Day: 8 julio, 2009

EL LUGAR MÁS INSEGURO

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Ex señor de la guerra Taylor comienza su defensa

Taylo se ampararà en la prescripciòn del delito?, pero los delitos de lesa humanidad no prescriben, ojalá los brazos de la CPI pued alcanzar a Perù.

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Ex señor de la guerra Taylor comienza su defensa
Publicado el : 12 Julio 2009 – 2:47de la tarde | Por Thijs Bouwknegt

No tiene las manos manchadas de sangre. Y menos aún, de sangre sierraLeonesa. Eso argumentará el ex señor de la guerra y presidente de Liberia, Charles Taylor, en las próximas semanas en La Haya.

En los años noventa, Taylor se convirtió de “revolucionario” a presidente de Liberia. Pero desde el año pasado se le sigue un juicio en La Haya. No por crímenes en su propio país sino por una campaña de terror en la vecina Sierra Leone.

Hace diez años, Sierra Leone fue escenario de masacres donde niños soldados del Frente Revolucionario Unido sembraron muerte y destrucción. Con machetes cortaban extremidades a mansalva, violaban a las mujeres y saquearon las minas de diamantes.

Los fiscales del tribunal para Sierra Leone – que alquila provisoriamente una sala de audiencias en la Corte Penal Internacional – consideran a Charles Taylor responsable de estos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Afirman tener pruebas de que el liberiano apoyaba a los rebeldes de Sierra Leone con dinero y armas a cambio de diamantes.

Defensa
El fiscal general Stephen Rapp ha llevado casi cien testigos el pasado año a La Haya para demostrar el vínculo entre Taylor y las atrocidades en Sierra Leone. El ex presidente insiste en su inocencia.

A partir del lunes es la hora de la defensa. El abogado de Taylor, Courtenay Griffiths, tiene confianza en el caso. Posee una lista de 256 testigos de los que llevará al menos 91 a La Haya.

El propio Taylor, que lleva gafas de sol por una dolencia ocular, ocupará el martes el banquillo de los acusados por primera vez. Nunca antes, el expresidente había declarado en concreto sobre su papel en el conflicto de Sierra Leone.

Liberia
Las masivas violaciones de los derechos humanos en el propio país de Taylor no figuran en la agenda de La Haya. Pero a Taylor se le acusa de haber cometido crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Liberia durante su rebelión y su presidencia, entre 1997 y 2003.

La semana pasada, la Comisión por la Verdad y la Reconciliación de Liberia publicó su informe en el que se documentan casi tres décadas de violaciones de derechos humanos en el país. La comisión de la verdad considera que se debe establecer un tribunal especial en Monrovia para juzgar una serie de antiguos señores de la guerra.

En el número uno de la lista figura Charles Taylor. Pero es muy improbable que alguna vez deba responder por su nefasta política en su país. Si llegara a ser absuelto por el tribunal de Sierra Leone, Liberia no cuenta ni con los medios ni con la capacidad para llevar adelante un proceso de credibilidad.

Libia
Taylor comienza a involucrarse con Sierra Leone a principios de los años ochenta. En los Cuarteles Revolucionarios de Muammar al-Khadaffi en Libia conoce al futuro líder rebelde de Sierra Leone, Foday Sankoh.

Juntos forjan un plan: Sankoh ayudará primeramente a Taylor en Liberia, a expensas de Libia, para que el liberiano apoye luego a Sankoh en su golpe de estado en Sierra Leone.

Así se hizo. Taylor invade Liberia la noche de Navidad de 1989. Dos años más tarde, rebeldes liberianos ayudan a Sankoh en Sierra Leone. Los dos países serán desgarrados por diez años de guerras civiles.

Finalmente, el plan definitivo de gobernar sobre los dos países de Africa Occidental se desarticula. Sankoh es apresado por sus rivales, y Taylor renuncia a la presidencia en 2003.

Ese año, Sankoh también es imputado por el Tribunal de Sierra Leone en Freetown, pero fallece antes de poner pie en la sala de audiencia. Ahora, el único pez gordo que tiene en manos el tribunal es el ex líder Charles Taylor, de 61 años.

Fuente: Radio Nederland (más…)

Video: Vivir con VIH en Perú

Felicita Navarro sabe que es una mujer afortunada. Pertenece al escaso 10% de los peruanos portadores del VIH/SIDA que tiene acceso a medicamentos antirretrovirales.

Eric Beauchemin

Se estima que alrededor de 70.000 peruanos portadores del virus no reciben tratamiento por la falta de fondos del Ministerio de Salud del país.

Felicita, de 35 años, descubrió que era seropositiva en el 2002, cuando su marido contrajo tuberculosis. A pesar de recibir tratamiento médico, la condición del hombre continuó deteriorándose, y tuvo que ser internado en el hospital. Allí fue que los doctores descubrieron que era portador del virus VIH. Felicita y su hija también fueron sometidas a pruebas, pero sólo la madre resultó ser seropositiva. Su esposo falleció poco después.

Estigma
No duró mucho antes que el rumor se extendiera por la comunidad de que había fallecido de SIDA. La hija fue expulsada de la escuela pública. Felicita decidió enviarla a un instituto privado, pero cuando los maestros se enteraron de la situación, la niña tuvo que abandonar la escuela.

El estigma que aún acompaña al VIH en Perú implica que Felicita no puede encontrar un empleo común y corriente. Por lo tanto, por las noches y durante los fines de semana, se dirige al centro de Lima para vender bocadillos calientes. Es poco el dinero que gana, afirma, pero al menos suficiente para que ella y su hija puedan sobrevivir.

Falta de fondos
Felicita es coordinadora de un grupo local de personas que viven con el VIH, llamado “Juntos por la vida”. De esta manera, puede obtener medicamentos antirretrovirales con regularidad. Sin embargo, muchas de sus amistades en Lima sólo reciben los vitales medicamentos de manera discontinua.

La situación en las provincias es aún peor, afirma el activista en el combate al VIH/SIDA Julio Rondinel, coordinador de la Asociación Construyendo Caminos de Esperanza Frente a la Injusticia, el Rechazo y el Olvido (CCEFIRO). En un principio, el Fondo Global para el Combate al SIDA suministraba el capital necesario para adquirir antirretrovirales, pero en la actualidad se concentra más en el trabajo preventivo. Se supone que el Gobierno es ahora responsable de cubrir los costos de las medicinas, pero carece de fondos para proveer de tratamiento a todas las personas que lo necesitan.

Fuente: Radio Nederland (más…)

¿Son malas las armas?

Niños-soldado en el ejercito español
¿Son malas las armas?

Santiago Alba Rico
Atlántica XXII

El pasado 23 de mayo, en una iniciativa patrocinada por Mapfre, Pepsi y El Corte Inglés, el regimiento de Infantería ‘Soria 9’, en Puerto del Rosario (Fuerteventura), abrió sus puertas a los niños de la localidad, tal y como relata alegremente el diario La Provincia en una crónica titulada Aprendices de soldado. Una extensa galería de fotos muestra a los tiernos infantes de uniforme, con la cara pintada bajo cascos de camuflaje, manejando alborozados, como no podía ser de otro modo, aparatosas metralletas y pesados cañones. La noticia ha sido poco difundida y ha provocado escasa polémica. Después de todo, a los niños les gusta jugar a la guerra y, según la opinión de algunos internautas que comentaban un artículo de Pascual Serrano publicado en Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=86391), las armas no tienen la culpa de lo malos que son los hombres. Reprimir el belicismo infantil es políticamente correcto, pero hipócrita e inútil.

¿Son las armas o somos nosotros? Si uno está acalorado contra un ofensor y vuelve la mirada, probablemente siempre encontrará a su alrededor algo con que golpearle la cabeza: una piedra, una quijada de burro o un bastón. Si encuentra un cuchillo, utilizará un cuchillo; si una pistola, una pistola; y si en ese campo crecen cañones silvestres o los árboles de ese país dan bombas atómicas, recurrirá sin duda, cegado por la cólera, a los cañones y las bombas atómicas. El acaloramiento, por tanto, es la causa de la agresión.

¿O no? Incluso si no nos preguntamos por las causas del acaloramiento -y lo consideramos tan natural como las frutas explosivas de la región- podemos decir que hay una diferencia decisiva entre una piedra y una pistola: la piedra no ha sido pensada para matar y la pistola sí. Digamos -más aún- que la piedra no ha sido pensada y la pistola sí. Podemos disparar una pistola sin pensar, pero no podemos fabricarla a ciegas. La pistola -por no hablar de los misiles y las bombas atómicas- han sido concebidas, diseñadas, calculadas, probadas, en un proceso técnico-temporal que excluye los acaloramientos y los locos frenesís. Hay crímenes, pero no industrias pasionales; hay temperamentos, pero no cálculos impulsivos. ¿Los malos son los que usan las armas o los que las hacen? Si admitimos que cabe utilizar un arma en un momento de transitorio extravío, pero que sólo podemos fabricarla con fría premeditación, habrá que concluir que eso que los juristas llaman “circunstancias atenuantes” se aplica a la comisión del crimen, pero no a la procuración de sus instrumentos. En pleno acaloramiento, busco a mi alrededor y encuentro una pistola; la disparo porque estoy acalorado; la encuentro porque alguien la ha puesto premeditadamente ahí. El más malo debería ser el que ha actuado con plena conciencia de lo que está haciendo, pero en virtud de una paradoja muy chestertoniana resulta, al contrario, que precisamente el que puede invocar una circunstancia atenuante es considerado un delincuente y el que no puede invocar ninguna es considerado un honrado comerciante. No puede haber ningún atenuante para el Holocausto ni para la destrucción de Hiroshima ni para el presupuesto militar de los EEUU. Por razones diferentes, unas jurídico-metafísicas, otras históricas, ninguna de esas atrocidades se puede castigar de manera proporcionada: y eso justamente porque no hay en su raíz ningún acaloramiento humano.

Pero quizás podemos preguntarnos también por el acaloramiento. Contra los bienpensantes de su época, que querían prohibir las espadas y los arcos de juguete, Chesterton recordaba que lo verdaderamente peligroso es tener un niño, no un arma, y se refería, como cuestión prioritaria, a los fabricantes de niños, no a los fabricantes de armas: “Si se puede enseñar a un niño a no arrojar una piedra, se le puede enseñar cuándo disparar un arco y si no se le puede enseñar nada, siempre tendrá algo que pueda arrojar”. En un mundo en el que hay al mismo tiempo armas y acaloramientos, es necesario que exista un Estado justo y democrático -regido por una verdadera constitución- que monopolice al mismo tiempo los instrumentos de la violencia y los de la educación y que introduzca premeditación constitucional en el uso de las armas y en el uso de los niños. Es decir, un Estado que diferencie entre una piedra y una pistola, entre una pistola de juguete y una de verdad y entre un niño y un consumidor indiscriminado de juguetes. No parece que sea éste el caso. Los gastos militares en todo el mundo aumentaron en 2008 un 4%; en la última década un 45%; este año alcanzan ya la cifra de 1.464.000 millones de dólares. EEUU, principal fabricante, vendedor y consumidor de armas, cuyo presupuesto en educación es también el más alto del mundo, gasta en la formación de un niño estadounidense la mitad de lo que gasta en la destrucción de dos niños iraquíes. ¿Quién fabrica las armas? La General Electric o la Westinghouse. ¿Quién fabrica a los niños? La NBC, la ABC, la CBS, la Fox, que directa o indirectamente están en sus manos. De algún modo, en la mayor parte del mundo, los productores privados de armas y los productores privados de acaloramientos son las mismas personas. La destrucción y la educación no son controladas por Estados justos y democráticos sino por la industria bicéfala de las armas y del entretenimiento, que se alimentan recíprocamente.

¿Quién usa las armas? Niños. ¿Quién usa a los niños? Los fabricantes de armas. Es un placer ver a dos niños intercambiándose en serio disparos de mentira en un juego en el que ambos tienen que aceptar las reglas, y en el que cada uno de ellos depende de la voluntad del otro incluso para matarlo en broma. Lo peligroso -como saben todas las abuelas del mundo- no es jugar con cañones de juguete sino jugar con cañones de verdad. Lo peligroso no es que jueguen con ellos los niños sino los grandes. En las fotografías de La Provincia eso es precisamente lo que hacían, jugar, no los menores visitantes, no, sino los adultos soldados del regimiento que, divertidos y frívolos, las ponían entre sus manos. Un Estado justo y democrático con un ejército que monopolice los instrumentos de la violencia en una sociedad bien educada debe abrir los cuarteles a sus ciudadanos para que confirmen lo malas y peligrosas que son las armas y lo sensatamente que las están empleando sus soldados. Eso quizás lo pueda hacer Cuba. EEUU y España no. Aquí nos dedicamos a mostrar a los niños lo muy lúdicas que son también nuestras metralletas verdaderas y a ocultarles dónde y por qué y para qué se están usando. Los gobiernos que invaden Afganistán cometen dos crímenes sin atenuantes y con premeditación: la fabricación de la guerra y la fabricación de los que participan en ella.

Los soldados desplazados sobre el terreno, ejecutores del crimen, tienen al menos el atenuante, como demuestran las fotos de Fuerteventura, de no haber alcanzado aún la mayoría de edad.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88547 (más…)

La ecuación imposible de la oposición iraní

La ecuación imposible de la oposición iraní

Alí Omar
throwemtothelions.blogspot.com

República Islámica de Irán. Oposición interna. ¿Qué pretenden decir cuando hablan de apertura del régimen? En realidad parecen referirse a tres propuestas disímiles: aperturismo en lo relativo a las costumbres sociales, aperturismo con respecto a la política exterior y aperturismo económico. Pero ¿caben todas estas acepciones dentro de la República Islámica? Es más, ¿tienen estos tres elementos algo que ver entre sí? Porque si bien la liberalización de las costumbres es masivamente demandada por la mayoría de los jóvenes, en crecimiento demográfico imparable y que no vivieron la revolución islámica; la apertura internacional implica una irremisible alianza con EEUU e Israel en consonancia con buena parte de los regímenes árabes de la región; mientras que apertura económica significa la privatización total y el fin de los subsidios con los que subsisten las clases populares, las mayorías sociales, y de los que la Presidencia de Ahmadineyad se constituye como garante.

De los tres ejes que contiene esa apertura, sólo la liberalización de las costumbres tiene un legítimo sustento popular y se convierte en un proyecto indispensable, dentro de la dinámica del islamismo comprendido como reformismo islámico (la única salafiya que está en el Corán), si se desea lograr la transmisión generacional de la revolución islámica. Sin embargo, al mezclarse con dos aperturismos espúreos, respaldados exclusivamente por una minoría que representa a las clases burguesas y a los sectores conservadores del clero de naturaleza quietista, al añadírsele el apoyo exterior cada vez menos encubierto de EEUU y Arabia Saudí (por cierto, resulta extremadamente cómico ver a los medios de comunicación árabes controlados por los príncipes saudíes exigiendo “elecciones libres en Irán”), el todavía no claramente definido proyecto aperturista puede provocar graves efectos perniciosos: o bien, bajo la bandera de la modernización, erigir al grueso de la juventud apolítica en vanguardia de las políticas neoliberales y la paz con Israel y EEUU (dos cuestiones que en su apoliticismo no les conciernen y probablemente no sostendrán activamente, salvo que sobrevenga una coyuntura crítica real que les obligue a posicionarse); o bien blindar a los gobernantes de la República Islámica frente a una liberalización social progresiva de carácter ineludible a la que no todos eran radicalmente contrarios en origen, consolidando entonces el distanciamiento pasivo de la juventud con respecto a los valores de la revolución islámica.

No obstante, pocas veces se considera de modo riguroso el otro lado del espectro, puesto que cualquier amago de análisis de Ahmadineyad tiende a contener peyorativamente los términos ultraconservador y populista, si no el de antisemita [y antisionismo no es igual a antisemitismo; sionismo sí es igual a racismo, nunca se repetirá lo suficiente]. En lugar de lo anterior, en términos históricos, Ahmadineyad sorpresivamente representa una verdadera ruptura en relación al establishment político inmediatamente anterior de la República Islámica. Ruptura generacional (eliminando la tendencia gerontocrática), ruptura simbólica (no pertenece a los medios clericales que casi monopolizaban la representación política real en alianzas débiles y oscilantes con la burguesía), ruptura de clase (se ha apartado personalmente de las tramas de corrupción establecidas, proviene de una familia humilde y ha recuperado el islam de los humildes de Jomeini, poniéndolo en práctica a través de unas políticas económicas que, con muchas limitaciones, buscan mantener e incrementar la protección social a los más pobres), ruptura, en fin, semiótica (de discurso imprevisible en lugar de la retórica aburrida y homologable de casi toda clase gobernante, un discurso que, como en el caso del Presidente Chávez, hace que los que detentan el poder, el poder no legítimo, el poder que no es del pueblo, le teman).

¿Cuál es la fuerza de Ahmadineyad? Haberse convertido en la némesis triunfante de Rafsanyani, ex-Presidente, el hombre más rico de Irán (y también el más odiado), la figura que personifica la corrupción, el clericalismo gerontocrático, la patrimonialización amoral del poder, ese poder en la sombra que el Ayatollah Jamenei había empleado de contrapeso por miedo a Ahmadineyad hasta que todo el engranaje pactista y de equilibrio estacionario (falsa armonía) se les ha ido de las manos y la soberanía nacional se ha visto amenazada. Entonces llegaron los realineamientos. Al constatar el voto masivo a Ahmadineyad, ese poder constituyente en movimiento que le otorgaba el impulso para llevar a cabo su proyecto político revolucionario y que borraría a sus rivales, los sectores políticos conservadores (corruptos, arrogantes, privilegiados, privatizadores, aburridos) se han escindido en dos: los que, formando parte de él, han tratado de derribar (substituir) al régimen con respaldo exterior movilizando fallidamente a la juventud mayoritariamente apolítica; y los que, observadores parsimoniosos, han terminando realineándose con Ahmadineyad salvaguardando sus posiciones sociales o institucionales con la esperanza de, en un futuro, frenar sus políticas desde dentro, como ha sucedido durante los últimos cuatro años.

Se desconoce si Rafsanyani conseguirá salir a flote tras haber cruzado la línea y aproximarse semiconspirativamente a Arabia Saudí, pero sí se sabe el nombre del perdedor: la liberalización social. Secuestrada por una oposición miserable y tramposa, y en consecuencia bloqueada en la agenda gubernamental, el cambio en las costumbres desde el islam para adaptarse a las demandas sociales es la única ruptura que le falta a Ahmadineyad; una ruptura que quedará inevitablemente pendiente.

http://throwemtothelions.blogspot.com/2009/07/la-ecuacion-imposible-de-la-oposicion.html

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88540 (más…)