Por Mtra. B. Karina Ortega Maya
Lic. en Comunicación y Relaciones Públicas por la Universidad Latinoamericana (ULA), con Maestría en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García

Para la escritora Natalie Davis, en lo referente al estudio de género señala: “Nuestro objetivo es comprender la significación de los sexos, de los grupos de género en el pasado histórico. Nuestro objetivo es descubrir toda la gama de símbolos y de roles sexuales en las distintas sociedades y períodos, así como encontrar los significados que tienen y como funcionaron para mantener el orden social o para promover el cambio del mismo” [1].

Remontándonos a los acontecimientos más importantes que modificaron la historia de México, y que también fueron transformadores de la vida de las mujeres a principios del siglo XX, destaca uno, la salida de la mujer de la reclusión del hogar para desarrollar otras actividades. Está emancipación simbolizó la renuncia de ellas a su función tradicional de esposas y madres, al igual que él ordenamiento legal de las relaciones entre los géneros.

Es cuestionable que un siglo más tarde, donde celebramos el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana , la brecha de oportunidades entre los sexos continúe siendo abismal, e inaceptable, por lo que debemos luchar todos juntos, hombres y mujeres, para que florezca en nuestra sociedad el respeto e igualdad entre los géneros, ya que en los albores del siglo XXI, cuando la condición de la mujer ha cambiado, continúan existiendo señales de discriminación hacia la mujer al ser despedidas de un empleo por estar embarazadas, o millones son golpeadas y violentadas todos los días, o cientos asesinadas impunemente como en Ciudad Juárez o en el Estado de México.

Qué es lo que estamos haciendo para cambiar este escenario, o preferimos repetir esquemas anteriores, heredados o basados en la idiosincrasia popular. ¿Por qué permitimos que los puestos de importancia continúen siendo dominados por los hombres?, ¿Por qué aún cuando somos más del 52% del electorado y ganamos el derecho a elegir a nuestros gobernantes, muy pocas mujeres ocupan cargos de elección popular?, o por qué la discriminación hacia la mujer en los espacios de decisión y en las estructuras formales de representación continúa, incluso cuando la evolución de sus roles es evidente, provocando que la desestimación de sus conocimientos se traduzca en una baja presencia en cargos de decisión en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Es un hecho que la mujer debe tener garantizado un espacio importante tanto en la política como en cualquier otra área que desee basado en sus habilidades y aptitudes, y avalado por su experiencia y preparación.

A través de un estudio del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se muestra, que la incorporación de la mujer al trabajo extra doméstico se dio en mayor medida por la pobreza, y por la jefatura de la familia que en 1990 era de 16.3% y en 2000 aumentaron a 19.3%, dando como resultado que la búsqueda de trabajo para la mujer fuera una elección obligada en la mayoría de los casos por la necesidad inmediata de salir de los embates de la pobreza, la marginación y la desigualdad estructural.

Esto evidencia que la situación de la población femenina, así como su incorporación a la jornada laboral a la par del hombre, tanto en el pasado como en el presente, representa una doble carga, por un lado la realización laboral y por otro la responsabilidad de la procreación de los hijos y las actividades domésticas, implicando forzosamente jornadas exhaustivas provocándole el desgaste físico, mental y nutricional de las mismas.

En México falta mucho para que las mujeres seamos consideradas en igualdad de derechos aunque tengamos igualdad frente a la ley, porque en la medida en que seamos respetadas y valoradas como parte de la transformación, del equilibrio y del crecimiento democrático de nuestro país, se dará paso a un verdadero cambio en las relaciones entre los géneros. Afortunadamente las nuevas generaciones son más exigentes y tienen mayor acceso a una educación digna, transformándose en libertad de decisión que les permite ejercer a plenitud su vida, sus derechos no sólo políticos, sociales, y de trabajo, entre otros; más aun, abren nuevas expectativas hacia el cambio. En la medida que existan mujeres y hombres interesados en que se produzca un evolución real a favor de la equidad entre los sexos, será el momento en que se logrará una nación constituyente, democrática y plural.

[1]Natalie, Zemon Dawis �Women’s History In Transition: The European Case� , Feminist Studies (1975 -1976) Núm. 3, p.90

Para ampliar información considerar la siguiente bibliografía;

• Ferrón de Madera, Leonor. De 24 de abril de 1956. Archivo. Ideario Político de la Mujer. General de la Nación , Adolfo Ruiz Cortines, c. 864, exp. 545.2/1, 6 p.

• INMUJERES. 2004. Las mujeres y el voto, 17 de octubre. Aniversario del sufragio femenino en México . Ed. Instituto Nacional de las Mujeres INMUJERES, 2ª edición. México.

• INEGI.2002. Informe Mujeres y Hombres . Ed. INEGI; INMUJERES. México.

• Campos, Beltrán, María del Rosario.2000. Análisis de redes de políticas de prevención y atención de la violencia intrafamiliar en México ¿Hacia la equidad de género?, México. Instituto de Investigaciones Dr. José Ma. Luis Mora, Tesis de Maestría en Sociología Política.

• Ortega Maya, Balbina Karina. Febrero 2010 . LA LUCHA POLITICA DE LA MUJER EN LA EVOLUCION DE LA IZQUIERDA MEXICANA. Caso Rosario Robles Berlanga. México. Escuela de Periodismo Carlos Séptien García. Tesis de Maestría en Periodismo Político.

Fuente: http://www.mujeresnet.info/2011/02/existe-la-equidad-genero.html

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