PERVERSIÓN DE LA POLITICA: Ética y participación en las elecciones
Efraín Gonzales de Olarte
La casi inexistencia de partidos políticos en el Perú está promoviendo la perversión de la política, al trastocar algunas de las motivaciones de los candidatos que participan en las elecciones, generando una moral perversa. Para entender este fenómeno es preciso un análisis microeconómico antes que uno de ciencia política.
¡Juro por Dios y por la plata! es la frase que sintetiza las motivaciones de una buena parte de candidatos que quieren llegar a los distintos niveles de gobierno y al Congreso. Hoy, la participación política pareciera que se hace sobre un cálculo económico antes que sobre motivaciones cívicas o políticas, en una suerte de mercado político que se abre en cada proceso electoral.
Por el lado de la oferta, se conforman movimientos, o los propios partidos establecidos, que ofrecen incorporar candidatos en las listas para el gobierno local, regional, central o para el congreso a cambio de un pago. El reciente testimonio de un potencial candidato al que le querían cobrar 200mil dólares para darle el quinto lugar en la lista para el congreso ilustra esta situación y en las elecciones municipales hay cientos de ejemplos.
Por el lado de la demanda, el cálculo se hace en función de la “tasa de retorno” que se obtendría si se invierte una cierta cantidad de dinero para ser incorporado como candidato y para la campaña electoral. En consecuencia, el objetivo de participar en política se convierte en un negocio, en el cual para asegurar el beneficio esperado una vez electo, hay altas probabilidades de utilizar medios corruptos o ilegales para alcanzarlo.
En esta perspectiva, no importa si uno es de centro, derecha o izquierda, lo importante es pensar que la política puede ser un negocio rentable. Esto no sólo devalúa la política sino que la hace perversa, peor aún, da bases para que la corrupción se institucionalice.
Esta situación obviamente, tiene connotaciones éticas, es decir, parece aceptable participar en las elecciones con estos métodos y de hecho, estos comportamientos, que no son conocidos por los electores son convalidados al momento de elegir y todos somos responsables de nuestra ética. Las reglas del todo vale con tal de alcanzar un cargo de gobierno se ha instalado en el Perú y augura una devaluación de la política.
Razones de peso para abogar por una ley de partidos que reduzca al mínimo estas perversiones. Para abogar por una cruzada ética. Además, es necesario que los ciudadanos tengamos mucho cuidado al elegir por quienes votamos tanto en las elecciones generales, como en las regionales y locales.
Adiós Ciencia Política, bienvenida la Micro Economía Política.