Efraín Gonzales de Olarte
Ningún país se ha desarrollado en base a la exportación de materias primas. Todos aquellos clasificados como tales han basado su desarrollo en gente mediana y altamente calificada.
El énfasis puesto por el gobierno en otorgar becas a los mejores alumnos de colegios públicos para estudiar carreras universitarias tanto en universidad nacionales como extranjeras es una gran noticia para el desarrollo. Por ello, el programa “Beca 18” debe ser apoyado y complementado por políticas de empleo.
El gobierno de Brasil ha decidido enviar cien mil estudiantes al exterior para emprender maestría y doctorados. Para ello ha de utilizar los recursos proporcionados por su reciente boom petrolero, para evitar una revaluación del Real. Ese gobierno piensa en grande, sabe que la sexta potencia mundial sólo se mantendrá en base a profesionales y técnicos con la mejor educación superior posible.
Este es un ejemplo a seguir, obviamente en la dimensión que nos corresponde. El Perú debería aspirar a enviar a veinte mil estudiantes universitarios, debidamente seleccionados, a hacer maestrías y doctorados al exterior con los recursos del canon, durante los próximos diez años, para que retornen con los conocimientos de frontera en ciencia, tecnología y humanidades.
Es imprescindible que haya un compromiso de retorno al término de los estudios, basado en un contrato de trabajo –o una promesa firme- en una empresa privada o pública, o en una institución de desarrollo (universidades, ONGs, agencias de cooperación internacional, gobiernos regionales y locales, centros de desarrollo). La idea es comprometer a los sectores económicos a emplear a los maestros y doctores al retorno, lo que obligaría a las empresas e instituciones a tener planes de desarrollo de largo plazo, en los que incorporen gente altamente calificada, como parte de su estrategia de competitividad o de desarrollo institucional.
El gobierno debe fijar una política de largo plazo concordada con empresas e instituciones, para que este esfuerzo no termine generando una fuga adicional de cerebros. Beca 18 es una inversión en capital humano que hace el país, que aumentará la oferta de gente calificada en el largo plazo, pero si no se crea demanda para esta oferta de nada servirá todo el esfuerzo. Por ello, es fundamental definir políticas sectoriales de empleo sobre la base de Beca 18 y modificar el uso del canon.