Crisis en Gaza. Santa Sede reafirma solución de dos Estados
8:00 p.m. | 19 ago 25 (CX/OSV).- Con la Franja de Gaza sumida en una catástrofe humanitaria, el anuncio del plan de ocupación israelí ha encendido aún más las crecientes tensiones internacionales. En este escenario, la Santa Sede exhorta a la comunidad internacional a actuar y reafirma con firmeza su postura histórica: la única salida viable es la solución de dos Estados. Solo así será posible la coexistencia de Israel y Palestina en paz y seguridad. Sostiene que la paz solo podrá alcanzarse si se respeta el derecho internacional y la dignidad de todos los pueblos.
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La postura de la Santa Sede frente al conflicto entre Israel y Palestina se ha expresado nuevamente con claridad en foros internacionales y en recientes mensajes oficiales. En esta publicación se ofrece un recorrido que parte de la intervención del observador permanente ante la cumbre de alto nivel de la ONU, Gabriele Caccia, en la que reafirmó la solución de dos Estados y evocó el clamor del papa León XIV contra la guerra. A continuación, se presenta un recuento del medio oficial del Vaticano sobre los mensajes de los últimos pontífices, así como las declaraciones y los acuerdos en los que ha participado la Santa Sede.
Posteriormente, se reseñan las reacciones de diversas instancias nacionales y globales respecto al anuncio del gobierno de Israel sobre el plan de ocupación de Gaza, y se concluye con una mirada al pedido y a la posibilidad de que el papa León XIV visite la región, con la prioridad de abrir un canal sostenido de ayuda humanitaria y de aportar a los diálogos y propuestas de paz.
Israel y Palestina, dos Estados para una paz justa y duradera
“Solo mediante un diálogo paciente e inclusivo” puede alcanzarse “una resolución justa y duradera del conflicto” entre Israel y Palestina, afirmó el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas. El arzobispo Gabriele Caccia pronunció una declaración el 30 de julio en la “Conferencia internacional de alto nivel para la solución pacífica de la cuestión palestina y la implementación de la solución de dos Estados” organizada en la ONU. La conferencia, copresidida por Francia y Arabia Saudita, tuvo lugar entre el 28 y el 30 de julio. La Santa Sede estableció relaciones diplomáticas con la ONU en 1957, representando al Estado de la Ciudad del Vaticano y a la suprema autoridad de la Iglesia católica, incluido el Papa como obispo de Roma y cabeza del colegio episcopal.
En su declaración, el arzobispo Caccia —aludiendo a la “profunda angustia y terrible sufrimiento humano que se ha abatido sobre la región”— subrayó que la Santa Sede “reitera su inequívoca condena del atroz atentado terrorista” perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 contra Israel, en el que murieron unos 1.200 israelíes y 251 fueron tomados como rehenes. Actualmente, unos 50 permanecen en cautiverio, de los cuales se cree que aproximadamente 20 siguen con vida; hasta la fecha, se ha confirmado la muerte de 83 rehenes. Más de 100 fueron liberados a finales de 2023 y ocho rescatados por fuerzas israelíes. “El terrorismo nunca puede justificarse”, afirmó Caccia.
Al mismo tiempo, señaló que “la Santa Sede subraya que el derecho a la legítima defensa debe ejercerse dentro de los límites tradicionales de la necesidad y la proporcionalidad”. Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás —desencadenada por el ataque de este último—, han muerto más de 60.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás. “La Santa Sede sigue profundamente preocupada por el agravamiento de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza“, dijo el arzobispo, observando que “el impacto devastador sobre la población civil, especialmente el número de niños muertos, se ha visto incrementado por la destrucción de viviendas, hospitales y lugares de culto”.
Se refirió también el ataque israelí del 17 de julio contra el templo de la Sagrada Familia, la única parroquia católica de Gaza, que causó tres muertos y más de diez heridos —entre ellos el párroco, el padre Gabriel Romanelli, con una lesión en la pierna—. Las Fuerzas de Defensa de Israel explicaron que el ataque se debió a “un error” por un proyectil mal dirigido. Caccia afirmó que el ataque contra la parroquia supuso una herida más en “una comunidad ya afligida” y lo consideró “profundamente preocupante, dado que los cristianos de la región han desempeñado desde hace tiempo un papel vital como presencia moderadora y estabilizadora, promoviendo el diálogo y la paz”. El Patriarca Latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, visitó la iglesia al día siguiente y calificó el ataque de “injustificable”.
En su intervención ante la ONU, el arzobispo Caccia lamentó igualmente que “el desplazamiento masivo de familias, el colapso de los servicios esenciales, la creciente hambruna y la privación generalizada conmocionan la conciencia humana“, lo que “requiere una respuesta inmediata y coordinada de la comunidad internacional”. Agregó que, debido a eso, “la Santa Sede reclama con urgencia un alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes israelíes, la restitución de los cuerpos de los fallecidos, la protección de todos los civiles palestinos conforme al derecho internacional humanitario, y un acceso sin trabas a la ayuda humanitaria”, declaró Caccia.
Solución de los dos Estados: Único camino viable hacia la paz
En un plano más amplio, afirmó: “La Santa Sede sigue convencida de que la solución de dos Estados, basada en fronteras seguras y reconocidas internacionalmente, es la única vía practicable y equitativa hacia una paz justa y duradera”. Esta solución fue planteada por primera vez en el Plan de Partición de la ONU de 1947 para la región, que buscaba crear simultáneamente un Estado palestino y un Estado israelí, con Jerusalén bajo un régimen internacional. Sin embargo, este nunca llegó a aplicarse tras la posterior Guerra de Independencia (apenas un año después), que dividió la ciudad entre Israel y Jordania. Israel ocupó Jerusalén Este tras la Guerra de los Seis Días en 1967.
A lo largo de décadas de guerras, conflictos y tensiones geopolíticas, los esfuerzos por llevar adelante este plan han oscilado entre avances y retrocesos. En 2003, el denominado Cuarteto para la paz de Oriente Medio —Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU— presentó una hoja de ruta hacia la solución de dos Estados. La toma armada de Gaza por Hamás en 2007 condujo a varias rondas de enfrentamientos con Israel, intercaladas por negociaciones mediadas internacionalmente. La actual guerra entre Israel y Hamás ha intensificado la polarización entre varios países, especialmente en Occidente, sobre el reconocimiento de Palestina como Estado. Mientras Reino Unido, Francia y Canadá han manifestado recientemente su apoyo a la solución, Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, se opuso firmemente a dicho reconocimiento.
En su declaración, el arzobispo Caccia recordó que “la Santa Sede ya ha dado pasos significativos” en apoyo a la solución de dos Estados, pues “reconoció formalmente al Estado de Israel mediante el Acuerdo Fundamental de 1993 y al Estado de Palestina mediante el Acuerdo Global de 2015“. Este último siguió al Acuerdo de Base de 2000 entre la Santa Sede y la Organización para la Liberación de Palestina. Caccia recalcó que la Santa Sede “sostiene su firme defensa de los derechos inalienables del pueblo palestino, incluido el derecho a la autodeterminación”, y “respalda sus legítimas aspiraciones a vivir en libertad, seguridad y dignidad dentro de un Estado independiente y soberano”.
La importancia de Jerusalén
El observador permanente también recordó la importancia “religiosa y cultural universal” de Jerusalén, ciudad sagrada para cristianos, judíos y musulmanes, y por ello llamada a tener un estatus que “trascienda las divisiones políticas y garantice la conservación de su identidad única”. La petición de Caccia, repetida en numerosas ocasiones por la Santa Sede, es la de un “estatuto especial garantizado a nivel internacional, capaz de asegurar la dignidad y los derechos de todos sus habitantes y de los fieles de las tres religiones monoteístas, la igualdad ante la ley de sus instituciones y comunidades, salvaguardando el carácter sagrado de la ciudad y su excepcional patrimonio religioso y cultural”.
Además, este documento debería garantizar “la protección de los Lugares Santos”, así como “el derecho a acceder a ellos sin obstáculos y a practicar el culto”. Un estatuto que preserve también, cuando sea aplicable, el “statu quo” —un acuerdo informal por el que Israel proporciona la seguridad general del Monte del Templo, mientras que el Waqf islámico administra el lugar y custodia su patrimonio religioso y cultural—. “En Jerusalén nadie debería ser objeto de hostigamiento”, advirtió, lamentando que “los cristianos se sientan cada vez más amenazados en la Ciudad Vieja de Jerusalén”.
El arzobispo Caccia concluyó su intervención retomando las palabras del papa León XIV en el Ángelus del 20 de julio, en el que el pontífice suplicó “el fin inmediato de la barbarie de la guerra y que se llegue a una resolución pacífica del conflicto”, exhortando al mismo tiempo a la comunidad internacional a respetar el derecho humanitario y a cumplir con la obligación de proteger a los civiles, prohibiendo los castigos colectivos, el uso indiscriminado de la fuerza y el desplazamiento forzado de la población.
Con esa cita, Caccia quiso subrayar la esperanza de que, en un tiempo en el que la fuerza suele presentarse como condición previa para la paz, la cumbre en Nueva York sirva de recordatorio de que solo mediante un diálogo paciente e inclusivo puede alcanzarse una solución justa y duradera al conflicto.
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Postura de la Iglesia y responsabilidad de la comunidad internacional
El drama que se está viviendo en Gaza, las repetidas matanzas de decenas de miles de civiles inocentes que han perdido la vida bajo las bombas y que ahora mueren de hambre y de penurias, o son blanco de ataques mientras intentan conseguir algo de comida, debería dejar claro a todos lo urgente que es detener los ataques militares que provocan una carnicería y, al mismo tiempo, lo imprescindible que se ha vuelto encontrar una solución a la cuestión palestina. Una solución que la Santa Sede lleva décadas invocando constantemente y que nunca podrá producirse sin la contribución efectiva de la comunidad internacional, además de los países directamente implicados.
A este respecto, es útil recordar que la Santa Sede ya había firmado hace 25 años un primer acuerdo de base con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Luego, hace diez años, firmó un Acuerdo Global con el Estado de Palestina, que entró en vigor en enero de 2016. Una decisión y un reconocimiento en línea con la preocupación expresada por los pontífices desde 1948 por el estado de los Lugares Santos y el destino de los palestinos.
Pablo VI fue el primer Papa en afirmar explícitamente que eran y son un pueblo, y no solo un grupo de refugiados de guerra. En el mensaje navideño de 1975, el papa Montini pedía a los hijos del pueblo judío, que veían ya consolidado su Estado soberano de Israel, que “reconocieran los derechos y las legítimas aspiraciones de otro pueblo que también ha sufrido durante mucho tiempo, el pueblo palestino”.
A principios de los años noventa, Juan Pablo II estableció relaciones tanto con el Estado de Israel (1993) como con la OLP (1994), en un momento en que parecía que las partes estaban cerca de alcanzar un acuerdo y de reconocer los dos Estados. En febrero de 2000, unos meses antes de que el primer ministro israelí Ariel Sharon entrara en la Explanada de las Mezquitas, que dio inicio a la segunda Intifada, la Santa Sede había firmado el ya mencionado acuerdo de base con la OLP.
Al llegar a Belén, en marzo de 2000, Juan Pablo II dijo: “La Santa Sede siempre ha reconocido que el pueblo palestino tiene el derecho natural a tener una patria y el derecho a poder vivir en paz y tranquilidad con los demás pueblos de esta zona. A nivel internacional, mis Predecesores y yo hemos proclamado repetidamente que no se podría poner fin al triste conflicto en Tierra Santa sinsólidas garantías para los derechos de todos los pueblos involucrados, sobre la base del derecho internacional y de las importantes resoluciones y declaraciones de las Naciones Unidas”.
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Nueve años después, Benedicto XVI, durante su visita a Tierra Santa, reiteró: “Que sea universalmente reconocido que el Estado de Israel tiene derecho a existir y a gozar de paz y seguridad dentro de unas fronteras internacionalmente reconocidas. Que se reconozca igualmente que el pueblo palestino tiene derecho a una patria soberana, a vivir con dignidad y a desplazarse libremente. Que la “solución de los dos Estados” se convierta en una realidad y no se quede en un sueño”. En 2012, la Santa Sede dio su apoyo a la admisión del “Estado de Palestina” como miembro observador de las Naciones Unidas.
El papa Francisco, durante su viaje a Tierra Santa en mayo de 2014, repitió ante el presidente palestino Mahmoud Abbas: “Ha llegado el momento de que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines reconocidos internacionalmente”. Y por primera vez se refirió al país que lo acogía como “Estado de Palestina”.
Se llegó así al Acuerdo global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina, de junio de 2015, que insiste en la solución de dos Estados ya contemplada en la resolución 181 de la ONU de noviembre de 1947. En el preámbulo del Acuerdo se reafirma el derecho del pueblo palestino “a la libertad, la seguridad y la dignidad en un Estado independiente propio”, un “Estado de Palestina independiente, soberano, democrático y vital, basado en las fronteras anteriores a 1967, en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, y en la Franja de Gaza, que conviva en paz y seguridad con todos sus vecinos”.
Este breve resumen da fe de la linealidad y el realismo de la postura contenida en los llamamientos de los últimos pontífices, en las declaraciones de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y en los acuerdos firmados hasta la fecha. Inmediatamente después del inhumano ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023, el papa Francisco condenó la masacre y pidió públicamente en varias ocasiones la liberación de todos los rehenes.
Al mismo tiempo, al reconocer el derecho de Israel a defenderse, la Santa Sede ha pedido repetidamente -en vano- que no se atacara indistintamente a todo el pueblo palestino presente en la Franja, así como ha pedido que se detuvieran los ataques de los colonos contra la población palestina que vive en los territorios del Estado de Palestina comúnmente conocidos como Cisjordania. Lamentablemente, esto no ha sucedido: en Gaza, y no solo en Gaza, se están produciendo ataques que no pueden tener ninguna justificación y que representan una masacre que pesa sobre la conciencia de todos.
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Parolin: Reconocer el Estado de Palestina es la solución
La Santa Sede ya lo ha reconocido desde hace tiempo. Tras el anuncio del presidente Emmanuel Macron sobre el Estado de Palestina, que Francia reconocerá en septiembre durante la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el tema resurgió en palabras del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin. Presionado por la prensa en el marco de un evento con motivo del Jubileo de los Influencers, el cardenal enfatizó que “la solución es el reconocimiento de dos Estados que convivan, de forma autónoma, pero también en cooperación y seguridad”.
En respuesta a una pregunta sobre las afirmaciones de quienes consideran “prematuro” reconocer el Estado de Palestina, el cardenal declaró: “¿Por qué prematuro? En nuestra opinión, la solución reside en el diálogo directo entre ambas partes con vistas a establecer dos Estados autónomos”. También observó que, “se está volviendo cada vez más difícil, también debido a la situación que ha surgido y sigue surgiendo en Cisjordania” con respecto a los asentamientos israelíes en esos territorios: “Esto ciertamente no favorece, desde un punto de vista práctico, el establecimiento del Estado de Palestina”.
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Comunidad internacional dice no a la ocupación de Gaza
Ocupar Ciudad de Gaza, desplazando a aproximadamente un millón de personas que allí residen, haciéndolas evacuar hacia el sur de la Franja antes del 7 de octubre, fecha que marca el fin del segundo año de guerra entre Israel y Hamas. Es el plan establecido por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que busca la ocupación total de la Franja de Gaza para liberarla definitivamente del gobierno de la facción islámica. La decisión ha provocado reacciones enérgicamente contrarias en casi todo el mundo.
Desde Naciones Unidas, pasando por Londres, París y Madrid, hasta Ankara, la petición es que se reconsidere y la mayor preocupación es por la población palestina, que sufre una catástrofe humanitaria. La excepción es Washington, que, tras haber guardado silencio sobre la invasión terrestre, ahora parece endurecer su postura. Desde JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos, llega la declaración de que el objetivo de la administración Trump sería garantizar que Hamas no pueda seguir atacando a personas inocentes y resolver la crisis humanitaria en Gaza. “Hay muchos objetivos comunes”, dijo Vance, “pero hay desacuerdos sobre cómo alcanzarlos exactamente”.
La reacción palestina
“Una catástrofe sin precedentes” es la definición que utilizó el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, para describir el plan establecido por el gobierno de Netanyahu y el desplazamiento de aproximadamente un millón de personas que actualmente residen en Ciudad de Gaza. Abu Mazen y la ANP se oponen firmemente a esta decisión, reiterando el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación. El embajador de Palestina en Naciones Unidas ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad con el objetivo de detener a Israel.
La Unión Europea también se opone al plan de Netanyahu. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha pedido que Israel reconsidere sus planes, mientras que el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, advierte que, si el gobierno israelí continúa en esa dirección, habrá consecuencias en las relaciones: “Una operación de este tipo viola el acuerdo de asociación y los fundamentos del derecho internacional”, dijo Costa.
Además, la decisión del gobierno alemán de imponer una parada parcial en el suministro de armas a Israel ha sido vista con “tristeza” por el ejecutivo de Netanyahu, debido también a la histórica alianza entre ambos países. “Israel tiene derecho a defenderse”, dijo el canciller alemán Merz, “pero sigue siendo difícil imaginar cómo los planes del gobierno podrán lograr ese objetivo”.
La respuesta de Hamas y de los israelíes
“La ocupación de Gaza no será un picnic”, advirtió la facción islámica, que dice estar lista para una liberación total de los rehenes, siempre y cuando Israel cese el fuego y se retire de la Franja. “La evacuación de Ciudad de Gaza será una aventura que costará caro”, afirmó Hamas en un comunicado, y que no habrá rendiciones.
También protestan los ciudadanos israelíes, en particular los familiares de los rehenes aún prisioneros en manos de Hamas, quienes temen que ya no haya esperanza de volver a reunirse con sus seres queridos. Varias manifestaciones y marchas se han llevado a cabo en Jerusalén y Tel Aviv, bajo la vigilancia de la policía israelí, lista para cargar contra las multitudes y dispersarlas.
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¿Podría el Papa León ir a Gaza? Probablemente no
¿Puede el papa León visitar Gaza? En las últimas semanas se han multiplicado los llamamientos para que lo haga, sobre todo tras una publicación en Instagram de Madonna el 12 de agosto. Pero no es tan sencillo. Estos llamamientos a una visita papal se producen en un contexto en el que las muertes por malnutrición se han disparado en la Franja de Gaza, después de que Israel impusiera un bloqueo total durante casi tres meses a la entrada de alimentos, combustible y suministros médicos.
Desde finales de mayo solo una ayuda muy limitada ha alcanzado a quienes la necesitan, y únicamente a través de la Gaza Humanitarian Foundation, respaldada por Israel y Estados Unidos. Según la Organización Mundial de la Salud, en los sitios de distribución de esta fundación han muerto 1.000 personas que buscaban alimentos y otras 7.000 han resultado heridas.
“Santísimo Padre —escribió la estrella del pop—, por favor vaya a Gaza y lleve su luz a los niños que allí sufren. Como madre, no puedo soportar contemplar su dolor. Los niños del mundo pertenecen a todos. Usted es el único de nosotros a quien no se le puede negar la entrada”. Esta última afirmación, sin embargo, no es cierta: Israel tiene control absoluto sobre quién entra en Gaza, incluidos líderes religiosos y jefes de Estado extranjeros, y sus fronteras están “efectivamente selladas” desde el 7 de octubre de 2023. Al Papa, ciertamente, se le podría denegar la entrada.
Peticiones como la de Madonna, reclamando que los papas entren en zonas de guerra para hacer la paz, no son inéditas. En los primeros años de la guerra de Irak, Juan Pablo II recibió pedidos para que visite el país, a pesar de haber tenido que cancelar un viaje planeado a Irak en el año 2000, y de haber sido ignorado tanto por el presidente George W. Bush como por Sadam Husein en sus esfuerzos por mediar la paz antes de la invasión estadounidense de 2003. En 2003, la activista australiana contra el armamento nuclear, la doctora Helen Caldicott, apeló a Juan Pablo diciendo que él era la “única persona en la tierra capaz de detener esta guerra“.
Estas solicitudes —que recuerdan a los pedidos hechos a un superhéroe— revelan la desesperación de situaciones en las que los ciudadanos se sienten impotentes para frenar las guerras y la violencia que sus gobiernos perpetran o que observan a través de los medios. Son también evidencia de la posición única que ocupa el Papa en la imaginación popular, como una autoridad moral ampliamente respetada cuya presencia en un país devastado por la guerra podría inspirar a líderes civiles y militares a detener la matanza.
Existe también un precedente histórico más reciente de un pontífice que logró entrar en una zona de guerra activa: la visita de Francisco a la República Centroafricana en 2015. El Papa fue invitado por los obispos locales y las autoridades civiles aceptaron recibirlo. Aunque ese arriesgado viaje no puso fin a los combates ni logró una pausa formal en la violencia, sí favoreció cierta restauración de la normalidad en el enclave musulmán de PK5, en Bangui, incluida la reapertura de escuelas y la firma de un pacto de no agresión entre grupos locales a los pocos meses de la visita. Al final de 2015 se celebraron elecciones pacíficas, y el nuevo presidente viajó al Vaticano pocos meses después. Dentro de ese mismo año, el país firmó un acuerdo de cooperación continua con la Santa Sede. Sin embargo, la violencia volvió a recrudecerse, provocando un desplazamiento masivo en 2020 y 2021.
Con estos antecedentes, emergen varias preguntas: ¿permitiría Israel alguna vez al papa León visitar Gaza? Y si pudiera entrar, ¿qué impacto tendría, tanto a corto como a largo plazo?
Es altamente improbable que Israel autorice la entrada del papa León en el enclave. Es jefe de Estado extranjero y ha sido muy crítico con las acciones de Israel en Gaza, llegando a afirmar en su Misa de inicio de pontificado —con el presidente israelí Isaac Herzog presente— que “en Gaza, los niños, las familias y los ancianos que sobreviven se ven reducidos a la inanición”. Ha pedido a Israel que permita la entrada de ayuda humanitaria y, en ocasiones, ha sido criticado por referirse al sufrimiento de los palestinos sin mencionar a los israelíes tomados como rehenes el 7 de octubre de 2023.
Solo un caso apunta a la posibilidad de una visita papal: tras el ataque israelí de julio contra la parroquia de la Sagrada Familia —la única católica en Gaza capital—, que Israel calificó de accidente, el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, y otro patriarca cristiano recibieron autorización para visitar la comunidad. El cardenal Pizzaballa también pudo acudir al templo en mayo de 2024 y poco antes de la Navidad de ese mismo año. Aunque Israel le permitió introducir 500 toneladas de ayuda en su visita más reciente, él mismo declaró a la prensa que “ni un gramo” había cruzado la frontera debido a “problemas logísticos”.
Sin duda, sería un gesto poderoso que el papa León reclamara públicamente entrar en Gaza, incluso si se le negara el acceso. La cuestión que queda en pie es si podría convencer a los líderes de detener la guerra o, al menos, de permitir más ayuda humanitaria. Los posibles efectos colaterales —como sentar un precedente de enviar Papas a situaciones de alto riesgo, o deteriorar las relaciones de la Santa Sede con Israel, que al menos permiten un canal de diálogo en el presente— plantean también la pregunta: incluso si el Papa pudiera ir a Gaza, ¿debería hacerlo?
Por ahora, parece que el nuevo pontífice se mantiene en la vía diplomática tradicional de la Santa Sede. Días atrás, León habló sobre el hambre y la crisis humanitaria en Gaza, así como sobre la importancia del retorno seguro de los rehenes israelíes. Consultado acerca de qué estaba haciendo al respecto, respondió: “La Santa Sede no puede detenerlos… pero estamos trabajando, digamos, en una ‘diplomacia suave’, siempre invitando y animando a seguir la vía de la no violencia mediante el diálogo y la búsqueda de soluciones, porque estos problemas no se resuelven con la guerra”.
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Fuentes
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https://www.osvnews.com/dialogue-2-state-solution-must-end-long-running-israeli-palestinian-conflict-vatican-tells-un/ - Dulle, C. (2025, 15 de agosto). Could Pope Leo go to Gaza? Probably not. America Magazine.
https://www.americamagazine.org/news-analysis/2025/08/15/pope-leo-gaza-madonna/ - Vatican News. (2025, 31 de julio). La Santa Sede: Israel y Palestina, dos Estados para una paz justa y duradera.
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https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2025-07/parolin-reconocer-el-estado-de-palestina-es-la-solucion.html - Givanrosa, S. (2025, 9 de agosto). La comunidad internacional dice no a la ocupación de Gaza. Vatican News.
https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2025-08/la-comunidad-internacional-dice-no-a-la-ocupacion-de-gaza.html - Videos: Rome Reports – CNN en Español
- Foto: Ahmad Gharabli (AFP-Getty Images)
