HOMENAJE AL MAESTRO JULIO COTLER, PREMIO SOUTHERN PERU Y MEDALLA JOSÉ DE LA RIVA AGUERO 2014
Pocos autores nos han ayudado a entender nuestro complejo y tumultuoso Perú tanto como Julio Cotler cuya obra clásica “Clase, Estado y Nación” y su teoría sobre la dominación interna, conocida como el triángulo sin base, nos han permitido comprender las aristas sociales y políticas de este país, que aún es una posibilidad y una promesa como sostenía Jorge Basadre. Sus trabajos, nos han permitido tener una interpretación de cómo se establecieron el poder, la dominación y la estructura social en la era republicana, sobre las bases de una herencia colonial, que durante más de un siglo imprimió su sello los comportamientos sociales y políticos que impidieron durante largos años la consolidación de una democracia duradera.
La visión de Julio Cotler del Perú es la del observador de los acontecimientos y procesos sociales que analiza las herencias culturales que cambian lentamente, no sólo porque la cultura es muy lenta en evolucionar, sino porque tras de esa cultura se ocultan intereses económicos y políticos a quienes el cambio los afecta. Este es el tipo de análisis que no gusta a los gobernantes, a los poderosos, a los ideólogos de turno, que Julio ha sabido plantear de manera permanente y valiente, pues son imprescindibles las voces disonantes para construir una nación. Creo que sus análisis emanan de la existencia de las múltiples incertidumbres que nos aquejan y que condicionan el ver un norte seguro, un país sin oscilaciones pendulares.
A menudo nos preguntamos ¿para qué sirve la investigación en ciencias sociales? ¿Para qué sirven trabajos como los que hace Julio? Más allá de la legítima búsqueda de explicaciones a los fenómenos sociales que demanda la curiosidad académica, los resultados de las investigaciones pueden servir para tomar consciencia de cómo somos y por qué somos así, pero sobre todo pueden servir para ofrecer alternativas a la una realidad cuando es contraria a los interés de las mayorías e incluso de las minorías. Por ello, creo que los trabajos de Julio han sido una permanente cruzada por la democracia, entendida como el régimen de la inclusión, la tolerancia y la alternancia en las instituciones políticas y económicas.
El Dr. Cotler es de esas personas que con su sapiencia, su inteligencia y su espíritu crítico ha marcado una forma de ver el Perú desde el meollo de la política, es decir desde el análisis del poder. En el fondo Clase, Estado y Nación es la interpretación de la tortuosa ruta que ha seguido el Perú en busca de la constitución de un Estado que sea capaz de integrar, de representar y de darle un norte a nuestra nación en construcción y su historia ha sido una constante lucha entre los poderes económicos, militares y políticos que sólo en las última década parece haber encontrado la continuidad democrática a través de un precario equilibrio de poderes, que permitiría construir la nación en la que todos los peruanos podamos hablar de “nuestro país”, y no como a menudo se habla de “este país”, que pareciera ajeno al que lo dice, pero que inconscientemente intuye la existencia de poderes ajenos a él.
Como decía Montesquieu en el Espíritu de la Leyes: “Para que no haya abuso del poder es necesario que, mediante la disposición de la cosas, el poder sea frenado por el poder”, esta disposición de las cosas se refiere a instituciones, a la Constitución, a los comportamientos y organizaciones que hacen posible que los poderes se neutralicen y que generen estabilidad política y económica. El Dr. Cotler ha sido y es un permanente promotor para que la disposición de las cosas de Montesquieu permita tener estados modernos y democráticos en el Perú y en América Latina. El poder, los poderes, el abuso del poder y la separación de poderes en la sociedad peruana han sido los motivos de su investigación y enseñanza, pero también han sido su campo de batalla en la opinión pública.
Considerando su trayectoria académica, su calidad de hombre público y su siempre versada y aguda opinión sobre los temas trascendentes que aquejan a nuestra sociedad, podemos decir que Julio Cotler es un “Maestro” en su mayor extensión. Su voz llama a menudo la atención sobre las distorsiones y anomalías de nuestro país, cuando los poderes de uno y otro tipo desbalancean el precario equilibrio democrático y social del Perú.
Su larga trayectoria académica en la Universidad Mayor de San Marcos como catedrático, en el Instituto de Estudios Peruanos como investigador, director y gran animador han hecho de él un referente central de la Ciencia Política y de la Economía Política es en verdad un Oráculo que es consultado cuando no hay claridad sobre la coyuntura o las tendencias de la sociedad.
No me cabe duda que el Maestro Cotler merece ampliamente este homenaje y este premio no sólo por sus aportes académicos plasmados en sus libros, sus artículos, sus clases y sus conferencias, sino también por su permanente seguimiento del proceso social peruano, sobre el cual sus opiniones son siempre iluminadoras, críticas y a veces pesimistas. Creo que el pesimismo viniendo de una mente ilustrada se constituye en una advertencia que lleva al límite el devenir de algunos acontecimientos, lo que pone en guardia a gobernantes y gobernados, por ello sus opiniones están lejos de la complacencia que gusta tanto el poderoso o el gobernante de turno. Personas como él son las que hacen posible la construcción de sociedades más tolerantes, más democráticas y, por su puesto, más equitativas.
La Pontificia Universidad Católica del Perú considera sumamente importante reconocer las trayectorias y los aportes de aquellos peruanos que nos ayudan a resolver el enigma o el rompecabezas que es el Perú, para darle un sentido social y moral a nuestro quehacer cotidiano. Es por esta razón que homenajeamos al Dr. Julio Cotler y le hemos concedido la Medalla José de la Riva Agüero y el Premio Southern a las letras y ciencias humanas.
Yo, en lo personal, me siento profundamente conmovido de entregar a Julio la medalla Riva Agüero pues tengo una profunda amistad con él, forjada al calor de la búsqueda de opciones de desarrollo y democracia en la investigación, en la enseñanza y en el debate público. Obviamente, el que más se ha beneficiado de esta amistad he sido yo, pues gracias a la permanente interacción entre nosotros y entre nuestras disciplinas pasé de ser economista a convertirme en un economista político, bajo la convicción que la entrada unidisciplinaria si bien puede ser el camino a la profundización, también es el camino a ver sólo una parte de la realidad social y a veces es la elegante ruta a la arrogancia intrascendente. Una mirada vasta de la realidad como él la tiene es la fórmula que permite aquilatar la dimensión de los problemas, pero sobre todo es el camino para entender la sociedad en la que uno tiene que vivir y convivir y es la que permite marcar los horizontes para buscar mejores sociedades y mejores países. Por todo ello estoy agradecido a Julio Cotler.
En nombre de la Pontificia Universidad Católica del Perú es un honor entregar la Medalla José de la Riva Agüero al Doctor Julio Cotler en mérito a su transcendental contribución académica, a su trayectoria cívica y a su integridad moral y ética.
27 de noviembre 2014
Efraín Gonzales de Olarte
Vicerrector Académico PUCP