América Latina avanza a momento decisivo del Sínodo

4:00 p.m. | 22 ago 24 (CEL/VTN).- Dos momentos importantes para la Iglesia latinoamericana marcaron agosto: El Congreso de teología en clave sinodal y la sesión preparatoria de participantes para la segunda Asamblea del Sínodo 2021-2024 en octubre en Roma. Estos espacios complementarios abordaron, desde la reflexión teológica, el compromiso de caminar juntos (sinodalidad) en un tiempo en el que el individualismo, el clericalismo y la autoreferencialidad despuntan de forma preocupante. La inspiración se propone desde el Evangelio y de escuchar en la vida cotidiana las voces de los pueblos.

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Encuentro de madres y padres sinodales previo a la Asamblea 2024

“Profundizar en el Instrumentum laboris (documento previo) y la metodología de trabajo en grupo”. Así resumió el padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) los tres días de trabajo –del 12 al 14 de agosto– del encuentro de los 42 participantes de América Latina y el Caribe. Fueron 19 obispos, 5 sacerdotes, 7 religiosas y 11 laicos, una porción importante de la representación continental para la XVI Asamblea general del Sínodo de Obispos a realizarse en octubre, en Roma.

Un encuentro que sirvió también para lanzar las nuevas formas de trabajo mediante mesas redondas como se hizo en el aula Pablo VI (Roma), durante la primera sesión en octubre de 2023. Con esta nueva forma de relación en mesas redondas, los Obispos de América Latina establecen “el cuño sinodal” para los encuentros venideros de todos los programas y redes territoriales que acompañan. El padre Brassesco detalló que se tuvo “la misma dinámica que el año pasado”, aunque “se han hecho una serie de adaptaciones a la conversación en el Espíritu con el fin de propiciar la identificación de propuestas concretas sobre cómo ser una Iglesia sinodal”.

Además ha destacado la participación de monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario del Sínodo, quien “permitió entablar un diálogo sobre cómo se ha venido desarrollando el proceso en este último tiempo y las perspectivas para la Asamblea y la fase de implementación” que comenzaría inmediatamente después. “El trabajo en los grupos ha sido muy enriquecedor porque además cada sección del Instrumentum laboris fue presentada por un teólogo que aportó luz a las cuestiones fundamentales del contenido”, añadió Brassesco.

Consideró que “habrá que evaluar más detalladamente si el desarrollo de la metodología es el más adecuado para lograr los consensos requeridos en el Espíritu”. Además acotó que durante la última jornada han podido identificar “una serie de temas que a juicio de los participantes son de relevancia para la experiencia eclesial de América Latina y el Caribe”.


La sinodalidad es vida, es experiencia

Mons. Luis Marín de San Martín inició su intervención citando algunas claves de interpretación o principios que fundamentan las acciones del sínodo a la luz de Evangelii gaudium. “El todo es superior a la parte, el tiempo es superior al espacio, la unidad prevalece sobre el conflicto y la realidad es más importante que la idea“. Argumentos que según explicó el prelado “ayudan a orientar las acciones, enriquecer el camino de la Iglesia y mantener claro el tema del sínodo que es potenciar, desarrollar y concretar la sinodalidad de la Iglesia. Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión; no es hablar de todo y no es decidirlo todo”.

Se trata de entender la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia, cómo se desarrolla, qué significa, a qué consecuencias nos lleva y en qué estructuras se concreta. Así recordó, algunas acciones emprendidas durante este tiempo entre una y otra sesión del Sínodo. Actividades entre las que figuran las cinco comisiones de teólogos y canonistas, que ayudaron a profundizar en el Instrumentum laboris, es decir, la forma, el cómo se llega a ser una Iglesia sinodal en misión, desde la perspectiva de la Iglesia local, las agrupaciones de Iglesias y la Iglesia universal.

Otro ejercicio que el prelado recordó, fue el encuentro de párrocos efectuado entre el 28 de abril y el 2 de mayo. Una reunión de por lo menos 200 sacerdotes de todo el mundo que adelantaron una experiencia sinodal de escucha, respondiendo a la lógica de los procesos en las iglesias locales. Itinerario al que se agregaron el encuentro del Papa con los misioneros de la sinodalidad y la organización de grupos de estudio a partir del informe de síntesis respondiendo a la necesidad de profundizar en temas específicos.

Ante la proximidad de la segunda sesión de la Asamblea del Sínodo y las esperanzas de los padres sinodales, Mons. Luis Marín de San Martín insistió en comprender el concepto de sínodo, su carácter consultivo y no deliberativo; una expresión de la colegialidad episcopal que se inserta en y desde el pueblo de Dios. Así, el obispo español aseguró que una de las tareas del sínodo es trabajar por una iglesia sinodal en misión, desde la escucha y el discernimiento de esa voz del Espíritu que debe inspirar propuestas concretas, pensando en lo que será la fase postsinodal, que ha de entenderse y asumirse desde la práctica, como una fase de implementación o actuación en la que debe prevalecer la unidad, libre de cualquier temor a la pluralidad.

A su turno Giacomo Costa, secretario especial para el sínodo de la sinodalidad habló de la importancia de entender que si en la primera sesión surgieron convergencias, interrogantes y proposiciones, esta edición debe invitar a la propuesta. Se trata de pensar desde lo concreto o aquello que define como “orientaciones o pasos para crecer como iglesia misionera”. Aclarando que el conocimiento de la metodología ayudará a los participantes a situarse ante la asamblea con un foco distinto.

De esta forma Costa aseguró que esta es una de las diferencias entre las dos sesiones, porque en la primera “necesitábamos reconocernos, escucharnos, descubrir nuestras culturas y escuchar nuevas proposiciones y esto nos ayudó a hacer un proceso certero de consulta”. Ahora, la propuesta de la segunda sesión es “sugerir algo concreto al Papa sobre diferentes temas, orientaciones y pasos”, para avanzar en el objetivo principal de este tiempo. Para ello, se apelará a los grupos de estudio sobre cuestiones específicas que apropien el discernimiento como una prioridad a la hora de definir caminos y acciones tanto en los grupos de trabajo como en la asamblea.


Documento fruto del discernimiento y la reflexión

El sacerdote argentino, Carlos María Galli, perito asesor del Sínodo, compartió su aporte sobre la introducción del documento Instrumentum laboris, que presenta el camino recorrido hasta ahora en el Sínodo. La Introducción está en el marco misionero, definido por “la disponibilidad a la escucha y a dejarse interpelar”, permitiendo, además, dar una visión de conjunto para ver los ejes transversales o claves del texto. Allí, -agregó- “se destaca los hitos ya logrados, como la generalización de la metodología sinodal de la conversación en el Espíritu“.

Del mismo modo, observó que es importante ayudar a entender y comprender qué es que la Iglesia sea constitutivamente sinodal. “Ser Iglesia, es ser una comunidad que camina en conjunto, no basta tener un sínodo, es necesario ser un sínodo (…) cada día hay que hacer sínodo esforzándose en caminar juntos, no sólo con quien piensa del mismo modo, sino con todos los creyentes en Jesús”.

Se refirió igualmente, que el Instrumentum laboris, es una herramienta al servicio del Sínodo, que se fue construyendo a partir de subsidios que ofrecen algunas líneas de profundización teológica y canonística, síntesis de trabajos que fueron desarrollándose a lo largo de este tiempo. Por otra parte, advirtió que, este documento de trabajo, no puede ser considerado como un texto magisterial, un catecismo o un conjunto de respuestas prefabricadas, simplemente aborda temas que han surgido de la escucha del pueblo de Dios, aclarando que este no es el documento final.

“Como instrumento es un documento fruto de la escucha, del discernimiento y la reflexión sobre la sinodalidad que ha madurado en el curso del proceso sinodal, acá está la clave, es un texto base, articulado pero esencial, concebido sobre todo como apoyo al método con el que la asamblea será llamada a trabajar, favoreciendo la oración, el diálogo, el discernimiento y la maduración de un consenso”, explicó. El teólogo afirmó que el documento de trabajo es la base para el discernimiento que se tendrá para la elaboración de propuestas que respondan al cómo ser una Iglesia sinodal en misión.


Formación, discernimiento y toma de decisiones

La religiosa Gloria Liliana Franco Echeverri, que preside la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR), intervino con una reflexión e iluminación de la segunda parte del Instrumentum laboris, que se refiere a los Itinerarios. La directiva, destacó que estos itinerarios que propone el documento tienen que ser vistos desde la conciencia, primero, de que una Iglesia sinodal es una Iglesia relacional; segundo, que a lo que estamos llamados todos “es al ritmo del espíritu, a la salida y a la salida misionera en eco a los gritos de la realidad”.

A este respecto, la religiosa colombiana, situó su reflexión haciendo una breve explicación de los itinerarios, que dijo, giran en torno a cuatro ejes fundamentales: formación, discernimiento, toma de decisiones y transparencia.

Formación. Destacó que, es importante recibir de manera permanente una formación integral coherente que responda al contexto actual, que sea capaz de escuchar los clamores de la realidad, que involucre a todos dando la opción de participación a las mujeres y a los laicos. Estos itinerarios de formación, agregó, deben tener en cuenta los contextos, las culturas y las tradiciones de los diferentes lugares.

Discernimiento. Aquí, explicó que todo proceso de discernimiento tiene dos dimensiones: la dimensión personal y la dimensión comunitaria y que de cara al discernimiento común aún hay mucho que aprender. Aseguró que, esta participación siempre se debe hacer teniendo en cuenta criterios como la libertad interior, la apertura a la novedad y el abandono confiado a la voluntad de Dios, esto, explicó, permitiendo de manera respetuosa la escucha de unos a otros para oír y concluyendo que esto es una forma de caminar juntos.

Toma de decisiones. Al referirse a este cuarto eje, de la toma de decisiones, expresó que una Iglesia sinodal tiene que partir de la libre y rica diversidad de sus miembros, de ahí que insistió en la importancia de la escucha de todos los sujetos eclesiales para la toma de decisiones, de la participación y la corresponsabilidad.

Transparencia. Por último, la religiosa detalló primero que una Iglesia sinodal necesita una cultura y una práctica de la transparencia y la rendición de cuentas. Pero advirtió que, cuando se habla de transparencia no solo se debe centrar la mirada en el tema de protección de menores, esto advirtió, es un abanico mucho más abierto, que abarca otras dimensiones pastorales.

Formuló que, la importancia de la transparencia y rendición de cuentas debe estar presente en todos los procesos eclesiales, destacando algunos como los consejos económicos, los consejos pastorales, entre otros. Hizo ver la necesidad de entregar informes de todo cuanto se hace.


Corresponsabilidad de hacer Iglesia sinodal

Con la invitación a ponerse en un camino eclesial que lleve a una verdadera renovación en la Iglesia, el cardenal jesuita Pedro Barreto, arzobispo emérito de Huancayo, presidió la eucaristía del segundo día de trabajos. Al referirse al Evangelio de Mateo que habla de la oveja perdida, invitó para que se ubique en el contexto actual de aquellos que se han ido alejando o se han perdido del ámbito de la Iglesia. A esto dijo, “es una actitud que nos exhorta a salir a buscar a aquellos que están en los límites o que no creen en Dios”.

En este sentido, declaró que es un privilegio que Dios los haya puesto como gracia a ser actores de este momento especial que vive la Iglesia en la sinodalidad, advirtiendo que esto los obliga a ser corresponsables de la tarea de llevar a ser una Iglesia que camina junto a su pueblo, en medio de las dificultades y angustias.


Más información sobre el Encuentro de participantes:


VIDEO. Madres y padres sinodales, listos para la segunda sesión en Roma

Congreso de Teología Sinodal: Una nueva forma de escuchar el Evangelio

“Teología en clave sinodal para una Iglesia sinodal” es el tema del encuentro que se celebró apenas días antes de la reunión de madres y padres sinodales, en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), con la participación de decenas de teólogos del continente. Se propuso como un camino de reflexión, diálogo y debate para aprender una forma nueva de escuchar, de escuchar el Evangelio, escuchar la tradición, escuchar en la vida cotidiana las voces de los pueblos, al tiempo que se impulsó una mayor comunión en el camino de intercambio teológico católico latinoamericano y caribeño.

En la apertura, el presidente del CELAM y arzobispo de Porto Alegre, monseñor Jaime Sprengler, agradeció la disposición de los presentes para “este camino de reflexión, debate de ideas, oración, en ejercicio vivo de la inteligencia creyente en servicio a la fe de nuestra Iglesia”. Luego explicó que “sínodo no es sinónimo de la marcha que sigue el ritmo de las marchas militares. Se trata de una sintonía de otra naturaleza, es la construcción de un estrecho vínculo entre Evangelio, fe y vida. Caminar juntos no es fácil. En ese camino es necesario siempre aprender de forma nueva a escuchar, a escuchar el evangelio, escuchar la tradición, escuchar en la vida cotidiana las voces de nuestros pueblos.

Luego de explicar cuestiones logísticas y de orden para los asistentes presenciales, el padre Carlos Galli, coordinador del Equipo de Reflexión Teológica del CELAM y presidente del Congreso Teológico Sinodal, comentó la convocatoria del evento y agradeció las múltiples colaboraciones. Destacó particularmente la presencia de todas las regiones de América Latina y el Caribe junto a los junto a los más de 2000 participantes virtuales vía redes sociales.


Crisis que llevan a actuar

Durante una conferencia de prensa, con motivo del Congreso, monseñor Spengler notó que el contexto social que se vive a nivel latinoamericano y caribeño está marcado por el individualismo y la autoreferencialidad, que se evidencian en unas marcadas crisis democráticas, económicas, políticas y eclesial. Ante esta coyuntura, advirtió que la Iglesia tiene el gran desafío de enfrentar estos problemas, pero sin miedos. “El futuro de la Iglesia, me atrevería a decir, está de alguna manera en nuestras manos, por eso, es un privilegio participar de este momento que estamos viviendo, construyendo juntos, dialogando, rezando, conociéndonos, teniendo presente lo que está en cuestión. Debemos poder colaborar de forma positiva para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión en el mundo y en la sociedad”.


Los jóvenes como protagonistas de nuevos proyectos

Luego, se dio paso a la intervención de la teóloga argentina Carlina Bacher, quien destacó de manera especial el trabajo que se está presentando desde el ámbito académico en lo que tiene que ver con dinámicas de comunicación a la luz de la teología. Hizo énfasis en el papel que han jugado las redes sociales para los procesos de consulta del Sínodo de la sinodalidad. Esto, resaltó, gracias al trabajo y la destreza de los jóvenes en el uso de la tecnología. Destacando de esta manera el papel protagónico que han tenido los jóvenes y la opción que la Iglesia debe hacer por ellos.

“Es importante darle voz también a los jóvenes, a los jóvenes que trabajan digitalmente en la evangelización, en el fondo también la renovación acontece en estas nuevas generaciones, esta, a la que ya no pertenecemos, pero les queremos dar espacio y eso me parece que también acontece en la teología, escuchar muchas voces, que la reflexión hable de las comunidades, de los procesos históricos que se disciernen, que se escuchen las voces y que en un diálogo común se pueda seguir profundizando”.


Tres retos que enfrenta “la teología latinoamericana”

El sacerdote jesuita de origen español y radicado en Venezuela, Pedro Trigo, estuvo presente en el panel “Panorama de la teología latinoamericana actual”. En su disertación, el padre Trigo ha compartido algunos retos que todo teólogo debe considerar a la luz de “los signos de los tiempos de hoy”. Entre estos: recepcionar el Concilio Vaticano II, vivir con autenticidad la fe y comprender la época actual para fomentar “lo humanizador”.

Sobre la recepción del Concilio Vaticano II, ha comentado que es urgente reconfigurar la Iglesia para responder a “con fidelidad creativa” a las apuestas de este hito eclesiástico significó desde Medellín (1968) hasta la actualidad: “Todos somos pueblo de Dios”. Por eso, –apuntó el sacerdote– en la constitución Lumen gentium, “después de haberse referido en el capítulo primero al misterio de salvación que es la Iglesia, en el segundo se refiere al portador de ese misterio que es el pueblo de Dios y los tres siguientes a las tres vocaciones que lo integran”, entiéndase, laicado, clero y vida religiosa. “Todos compartimos la misma vocación y esperanza y a todos nos une la caridad, el amor fraterno. Así pues, el lazo de unión es Jesús de Nazaret y su Espíritu”, sostuvo.

Otro reto para el padre Trigo trata sobre “hacernos cargo de los contenidos fundamentales y de la dinámica de la época actual” para “discernirla desde dentro, asumiendo y transmitiendo lo humanizador”. Ha invitado a desechar todo aquello que atenta contra la dignidad humana. Esto es posible mediante el aggiornamento (ponerse al día) como encarnación.

Comentó que antes del Concilio Vaticano II el punto de partida era “la condenación del mundo moderno y la pastoral concebida como apartar de él a los más posibles y llevarlos al ámbito de la salvación que era la Iglesia”. Esto llevó, a partir del propio Concilio, a la comunidad divina a que “uno de la Trinidad se hiciera uno de la humanidad”. Citando al teólogo Victor Codina explicó que la Trinidad “nos ofrece la última inspiración y clave de lectura de la acción social y de la presencia cristiana en la historia”.

El mismo Juan XXIII lo expuso en su testamento: “No es el Evangelio el que cambia: somos nosotros los que comenzamos a entenderlo mejor. Ha llegado el momento de reconocer los signos de los tiempos, de captar su oportunidad y de mirar lejos”.


Más información sobre el Congreso:


Enlace a los videos de los paneles:


VIDEO. Comentarios de téologos de América Latina sobre el Congreso

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Fuentes

ADN CELAM (2, 3, 4, 5, 6, 7) / Vatican News / Videos: CELAM TV / Foto: ADN CELAM

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