Universidades católicas: Usar inteligencia artificial con responsabilidad

1:00 p.m. | 25 ago 23 (VTN/AM).- “Renovación y conciencia: pensando el futuro de las universidades católicas“: éste fue el tema abordado por el cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, en la apertura de un coloquio científico sobre el futuro de las universidades católicas en la era de la Inteligencia Artificial (IA). Además, en estos días se anunció que para la siguiente Jornada Mundial de la Paz, Francisco insistirá en el llamado “a un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de posibilidades disruptivas y efectos ambivalentes”.

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“Se espera de las universidades católicas no solo que custodien activamente la noble memoria de los días pasados, sino también que sean sondas, y cunas, del mañana”. Este es uno de los pasajes clave del discurso del Prefecto de Mendonça que, a la luz del Magisterio del papa Francisco, se centra en la tarea de las universidades católicas. Explica que deben “dialogar con lo nuevo, trabajar sin descanso en cuestiones y temas de actualidad, y constituirse en grandes laboratorios del futuro”. El cardenal hace hincapié en ello, refiriéndose también a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae -que a su vez no hace sino revalidar lo afirmado por el Concilio Vaticano II en la Gravissimum Educationis-, que insta a las universidades a una renovación constante basada, principalmente, en el concepto fundamental de “conciencia”.

El coloquio internacional fue organizado por la Strategic Alliance of Catholic Research Universities (SACRU), la red formada por ocho universidades católicas, presentes en cinco continentes diferentes: Australian Catholic University, Boston College, Pontificia Universidad Católica de Chile, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro, Sophia University, Universidade Católica Portuguesa, Universidad Católica del Sacro Cuore, Universitat Ramon Llull.

El pasado mes de marzo, en su discurso a los participantes en los “Diálogos Minerva”, el Papa recordó que “sólo formas de diálogo verdaderamente inclusivas pueden permitir discernir sabiamente cómo poner la inteligencia artificial y las tecnologías digitales al servicio de la familia humana”. En el coloquio internacional, el prefecto vuelve a hacer suyas y compartir estas palabras, convencido de que “el futuro requiere una visión interactiva, una madurez poliédrica de la realidad y la audacia de asumir riesgos”. Al fin y al cabo, el propio Francisco ha dicho a menudo que está en el ADN del educador asumir riesgos.

Ciertamente, el riesgo al que siempre alude el Papa es un riesgo razonable, fruto, precisamente, de todas las valoraciones oportunas en el aquí y ahora. De hecho, observa el Cardenal, se trata de “mantener las prioridades debidamente salvaguardadas”. Citando el discurso del Papa en el Congreso Mundial promovido por la Congregación para la Educación Católica (2015), de Mendonça recuerda que siempre hay que tener en cuenta la prioridad de lo ético sobre lo técnico, la primacía de la persona sobre las cosas, la superioridad del espíritu sobre la materia, ya que “solo se servirá a la causa del hombre si el conocimiento se une a la conciencia”.


La cuestión de la IA es una cuestión antropológica

El prefecto insiste, por tanto, en la necesidad de “reforzar una antropología integral que inscriba a la persona humana en el centro de los principales procesos de civilización”. La invitación es a una mayor inversión en la formación de cada individuo para “desarrollar el potencial cognitivo, creativo, espiritual y ético, y contribuir así, de manera cualificada, al bien común”.

Lo que también subraya el cardenal es que las universidades, y las universidades católicas en particular, “no viven para sí mismas, como si fueran burbujas impermeables de la realidad”. No estamos, por tanto, ante mundos separados de la sociedad, afirma, y por eso debemos actuar para poner en marcha prácticas de colaboración para un encuentro generativo de personas y culturas. Esto requiere inteligencia creativa, señala, pero también un discernimiento que no puede ser parcial, ni improvisado, sino sólidamente basado en los propios valores. Y aquí vuelve a llamar a apoyar lo que Francisco, ya durante su visita a Cagliari en 2013, instó a leer la realidad evitando aprisionarse en ideologías y a vivirla sin miedos, sin huidas y sin catastrofismos.


Formación en algor-ética

En este punto, el prefecto cita a Platón que, en el Fedro, se explayó sobre las razones opuestas de los partidarios del paso de la oralidad a la escritura y los detractores. Por un lado, el temor al olvido de las almas y, por otro, la confianza en una mejora de la memoria colectiva. Volviendo a la actualidad, el cardenal portugués reitera que la entrada de las universidades católicas, en una época marcada por el impacto, en gran medida aún por descubrir y regular, de la inteligencia artificial, nos obliga a un delicado ejercicio de responsabilidad.

Concluye -repitiendo lo dicho por el Papa en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida en 2020- que existe una dimensión política en la producción y uso de la llamada Inteligencia Artificial, que no se refiere sólo a la distribución de sus beneficios individuales y abstractamente funcionales. En otras palabras: no basta con confiar en la sensibilidad moral de quienes investigan y diseñan dispositivos y algoritmos, sino que es preciso crear cuerpos sociales intermedios que garanticen la representación de la sensibilidad ética de usuarios y educadores… En este sentido, habla de una nueva frontera que podría llamarse “algor-ética”.


Desafíos en la aplicación de la inteligencia artificial

El Rector de la Universidad del Sagrado Corazón, Franco Anelli, también habló de esperanza. Recordando la rapidez con la que, sobre todo durante la pandemia, las tecnologías han irrumpido en los distintos campos de la enseñanza y de la investigación sanitaria, y más allá, reiteró la necesidad de no tener miedo, confiando en la capacidad de construir un nuevo sistema. Mirar al año que viene -cuando se cumpla un siglo del nacimiento de la Federación Internacional de Universidades Católicas– significa también prepararse para saber cómo implementar las mejores prácticas de las universidades con el mundo de la IA.

Zlatko Skrbis, presidente de SACRU, repasó cómo la tecnología de la IA es crucial en los campos de la genética, los estudios medioambientales, la biología y la lucha contra el cambio climático. “Se abren puertas a colaboraciones en todos estos campos”, señaló, haciendo hincapié también en cómo puede crear más inclusión en la formación de personas con discapacidad, por ejemplo. En cualquier caso, la convicción que ha surgido es que la IA contribuye a construir sociedades más sostenibles en las que no es tan cierto que el trabajo desaparezca, sino que puede potenciarse con la introducción de nuevos perfiles y profesionalidad. Detener estos procesos es ya imposible.

LEER. Discursos y presentaciones del Coloquio Internacional SACRU sobre IA

VIDEO. Estudio 9: Video del Papa. La inteligencia artificial (2020)

IA en el Mensaje del Papa para la 57ª Jornada Mundial de la Paz

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral presentó el tema del Mensaje del papa Francisco para la próxima Jornada Mundial de la Paz, que será el de “Inteligencia Artificial y Paz”, y se celebrará el 1º de enero de 2024. En un comunicado difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el dicasterio señaló los “avances notables realizados en el campo de la inteligencia artificial” y cómo “están teniendo un impacto cada vez mayor en la actividad humana, la vida personal y social, la política y la economía”.

En este contexto, el Papa llamará “a un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de posibilidades disruptivas y efectos ambivalentes”. Francisco va a subrayar la importancia de estar “vigilantes” mientras se trabaja, “para que no se arraigue una lógica de violencia y discriminación en la producción y uso de esos dispositivos, a expensas de los más frágiles y excluidos”, así como “la injusticia y las desigualdades alimentan los conflictos y los antagonismos”.

El Mensaje tocará también la imperiosa “necesidad de orientar el concepto y uso de la inteligencia artificial de manera responsable”, apuntando “a ponerla al servicio de la humanidad y la protección de nuestra casa común”. Esto no será posible sin extender “esa reflexión ética” a los campos de la “educación y el derecho”.

El comunicado concluyó afirmando cómo “la protección de la dignidad de la persona, y la preocupación por una fraternidad efectivamente abierta a toda la familia humana”, representan “condiciones indispensables para que el desarrollo tecnológico ayude a contribuir a la promoción de la justicia y la paz en el mundo”.

Cada 1º de enero, solemnidad de Santa María, Madre de Dios, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Paz. La recurrencia fue instituida por el papa san Pablo VI en 1967, instituyendo una larga tradición de mensajes del Obispo de Roma, exhortando a todas las personas a reflexionar sobre temas importantes en relación con la obra de construcción de la paz.

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Fuentes

Vatican News (2) / America Magazine / Videos: Rome Reports – Vatican Media / Imagen: Getty Images

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