La Iglesia debe asumir y liderar el desafío de la fraternidad
2:00 p.m. | 11 set 24 (IEC/CEL).- “Fraternidad para sanar el mundo” fue el título del Simposio Teológico Internacional que se realizó como preludio al 53° Congreso Eucarístico 2024 que se viene desarrollando hasta el 15 de septiembre. La propuesta ha sido ofrecer un espacio de reflexión sobre la necesidad de reconocernos como hermanos para afrontar los principales problemas contemporáneos. Los más de 500 participantes abordaron, en conferencias y debates, temas como la justicia social, la erradicación de la violencia y la construcción de comunidades inclusivas y compasivas.
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Tras la inauguración del Simposio Teológico Internacional, con la presencia de destacados académicos, religiosos y laicos, siguieron extensas jornadas de debate y reflexión, que iniciaron con una Eucaristía. El formato propuso conferencias centrales, en las que, citando uno de los puntos, invitaron a redescubrir la fraternidad desde una perspectiva cristiana, recordando que la Eucaristía no solo es un acto de devoción, sino un llamado a la reconciliación y a la construcción de comunidades solidarias y justas.
Este encuentro además se propuso como un momento de preparación para el 53° Congreso Eucarístico Internacional 2024, que está en desarrollo hasta el 15 de septiembre. En los diversos espacios del Simposio, los expertos coincidieron en que la Eucaristía es un camino de sanación, tanto espiritual como social, y destacaron su papel fundamental en la renovación sinodal de la Iglesia, impulsada por el papa Francisco. Con un fuerte énfasis en la fraternidad como la base de un nuevo orden social, el simposio cerró con la convicción de que la fe vivida en comunión es clave para sanar las heridas del mundo actual.
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A continuación, compartimos una síntesis de cada una de las ponencias principales del Simposio Teológico Internacional, acompañadas de su presentación en video:
Ponencias de la primera jornada
“De hermanos a enemigos”
La primera ponencia fue pronunciada por la Dra. Vitória De Carli, de la Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur (Brasil) y estudiosa de la espiritualidad cristiana y su naturaleza secular. En su intervención exploró cómo las relaciones fraternales pueden deformarse bajo la influencia de conflictos y tensiones, donde la fraternidad, en su esencia cristiana, puede ser tanto una fuente de unidad como de división, especialmente cuando no se basa en el respeto y la justicia.
Esta reflexión es relevante en el contexto de los desafíos actuales para la reconciliación y la paz. “Por vocación divina estamos llamados a construir relaciones humanas basadas en el amor entre hermanos, relaciones de fraternidad que deben ser signo de esperanza en el mundo”, expresó. Además, se refirió a la fraternidad como sueño de Dios, la cual, alineada con las enseñanzas del Papa, se convierte en un anhelo divino que supera las divisiones que existen entre los seres humanos.
Inspirada por la encíclica Fratelli tutti, De Carli destacó que la fraternidad es el fundamento de una nueva humanidad, basada en el respeto, la justicia y la reconciliación. Este ideal requiere un esfuerzo deliberado para construir una “amistad social”, que una a las personas, más allá de sus diferencias. En sus reflexiones subrayó que la fraternidad es esencial para alcanzar un mundo más equitativo y pacífico, en consonancia con el propósito de Dios de que todos los seres humanos se reconozcan como hermanos.
LEER. Reseña completa de la exposición
VIDEO. Ponencia “De hermanos a enemigos”
“Eucaristía: fuente y cumbre de la fraternidad”
Durante la tarde, las ponencias continuaron fortaleciendo el tema general y gran propósito de promover la fraternidad. Esta ponencia estuvo a cargo del teólogo español Pablo Blanco Sarto, en la cual profundizó sobre el papel fundamental de la Eucaristía en la vida cristiana, articulando su mensaje a través de cinco pilares clave.
Utilizó el relato de los discípulos en Emaús para destacar cómo Jesús se revela en la fracción del pan, simbolizando la Eucaristía como un acto transformador de comunión que une a los creyentes en fraternidad. Además, subrayó que el Bautismo es el inicio de este camino de fe, una conexión entre la vida cristiana y la Iglesia, que se fortalece continuamente a través de la participación en la Eucaristía.
Blanco señaló que la Eucaristía es el alimento espiritual que acompaña al cristiano a lo largo de su peregrinaje de fe, sustentando el “camino” de cada creyente hacia una comunión más plena con Dios y con los demás. Este sacramento es esencial no solo para la vida individual del cristiano, sino también para la comunidad eclesial, ya que refuerza la unidad y promueve una fraternidad que trasciende las diferencias. Blanco destacó que la Eucaristía invita a la reconciliación y a la construcción de una fraternidad genuina entre los fieles.
Por último, enfatizó que la Eucaristía no solo tiene un significado terrenal, sino que es un anticipo de la comunión plena con Dios en el cielo. Para Blanco, este sacramento prepara a los cristianos para la vida eterna, donde se alcanzará la fraternidad perfecta. Con su afirmación de que “la Eucaristía nos hace merecedores de la plena y total comunión con Dios y nos convierte en más hermanos”, Blanco destacó la importancia de este sacramento como un medio para alcanzar la fraternidad plena en la Iglesia y en el mundo.
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VIDEO. Ponencia “La Eucaristía, fuente y cumbre de la fraternidad”
VIDEO. Programa “En vivo” del Simposio Teológico Internacional – Jornada 1
Segunda jornada
“Eucaristía y cuidado de la casa común”
El sacerdote jesuita Fernando Roca Alcázar, doctor en Antropología Social y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, presentó esta conferencia, en la que se refirió a los lazos fraternos que se tejen en la Eucaristía, la que posee una dimensión comunitaria y está abierta a todos aquellos que deseen participar. Este sacramento, por esencia, busca promover el acto de compartir.
Luego, se refirió a la relación que se debería establecer con la naturaleza, y advirtió cambiar la dominación hacia la participación: “Hemos abusado de los recursos que la naturaleza nos ofrece y hoy sufrimos las consecuencias de nuestros errores y excesos”. Explicó que cuando se abusa del ecosistema, también la dimensión fraterna de la eucaristía desaparece, rompiéndose y creando brechas que separan a los seres humanos y por ende se rompe también la relación con la creación. Aseguró como los tiempos actuales han ido mostrando que se pierde la distancia frente a un sano consumo de lo que realmente la persona necesita y su adecuada utilización de lo que el planeta ofrece.
A pesar de eso, con la participación, destacó que no solo es posible sanar a los seres humanos, sino también reparar el daño causado por el mal uso de la creación. Esto incluye la deforestación de nuestros bosques, la contaminación y deterioro de los océanos y lagos, así como la extinción de diversas especies de flora y fauna en todo el planeta, lo que representa una preocupación ética y ecológica.
Su reflexión propuso tener conciencia de una responsabilidad compartida para restaurar el equilibrio ecológico, inspirada en una experiencia eucarística que llama a la acción. Además, enfatizó en el concepto de una ecología integral, plena de creatividad y esperanza, que reconoce la interconexión entre la sanación espiritual del ser humano y la restauración del medio ambiente. Subrayó que, al igual que buscamos la reconciliación entre las personas, es urgente reconciliarnos con la naturaleza para preservar la vida en nuestro planeta. También, pidió retomar lecturas de los pueblos milenarios que ayuden a cambiar las relaciones de dominación establecidas con el entorno y quienes nos rodean.
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VIDEO. Ponencia “Eucaristía y cuidado de la casa común”
VIDEO. Programa “En vivo” del Simposio Teológico Internacional – Jornada 2
“Por una Iglesia eucarística sinodal”
En la jornada vespertina, el arzobispo de Sydney, Anthony Fisher OP, abordó el tema de la sinodalidad y la Eucaristía. Fisher inició destacando la frase: “humanos divididos, humanidad herida”; en este sentido, resaltó cómo la Iglesia puede sanar las fracturas del mundo actual mediante la unidad y la comunión, afirmando que solo a través de una “conversión eucarística” es posible alcanzar una fraternidad duradera.
Fisher también enfatizó la importancia de una Iglesia sinodal que camine junta en la misión, aludiendo a la necesidad de la participación de todos los fieles bajo la guía del Espíritu Santo. Durante su exposición afirmó: “Una armonía trinitaria debería entonces ser evidente en todas nuestras relaciones, y ser una marca de la Iglesia universal, local y doméstica. Frente a las fuerzas internas y externas de desintegración, debemos cultivar la unidad, pero también rezar por ella como un don divino que nunca podríamos fabricar por nosotros mismos”. Concluyó indicando que la unidad entre los cristianos es esencial para ofrecer un testimonio creíble en un mundo cada vez más polarizado.
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VIDEO. Ponencia “Por una Iglesia eucarística sinodal”
“El Corazón de Jesús, fuente de vida”
La ponencia final del día estuvo a cargo del Padre Paolo Morocutti, docente de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, en la que subrayó la importancia del Sagrado Corazón como símbolo del amor de Cristo. Morocutti destacó que el Corazón de Jesús es tanto un símbolo afectivo como una expresión teológica profunda de la humanidad de Cristo, capaz de sentir y conmoverse por los seres humanos. Según el teólogo, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús no solo recuerda la emotividad y afectividad de Cristo, sino que también invita a los fieles a una práctica concreta del amor y la caridad, elementos fundamentales del cristianismo.
Durante su intervención, Morocutti enfatizó que “la devoción al Sagrado Corazón propone el amor de Dios como objeto de adoración, acción de gracias e imitación”, y que es a través del amor que los cristianos deben responder a ese llamado divino. Con este enfoque, el ponente subrayó que el Corazón de Cristo no solo es una imagen devocional, sino una invitación a la transformación personal y comunitaria, donde la caridad y la fraternidad son claves para sanar las heridas del mundo.
VIDEO. Ponencia “El Corazón de Jesús, fuente de vida”
Misa de clausura del Simposio
El cardenal Pedro Barreto celebró la Eucaristía de cierre en la ciudad Mitad del Mundo, y se convirtió en una oportunidad para que el presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía profundizara en el significado del lugar escogido para realizar la ceremonia. Algo que en sus palabras, está muy relacionado con el motivo que convoca por estos días a miles de personas en Quito, la realización del 53 Congreso Eucarístico Internacional que con el Simposio teológico cumplió su primera etapa.
“Nos ubicamos en el paralelo 0° de latitud, que nos pone en el centro de la tierra, nuestra casa común, entre el hemisferio norte y el hemisferio sur pero cuando hablamos de la ‘mitad’ es una palabra que divide. En cambio, cuando decimos el ‘centro’ nos une, así hablemos de norte o sur”, afirmó el cardenal. Circunstancia que le permite afirmar que “Quito se convierte hoy en la ciudad Eucarística, el centro de la humanidad y del mundo que sufre y espera”, porque “es Cristo, el pan de Vida, quien une a la Iglesia pueblo de Dios, la misma que peregrina hacia el Reino”, aún en medio del sufrimiento.
Así dando paso a la reflexión sobre la Sagrada Escritura, Barreto se remitió al libro de los Hechos de los Apóstoles y al Evangelio de Juan que en algunos de sus fragmentos muestran lo que sucedió después de la Ascensión del Señor y antes de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Al respecto el obispo peruano, indicó que se trata de un texto que logra “iluminar el caminar de nuestra Iglesia, que hoy está en comunión con el Papa Francisco que adelanta su visita pastoral por Asia y Oceanía”. Además, porque según afirma, propone tres verbos que determinan un camino de fe: volver a Jerusalén, entrar en la ciudad y perseverar en la oración. Acciones que suscitan la reflexión y el compromiso.
Refiriéndose a ese “volver a Jerusalén”, explicó que para la Iglesia esto significa “volver a los orígenes, porque el fundamento de nuestra fe es ese caminar juntos, celebrando la Pascua de Jesús y actualizándolo en cada Eucaristía”. Por lo que las palabras, “hagan esto en conmemoración mía, este es el sacramento de nuestra fe: anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús” resuenan en el corazón de la Iglesia.
Con esta misma esperanza volvieron a Jerusalén María y sus hermanos después de la ascensión de Jesús, lo que remite al segundo verbo. “Entraron en la ciudad de Jerusalén”, esto nos recuerda la Pascua de Jesús, su pasión, muerte y resurrección; lo que en palabras del cardenal nos ayuda a entender que “cuando celebramos la Eucaristía, en nuestro día a día, asumimos el sufrimiento y muerte de muchos hermanos con la esperanza del cumplimiento de las palabras de Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. Así el prelado afirmó que en los complejos momentos que vive la humanidad y la Iglesia como parte de ella, “estamos llamados a caminar juntos, escuchar su Palabra, alimentarnos con su Cuerpo y su Sangre, compartir nuestras vidas con los demás, especialmente, con los pobres y excluidos”.
Lograrlo advirtió Barreto implica “esperar y perseverar en la oración para vivir en comunión, participación y misión”. De esta manera seremos testigos del resucitado con una esperanza activa, como los discípulos que reunidos en Jerusalén recibieron el Espíritu Santo y compartieron la alegría de la resurrección.
LEER. Reseña completa de la homilía
VIDEO. Homilia del cardenal Pedro Barreto (clausura del Simposio)
Otras presentaciones en el Simposio
1) Ponencia “Llamados a la reconciliación” de Damián Howard SJ.
Reseña completa de la exposición / Video
2) Ponencia “Devociones eucarísticas y piedad popular” del Dr. Rodrigo Guerra
Reseña completa de la exposición / Video
3) Ponencia “Fraternidad sin los últimos, no es fraternidad” de la Hna. Rosmery Castañeda
Reseña completa de la exposición / Video
4) Ponencia “La fraternidad desde diferentes perspectivas en el Ecuador”
Reseña completa de la exposición / Video
Información adicional
- Concluyó en Ecuador el Simposio Teológico Internacional “Fraternidad para sanar el mundo”
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- Amo porque Dios me amó primero: Mons. Bienvenu Manamika
- Simposio Teológico Internacional: La fraternidad sana al mundo
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Fuentes
Congreso Eucarístico Internacional 2024 (2) / ADN CELAM / Religión Digital / PUCE / Videos: Radio María Ecuador – Congreso Eucarístico Internacional – Televida / Foto: IEC2024