EL PROBLEMA MORAL DE FEMINICIDIO
A la víctima de feminicidio se le vuelve a asesinar cuando se le acusa moralmente de tener una corresponsabilidad en su propia muerte. Salir de noche o beber o vestirse de una manera particular pasan de ser actividades sociales a convertirse en la justificación de una agresión para las mentes obtusas. “Le pasó por andar de mal portada”, “Se lo buscaba por vestirse de manera tan provocativa”, “Quien le mandaba andar de borracha a altas horas de la noche” y frases similares aduce la misoginia disfrazada de buena conciencia. Para estas voces, la mujer debe vestir recatadamente y estar en su casa siempre o de perdida bajo un toque de queda autoimpuesto. Trabajar, divertirse o intimar en el espacio público de la manera que lo hace un hombre parecería condición suficiente que justifique la violencia contra ella. La violencia de género no es exclusivamente sexual, sino que implica a las relaciones de poder existentes en la sociedad en varios niveles, por lo que la estigmatización es un eslabón más en la cadena de esa violencia estructural que mata a las mujeres. El estereotipo moral es particularmente agresivo en contra de la mujer que ha subvertido el orden constituido en nuestras sociedades patriarcales.
Buenrostro, Javier. 18 sep 2017. ¿Quien le mandó andar borracha por la noche?: El verdadero problema del feminicidio en México. RT. México. Recuperado de
https://actualidad.rt.com/opinion/javier-buenrostro/250378-andar-borracha-noche-feminicidio-mexico
Un mes antes de un ataque cardíaco, el organismo empieza a advertirte con estos 8 síntomas
El mejor tratamiento es la prevención. Esta regla es válida sin excepción para cualquier tipo de enfermedad.
Por Genial Gurú
Sep 16, 2017- 17:48
Genial.guru te contará acerca de 8 síntomas de un ataque al corazón que aparecen un mes antes o incluso un poco más. No te obsesiones con esta información, pero sí presta atención a tu salud. Sobre todo, si tú o tus seres queridos están en el grupo de riesgo, del cual hablaremos al final del artículo.
8. Cansancio
La falta de fuerzas es una de las señales poco obvias de un ataque cardíaco en mujeres. En hombres este síntoma se manifiesta muy de vez en cuando.
Especificaciones. El cansancio no está relacionado ni con el ejercicio físico, ni con el esfuerzo mental y se siente más fuerte al final del día. Este síntoma hace que incluso tender la cama o ducharse se vuelva una misión difícil.
7. Dolor abdominal
El dolor en la parte superior del abdomen, náuseas con el estómago vacío y/o después de comer, hinchazón estomacal: uno o varios de estos síntomas se manifiestan en igual medida tanto en los hombres, como en las mujeres.
Especificaciones. El malestar estomacal relacionado con un ataque cardíaco es de naturaleza pasajera. Es decir, a veces pasa y luego vuelve a aparecer. El dolor estomacal se intensifica durante la actividad física.
6. Problemas del sueño
Entre otros síntomas de un mayor riesgo de tener un ataque al corazón, está el insomnio, acompañado con ansiedad y mala concentración. Aunque este síntoma es más frecuente en mujeres.
Especificaciones. En caso de problemas del corazón, a la persona se le hace difícil quedarse dormida y se despierta en la noche sin motivos.
5. Falta de aliento
La respiración agitada es un síntoma que molesta a todas las personas independientemente de su género durante uno o varios meses antes del ataque al corazón.
Especificaciones. Muchas veces va acompañado de mareos y falta de aliento, debido lo que se dificulta la respiración.
4. Caída de cabello
Los científicos dicen que también la caída de cabello acelerada está entre los síntomas de un paro cardíaco. Este síntoma es típico en hombres, pero también se observa en mujeres. Al mismo tiempo, la pérdida de cabello está relacionada con el nivel alto de cortisol.
Especificaciones. Por lo general, el cabello cae en el área de la corona de la cabeza.
3. Ritmo cardíaco interrumpido
Este síntoma se observa más en hombres, mientras que en mujeres va acompañado con pánico y ansiedad. Aparece de la nada y se manifiesta de maneras diferentes: ya sea como arritmía (latidos de corazón irregulares) o taquicardia (ritmo cardíaco acelerado). En caso de ateroesclerosis u otras enfermedades cardíacas, la taquicardia puede surgir también después de realizar ejercicio físico.
Especificaciones. Por lo general, dura de 1 a 2 minutos. Si se prolonga durante más de 2 minutos, pueden surgir mareos y debilidad.
2. Sudoración excesiva
La sudoración excesiva, tanto de día como de noche, también está en la lista de síntomas de un ataque al corazón. Este síntoma es más frecuente en mujeres (muchas veces lo confunden con las sensaciones de la menopausia), pero también existe entre hombres.
Especificaciones. El sudor frío pegajoso (parecido al que tienes cuando te resfrias) aparece independientemente de la temperatura del aire o actividad física de la persona. Por la noche la sudoración es tan fuerte que por la mañana las sábanas amanecen húmedas.
1. Dolor en el pecho, en el cuerpo
El tipo y la intensidad del dolor en el pecho es muy diferente en hombres y en mujeres. Por ejemplo, entre los hombres es un síntoma frecuente y muchas veces señala que corre riesgo de tener un ataque al corazón. Mientras que en mujeres este síntoma sólo se observa en el 30 por ciento de los casos.
Especificaciones. El dolor en el pecho puede irradiar en los brazos (por lo general, el izquierdo; pero no siempre), mandíbula inferior, garganta, hombros, cuello, estómago. Puede ser tanto temporal como constante.
Grupo de riesgo
Todos conocemos tales factores de riesgo como el sobrepeso, el estilo de vida sedentario o el tabaquismo. Sin embargo, existen también otras señales menos específicas de la predisposición hacia las enfermedades cardíacas:
Pliegue en el lóbulo de una oreja (sobre todo, si pasa en un ángulo diagonal desde el canal auditivo hacia la parte inferior del lóbulo); manchas amarillas en los párpados; dolor en los músculos de la pantorrilla mientras caminas;
crecimiento acelerado en los oídos (en los hombres); canas prematuras (en los hombres).
Fuente: http://www.elsalvador.com/vida/salud/397671/un-mes-antes-de-un-ataque-cardiaco-el-organismo-empieza-a-advertirte-con-estos-8-sintomas/
Perú: El 36% de mujeres indígenas tiene educación secundaria
Según el Inei. Hay un millón 46 mil mujeres que han logrado terminar el colegio. Solo el 18,8% sigue estudios superiores.
En el Perú, existen 5 millones 663 mil personas de 14 a más años que se autoidentifican como indígenas y representan el 24,2% de la población de este rango de edad. De este grupo, 2 millones 904 mil son mujeres. Así lo informó el jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Aníbal Sánchez Aguilar, quien puntualizó que el 45,2% de esta población femenina (un millón 312 mil) cuenta solo con educación primaria, el 36% (un millón 46 mil) con educación secundaria y el 18,8% (547 mil) con educación superior. Hay que tomar en cuenta que la población indígena es aquella que se autoidentifica como quechua, aimara y nativa o indígena de la Amazonía.
“Hay que tomar en cuenta que los Censos 2017, que se realizarán el 22 de octubre, permitirán conocer las principales necesidades de la población indígena. Se hará preguntas de autoidentificación étnica, por ejemplo: ‘por sus costumbres y sus antepasados, usted se siente o considera…'”, comentó.
Explicó que estas cifras son resultado de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del año 2016, y la investigación que viene permitirá saber cuánta población indígena, originaria y afroperuana vive en el país, dónde está ubicada, cuáles son sus condiciones de vida y sus principales necesidades.
Mujeres trabajadoras
Estas cifras se publicaron en el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, que se celebra el 5 de setiembre. La investigación indica que el 69,7% de mujeres indígenas están en condición de ocupadas, el 2,1% desocupadas y el 28,2% forman parte de la Población Económicamente Inactiva.
Según la rama de actividad, el 39,5% de esta población femenina se desempeñaba en los sectores agricultura, pesca o minería; el 28,3% en otros servicios, el 23,3% en comercio y el 7,5% en manufactura.
Fuente: La República
¿La amenaza brasileña llega a Perú?
Publicado en RT: 5 sep 2017 12:58 GMT | Última actualización: 5 sep 2017 13:13 GMT
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La pregunta es simple: ¿se pueden empeorar aún más las condiciones de trabajo de los peruanos para competir con Brasil? Una experta analiza a fondo esa posibilidad y llega a una conclusión tajante.
Evelin Coloma Cieza, analista política y abogada por la Universidad de Lima, sostiene que el contexto laboral en Perú es bastante crítico y detalla una de sus principales complicaciones: “Solo el 30% de los trabajadores tiene acceso a una relación laboral formal”. Y aun así, profundiza, es esa “una formalidad cuestionada, pues en muchos casos se trata de empleos precarios o mal remunerados”.
“Más allá de tener acceso a beneficios sociales, se presenta mucho incumplimiento respecto de la seguridad y salud en el trabajo”, agrega. “Las labores son realizadas sin observar las medidas de seguridad y salud mínimas, que protejan a los trabajadores frente a los riesgos que pueda generar su actividad. Visto así, dentro de la formalidad también se aprecia informalidad”.
Coloma Cieza obtuvo un máster en Asesoramiento y Consultoría Jurídico-Laboral en la Universidad Carlos III de Madrid, y conoce bien las relaciones entre patrones y empleados: “En el Perú, los derechos laborales mínimos que se reconocen en un contrato de trabajo no provienen de la autonomía colectiva, sino del Estado”, afirma.
Remarca que, en términos teóricos, “la Constitución de 1993 da un marco de economía social de mercado, el cual dirige las actividades económicas y las relaciones que la componen”. Y detalla: “El Estado garantiza los derechos básicos de los trabajadores, como por ejemplo la remuneración mínima vital, la [duración de la] jornada de trabajo y la protección especial de determinados actores, como las madres trabajadoras, adolescentes y personas que sufren discapacidad. Otorga protección frente al despido arbitrario, reconoce el descanso vacacional anual, un día de descanso semanal obligatorio y los feriados no laborables”.
Por otra parte, la académica destaca que aunque “el grueso de los trabajadores peruanos presta servicios de manera informal, la tasa de desempleo no es muy alta en comparación con otras economías”. Según interpreta, el principal obstáculo para lograr relaciones laborales menos perjudiciales es la falta de claridad normativa, la escasa intervención del Ejecutivo en su difusión y el desconocimiento generalizado.
“Una de las principales deficiencias de la legislación es la dispersión regulatoria, que genera muchos inconvenientes para los actores (empleadores y trabajadores). Estos problemas pueden derivar muchas veces en incumplimientos, que determinan la imposición de multas y la judicialización de los mismos, por el desconocimiento o difícil entendimiento de nuestras disposiciones. Esto tiene como antecedente la mala técnica legislativa y la inadecuada concordancia entre la ley y los reglamentos, así como la falta de promoción de las normas por parte del Estado”.
Motivos para una reforma
En ese marco, la abogada analiza las propuestas de llevar a cabo en Perú una profunda reforma laboral, y comienza por discernir lo que necesariamente debe estar en la base de todo cambio regulatorio. Las reformas laborales, dice, no son un tema que se circunscriba a lo legislativo, sino que atañen también al contexto en el cual se desarrollan las relaciones de trabajo en un país, el cual viene dado esencialmente por el tipo de Estado y su economía.
“Estas modificaciones pretenden cambios sustantivos en las relaciones de trabajo, apuntando a determinado objetivo, como pueden ser políticas para el cambio de la estructura social, la democratización de una sociedad o cambios en la perspectiva que tiene el Estado respecto de sus roles y los agentes económicos”. Además, expresa que “lo ideal en una reforma es que sirva como un instrumento importante, frente a una situación económica adversa, para reducir los efectos negativos sobre los empresarios y trabajadores”.
España y Brasil: ¿modelos obligados?
Coloma Cieza analiza las importantes reformas laborales cumplidas por Brasil y España para hacer más competitivas sus economías. Y comienza por esta última, “toda vez que Perú comparte muchas instituciones con ese país”
En la nación europea, “las reformas datan desde 1980. La última tuvo lugar en 2012, como consecuencia de la crisis económica. Dentro de las grandes reformas se pretendía bajar el costo salarial, con el objeto de que las empresas recuperaran competitividad. Otro factor fue el cambio de equilibrio entre los empresarios y las organizaciones sindicales: empoderar a los empleadores frente a los gremios, de tal manera que los convenios a nivel de empresa tuvieran mayor relevancia que los convenios por rama de actividad. Además, se permitieron cambios en los salarios y la reducción de los plazos de contratos de trabajo”, repasa.
Sobre el ‘Gigante de Sudamérica’, destaca que “no sólo atraviesa una crisis económica, sino que además se encuentra inmerso en un conflicto político e institucional”, y añade que “pese a la fuerte oposición gremial, su reforma fue aprobada el pasado mes de julio por el Parlamento, donde se modificaron sustancialmente muchas de las disposiciones laborales vigentes desde 1943, afectando los derechos de los trabajadores”.
La ‘amenaza’ brasileña
En momentos en que algunos economistas consideran que la competitividad así alcanzada por Brasil podría amenazar la economía peruana, esta experta da sus propias conclusiones.
Así, admite que “es innegable que un mercado que ofrece menores costos laborales resulta más atractivo para los inversionistas”, pero replica que “existen otros factores que pueden determinar el lugar en el cual dicha inversión se vea mejor garantizada”.
En ese aspecto, sintetiza: “Perú podría no verse afectado”. La letrada sostiene que el contexto del país inca “es diferente al que tuvo España en 2012 o al de Brasil actualmente”, y detalla: “No tanto por la situación de crisis económica, sino por las condiciones sociales y el modelo laboral, sobre todo en el desarrollo de las relaciones de trabajo”. Sostiene que las condiciones de los empleados peruanos son tan flexibles que tal vez no sea necesario montar un marco regulatorio más adverso.
Otro aspecto central de este contexto es la debilidad de los obreros a la hora de negociar con el Estado y los sectores patronales: “En Perú la presencia de las organizaciones sindicales no es tan relevante, como sí lo es en España. Aquí actúan de forma limitada”.
Y da de muestra un botón para evaluar el papel de los gremios en su país: “Interfieren en el Consejo Nacional de Trabajo (mecanismo de diálogo entre el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y los sindicatos más representativos), cuyo principal producto ha sido el proyecto de la Ley General de Trabajo, el cual de aprobarse implicaría una de las grandes reformas en Perú. Sin embargo, está encarpetado hace más de una década, pese a que logró consenso en gran parte de sus disposiciones, casi en un 95%”.
Negociada entre varios sectores, esa reforma se estancó debido al “costo del despido arbitrario”, ya que “los representantes de los trabajadores pretendían incrementar el tope de la indemnización vigente, lo cual no correspondía a lo planteado por el lado de los empresarios”.
Desde entonces, añade, “no se ha podido avanzar en el debate sobre la ley, cuya aprobación resultaría importantísima para dar coherencia al marco regulatorio laboral en el Perú y contar con un texto único que sintetice y ordene nuestra legislación laboral”.
A pesar de la debilidad sindical, destaca la posición de la ciudadanía ante estos embates: “En los últimos años la sociedad ha manifestado su oposición a los nuevos regímenes laborales que se plantearon, como la reforma juvenil”. Sobre este punto, sostiene que “la población levantaría su voz de protesta frente a reformas que planteen la reducción de los derechos”.
Tensa calma
Actualmente, la mayoría de los trabajadores están en “una extrema precariedad”, y según relata la abogada, “el Gobierno anterior prometió grandes cambios y reformas en favor de los obreros, que no se dieron”.
Más recientemente, Pedro Pablo Kuczynski, que asumió la presidencia del país el 28 de julio de 2016, planteó cambios para la ‘flexibilización’ de las relaciones laborales. “Lo cual no se ha dado, pues las reformas laborales generan siempre la aceptación de unos y el descontento de otros. A eso se suman la presión política, la relación actual entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, y que los líderes no quieran asumir el riesgo y costo político de una reforma, aunque existan expectativas en el sector empresarial y los trabajadores”.
Lo cierto, explica Evelin Coloma Cieza, es que a pesar de no haber sido modificada la ley actual, “el Poder Judicial introdujo medidas que endurecen la protección frente al cese injustificado, creando nuevos modelos de despido, consecuencias y formas de repararlos, más allá de lo regulado por las normas”.
“La Autoridad Laboral modificó su regularización interna, creando la Superintendencia de Fiscalización Laboral y el Tribunal de Fiscalización Laboral, endureciendo en determinado momento las infracciones a las normas laborales, y en otros reduciéndolas”, concluye la experta.
Con todo ello, y considerando los altos índices de informalidad en la clase trabajadora peruana, son muy pocas las garantías que quedarían por vulnerar. ¿Lo harán?
Leandro Lutzky
Fuente: RT