El Papa en Indonesia: Musulmanes y católicos unidos contra la cultura de la violencia

5:00 p.m. | 7 set 24 (LN/AYO).- La firma de una declaración interreligiosa con el gran imán de la mezquita de Istiqlal, la mayor del sudeste asiático, fue el evento más destacado de la visita del Papa a Indonesia, el país con mayor población musulmana. En su primera parada de la gira más extensa y desafiante de su pontificado, Francisco celebró la riqueza de la diversidad y la importancia de la justicia social. Indonesia, el cuarto país más poblado, alberga a más de 700 grupos étnicos y religiosos, pero más de 25 millones viven en pobreza.

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Su tercer y último día en Indonesia, Francisco lo inició firmando una declaración conjunta con Nasarruddin Umar, el gran imán de la mezquita de Istiqlal, la más grande de Asia, en que cristianos y musulmanes se comprometieron a trabajar para enfrentar las dos graves crisis que están azotando al mundo: la deshumanización y el cambio climático. Y, por la tarde, presidió una misa ante más de 100 mil fieles, en la que llamó a la minoría católica a “hacer lío” y a “no cansarse de soñar y de seguir construyendo una civilización de paz”.

En la “Declaración Conjunta de Istiqlal 2024”, un documento que sigue las huellas del sellado con el gran imán de Al-Azhar sobre Fraternidad Humana en Abu Dabi en febrero de 2019, pero en Asia, el gran imán y el Pontífice, ambos vestidos de blanco, se comprometieron a promover la armonía religiosa por el bien de la humanidad y del cuidado del ambiente y a “erradicar la cultura de la violencia y de la indiferencia que aflige a nuestro mundo”.

“Porque existe una única familia humana, el diálogo interreligioso debería ser reconocido como un instrumento eficaz para resolver los conflictos locales, regionales e internacionales y sobre todo aquellos provocados por el abuso de la religión”, indicó la declaración, que llamó, además, a actuar para “cuidar” el medio ambiente.

Más allá de este documento trascendental, el Papa y el gran imán tuvieron gestos concretos de amistad, fraternidad y respeto, que valieron más que mil palabras. Al final de un encuentro interreligioso en el que participaron líderes de otros credos -budistas, hinduistas, cristianos, y otros- en una carpa levantada frente a la mezquita, cuando estaban sacándose la foto de familia final, el gran imán sorprendió a todos besando el solideo del anciano Pontífice, de 87 años, dos veces. El Papa, que estaba a su lado, sentado en su silla de ruedas, respondió entonces besándole la mano, en gestos de afecto que ambos repitieron más tarde al despedirse.

El encuentro interreligioso era la cita más esperada en la agenda del papa Francisco en el país asiático. La reunión comenzó a las 9 de la mañana de otra jornada de calor y humedad agobiantes, con otro acto concreto: la inauguración del llamado “túnel de la amistad”, el pasaje subterráneo que une a la mezquita de Istiqlal con la catedral católica de la Asunción. Los dos templos fueron construidos frente a frente justamente para dar un mensaje de convivencia y “unidad en la diversidad” querido por el “padre de la patria”, Sukarno, cuando en 1945 logró la independencia del país, excolonia holandesa donde viven centenares de grupos étnicos.

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El Papa, que al llegar a la mezquita fue recibido con cantos tradicionales y danzas de jóvenes en trajes típicos, en su discurso destacó, en efecto, el islam tolerante y abierto que reina en este archipiélago de 17.000 islas que es el cuarto país más poblado del mundo. Elogió al “túnel de la amistad”, recordó que fue un arquitecto cristiano quien diseñó la inmensa mezquita y llamó a cultivar esta experiencia de apertura y amistad, sobre todo ante la amenaza del islam fundamentalista radical, al acecho también en esta parte del mundo.

“Los animo a continuar por este camino: que todos, todos juntos, cultivando cada uno la propia espiritualidad y practicando la propia religión, podamos caminar en la búsqueda de Dios y contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca justificables”, advirtió.

Con dicho documento, de apenas una carilla, todos los presentes, “asumimos con responsabilidad las grandes, y algunas veces, dramáticas crisis que amenazan el futuro de la humanidad, particularmente las guerras y conflictos, desafortunadamente alimentados también por las instrumentalizaciones religiosas; pero también la crisis medioambiental, que se ha convertido en un obstáculo para el crecimiento y la convivencia de los pueblos”, explicó el Papa en su discurso. “Y ante este escenario, es importante que los valores comunes a todas las tradiciones religiosas se promuevan y se refuercen”, afirmó, al volver a insistir en el ejemplo que significa la tolerancia de Indonesia para el resto del mundo.

“Indonesia es un gran país, un mosaico de culturas, etnias y tradiciones religiosas; una riquísima diversidad que se refleja también en la variedad del ecosistema y del ambiente circundante. Y si es cierto que poseen la mina de oro más grande del mundo, sepan que el tesoro más valioso es la voluntad de que las diferencias no sean motivo de conflicto, sino que se encuentren armónicamente en la concordia y el respeto recíproco”, indicó, desatando aplausos. “No pierdan este don. No vayan a perder nunca esta riqueza tan grande, es más, cultívenla y transmítanla sobre todo a los jóvenes. Que nadie ceda al atractivo del integrismo y de la violencia”, insistió.

Pese al calor húmedo -el aire acondicionado no era suficiente y la enorme carpa parecía un sauna-, se palpaba entre los presentes un clima de gran satisfacción por el evidente avance en el diálogo interreligioso y de admiración hacia el máximo líder de la Iglesia católica. “Esto no es maravilloso, es fantástico”, dijo al diario La Nación, Philip Widjaja, líder budista que recordó que, en verdad, originariamente fue ese credo el mayoritario en esta tierra.

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En su primer discurso en Indonesia, el Papa reiteró importancia de la justicia social

El día anterior, en su primera jornada completa en Indonesia, Francisco reiteró la importancia de la justicia social, necesaria no sólo en este pujante país ejemplo de diversidad, pero lleno de contrastes, sino en todo el mundo. “A pesar de las persuasivas declaraciones políticas, hay muchas situaciones en las que falta un efectivo compromiso, de amplias miras, para construir la justicia social”, dijo el Papa.

“Como consecuencia, una parte considerable de la humanidad queda relegada al margen, desprovista de los medios adecuados para una existencia digna, y sin defensas para afrontar los graves y crecientes desequilibrios sociales, causantes de graves conflictos”, agregó el Papa, y llamó a evitar la polarización, a insistir en la “unidad en la diversidad” -el lema de Indonesia-, y a contrastar el extremismo y la intolerancia. Francisco habló de esta forma ante el presidente saliente Joko Widodo y su sucesor, Prabowo Subianto, que lo recibieron con alfombra roja y todos los honores en el Palacio Presidencial.

Después de una ceremonia de bienvenida oficial que incluyó guardia de honor, izamiento de banderas e himnos -mientras el termómetro marcaba 33 grados y la humedad tropical se hacía sentir- hubo un encuentro privado entre los dos jefes de Estado. Más tarde, a la hora de los discursos el mandatario indonesio, Widodo, le agradeció al Papa, de 87 años, haber aceptado la invitación a viajar a Indonesia “en el vuelo más largo jamás realizado” por el Pontífice.

“Esta visita tiene un importante mensaje sobre la importancia de celebrar las diferencias”, subrayó Widodo, que estuvo durante dos mandatos al frente de Indonesia y que en octubre le pasará el timón de mando a Subianto, electo en febrero pasado. Widodo recordó que en Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, conviven más de 700 grupos étnicos y religiosos diversos en 17.000 islas, algo que representa un ejemplo de “armonía en la diversidad”, destacó. A su turno el Papa, que habló en italiano en un salón del Palacio Presidencial ante autoridades políticas, representantes religiosos y diplomáticos, también elogió a Indonesia como ejemplo de “una realidad multiforme de pueblos que son diversos, pero firmemente integrados en una sola nación”.

Subrayó luego que ese “sabio y delicado” equilibrio entre la multiplicidad de culturas “debe ser defendido continuamente contra cualquier desajuste”, a través de “un trabajo artesanal” que corresponde a todos, pero especialmente a la política. Y aseguró que la Iglesia católica, que representa el 3% de una población de más de 275 millones de habitantes no está aquí para hacer proselitismo -eso “nunca”, clamó-, sino para fortalecer su cooperación con las instituciones, para incrementar el diálogo interreligioso y para ayudar, a través de la asistencia, a una sociedad aun dramáticamente marcada por una brecha terrible entre ricos y pobres. Solo a pocas cuadras de los hoteles de lujo del centro de la ciudad, en efecto, puede palparse la indigencia y ver escenarios muy parecidos a villas miserias, donde la gente sobrevive en virtuales cloacas a cielo abierto. Según cifras oficiales, hay 25 millones de personas bajo el umbral de la pobreza.

No por nada el Papa habló de la importancia de “vencer desequilibrios y bolsas de miseria” y recordó que en el preámbulo de la Constitución de esta excolonia holandesa, que logró su independencia en 1945, la palabra “justicia social” aparece dos veces. Por otra parte, así como el presidente Widodo en su discurso mencionó “los conflictos y las guerras que sacuden a diversas partes del mundo, incluyendo a Palestina, donde se perdieron más de 40.000 vidas” -la guerra en Gaza aquí es vista con pavor por la opinión pública-, el Papa a su turno también aludió al actual contexto de convulsión, pero sin mencionar ningún país en especial.


Francisco: Defender a los pobres “no te hace comunista”

Luego del encuentro con autoridades, por la tarde, el Papa se dirigió a la catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Yakarta, donde fue recibido con emoción y entusiasmo por una representación de los ocho millones de católicos que viven en Indonesia. Una minoría exigua, pero vibrante, cuyo número crece rápidamente. En Yakarta hay hasta cuatro mil bautizos de adultos al año y las iglesias están llenas de jóvenes. En la catedral, Francisco se ha reunido con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas, y les ha recordado que “ninguno es más importante que otro, todos somos hermanos y cada uno tenemos nuestra tarea para hacer crecer el pueblo de Dios”.

En su discurso, el Papa remarcó que “la Iglesia la llevan adelante los catequistas y, después, las religiosas, que les siguen”. Más tarde vienen, “los sacerdotes y los obispos, pero los catequistas son la fuerza de la Iglesia”. De hecho, “la fe se transmite en casa y las abuelas y las madres son las primeras catequistas”, subrayó. Luego ha reflexionado sobre el lema de la visita apostólica: Fe, fraternidad, compasión: “Pienso que son tres virtudes que expresan bien tanto su camino de Iglesia como su carácter”. Son un pueblo, “étnica y culturalmente bien diversificado, pero al mismo tiempo caracterizado por una innata tendencia hacia la unidad y la convivencia pacífica”, ha dicho el Papa.

Asimismo, el Santo Padre ha elogiado la labor de la Iglesia indonesia que se manifiesta también “en la apertura con la que esta se relaciona con las diferentes realidades que la componen y la rodean, tanto en el ámbito cultural, étnico, social y religioso, como valorando el aporte de todos y ofreciendo generosamente el suyo en cada contexto”.

El Papa también ha querido centrar su reflexión en la compasión, y ha dicho que “no consiste en dar limosna a hermanos y hermanas necesitados mirándolos de arriba hacia abajo, sino al contrario, en hacernos cercanos unos a otros, despojándonos de todo lo que puede impedir inclinarnos para entrar realmente en contacto con quien está caído”.

Del mismo modo, ha señalado que defender a los pobres “no te hace comunista”. Según las palabras del Papa, “hay quien le teme a la compasión, porque la considera una debilidad, y en cambio exalta, como si fuera una virtud, la astucia del que sigue sus propios intereses marcando las distancias con todos, creyéndose más listo y libre como para conseguir sus propios objetivos. Pero esto es una forma equivocada de ver la realidad”. En este sentido, ha añadido: “Lo que hace que el mundo siga adelante no son los cálculos de los propios intereses, sino la caridad prodigada. La compasión no ofusca la visión auténtica de la vida, al contrario, nos hace ver mejor las cosas, a la luz del amor”.

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VIDEO. El Papa Francisco llega a Indonesia

Actividades centrales del Papa en Indonesia

1) Encuentro con las autoridades y con la sociedad civil (4 de setiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

2) Encuentro con el clero, personas consagradas y catequistas (4 de setiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

3) Encuentro interreligioso en la Mezquita “Istiqlal” (5 de setiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video completo

4) Encuentro con asistentes de realidades caritativas (5 de setiembre)
Reseña en Vatican News / Discurso completo / Video

5) Homilía: No se cansen de soñar y de seguir construyendo una civilización de paz (5 de setiembre)
Reseña en Vatican News / Homilía completa / Video completo

Otras actividades del Papa en Indonesia


VIDEO. La sensación del Papa al irse de Indonesia: “¿Les han dicho que son un pueblo sonriente?”

Información adicional
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Fuentes

La Nación (2) / Revista Alfa y Omega / Videos: Vatican News – Rome Reports / Foto: Yasuyoshi Chiba (AFP)

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