09/05/20: El futuro de la educación superior

EL FUTURO DE LA EDUCACION SUPERIOR

Efraín Gonzales de Olarte

Consejo nacional de educación (CNE)

La pandemia del coronavirus tiene la “virtud” de haber acelerado el cambio de la educación presencial por la educación virtual o, por lo menos, de una combinación de ambas modalidades. Era algo que tenía que venir con el tiempo y con el cambio de generaciones. Hoy estamos siendo obligados –todas las generaciones- a incursionar en el todavía inseguro mundo de la educación virtual, sobre todo en la educación universitaria. Este proceso se ha acelerado.

La experiencia nos muestra que los cambios tecnológicos han originado inexorablemente cambios institucionales, cambios socio-económicos y cambios culturales. A estas alturas de la historia, ya tenemos acceso a la revolución informática que hemos ido incorporando progresivamente en la enseñanza, en la investigación y en la proyección hacia la comunidad. El COVID19 nos está obligando a todos a usar estas nuevas tecnologías –zoom, internet de las cosas, la nube- para poder enseñar e investigar, por lo menos durante la cuarentena.

Sin embargo, hay otras tecnologías que cambiarán mucho más nuestras actividades universitarias y tendrán un gran impacto en la enseñanza, el aprendizaje e investigación, estas son: las redes neuronales, la inteligencia artificial, big data, blockchain, la futura computadora cuántica. La incorporación de estas tecnologías en la educación superior cambiará para siempre el rol del profesor, la actitud y motivación de los estudiantes, el modo de aprender, las infraestructuras educativas y cambiará los objetivos de la propia educación.

Hoy nos educamos para poder trabajar mañana y para obtener algún ingreso en función de nuestro título universitario, en el futuro nos educaremos y probablemente trabajaremos simultáneamente desde casa, sin horarios, no bastará un título sino que será necesario un CV que será fácil de buscar en la internet de las cosas, aprenderemos mientras trabajamos y por ello nos pagarán, combinaremos aprendizajes que nos permiten tener ingresos con aquellos que nos enriquecen como personas, (ciencias, letras y artes), nuestros conocimientos serán calificados por nuestros pares.

En este contexto: ¿cuál es el rol del profesor universitario y cómo será el futuro profesor universitario? y ¿cómo deberá ser la universidad de este futuro que está ya aquí gracias al COVID19?

El profesor universitario tendrá que ser un motivador, un coach académico un promotor de la investigación, pero debería mantener su rol de formador de “maestro”, es decir, deberá enseñar a servirse de la tecnología como un instrumento -y no como un fin en sí mismo- y a inculcar en sus estudiantes que todo lo que sabemos debe ser usado para el bien común, del cual todos hacemos parte.

El lado humanista no se debe perder con estas tecnologías, cuyas características pueden reemplazar a las personas. El profesor universitario entonces tendrá que saber una o varias disciplinas, pero también deberá manejar las nuevas tecnologías con inteligencia.

La universidad del futuro, ya está haciendo su debut en el presente. Todos estamos convirtiéndonos en pocas semanas en profesores virtuales con otros lenguajes, con una interacción casi imaginaria con nuestros estudiantes y ellos, jóvenes felizmente, son dúctiles a estos cambios. Es obvio, que aún no estamos en la enseñanza-aprendizaje “online” pero vamos en camino. Aquella universidad tendrá que ser mixta: presencial-virtual con diferencias por especialidades, también se manejara mejor los tiempos, será diferente la asignación de los recursos para la enseñanza y la investigación, la cual será interdisciplinarias e inter campus (nacionales y extranjeros) como norma. La investigación será una actividad cooperativa y permitirá ir igualando y las universidades estarán obligadas a trabajar en redes, por ejemplo: para prepararse a nuevas pandemias.

Finalmente, la universidad del futuro tendrá que hacer parte de la cuádruple hélice: universidad-empresa-estado-sociedad civil. Su imbricación en la sociedad será un prerrequisito para ser útil en el futuro.

¿Estamos preparados? ¡Tenemos que prepararnos!. El PEN 2036 es la puerta a estos grandes cambios.

 

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