Educación superior e interdisciplinariedad: la necesidad de un cambio de paradigma
Efraín Gonzales de Olarte
Introducción
Quisiera compartir un conjunto de reflexiones y preocupaciones sobre el tema de la interdisciplinariedad y presentar algunas de las experiencias que estamos impulsando desde la PUCP; reflexiones de si bien tienen algunos años, aún están en proceso de definición.
Podríamos decir, en el sentido de Thomas Kuhn, que la interdisciplinariedad, hoy en día, está surgiendo y desarrollándose como un “nuevo paradigma”: se está constituyendo una comunidad que comparte, teorías, metodologías, y también acción colectiva. En la medida que se consolide, podría configurarse como un nuevo paradigma desde el cual mirar el mundo.
Desde el trívium y el quadrivium griegos, hemos tratado de conocer el mundo y a nosotros mismos, teniendo como eje una visión disciplinaria, proveniente del siglo de la ilustración, con cada vez mayor especialización (algunas fuentes estadísticas han llegado a contabilizar cerca de 1200 disciplinas que se imparten en las universidades del mundo). Y si bien los académicos de diferentes disciplinas conversan y dialogan para enfrentar algunos problemas comunes, el diálogo se hace sobre la base de la afirmación de cada uno en su propia disciplina y la parcela de conocimientos especializado que domina; esto tiene la ventaja que da seguridad al especialista, pero tiene la desventaja que sólo se ven los problemas desde un solo ángulo.
El hecho de que el mundo de hoy requiere afrontar problemas complejos y multidimensionales está exigiendo nuevos enfoques, nuevos paradigmas que permitan articular las diferentes miradas para entenderlos y poder actuar sobre ellos. Hoy es necesario articular e integrar lo avanzado en el campo tecnológico y científico, y también en el campo social e institucional.
En esta perspectiva, las universidades tenemos el gran desafío de impulsar la interdisciplinariedad en las investigaciones y de ver cómo llevar esta experiencia al campo de la formación.
Por el momento, aún tenemos más preguntas que respuestas, por tanto, el reto es hacer camino al andar, y este Congreso es un momento importante para ello.
¿Cómo transitar de un paradigma disciplinario a uno inter o transdisciplinario?
Tenemos como sociedad problemas como los efectos del cambio climático, el desarrollo humano, superar las condiciones de pobreza de un porcentaje importante de la población, la institucionalidad política para que garantice una gobernanza en beneficio del bien común, la corrupción, la globalización, el crecimiento demográfico, las migraciones,… todos ellos son problemas complejos, multidimensionales y multinacionales, todos interrelacionados y todos son urgentes.
El reto es cómo afrontamos estos problemas desde la universidad: en sus facetas de espacios de formación, de investigación y también de proyección, partiendo del hecho que desde sus inicios las universidades, hace mil años, han sido y siguen siendo espacios disciplinarios es su forma de ser.
Un primer paso es la promoción y desarrollo de investigaciones interdisciplinarias para que de allí surja el conocimiento que haya que llevar a la enseñanza.
Pero ¿qué entendemos por “interdisciplinar”? hay muchas definiciones y no hay consenso, por ello propongo la siguiente definición como hipótesis de trabajo:
• La interdisciplinariedad es un enfoque y un proceso pedagógico e investigativo, que relaciona distintas disciplinas, a través del diálogo abierto, que superen las visiones unidisciplinarias para integrarse en un nuevo conocimiento distinto y más rico que la suma de las partes.
Remarco en ella el concepto de “proceso” utilizado por Kuhn; la necesidad de un diálogo científico abierto, diálogo que permita crear nuevo conocimiento (distinto al conocimiento multidisciplinario que es el producto de la suma de las partes); conocimientos que nos ayuden a entender procesos naturales y sociales complejos e interactivos. Y que tenga un profundo sentido ético, porque lo que está en juego es el desarrollo humano sostenible, con dignidad para todos.
Para este propósito hay varios escollos a vencer:
• ¿Cómo integramos las disciplinas? ¿Qué metodologías utilizamos? Quizá un camino es ir definiendo cuáles son los temas sobre los cuales distintas disciplinas deben sentarse a dialogar y a conversas; definir con claridad los objetivos de esta conversación.
• Hay que trabajar más sobre la epistemología de la interdisciplinariedad, que es distinta a la epistemología que tiene cada ciencia, cada arte.
• Cómo avanzar con la construcción de un conocimiento interrelacionado, interactivo e interpersonal, que evite los egos y celos personales. Construir una inteligencia colectiva integrada, es el primer objetivo académico de la interdisciplinariedad
• El ir de la tradicional división del objeto de estudio por disciplinas, a la integración de disciplinas para estudiarlo en su totalidad implica avanzar en generar un lenguaje común.
• Cómo generar algoritmos interdisciplinarios: procedimientos y reglas que nos permitan entender e identificar lo interdisciplinar
• Cómo pasar de la soberbia disciplinaria a la humildad interdisciplinaria
• La interdisciplinariedad requiere de competencias adicionales: aprendizaje autónomo, comunicación y lenguaje común, trabajo en equipo, uso creativo de las TICs, entre otros.
Interdisciplinariedad en la formación: los progresos de la PUCP
En nuestra experiencia, los primeros pasos se dieron con la creación de maestrías interdisciplinarias (por ejemplo: Desarrollo humano, Biocomercio); luego se ha avanzado a crear carreras interdisciplinarias (Ingeniería Mecatrónica, Ingeniería Biomédica, Relaciones Internacionales, Ingeniería Ambiental), y más recientemente hemos creado la Facultad de Estudios Interdisciplinarios, Facultad que hoy alberga la carrera de Gastronomía y que debe ser el espacio para generar nuevas carreras interdisciplinarias y se constituye en primer eje de este nuevo paradigma.
En todo este proceso, y también al interior de diversas carreras hay un esfuerzo progresivo por flexibilizar las mallas curriculares, para lograr mayores diálogos entre disciplinas en provecho de una formación más amplia de nuestros estudiantes.
Cabe resaltar que el proceso de creación de la Facultad de Estudios interdisciplinarios implica y nos plantea el desafío de:
• Aprender a pensar y enseñar de otra manera; aprender haciendo e investigando.
• Dar una formación interdisciplinaria con la misma duración de una carrera disciplinaria o multidisciplinaria (10 ciclos), implica el arte de escoger las materias más relevantes para la nueva formación.
• Convertir profesores disciplinarios en profesores interdisciplinarios a través de la interacción y de la investigación compartida.
• Encontrar espacios para discutir y resolver problemas epistemológicos del nuevo paradigma.
• Definir un perfil de egresado con un bagaje académico y científico combinado con competencias profesionales, capaz de afronta de manera flexible diversos problemas complejos
• Integrar las disciplinas, los departamentos y las facultades, lo cual cambiará la universidad misma.
Reflexiones finales
Creo que estamos en medio de la construcción de un nuevo paradigma que, desde algunas disciplinas, acepta la necesidad de conversar e integrarse con otras, en función de problemas dimensiones múltiples y cambiantes, cuyo entendimiento y remediación son una necesidad para el desarrollo humano sostenible. Para que este paradigma se desarrolle tenemos el desafío de crear pensamientos y cursos interdisciplinarios, crear una comunidad que promueva esta visión y generar un pensamiento doctrinario común, que motive a las nuevas generaciones.
Sin embargo, habrá que convencer al enfoque disciplinario que el interdisciplinario no lo va reemplazar sino revolucionar y enriquecer. No sería posible la interdisciplinariedad si no tenemos solidez en las distintas disciplinas, las cuales deben seguir avanzando en dos rutas, profundizando sus propios temas, pero al mismo tiempo conversando e integrándose a temas multidimensionales.
Las universidades no sólo estamos obligadas a promover la formación e investigación compleja (multi, inter y trans disciplinar) por nuestra propia esencia de comunidades académicas, sino y sobre todo, porque hay un imperativo ético y moral para hacerlo, es decir, debemos contribuir al Bien Común futuro y este es multidimensional.
Finalmente, creo que el contexto tecnológico y científico se ha hecho muy propicio para acometer problema de alta complejidad. Ahora contamos con la inteligencia artificial, Big Data, el aprendizaje profundo, la internet de las cosas, y estoy seguro vendrán más innovaciones en la info-tecnología, que creo van a facilitar la investigación y formación interdisciplinaria. Un nuevo paradigma se vislumbra en el horizonte.