Arzobispo Pietro Parolin es el nuevo Secretario de Estado de la Santa Sede
7.00 p m| 3 set 13 (BUENA VOZ).- El Papa Francisco ha nombrado secretario de Estado al arzobispo Pietro Parolin. En la mañana del sábado 31 de agosto, el Pontífice dió a conocer que había acogido la dimisión del cardenal Tarcisio Bertone -que desempeñaba el cargo desde el 15 de septiembre de 2006-, pidiéndole permanecer en su cargo hasta el próximo 15 de octubre, cuando monseñor Parolin tomará posesión de su nuevo puesto. Ese martes 15 de octubre el pontífice recibirá en audiencia a los superiores y a los oficiales de la Secretaría de Estado para agradecer al cardenal Bertone el servicio prestado en estos años y presentar a su sucesor.
Si bien Parolin es italiano y su formación la recibió en Europa, la gran experiencia que posee en el campo diplomático se ha desarrollado en buena parte en territorio americano. Además ha demostrado facilidad para presentarse en la escena internacional como cualquier otro político de relieve. Y aparentemente ese será su rol más importante: de diplomático experto en relaciones exteriores. Un gran Canciller para la Iglesia. Un diplomático muy capaz y muy sobrio para un Papa “explosivo”. Con mucha experiencia en temas y dosieres muy delicados. Desde China o Vietnam a Oriente Medio.
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Monseñor Parolin: conocedor profundo de América Latina
Monseñor Pietro Parolin cuenta en su hoja de servicios con una experiencia muy amplia de los entretelones de la Iglesia latinoamericana. Tanto en México, donde trabajó bajo las órdenes del entonces Delegado Papal, Girolamo Prigione, como en Venezuela, en que conoció la versión dura del chavismo, monseñor Parolin ha mostrado una sensibilidad diplomática a toda prueba. Con este nombramiento, el Papa Francisco hace un guiño a la Iglesia de América Latina, pero también a la de África (monseñor Parolin estuvo ahí, en Nigeria) y a la carrera diplomática de la Santa Sede.
En una entrevista concedida el 4 de agosto al rotativo “Últimas Noticias” de Venezuela (aquí la entrevista completa), monseñor Parolin señaló que en la Iglesia católica no hay nada nuevo, “en el sentido de que lo nuevo es lo común”, pues “el protagonista principal en la Iglesia es el Espíritu Santo”. Conocedor de los sincretismos latinoamericanos y del Caribe, recordaba en esa entrevista que “todo lo que es compatible con el Evangelio puede ser asumido” y que a las tradiciones buenas vale la pena mantenerlas y reforzarlas, pues en ellas puede crecer la fe.
Intermediario en la entrevista que sostuvo el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el Papa Francisco, monseñor Parolin ha dicho que ese encuentro -como los que ha sostenido con otros mandatarios latinoamericanos- va “en la línea del diálogo que la Iglesia promueve. Fue testimonio de diálogo. El Papa siempre está dispuesto a recibir a todos”.
En México y Venezuela, una nueva convivencia
Años atrás, a fines de la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, cuando en México existía una política contraria a la separación de la Iglesia y el Estado (más bien de control del Estado sobre la Iglesia), monseñor Parolin laboró arduamente, al lado del Delegado (luego primer Nuncio) Girolamo Prigione para lograr la reforma a la Ley en el verano de 1992.
Esta nueva Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público permitió el “reconocimiento” del Estado a la existencia de la Iglesia y abrió la posibilidad de que las asociaciones religiosas tuvieran -al menos- una personalidad jurídica propia. Lo cual constituyó un vuelco a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada en Querétaro, en 1917, misma que no reconocía en la Iglesia ninguna capacidad para tener personalidad propia.
También, en esta reforma en la que participó monseñor Parolin, se restablecieron las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, diluyendo el carácter laicista que privaba en México y que hizo que al menos dos visitas papales de Juan Pablo II, éste fuera recibido como Jefe de Estado.
En 2008 llegó como Nuncio a Venezuela, nombrado por el Papa Benedicto XVI, país al que ha conocido a fondo, reforzando su conocimiento del español, idioma que se ha puesto en la cima de la diplomacia vaticana, toda vez que el Papa Francisco lo tiene como idioma de origen. Conoce muy bien la realidad venezolana, y también sus devociones. Hace poco estuvo en Isnotú (Trujillo), donde rezó por la beatificación del José Gregorio Hernández.
El perfil de Parolin y el balance de Bertone
Pietro Parolin de 58 años, originario de Schiavon, en el Vicentino, donde nació el 17 de enero de 1955, posee un interesante conjunto de habilidades para su nueva posición, incluyendo una vasta experiencia en el manejo de asuntos diplomáticos delicados y dominio de por lo menos cuatro idiomas. Esa carrera la inició en 1986 en la representación pontificia en Nigeria, después de terminar sus tres años de preparación en la Academia Pontificia, y continuó en 1989 en la de México.
Desde 1992 trabajó en la Secretaría de Estado durante diecisiete años, de los cuales en los últimos siete desempeñó un cargo equivalente a viceministro de Relaciones Exteriores de la Santa Sede (subsecretario para las relaciones con los Estados), nombrado por el Papa Juan Pablo II. Ganó elogios por parte de diplomáticos extranjeros durante sus siete años en esa posición. En el 2009 fue enviado a Venezuela como nuncio apostólico y durante su estancia en Caracas fue impresionante cómo logró mejorar lo que eran relaciones abiertamente hostiles entre la jerarquía católica de Venezuela y el Gobierno, en los años en que Hugo Chávez era presidente.
En cambio el cardenal Bertone, Salesiano y abogado canónico, al iniciar su gestión en la Secretaría no tenía experiencia diplomática o internacional y sus habilidades con los idiomas era limitada. Sin embargo, el aún Secretario de Estado vaticano, consideró “positivo” el balance de los siete años en este cargo a pesar de “las acusaciones” vertidas contra él por “una red de cuervos y de víboras”, según declaró ayer lunes a la prensa italiana.
“El balance de estos años yo lo veo positivo. Naturalmente ha habido muchos problemas, especialmente en los últimos dos años. Se han vertido sobre mi acusaciones. Una red de cuervos y víboras. Pero esto no debería oscurecer lo que considero un balance positivo”, dijo. Agregó que en estos años “ha tenido defectos”, pero aseguró que “ha dado todo” y que no se puede afirmar “que no haya intentado servir a la Iglesia”. Bertone, de 78 años, quedó salpicado por el escándalo de las filtraciones de los documentos vaticanos (llamado Vatileaks), en los que se le acusaba de mala gestión y de abuso de poder.
La Escuela de Casaroli
El nombramiento de monseñor Parolin devuelve la presencia de un diplomático, de la llamada “Escuela de Casaroli”, al frente de la Secretaría de Estado, la oficina administrativa más importante de la Santa Sede que tiene a su cargo tanto asuntos internos de la Iglesia como de Diplomacia internacional.
El fallecido cardenal Agostino Casaroli y el cardenal retirado Achille Silvestrini -dos de los diplomáticos papales más distinguidos de la época posterior al Concilio Vaticano II- fueron sus mentores. Casaroli, quien se desempeñó como Secretario de Estado 1979-90, fue considerado como uno de los hombres más eficaces en ocupar esa posición. Durante una larga y productiva carrera diplomática fue el principal arquitecto de la Ostpolitik Vaticana, la política de tratar de manera constructiva en lugar de manera confrontativa con la Unión Soviética y sus países satélites. El cardenal Silvestrini, discípulo principal de Casaroli, nunca fue nombrado Secretario de Estado. Sin embargo, se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores del Vaticano durante la administración de Casaroli .
Primeras declaraciones de Parolin después del nombramiento
“En el momento en que se hace público el nombramiento como secretario de Estado deseo expresar profunda y afectuosa gratitud al Santo Padre Francisco, por la inmerecida confianza que está demostrando respecto a mi persona, y manifestarle renovada voluntad y total disponibilidad para colaborar con él y bajo su guía para la mayor gloria de Dios, el bien de la Santa Iglesia y el progreso y la paz de la humanidad, a fin de que ella encuentre razones para vivir y esperar”.
“Siento viva la gracia de esta llamada que, una vez más, constituye una sorpresa de Dios en mi vida y, sobre todo, siento toda su responsabilidad, porque ella me encomienda una misión esforzada y exigente, frente a la cual mis fuerzas son débiles y pobres mis capacidades. Por esto me confío al amor misericordioso del Señor, del que nada ni nadie podrá jamás separarnos, y a las oraciones de todos. A todos doy las gracias, desde ahora, por la comprensión y por la ayuda que, en cualquier forma, me deseen prestar en el desenvolvimiento del nuevo encargo”.
Monseñor Parolin recuerda con gratitud a “las personas que han sido parte de mi vida en familia, en las parroquias donde nací y presté servicio, en la querida diócesis de Vincenza, en Roma, en los países donde he trabajado, Nigeria, México y, por último, Venezuela, que dejo con añoranza”. Y dirige un pensamiento particular a “Benedicto XVI, quien me ordenó obispo, a la Secretaría de Estado, que fue mi casa por muchos años, al eminentísimo cardenal Tarcisio Bertone, a los demás superiores, a los colegas y a los colaboradores y a toda la Curia Romana, a los representantes pontificios. A todos les soy ampliamente deudor”.
“Me sitúo, con anhelo, pero también con confianza y serenidad, en este nuevo servicio al Evangelio, a la Iglesia y al Papa Francisco, dispuesto a caminar, edificar y confesar”, añade el prelado, quien se encomienda a la Virgen, a quien invoca con los títulos de Monte Berico, Guadalupe y Coromoto, pidiéndole “el valor de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que se derramó en la Cruz; y de confesar la única gloria, a Cristo crucificado. Y así la Iglesia irá adelante”. Y concluye: “Como se dice en Venezuela: ¡Que Dios les bendiga!”.
Última entrevista antes de ser elegido Secretario de Estado
Esta es la entrevista concedida por el nuevo Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, al periódico venezolano “Últimas noticias” el pasado 4 de agosto. En ella se puede percibir muchas cosas de su personalidad, de su sensibilidad diplomática y de su forma de acercarse y ver las cosas.
¿Cómo interpreta el “fenómeno” Francisco?
A mí lo que me ha impactado, y considero un milagro de la elección del Papa Francisco, es el cambio repentino de clima que se percibió enseguida. Antes había pesimismo, muy injustamente, porque el Papa Benedicto XVI hizo todo lo posible para reformar a la Iglesia, si vemos, por ejemplo, el gran compromiso ante la pedofilia.
¿Qué es lo que más le ha impactado del papado de Francisco?
Lo que más me ha impactado es que cambió completamente la percepción que había de la Iglesia. De una Iglesia casi sitiada, con mil problemas, una Iglesia que parecía un poco enferma, digamos, pasamos a una Iglesia que se abrió.
La revitalizó…
Eso es, y que se está mirando con gran confianza hacia el futuro de Dios. Me parece que es lo más bello que nos ha pasado.
Coincide también que el Papa Francisco haya hecho su opción por los pobres y que Brasil haya sido cuna de la Teología de la Liberación.
Sobre la Teología de la Liberación, con mucho sentimiento, porque hubo mucho sufrimiento, las cosas se han aclarado. Todos estos años han servido, con mucho sentimiento, con mucho dolor, para aclarar las cosas. Es cierto que la Iglesia tiene una opción preferencial para con los pobres, es una elección que la Iglesia ha hecho a nivel universal. Pero también la Iglesia siempre ha aclarado que (la de los pobres) no es una opción excluyente ni exclusiva.
Pero sí preferencial…
Sí, preferencial; pero significa que la Iglesia es de todos, la Iglesia ofrece el Evangelio a todos con una atención especial a los pobres, porque ellos son los preferidos del Señor, a sabiendas de que el Evangelio solamente se puede recibir con una actitud de pobre.
¿Y qué pasa con el “capitalismo salvaje”? Lo criticó Juan Pablo II, igual que Benedicto XVI, y lo critica el papa Francisco. ¿Qué ocurre, que esa tendencia sigue predominando en Europa?
Esto es preocupante. La Iglesia sigue pidiendo que se corrija eso, que sobre lo económico prive lo humano, la ética y la moral. Sobre las leyes de la economía priva la persona humana. De ahí nace este sentido de amor a los pobres, de solidaridad, de una economía verdaderamente humana que ayude a desarrollar a las personas y no a humillarlas o a dañar su dignidad. Este es un discurso fundamental para la Iglesia, y tenemos todas las encíclicas papales desde la Rerum Novarum (1891), de León XII, hasta la Caritas in Veritate (2009), de Benedicto XVI.
En este vínculo puede leer la entrevista completa.
Otros nombramientos y ratificaciones
El sacerdote español Fernando Vergez Alzaga de 68 años, fue nombrado nuevo secretario general de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Desempeñaba la jefatura del Departamento de Telecomunicaciones. El Padre Vergez sucede a Mons. Giuseppe Sciacca, que recientemente fue transferido para la Signatura Apostólica, el Supremo Tribunal de Justicia de la Santa Sede. Mons. Sciacca, a su vez, había sucedido en la gobernación vaticana al Arzobispo Mons. Viganò, que fue nombrado nuncio apostólico en los Estados Unidos.
El Padre Vergez es un entusiasta de la informática y bien conocido del Cardenal Jorge Mario Bergoglio. Durante varios años él fue secretario privado del cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, fallecido en 1998.
Junto con el nombramiento del nuevo secretario de Estado, Mons. Pietro Parolin, el Papa Francisco confirmó a quienes detentan hoy los altos cargos de la Secretaría de Estado vaticana: El Arzobispo Giovanni Angelo Becciu, sustituto para los Asuntos Generales; el Arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados; Mons. Peter B. Wells, asesor para los Asuntos Generales y Mons. Antoine Camilleri, subsecretario para las Relaciones con los Estados. El Papa también confirmó a Mons. Georg Ganswein en la Prefectura de la Casa Pontificia.
Fuentes:
VIS / Revista 21 / Aleteia / The Tablet / Religión Digital