Paso histórico del Vaticano hacia energía limpia y huella cero

5:00 p.m. | 21 ago 25 (VTN/AP).- El Vaticano avanza hacia un doble objetivo: convertirse en el primer Estado abastecido al 100 % con energía renovable y, al mismo tiempo, alcanzar la neutralidad total en carbono. Con un proyecto que comienza con la construcción de una planta agrovoltaica, la Santa Sede transforma en políticas concretas las enseñanzas de Laudato si’: cuidar la Creación mediante acciones que integren ética, tecnología y testimonio de fe. Además, el paso marca un precedente global en la transición energética.

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Una iniciativa destinada a asegurar el sustento energético completo para el Estado de la Ciudad del Vaticano, pero, sobre todo, un símbolo de la conciencia del cuidado de la Creación promovida enérgicamente por el papa Francisco y ahora relanzada por el papa León XIV. El Acuerdo entre la Santa Sede y la República Italiana para un sistema agrivoltaico en Santa Maria di Galeria se firmó el 31 de julio en el Palazzo Borromeo.

Este acuerdo se refiere a un área extraterritorial de la campiña romana, cuyo estatus se remonta a acuerdos con el gobierno italiano en 1951. El sitio de la instalación de Radio Vaticano, actualmente utilizada para transmisiones de onda corta, se encuentra allí desde 1957. El papa León XIV había viajado allí el 19 de junio para visitar tanto el Centro de Transmisión como el sitio donde se desarrolla el proyecto del sistema agrivoltaico, basado en el motu proprio del papa Francisco, Fratello sole.

El proyecto pretende garantizar no solo el suministro eléctrico de la emisora de radio, sino también el suministro energético completo del pequeño Estado Vaticano. En términos de consumo, se estima que la planta cubrirá una demanda energética equivalente a unos 44 GWh anuales, de acuerdo con estimaciones no oficiales basadas en la infraestructura existente. La decisión no es simbólica: implica reducir a cero las emisiones vinculadas al consumo eléctrico del Estado, actualmente estimadas en cerca de 18.000 toneladas de CO2 al año, según cálculos extrapolados de reportes anteriores de la Gobernación vaticana.

Un comunicado emitido por la misma Santa Sede afirma que se utilizarán “soluciones que, dado el estado actual de la ciencia y la tecnología, garanticen el máximo respeto por el territorio, conciliando al máximo los objetivos de preservar el uso agrícola del suelo, mantener el equilibrio hidrogeológico de la zona, minimizar al máximo el impacto ambiental y garantizar la protección del patrimonio cultural, arqueológico y paisajístico”.

Así pues, un “buen ejemplo” de la Santa Sede de “un compromiso compartido con la lucha contra el cambio climático” y la inversión en energías renovables, destacó Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales y firmante del acuerdo junto con el Embajador Francesco Di Nitto, en la ceremonia de firma del Acuerdo.

Varias autoridades vaticanas estuvieron presentes en el evento, entre ellas Monseñor Giordano Piccinotti, Presidente de la APSA, y Sor Raffella Petrini, Presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. También estuvieron presentes autoridades italianas, así como representantes de las administraciones central y local italiana que contribuyeron al Acuerdo.

El acuerdo, señala la nota, consta de cinco artículos y es “una muestra de las excelentes relaciones bilaterales”, además de adaptar “las obligaciones contractuales existentes entre las Partes a las nuevas posibilidades que ofrece la evolución del conocimiento científico y la tecnología en materia de producción de energía a partir de fuentes renovables, a la luz del compromiso compartido en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Nueva York el 9 de mayo de 1992, y del Acuerdo de París relativo a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptado en París el 12 de diciembre de 2015”.


Tecnología agrovoltaica y gobernanza ambiental

La elección por la agrovoltaica no es casual. Este sistema de última generación permite instalar paneles solares en terrenos agrícolas sin comprometer su productividad. Así, se garantiza una doble rentabilidad: producción de energía y mantenimiento del uso agrícola. La planta será diseñada bajo criterios de mínima intervención ambiental, protección del patrimonio paisajístico y equilibrio hidrogeológico del terreno, una exigencia dada la sensibilidad histórica y arqueológica del área. Aún no se ha revelado el monto total de inversión, pero fuentes cercanas a la APSA anticipan que el presupuesto podría superar los 50 millones de euros.

Más allá de su dimensión religiosa y diplomática, el proyecto tiene potencial para convertirse en un caso de estudio para otras instituciones con estructuras complejas, patrimonios históricos y alta visibilidad internacional. La estrategia del Vaticano combina objetivos climáticos con gestión territorial, eficiencia energética y diplomacia ambiental. Todo, enmarcado en un compromiso ético con la sostenibilidad. “El Vaticano no solo está descarbonizando su consumo eléctrico, está liderando con el ejemplo”, afirmó Gallagher durante la firma. “Este proyecto es una demostración concreta de que las instituciones pueden, y deben, ir más allá de los discursos y convertir sus principios en soluciones operativas”.


La intuición y el impulso del papa Francisco con Laudato si’

En su discurso, el arzobispo Gallagher expresó su agradecimiento a todos los que contribuyeron a las negociaciones para alcanzar el acuerdo. A continuación, recordó este compromiso con el cuidado de nuestra casa común, tan querido por el papa Francisco que dedicó a este tema “uno de los documentos más significativos de su pontificado”, la encíclica Laudato si’, cuyo décimo aniversario se celebra este año.

Gallagher citó un pasaje de Laudato si’, en el que Jorge Mario Bergoglio observó que: “En el mundo, el acceso a la energía limpia y renovable es bajo. Aún es necesario desarrollar tecnologías de almacenamiento adecuadas…”. El Papa argentino también enfatizó en el documento que “se han realizado algunas inversiones en modos de producción y transporte que consumen menos energía y requieren menos materias primas, así como en métodos de construcción o renovación de edificios que mejoran la eficiencia energética. Pero estas buenas prácticas están lejos de generalizarse”. Gallagher se basa en este punto para enfatizar que “en la última década se han dado pasos significativos e importantes, pero aún queda mucho por hacer para reducir las emisiones y poner fin a las formas de contaminación que envenenan la vida humana y destruyen la Tierra”.

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El desarrollo del proyecto

Recordando de nuevo al Papa anterior, el Secretario para las Relaciones con los Estados recuerda su aliento para garantizar que la Santa Sede pudiera dar ejemplo en nuestro compromiso compartido de combatir el cambio climático invirtiendo en energías renovables. Con este fin, en junio del año pasado, Francisco otorgó un mandato especial a la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) y a la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano para construir el sistema agrovoltaico en la zona de Santa Maria di Galeria, propiedad de la Santa Sede.

La propia APSA, en su presupuesto para 2024 publicado recientemente, que describe los proyectos iniciados y continuados desde el año pasado, así como las ideas y propuestas futuras, menciona la iniciativa como una forma de lograr ejemplos de transición energética mediante el apoyo a las energías renovables.


Energía 100% renovable y neutralidad en carbono

Es importante precisar que el proyecto energético de la Santa Sede tiene un doble alcance a distinguir. Por un lado, busca producir electricidad a partir de fuentes 100% renovables, con lo cual se asegura que el consumo energético de la Ciudad del Vaticano y de sus dependencias no dependa de combustibles fósiles. Pero, además, la iniciativa está orientada a alcanzar la neutralidad total en carbono, un objetivo más amplio que no se limita únicamente a la generación de energía limpia, sino que abarca la compensación de todas las emisiones residuales mediante medidas adicionales —como la eficiencia energética, la reducción del consumo y eventuales programas de absorción de carbono—. De este modo, el Vaticano no solo se suma al grupo de países que han logrado una matriz eléctrica renovable, sino que da un paso más al comprometerse con un balance global de emisiones igual a cero.


Apoyo de las autoridades italianas

“Agradecemos que la iniciativa, también apoyada por el Santo Padre León XIV”, declaró el arzobispo Gallagher, “haya sido bien recibida por las autoridades italianas. Con este Acuerdo, la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano pueden satisfacer fácilmente sus necesidades energéticas, respetando el medio ambiente. Esto constituye una nueva prueba del espíritu de cooperación mutua que siempre ha caracterizado nuestras relaciones bilaterales desde la firma de los Pactos de Letrán”. El arzobispo encomienda el Acuerdo a San Ignacio de Loyola, cuya memoria celebra hoy la Iglesia. El Acuerdo, subraya, es fruto de “un compromiso compartido con la defensa de la creación, así como en otros ámbitos fundamentales como la paz y la protección de la vida y la dignidad humana”.

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Un legado más de Francisco en Fratello sole

Con la Carta Apostólica en forma de motu proprio Fratello sole (Hermano sol), el papa Francisco dio un paso institucional decisivo: no se limitó a expresar un deseo, sino que estableció disposiciones concretas para que el Vaticano logre su objetivo de neutralidad climática. El documento de junio de 2024 ya ordenaba la construcción de esta planta agrivoltaica en el área extraterritorial de Santa María di Galeria.

El texto se enmarca en la continuidad de un camino iniciado con la encíclica Laudato si’ (2015), donde el Papa urgió a cambiar estilos de vida, de producción y de consumo frente al calentamiento global provocado en gran medida por los combustibles fósiles. También recuerda un hito diplomático: en 2022, la Santa Sede depositó en la ONU su adhesión formal a la Convención Marco sobre el Cambio Climático, integrando así el compromiso ambiental en el derecho internacional.

En Fratello sole, Francisco subrayó que la humanidad ya dispone de los medios tecnológicos para esta transformación y que la energía solar representa una pieza clave. Por eso confierió a la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica la función de “Comisarios Extraordinarios” con capacidad plena para realizar los actos administrativos ordinarios y extraordinarios necesarios para llevar adelante el proyecto.

El documento también atiende al aspecto jurídico: recuerda que el área de Santa María di Galeria goza de privilegios de extraterritorialidad reconocidos por el Tratado de Letrán, lo que permite a la Santa Sede disponer allí de infraestructuras sin que ello limite su soberanía. A la vez, se indicó que cualquier interacción con las autoridades italianas debería canalizarse a través de la Secretaría de Estado, garantizando que la obra no afecte el estatuto especial de ese territorio.

Así, el motu proprio no solo planteó una solución técnica y ambiental, sino que refuerzó la dimensión institucional y diplomática del compromiso del Vaticano con la transición energética, al tiempo que conecta con el espíritu de San Francisco de Asís, para quien la creación era reflejo de la fraternidad universal.

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De enclave radiofónico a planta solar: la transformación de Santa Maria di Galeria

Y casi un año después de que el papa Francisco diera las instrucciones para desarrollar el amplio parque solar, el papa León XIV visitó el lugar donde avanza el proyecto agrovoltaico destinado a garantizar la autosuficiencia energética del Estado vaticano, y saludó a los empleados de Radio Vaticano que allí trabajan. El predio, de 430 hectáreas y ubicado a unos 18 kilómetros al noroeste de Roma, alberga los transmisores de onda corta y el centro de transmisión de Radio Vaticano.

La oficina de prensa vaticana informó que el pontífice llegó el 19 de junio acompañado de responsables del Dicasterio para la Comunicación y de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Al encontrarse con el personal del centro, el papa León se interesó por “el funcionamiento de las antenas de onda corta, los sistemas de transmisión y los protocolos digitales de recuperación en caso de desastre”, según el comunicado.

“El papa León subrayó que durante su labor misionera en América Latina y África resultó muy valioso poder recibir las transmisiones de onda corta de Radio Vaticano, que alcanzan lugares donde pocos radiodifusores logran llegar, y reafirmó el valor misionero de la comunicación”, indicaba la nota. Tras el encuentro con el personal, el Papa se dirigió al área donde se proyecta la planta agrovoltaica, concebida para transformar en un polo de energía limpia un terreno históricamente ligado a las transmisiones radiales de la Santa Sede.

El predio de Santa Maria di Galeria, que desde la década de 1950 alberga las torres de Radio Vaticano, ha sido durante años objeto de atención pública por las ondas electromagnéticas que emiten sus antenas de onda corta y media, capaces de llevar la voz de la Iglesia a decenas de idiomas en todo el mundo. Con el tiempo, la urbanización de la zona trajo consigo preocupaciones vecinales y procesos judiciales, aunque los tribunales confirmaron la legalidad de las emisiones.

En 2012, la emisora redujo a la mitad sus horas de transmisión, no por cuestiones sanitarias, sino gracias a los avances tecnológicos que permitieron ampliar su alcance por Internet. Ahora, el proyecto agrovoltaico se presenta como un nuevo capítulo: reconvertir este espacio emblemático de la comunicación misionera en un modelo de sostenibilidad energética, sin perder su valor histórico en la radiodifusión católica.

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