de moda, y los temas monetarios introducidos al Perú por Bruno Moll. Publicaban en la Revista de San Marcos algunos resultados de investigaciones; recuerdo por ejemplo que Javier Silva Ruete publicó su tesis doctoral sobre el uso de la tabla insumo producto para el Perú. Pero San Marcos era la vieja escuela de la economía, todavía impregnada de cursos de derecho, de contabilidad, de historia económica y algo de teoría económica.
La creación del Departamento de Estudios Económicos del Banco Central de Reserva con Richard Webb a la cabeza, paralelamente a la creación de la especialidad de Economía en la Facultad de Ciencias Sociales en la PUCP, dejando de lado la antigua Facultad de Ciencias Económicas y Contables, fue un momento crucial, ya que fue entonces que la Economía adscribía al paradigma internacional y se profesionalizaba. El Perú comenzó a ser parte de la comunidad internacional de la economía moderna, con todas sus escuelas, sus debates y sus modas.
A partir del “cursito de verano” del BCRP se comenzó a difundir el nuevo paradigma de la economía, en la medida que el Banco becaba a estudiantes de provincias, los que viniendo de la vieja escuela a la San Marcos, redescubríamos o simplemente descubrimos la microeconomía, la macroeconomía, el comercio internacional y la econometría. Creo que el Banco Central de Reserva ha jugado un papel importante en la elevación de los niveles de enseñanza de la economía, sobre todo en los temas macro y monetarios.
Posteriormente, la enseñanza de la economía se fue estandarizando; no sólo por la fuerza de las nuevas corrientes, sino porque comenzaron a aparecer los libros de texto –siendo el de Paul Samuelson el más emblemático- , los que viniendo, mayormente, de los Estados Unidos implantaron lo que se considera la economía moderna como ciencia; esta era en parte axiomática y en parte empírica, pero sobre todo, y a diferencia de las otras ciencias sociales, muy normalizada y con la difusión en el Perú de la American Economic Review y el Journal of Economic Literature, se marcó la pauta de cómo operaba y qué era la economía. Además, la clasificación internacional de los distintos tópicos económicos ordenó los temas en los que uno podía especializarse. La antigua Ciencia Económica, hoy sólo Economía, se había convertido en, probablemente, la disciplina más estandarizada y más rigurosa de las ciencias sociales, debido al uso de las matemáticas, al punto que en 1970 pasó a la categoría de una disciplina merecedora de un premio Nobel, cuyo primer laureado fue precisamente Paul Samuelson.
La segunda ola de desarrollo de la economía moderna vendría con el retorno de los becarios de los años sesenta y setenta, graduados en universidades de Estados Unidos y Europa, que fueron los que comenzaron a establecer la investigación económica aplicada, de modo que la economía peruana comenzó a ser estudiada sistemáticamente, aunque en un primer momento solo en sus grandes temas: crecimiento económico, distribución, estructura económica y tablas insumo producto, comercio internacional, y temas sectoriales, como agricultura e industria. Basta con revisar los documentos de trabajo producidos por el Departamento de Economía de la PUCP para constatarlo.
Un tema adicional de esta segunda generación es que varios de los economistas fueron a trabajar al Estado, ya sea en el Ministerio de Economía, en el Banco Central, o en la Superintendencia de Banca y Seguros y los bancos de fomento; algunos incursionaron también en la política como ministros y viceministros. La reputación “científica” de la Economía y el dominio de la información estadística le comenzó a dar al economista un aura de técnico neutro, lo que le brindó, y aún le brinda, mucha autonomía para proponer y llevar a cabo políticas económicas sin más apoyo que la confianza del gobierno y la sabiduría económica que pueda tener.
Un hecho significativo es que la mayor parte de economistas se subieron a la ola imperante en cada momento. Durante el gobierno militar del general Velasco Alvarado los economistas fueron industrialistas y desarrollistas, durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde se comenzaron a poner liberales, pero durante el primero gobierno de Alan García varios volvieron a apoyar la substitución de importaciones, pero ante la catástrofe dicho gobierno y del Estado, hubo a partir de los años noventa una progresiva conversión hacia la economía neoclásica y al liberalismo económico. Hoy son raros los economistas que se proclamen keynesianos, desarrollistas o marxistas.
La tercera generación de economista es la que salió después del drástico ajuste estructural del gobierno de Alberto Fujimori. Estos economistas nacieron a la economía de mercado como espacio natural indiscutible y a la aceptación de un Estado reducido a proveer servicios públicos e infraestructura básicos y a regular aquellos mercados con fallas. Esta nueva generación se ha hecho mucho más especializada, los temas que tratan son muy puntuales, el capitalismo ya no está en cuestión y la econometría que usan es cada vez más sofisticada y estandarizada.
Como se ve, en estos cincuenta últimos años hemos asistido a una evolución de la enseñanza e investigación económica signada por los avatares de los ciclos económicos y por los cambios estructurales, de los cuales hemos tenido dos: el pro economía mixta y el pro economía liberal.
El Departamento de Economía de la PUCP ha sido un actor principal en todas esta historia y ha tenido una gran influencia en el devenir de la economía en el Perú, no sólo por el gran número de egresados que han “manejado” la economía pública y privada, sino también por el conjunto de investigaciones que han producido sus profesores, parte de la cual ha permitido poner en agenda varios problemas: la pobreza, la desigualdad distributiva, la regulación de mercados, la naturaleza del comercio internacional, las cuestiones agrarias, los problemas regionales, la macroeconomía con y sin restricción externa. Todos estos temas se han debatido en el Perú con participación activa y, en muchos casos, con el liderazgo de profesores o graduados de la PUCP.
El mayor fracaso de nuestra Ciencia es su, todavía, incapacidad de anticipar las crisis económicas o financieras. Los modelos de predicción macroeconómica no han dado resultado ni aquí ni en el exterior. Recuerdo que Rudiger Dornbusch predijo la crisis mexicana con algunos meses de anticipación y nadie le hizo caso; lo mismo sucedió con Rubini con ocasión de la última crisis americana, pero estas predicciones no tuvieron eco o efecto en los gobiernos y en los ministerios de economía donde, eventualmente, podrían haberse tomado medidas preventivas o, al menos, paliativas. Esto quiere decir que una de las realidades o defectos, dependiendo cómo se mire, de la Economía es que no toma en cuenta los intereses y las ideologías que están tras de las decisiones económica y políticas. En todo esto los temas de las asimetrías en la información, fruto de juegos no cooperativos, no hacen posible todavía la prevención de eventos críticos. Aquí hay mucha investigación que hacer.
2/ ¿Qué papel ha cumplido en ello la Facultad de CCSS de la PUCP? ¿Podrías identificar algunos logros y algunos pasivos?
La Facultad de Ciencias Sociales fue creada por iniciativa del Padre Felipe Mac Gregor y en ella se incluyó la Economía, cuya implementación se pidió a Máximo Vega-Centeno, Richard Webb y Adolfo Figueroa. Con dicha disciplina se completó el “core” de estas ciencias, junto con la Antropología, la Sociología y la Ciencia Política (posteriormente). Son estas ciencias las que permiten entender a la sociedad en sus varias facetas, aunque yo incluiría también a la Psicología, la Historia y la Socio-linguística.
El papel de la Facultad ha sido triple. Por un lado, formar profesionales de las ciencias sociales, generar mayor conocimiento sobre la sociedad y permitir el acceso a estas disciplinas a estudiantes de otras carreras dentro de la PUCP. Ha permitido también el diálogo interdisciplinario, no sólo en la enseñanza, sino también en la investigación; por ejemplo, la investigación sobre desigualdad y exclusión social de hace uno diez años permitió que sociólogos, economistas y antropólogos tuvieran la ocasión de hacernos entender estos problemas de una manera multidimensional.
Hoy la Facultad es un referente y en algunos rankings internacionales sale bastante bien posicionada, sobre todo por las investigaciones y publicaciones de los profesores que enseñan en ella. Su fama de progresismo es conocida; sin embargo, su calidad es indiscutible y en los últimos años se ha logrado proyectar una imagen de pluralismo intelectual y de apertura a nuevas corrientes de pensamiento.
Creo que el mayor logro de la Facultad es haber formado varias generaciones de sociólogos, antropólogos, economistas y politólogos con altos niveles académicos y con niveles internacionales. La prueba es que a nuestros egresados no sólo les va muy bien en los posgrados en el exterior, sino que, para mala fortuna del país, muchos de ellos se han quedado en el exterior, con desempeños profesionales y académicos notables.
No menos importante es que varios de sus egresados han llegado a puestos altos en el sector público y privado. Hemos tenido varios ministros y ministras, viceministros y viceministras, congresistas, gerentes empresariales, directores y promotores de organizaciones no gubernamentales dedicadas a la promoción del desarrollo y la democracia en distintas facetas. Es decir, hemos contribuido, por este intermedio, a la formación de élites dirigentes y, en consecuencia, a la gobernabilidad y gestión del país.
No sé si es un pasivo la identificación de la Facultad como progresista; es decir, como crítica del “establishment”; en los años ochenta nos conocían como los “rojos de sociales”. En verdad este es, probablemente, la mejor demostración de la relevancia de las ciencias sociales; quienes nos dedicamos a ellas no sólo debemos conocer y analizar las principales estructuras y problemas de nuestro país y región, sino que además hay el imperativo moral de abogar por la mejora de la sociedad a través de propuestas normativas. Las ciencias sociales son y deben ser normativas después de ser analíticas.
3/ Dentro del campo de la Economía ¿cuál crees que ha sido el hecho más importante ocurrido en la historia de los últimos 50 años (puede ser en el Perú, o en el mundo, o en ambos)?
De manera general el hecho más importante en economía ha sido la globalización comercial y financiera, que ha ido rompiendo progresivamente barreras e integrando mercados, lo que ha generado que las distancias y las economías de aglomeración sean las que se constituyen en los factores más importantes de integración o aislamiento. Esto ciertamente ha repercutido de manera importante, tanto en la enseñanza como en la investigación, que hoy por hoy requiere de la incorporación del espacio para entender cualquier problema económico.
En segundo lugar, el retorno con mucha fuerza del análisis institucional que había sido esbozado a inicios del siglo XX y algo antes de la segunda guerra mundial. Hoy es de aceptación general que no sólo importa cómo son los problemas de las economías, sino también cómo funcionan estas, y esto pasa por las reglas, los procedimientos y las organizaciones, que en muchos casos pueden facilitar el desarrollo, retrasarlo o impedirlo. Lo que falta afinar es el estudio de los orígenes del cambio institucional, a menudo atribuidos a los cambios tecnológicos, a decisiones políticas exógenas o a eventos fortuitos o incontrolables, como los fenómenos naturales.
En el Perú el hecho más importante es el crecimiento económico de las dos últimas décadas, que no ha tenido parangón en el pasado. Cualquiera que sea su origen, está cambiando las bases económicas y sociales del Perú, que es necesario entender y explicar. El divorcio entre la economía y la política, la poca conexión entre crecimiento y la equidad, la divergencia en el crecimiento de Lima y el resto del país, y entre las ciudades y su entorno rural, son algunos de los fenómenos que requieren de estudio y comprensión.
En todos estos temas está la agenda de trabajo planteada para las cuatro disciplinas de la Facultad y para el análisis interdisciplinario. De aquí deberían salir las contribuciones de la Facultad al país en la próxima década, tanto en la formación de nuestros estudiantes como en las investigaciones.
4/ ¿De qué forma la Economía ha enfocado el estudio de la globalización y del crecimiento económico diferenciado que hemos tenido? ¿Ha cumplido la Facultad un papel importante en ello?
Hemos trabajado los temas espaciales con el enfoque de centro-periferia, inspirados en los trabajos de Paul Krugman, la vieja escuela Estructuralista y la Economía Política, tratando de hacer la síntesis. El Perú es un país incomprensible si no se incorpora el espacio geográfico, económico y político. Hemos trabajado también el tema de las economías regionales del Perú y el proceso de descentralización. El problema del centralismo constituye un rasgo estructural de la economía y la sociedad peruana, que ha impedido la integración regional, la integración entre campo y ciudad y, como consecuencia, no se ha logrado modificar los parámetros sobre los que descansa la desigual distribución del ingreso y de las oportunidades de progreso.
La descentralización, siendo un tema normativo, ha sido también una de nuestras preocupaciones. El tema tiene que ver con aspectos geoeconómicos y políticos, y el papel del Estado peruano como facilitador de su propia reforma. El problema central radica en responder a una simple pregunta ¿para qué o con qué objetivo descentralizar el país? Para muchos la idea es acercar el Estado al ciudadano, para que aquel cumpla mejor sus funciones; para otros es desconcentrar el poder centralizado en el gobierno nacional y compartirlo con los gobiernos regionales y locales; para nosotros la descentralización debería tener como meta mejorar las condiciones y oportunidades para el desarrollo humano, entendiendo como tal el proceso mediante el cual las personas puedan ser y hacer lo que sus aspiraciones le motiven, inspiradas en una multiplicidad de motivaciones. Así, todas las opciones anteriores se ordenan con un norte, en el cual el esfuerzo de la reforma descentralista del estado debe tener como norte la mejora de las personas; si esto no sucede, la descentralización será un fracaso social.
La Facultad es, probablemente, la que más se ha ocupado sobre estos temas en relación a otras universidades. Varios de los libros y artículos publicados en las tres revistas especializadas han contribuido a este entendimiento. Sin embargo, me parece que no hemos logrado posicionar a la Universidad como el lugar donde buena parte de estos temas sean la referencia obligada. Creo que los temas en los que somos reconocidos como el lugar especializado, son: distribución y desigualdad, pobreza, descentralización, inclusión y exclusión, y desarrollo humano recientemente.
Creo que la Facultad podría jugar un mayor rol si se convierte en la referencia obligada de estos temas, y esto sólo se puede hacer con un trabajo colectivo, con un plan de desarrollo académico y con un liderazgo capaz de encabezar al excelente grupo de profesores con que cuenta nuestra Facultad.
5/ ¿Cómo piensas que van a discurrir en los próximos 50 años los temas de la realidad que estudias? ¿Te atreverías a proponer cuáles podrían ser las tendencias?
Hace ya varios años he planteado que, si el ciclo de largo plazo se repite, la economía peruana debería crecer hasta los años 2017-2020, luego vendría un ciclo de veinte a veinticinco años de caída. Esto significaría que en el Perú la historia se podría repetir, pero si esto no sucede habrá que aceptar que algo sustantivo habría cambiado en las estructuras económicas, sociales y políticas.
Por otro lado, todos los estudios de tendencia que incluye el espacio geopolítico señalan que el Perú no irá hacia la convergencia, sino a la divergencia entre Lima y el resto del país, y entre ciudades y su entorno rural. Mi hipótesis es que esto se debe al modelo primario exportador y de servicios (PESER), mientras éste no varíe es bastante poco probable que el Perú vaya a la convergencia en los próximos veinte años.
El cambio climático debido al calentamiento global es el tema que nos ha de obligar a estudiar el cambio tecnológico, económico y social, que con seguridad se ha de dar. Al tema espacial habrá que incorporar los temas de suministro de agua y energía, su producción, distribución y sostenibilidad, en cada región. Es aquí donde se ha de desarrollar casi de manera forzada los estudios interdisciplinarios para entender este fenómeno que tiene múltiples dimensiones. Aquí está uno de los principales desafíos, no sólo para la Facultad sino también para la Universidad.
Otro tema importantísimo es que en los próximos veinte años es muy probable que el Perú transite hacia la “transición demográfica”; es decir, que la tasa de crecimiento de la población tenderá a cero, lo que ha de significar que todo incremento del producto o del ingreso mejorará el bienestar de las personas de manera neta; sin embargo, seguirá pendiente entender los determinantes de la distribución del ingreso. Por ello es muy importante darle más espacio a la demografía, tanto en la enseñanza como en la investigación.
6/ De la misma manera, ¿en qué formas crees que evolucionará la Economía en el próximo medio siglo?
La Economía se hace cada vez más interdisciplinaria; es decir que cada vez más tiende lazos a otras disciplinas en el afán de entender mejor los temas económicos. Últimamente, la Neuroeconomía, que trata de entender los procesos cerebrales involucrados en la toma de decisiones económicas, es un nuevo campo de estudio; por otro lado la economía energética que no sólo estudia los temas relacionados a la provisión de sistemas de energía, sino que trata de incorporar la restricción energética –algo parecido a la restricción presupuestal– en la toma de decisiones de las personas. Creo también que se debe dar la síntesis entre la macro y la microeconomía, pero sobre la base de una microeconomía menos individualista y egocéntrica, que debería evolucionar hacia una microeconomía que, partiendo del individuo, lo entienda como parte de una comunidad en la cual vive y, en consecuencia, sus decisiones, si bien priorizan sus preferencias individuales, estas pueden estar mediatizadas o pueden depender de sus relaciones con otras personas; por ejemplo, cuando un padre de familia decide trabajar más horas para poder enviar a su hijo a estudiar a una buena universidad.
Espero que también las teorías de desarrollo vayan en la dirección del desarrollo de las capacidades y desempeños de las personas sobre la base de la generación de oportunidades más al alcance de todos. Para ello será necesario integrar en la actual corriente de desarrollo humano de Amartya Sen y Martha Nusbaum y la HDCA, los aspectos institucionales, políticos y el rol del Estado en este paradigma.
Creo que tenemos muchos desafíos teóricos y empíricos por delante.
7/ ¿Algo más que quieras añadir?
Creo que es importante promover desde la Facultad proyectos de innovación teórica y temática con todas las especialidades. No debemos ser sólo usuarios de teorías importadas; creo que las debemos entender para formular teorías más generales que incorporen nuestros propios problemas sociales, pero también teorías más particulares para entender temas específicos a la sociedad peruana y latinoamericana.
Debemos ser más audaces y plantear innovaciones académicas, tanto en la enseñanza como en la investigación, para estar delante de la historia y no como ahora, que creo que estamos siempre detrás de ella.
**Efraín Gonzales de Olarte Obtuvo el grado de bachiller en Economía por la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco y la licenciatura y maestría en la misma especialidad, por la Université Catholique de Louvain – Bélgica. Es Doctor en Economía del Desarrollo por la Université Paris I, Pantheon-Sorbonne – Francia. Esto se relaciona con sus principales áreas de interés y especialización, entre las que se encuentran los temas de desarrollo humano, nacional y regional, macro-economía, crecimiento y políticas de desarrollo, economía regional y urbana, centralización y descentralización, economía política e instituciones económicas, economías campesinas y desarrollo regional. Efraín ha sido profesor visitante en diversas universidades internacionales e investigador visitante en CERLAC York University y Department of Economics, University of Toronto y en la Universidad de California – San Diego, North South Center Miami Univesity, Profesor de la Cátedra Simón Bolivar Université de Paris III Nouvelle Sorbonne, Fellow del Woodrow Wilson Center de Washington D.C. Ha sido consultor para el PNUD y el Banco Mundial. Fue también director del Instituto de Estudios Peruanos, jefe del Departamento de Economía de nuestra casa de estudios y posteriormente, vicerrector administrativo. Ha publicado numerosos libros, artículos, capítulos de libros y documentos de trabajo. Hoy se desempeña como profesor principal del Departamento de Economía, como vicerrector académico en nuestra casa de estudios y en investigaciones y consultorías nacionales e internacionales en temas de desarrollo económico y desarrollo humano.
*Entrevista publicada en: Carlos Contreras (Editor): El Perú desde las aulas de Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP 50 años. Pontificia Universidad Católica del Perú, pp.153-161