A la víctima de feminicidio se le vuelve a asesinar cuando se le acusa moralmente de tener una corresponsabilidad en su propia muerte. Salir de noche o beber o vestirse de una manera particular pasan de ser actividades sociales a convertirse en la justificación de una agresión para las mentes obtusas. “Le pasó por andar de mal portada”, “Se lo buscaba por vestirse de manera tan provocativa”, “Quien le mandaba andar de borracha a altas horas de la noche” y frases similares aduce la misoginia disfrazada de buena conciencia. Para estas voces, la mujer debe vestir recatadamente y estar en su casa siempre o de perdida bajo un toque de queda autoimpuesto. Trabajar, divertirse o intimar en el espacio público de la manera que lo hace un hombre parecería condición suficiente que justifique la violencia contra ella. La violencia de género no es exclusivamente sexual, sino que implica a las relaciones de poder existentes en la sociedad en varios niveles, por lo que la estigmatización es un eslabón más en la cadena de esa violencia estructural que mata a las mujeres. El estereotipo moral es particularmente agresivo en contra de la mujer que ha subvertido el orden constituido en nuestras sociedades patriarcales.

Buenrostro, Javier. 18 sep 2017. ¿Quien le mandó andar borracha por la noche?: El verdadero problema del feminicidio en México. RT. México. Recuperado de
https://actualidad.rt.com/opinion/javier-buenrostro/250378-andar-borracha-noche-feminicidio-mexico

Puntuación: 3 / Votos: 2