Perû: Policía del Callao estaría detrás de tráfico de tierras
Pensar que a las policía se les paga con los impuestos que nos exprimen para que nos brinde seguridad, pero hay algunos efectivos policiales como los mencionados en líneas abajo se prestan para encubrir mafias y abusos. Entonces ¿a quièn acudir?
Enviado por Redactor el Lun, 17/06/2013 – 00:33.
POR YVONNE BANCES CHANAMÉ
Víctor Huarancca Medina, un ex campesino, se presentó a las instalaciones del diario EXPRESO para denunciar no solo haber sido expropiado de su terreno por el empresario pesquero y además aportante de Gana Perú, Oscar Peña Aparicio, sino también que efectivos de la Dirincri Callao estarían en complicidad con estas personas, pues presentaban denuncias falsas acusando de extorsión a los campesinos y a sus peones.
Huarancca nos narra que el despojo de sus tierras se dio en cuatro supuestos operativos. “Oscar Aparicio envía a un otro grupo de gente a mi terreno, muchos de ellos integrantes de la banda del “Cholo Jacinto”, y se reapropia de 30,000 m2. Yo recurro a la Policía, esta va a constatar a mi terreno y se van los despojadores. Pese a ello al día siguiente se vuelven a meter”, señaló.
“Cuando vuelvo acudir a la Fiscalía, esta va a mi terreno y los tipos se vuelven a ir. Ese mismo fin de semana, el domingo 27 de mayo del 2012, se vuelven a meter y a construir paredes. Ese mismo día me fui a la comisaría pero, curiosamente, en vez de aceptar mi denuncia, un grupo de policías y otro grupo de la región Callao se presentaron en mi terreno y me dijeron que mejor me retirara de este porque no sabía con quién me estaba metiendo”, reveló.
El denunciante se pregunta cómo puede ser posible que haya habido cuatro operativos al mando del coronel Luis Montesinos, jefe de la Divincri Callao, “y todos los operativos se hayan realizado sin que existiera alguna denuncia, sin presencia de juez, sin fiscal”.
Huarancca recurrió al Ministerio del Interior y su denuncia fue derivada a Inspectoría y hasta el momento no tiene ninguna respuesta. “Yo denuncié a los policías usurpadores y secuestradores ante el Ministro del Interior el 4 de setiembre del 2012, y ni él, ni el entonces inspector general de la Policía Jorge Flores Goicochea (hoy director general de la institución) le han abierto investigación a dichos policías corruptos. Esto significa que Inspectoría por lo menos y el director general de la PNP han encubierto a todos estos jefes policiales del Callao”, manifestó.
Fuente: diario expreso
India: Amigo de joven violada criticó a la Policía e indiferencia de transeúntes
Hombre de 28 años dijo que tras haber sido arrojados de bus, pasó media hora para que algún ciudadano los ayudara. Luego, indicó, fueron llevados a una clínica lejana, con lo que se perdió tiempo valioso para salvar a Amanat.
El amigo de Amanat, la mujer de 23 años que fue violada por seis individuos en un autobús de Nueva Delhi, en la India, el 16 de diciembre —asalto que le causó lesiones que acabaron con su vida— habló hoy por primera vez del caso.
En una entrevista telefónica desde Gorakhpur, en el estado de Uttar Pradesh, el hombre de 28 años relata cómo vivió el ataque y critica la actuación de la Policía y la indiferencia de los transeúntes.
“¿Qué puedo decir? La crueldad que vi no debería suceder nunca. Intenté luchar contra los hombres y después les pedí una y otra vez que la dejaran”, indicó el joven, quien terminó muy traumatizado y con una fractura en la pierna.
El acompañante de la joven dijo que los sujetos habían planeado el ataque y que los encerraron en el autobús. Además relató que se defendieron desesperadamente y que a su amiga le arrancaron de la mano el teléfono móvil con el que quiso pedir ayuda a la Policía.
Fue el conductor del autobús el que comenzó haciendo comentarios lascivos a la pareja, y los demás se le unieron. Entonces, según relata, le dijo al chofer que parara, pero este se negó y los otros pasajeros bloquearon las dos puertas. “Me pegaron con un palo pequeño y a ella la arrastraron al asiento cerca del conductor”.
Después de eso, “el conductor y los otros hombres violaron a mi amiga y la golpearon en sus partes más íntimas de la manera más horrenda (…) No puedo expresar lo que siento cuando me acuerdo; me estremezco de dolor”, refirió a la televisora Zeenews.
Asimismo, contó que después de haber sido arrojados del vehículo pasó casi media hora hasta que alguien se detuvo a ayudarlos. La Policía perdió mucho tiempo tratando de averiguar cuál era la comisaría responsable y nos llevaron a una clínica lejana, indicó.
Agentes ha arrestado a seis sospechosos del crimen —cinco hombres y un menor— que han sido acusados de secuestro, violación y asesinato.
Fuente: perú21 (más…)
Expropiación disfrazada de servidumbre sobre tierras comunitarias
CNDDHH: Expropiación disfrazada de servidumbre sobre tierras comunitarias
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Ante la imposición de una servidumbre minera sobre el territorio de la Comunidad Campesina de El Tingo, en Cajamarca, mediante Resolución Suprema nº 080-2009-EM, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos declara ante la opinión pública lo siguiente:
1.- El procedimiento de servidumbre minera, previsto en el artículo 7 de la Ley General de Minería, permite imponer la actividad minera contra la voluntad de las comunidades campesinas. Este procedimiento existe desde el gobierno de Fujimori, pero muy rara vez se ha utilizado.
2.- La servidumbre minera constituye, en realidad, una expropiación disimulada e inconstitucional.
– Se trata de una expropiación, porque 20 años de actividad minera, incluyendo la instalación de fosas de relaves, suponen la destrucción del terreno utilizado, convirtiendo esta parte del territorio comunal en una zona inservible para la agricultura.
– Esta expropiación de hecho no se inscribe en ninguno de los supuestos constitucionales, ya que se efectúa con el fin de facilitar las actividades de una empresa privada (Coymolache, perteneciente a la compañía minera Buenaventura) y no para realizar un servicio público o proteger la seguridad nacional.
3.- Además, en el caso que nos ocupa no se ha respetado la exigencia constitucional de una justa indemnización a la comunidad campesina afectada, ya que la disposición del Gobierno contempla solo 3,500 dólares por hectárea, y no considera el impacto ambiental y social que sufrirá la comunidad campesina como consecuencia de la actividad minera, teniendo en cuenta a este respecto los antecedentes de la empresa Yanacocha, vinculada al mismo grupo empresarial.
4.-La imposición de la servidumbre minera contraviene claramente el Convenio 169 de la OIT, que establece el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados antes del desarrollo de actividades extractivas en sus territorios, así como el derecho de los pueblos a elegir libremente su modelo de desarrollo. Supone también un claro incumplimiento de las recomendaciones sobre esta materia que recientemente han dado al Gobierno peruano el Relator de las Naciones Unidas para los Derechos de los Pueblos Indígenas, la OIT, el Comité para la Erradicación de la Discriminación Racial, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y, dentro del Perú, la Defensoría del Pueblo.
5.- Más allá de este caso concreto, que supone una clara vulneración de los derechos de la Comunidad de El Tingo, estamos sumamente preocupados por lo que podría ser el anuncio de una nueva estrategia para doblegar la resistencia de las comunidades que, haciendo uso de sus legítimos derechos, se oponen al desarrollo de actividades extractivas en sus territorios.
6.- Como hemos señalado reiteradamente, la injusticia es la principal causa de la creciente conflictividad social, y una política como la que parece anunciarse solo contribuirá a desestabilizar aún más el país y a debilitar nuestra democracia. Hacemos un llamado a las autoridades, y en particular al Gobierno, a actuar con prudencia y responsabilidad, y entre tanto, a no aplicar esta cuestionada resolución suprema.
Lima, 3 de febrero de 2010
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
Una tradición de tortura
Una tradición de tortura
¿Por qué la sorpresa con relación a los memorandos de tortura? Se pregunta el lingüista, filósofo, activista, escritor y analista político estadounidense Noam Chomsky en este artículo intitulado “Una tradición de Tortura”.
Por: Noam Chomsky
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Los memorandos sobre torturas dados a conocer por la Casa Blanca han generado asombro, indignación y sorpresa.
El asombro y la indignación son comprensibles, en particular el recientemente publicado Informe del Comité Senatorial de las Fuerzas Armadas sobre Trato a los Detenidos.
En el verano de 2002, como revela el informe, interrogadores en Guantánamo fueron sometidos a una presión creciente de los niveles superiores en la cadena de mando para establecer un vínculo entre Irak y al Qaeda.
La aplicación de waterboarding (o ”el submarino”), entre otras formas de tortura, finalmente permitió obtener ”la evidencia” por parte de un detenido, misma que fue usada para ayudar a justificar la invasión BushCheney de Irak el año siguiente.
Pero, ¿por qué la sorpresa acerca de los memorandos sobre la tortura? Incluso sin que hubiera una investigación, era razonable suponer que Guantánamo era una cámara de torturas. ¿Qué otra razón habría para enviar a prisioneros a un lugar donde pudieran estar más allá del alcance de la ley, incidentalmente, un lugar que Washington está usando en violación de un tratado que Cuba se vio obligada a firmar bajo la amenaza de las armas? El razonamiento de que era cuestión de seguridad es difícil de tomar en serio.
Una razón más amplia de por qué debería haber escasa sorpresa es que la tortura ha sido una práctica rutinaria desde los primeros días de la conquista del territorio nacional, y más tarde aún, cuando las incursiones imperiales del ”imperio infante” -como George Washington llamó a la nueva república- se extendió a las Filipinas, Haití y otros lugares.
Además, la tortura fue el menor de los muchos crímenes de agresión, terror, subversión y estrangulación económica que han oscurecido la historia de Estados Unidos, en buena parte como ha sucedido con otras grandes potencias. Las revelaciones actuales de tortura apuntan una vez más al conflicto entre ”lo que representamos” y ”lo que somos”.
La reacción ha sido vehemente pero en formas que hacen surgir algunos interrogantes, Por ejemplo, el columnista Paul Krugman, del New York Times, uno de los críticos más elocuentes y francos de las fechorías de Bush, escribe que ”antes éramos una nación de ideales morales” y que nunca antes de Bush ”nuestros líderes habían traicionado tan totalmente lo que nuestra nación representa”.
Para decir lo menos, este popular punto de vista es una versión bastante parcial de la historia. Es un artículo de fe, casi una parte del credo nacional, que Estados Unidos es una nación moral, a diferencia de otras grandes potencias, pasadas y presentes: la noción que es llamada el ”excepcionalismo americano”.
Un correctivo parcial podría encontrarse en la historia recién publicada del periodista británico Godfrey Hodgson, The Myth of American Excepcionalism (El mito del excepcionalismo estadounidense ). Hodgson llega a la conclusión de que Estados Unidos es ”sólo un gran, pero imperfecto país”, como tantos otros.
Roger Cohen, columnista del International Herald Tribune, al comentar el libro en The New York Times, se muestra de acuerdo en que la evidencia apoya el juicio de Hodgson, pero difiere de su punto de vista en un punto fundamental: Hodgson no alcanza a comprender que ”América (Estados Unidos) nació como una idea, y en consecuencia tiene que llevar esa idea hacia adelante”.
La idea está revelada por el nacimiento de Estados Unidos como una ”ciudad en una colina”, escribe Cohen, ”una noción inspiracional” que reside ”profundamente en la psiquis americana”.
En pocas palabras, el error de Hodgson es que está limitándose a ”las distorsiones de la idea americana en décadas recientes”.
Volvamos la mirada, entonces, a la ”idea” de Estados Unidos.
La frase inspiracional ”ciudad en una colina” fue acuñada por John Winthrop en 1630, pidiéndola prestada del Evangelio y delineando el futuro glorioso de una nación nueva ”ordenada por Dios”.
Un año antes, su Colonia de la Bahía de Massachusetts estableció su Gran Sello. En él aparece un indio con un pergamino que sale de su boca. En él se ven las palabras, ”Come over and help us” (”Vengan acá y ayúdennos”). Los colonos británicos eran, pues, humanistas benevolentes, que respondían a los ruegos de los miserables nativos que deseaban ser rescatados de su amargo destino pagano.
Esta declaración temprana de ”intervención humanitaria”, para emplear el término actualmente popular, resultó muy similar a sus sucesoras, al llevar horrores en su ruta.
Algunas veces hay innovaciones.
Durante los 60 años pasados, víctimas en todo el mundo han soportado lo que el historiador Alfred McCoy describe como ”revolución en la cruel ciencia del dolor” de la CIA, en su libro publicado en 2006 A Question of Torture: CIA interrogation, from the Cold War to War on Terror (Un asunto de tortura: Interrogatorios de la CIA, desde la Guerra Fría hasta la guerra contra el terrorismo).
Con frecuencia la tarea de torturar es subcontratada a subsidiarias. Pero el llamado ”submarino” es uno de los métodos con décadas de antigüedad que aparece con escasos cambios en Guantánamo.
La complicidad en la tortura frecuentemente aparece en la política exterior de Estados Unidos. En un estudio realizado en 1980, el científico político Lars Schoultz encontró que la ayuda estadounidense ”ha tendido a fluir en forma desproporcionada hacia gobiernos de América Latina que torturan a sus disidentes… a los relativamente atroces violadores de los derechos humanos”.
El estudio de Schoultz y otros que llegaron a conclusiones similares precedieron los años Reagan, cuando el tópico no valía la pena de ser estudiado porque las correlaciones eran tan abrumadoramente claras. Y esa tendencia continúa estando presente sin modificaciones significativas. No es extrañar, entonces, que el Presidente nos aconseje mirar hacia adelante, no hacia atrás: sin duda una doctrina conveniente para aquellos que tienen en sus manos los garrotes. Los que son golpeados por ellos tienden a ver el mundo en forma diferente, para nuestro gran fastidio.
Entre los imperios, el ”excepcionalismo” está cerca de ser universal. Francia estaba aclamando su ”misión civilizadora” mientras el ministro francés de Guerra hacía un llamado para ”exterminar la población indígena de Argelia”.
La nobleza británica era ”una novedad en el mundo”, declaró John Stuart Mill, al tiempo que urgía a esta potencia angélica a no postergar más tiempo su liberación de la India. El ensayo clásico de Mill, A Few Words About Non-Intervention (”Unas pocas pala- bras acerca de la no intervención”) fue escrito inmediatamente después de la revelación pública de las aterradoras atrocidades de la Gran Bretaña al suprimir la rebelión de 1857.
Tales ideas ”excepcionalistas” no son sólo convenientes para el poder y el privilegio, sino también perniciosas. Una razón es que tales ideas anulan crímenes reales que están ocurriendo. La masacre de My Lai durante la Guerra de Vietnam fue un mero pie de página para las vastamente mayores atrocidades de los programas de pacificación posteriores al Tet. El allanamiento de Watergate que hizo caer a un presidente de Estados Unidos fue sin duda un acto criminal, pero el furor que generó desplazó crímenes internos y en el extranjero que fueron incomparablemente peores: el bombardeo de Camboya, para mencionar sólo un horrible ejemplo.
Muy habitualmente, las atrocidades selectivas tienen esa función.
La amnesia histórica es un fenómeno muy peligroso, no sólo porque socava la integridad moral e intelectual, sino también porque prepara el camino para crímenes que se encuentran más adelante.
Fuente: http://www.telesurtv.net/noticias/opinion/932/una-tradicion-de-tortura/
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