Felicita Navarro sabe que es una mujer afortunada. Pertenece al escaso 10% de los peruanos portadores del VIH/SIDA que tiene acceso a medicamentos antirretrovirales.

Eric Beauchemin

Se estima que alrededor de 70.000 peruanos portadores del virus no reciben tratamiento por la falta de fondos del Ministerio de Salud del país.

Felicita, de 35 años, descubrió que era seropositiva en el 2002, cuando su marido contrajo tuberculosis. A pesar de recibir tratamiento médico, la condición del hombre continuó deteriorándose, y tuvo que ser internado en el hospital. Allí fue que los doctores descubrieron que era portador del virus VIH. Felicita y su hija también fueron sometidas a pruebas, pero sólo la madre resultó ser seropositiva. Su esposo falleció poco después.

Estigma
No duró mucho antes que el rumor se extendiera por la comunidad de que había fallecido de SIDA. La hija fue expulsada de la escuela pública. Felicita decidió enviarla a un instituto privado, pero cuando los maestros se enteraron de la situación, la niña tuvo que abandonar la escuela.

El estigma que aún acompaña al VIH en Perú implica que Felicita no puede encontrar un empleo común y corriente. Por lo tanto, por las noches y durante los fines de semana, se dirige al centro de Lima para vender bocadillos calientes. Es poco el dinero que gana, afirma, pero al menos suficiente para que ella y su hija puedan sobrevivir.

Falta de fondos
Felicita es coordinadora de un grupo local de personas que viven con el VIH, llamado “Juntos por la vida”. De esta manera, puede obtener medicamentos antirretrovirales con regularidad. Sin embargo, muchas de sus amistades en Lima sólo reciben los vitales medicamentos de manera discontinua.

La situación en las provincias es aún peor, afirma el activista en el combate al VIH/SIDA Julio Rondinel, coordinador de la Asociación Construyendo Caminos de Esperanza Frente a la Injusticia, el Rechazo y el Olvido (CCEFIRO). En un principio, el Fondo Global para el Combate al SIDA suministraba el capital necesario para adquirir antirretrovirales, pero en la actualidad se concentra más en el trabajo preventivo. Se supone que el Gobierno es ahora responsable de cubrir los costos de las medicinas, pero carece de fondos para proveer de tratamiento a todas las personas que lo necesitan.

Fuente: Radio Nederland

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