Mundial en Catar: Iglesia, derechos humanos y choque cultural

9:00 a.m. | 24 nov 22 (VN/UCA).- Desde su designación -en el 2010- como sede para la Copa Mundial de Fútbol que se desarrolla en estos días, Catar ha estado rodeado de polémicas. Además del gran caso de corrupción en la FIFA, se llevan años señalando la falta de cuidado por los derechos humanos, que se expresa sobre todo en los migrantes y atroces condiciones laborales. También se ha observado esa discriminación hacia mujeres, personas LGBT y periodistas, además del gasto desmesurado en la organización de la competencia. Desde diferentes instancias de la Iglesia se ha manifestado preocupación e iniciativas considerando estas problemáticas, y algunos medios también se han interesado en dar a conocer la comunidad católica que vive en Catar.

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Catar: los derechos humanos, en fuera de juego

Desde que la FIFA decidió en 2010 celebrar en Catar su campeonato más significativo, la Copa del Mundo, no han dejado de sucederse las manifestaciones contra la forma en la que en esta región de la península arábiga, que tiene la tercera reserva mundial de gas natural, con el gobierno absolutista de la familia Al Thani a la cabeza, pisotea los derechos humanos, especialmente de los migrantes que han acudido en estos años al país.

Junto a los indicios de corrupción en el proceso de selección de la sede de esta 22ª edición del campeonato mundial, desde el primer momento son muchas las plataformas sociales que no han ocultado su preocupación por que Catar, un país donde se mantiene la pena de muerte para los homosexuales, sea el lugar idóneo para una competición con tanta repercusión. A esto, enseguida se ha sumado el hecho de que el país ha estado en el foco de la inteligencia internacional por las condiciones laborales de los trabajadores migrantes. Aspectos para los que la Familia Real y la organización del campeonato no han dado respuestas muy satisfactorias y se han conformado con decir que las informaciones son bulos.


Sistema de esclavitud

Sin duda alguna, la situación de los trabajadores extranjeros ha sido el elemento crítico que ha hecho despertar a la comunidad internacional. Un completo informe de la Fundación para la Democracia denuncia que más de 7.000 trabajadores han muerto en las obras de este mundial, entre estadios, red ferroviaria, hoteles, centros de convenciones. Lo que supone un promedio de 12 vidas perdidas a la semana desde 2010. La mayoría de los trabajadores proceden de Nepal, India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka.

El presidente de esta fundación, Guillermo Whpei, que ha hecho un seguimiento continuo de la problemática, está satisfecho por la “visibilidad” que los medios han dado al informe, a pesar de ser un tema que “muchos prefieren esconder”. También explicó a la revista Vida Nueva que “en 2018 le presentamos el informe al papa Francisco, que demostró su interés y preocupación sobre el tema”. Y no solo interés. Al conocer de boca de Whpei estas vejaciones contra los derechos humanos, el Pontífice argentino se habría mostrado horrorizado. Acto seguido, escribió una carta de puño y letra para el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, donde abordaba esta lacra. Hasta ahora, no ha trascendido que Infantino respondiera o tomara cartas en el asunto.

En esta previa a que el balón comience a rodar, el presidente de la fundación espera “que todo el planeta sepa que esta vez el Mundial se jugará en estadios manchados de sangre. Miles de trabajadores migrantes han perdido la vida para el disfrute de unos pocos… Este es el Mundial de la vergüenza”, denuncia.


Tibias mejoras

Si bien reconoce que ha habido “tibias mejoras” de última hora, reclama que, para los dirigentes cataríes, “hecha la ley, hecha la trampa”, ya que, tras la presión internacional, “supuestamente se abolió el sistema del kafala, en el que los trabajadores quedaban a merced de la voluntad de un empleador, en una relación muy asimétrica”, pero se sustituyó por un sistema de visado que ha obligado a los trabajadores a pagar grandes sumas en el mercado negro. “Ahora, el trabajador le paga mensualmente al revendedor de la visa y sigue estando a merced de un sistema que no puede vencer. Un trabajador llega a pagar 3.500 euros a un reclutador para conseguir un trabajo que le dará un salario mensual de 285 euros”, relata, tachando la situación en Catar de auténtica “esclavitud”.

A pesar de esto no se esperan grandes boicots y se teme que los pocos derechos conseguidos en este tiempo se vayan con los futbolistas el próximo 18 de diciembre, al acabar el campeonato. “El fútbol es tan fuerte que moviliza al mundo, y es por eso por lo que el papel de la FIFA es clave. En vez de recomendar a las federaciones de todo el mundo que se centren en el fútbol, deberían pedirle al mundo que se centre en los derechos humanos. Ese es el desafío”.


Voces desde lo eclesial

Nadie niega el poder aglutinador del deporte rey para cualquier país en momentos de dificultad, su capacidad para convertirse en una válvula de escape ante la incertidumbre y la adrenalina que invita a soñar juntos. Sin embargo, esta legítima aportación no puede derivar en anestesia que lleve a ignorar el padecimiento de estos esclavos del siglo XXI. El disfrute de la mayoría no puede ser bajo ningún concepto la asfixia de unos pocos.

Lejos de mantenerse al margen, las plataformas sociales eclesiales llevan alzando la voz desde que se supo que el reino absolutista del Golfo Pérsico sería la sede. Pero los informes y las movilizaciones promovidas hasta hoy apenas han tenido eco y no han logrado frenar las agresiones y los abusos sufridos por los migrantes. Ni tan siquiera la mediación del Papa ante la FIFA, como promotora del evento, ha logrado un mínimo giro en defensa de estos hombres y mujeres oprimidos. En paralelo, la Iglesia que camina con el pueblo catarí ha salido al rescate a ras de suelo, convirtiéndose prácticamente en la única red en la que pueden descansar los migrantes.

“La Iglesia intenta apoyar el plan de Catar para el bienestar de los migrantes”

No es habitual que el vicariato apostólico de Arabia del Norte sea noticia; sin embargo, en poco tiempo ha recibido la visita del papa Francisco al país de Baréin y ahora el mundial de fútbol se celebra en Catar. El obispo administrador apostólico del vicariato, el capuchino Paul Hinder, explicó a la revista Vida Nueva los retos que estos acontecimientos han supuesto para la comunidad cristiana.

-¿Ha cambiado la comunidad cristiana del Vicariato en estos años con la llegada de migrantes para la construcción de infraestructuras para el Mundial? ¿Y la atención a los visitantes y delegaciones durante estos días?

La Iglesia católica de Catar, al igual que la de sus países vecinos, Bahrein y Kuwait, es una historia de continua evolución en forma y número. En Catar, concretamente, la Iglesia católica creció de forma masiva, pasando de funcionar en casas particulares a una escuela a mediados de los años 90, después de que el entonces emir Hamad bin Khalifa Al Thani aprobara la enmienda para la libertad de culto. Con el crecimiento constante del petróleo y los proyectos de infraestructuras públicas emprendidos por el Gobierno, también aumentó el número de inmigrantes que llegaban al país.

En 2008 se inauguró la primera iglesia católica de Catar, “Nuestra Señora del Rosario”, para que los fieles pudieran tener un lugar común de culto. Tiene capacidad para más de 2 mil fieles y es el templo católico más grande de los países del Golfo Pérsico. En la actualidad, la Iglesia católica está formada por entre 200.000 y 300.000 católicos que han hecho del país su hogar, ya que están empleados en varios proyectos que están construyendo la infraestructura pública del país.

Puede que no conozcamos del todo el número de nuevos migrantes que se han trasladado especialmente al país debido a los proyectos de infraestructura relacionados con la Copa del Mundo, sin embargo, el mensaje de la Iglesia a cada emigrante a lo largo de los años ha seguido siendo el mismo: “La Iglesia te da la bienvenida en el nombre de Cristo Jesús para rendir culto y tener una comunión significativa con la comunidad de fieles, a la vez que te ofrece un lugar de seguridad y comodidad lejos de casa”. Esperamos que todos los nuevos emigrantes sientan el calor y el amor que la iglesia les ofrece y reconozcan su apertura para aceptarlos.

-Algunas entidades internacionales se han preocupado por las condiciones laborales de estos trabajadores, ¿ha llegado esta preocupación al Vicariato?

El Vicariato, en cada misión que emprende, trata de dar apoyo y consuelo a su gente, tanto en lo espiritual como en lo posible, a partir de los donativos de quienes pueden. Los diversos ministerios que operan dentro de las iglesias particulares tratan de llegar a los pobres y marginados a través de campañas de campamentos para los trabajadores de la construcción y de las fábricas. Se organizan regularmente campamentos médicos gratuitos y campañas de recogida de alimentos para los necesitados. La Iglesia intenta apoyar de todas las maneras posibles el plan gubernamental más amplio para el bienestar de los migrantes y sus derechos humanos básicos.

Otro informe más y un grupo católico que busca justicia

El grupo de oración “Bread 4 Today” de la Congregación Redentorista de Oceanía publicó en su canal de YouTube un vídeo titulado “World Cup Prayer” (Oración por la Copa del Mundo), en el que se habla de los abusos a los trabajadores migrantes, de la discriminación de la comunidad LGBTQ y de las emisiones de CO2. La oración, publicada el 19 de noviembre, incluye palabras de solidaridad del grupo hacia los trabajadores migrantes maltratados y se promueve ahora en las redes sociales con el hashtag #PayUpFIFA.

La campaña de oración se lanzó días después de que Human Rights Watch (HRW) publicara un informe para señalar los abusos cometidos contra los trabajadores migrantes en Catar. “Con el inicio de la Copa del Mundo, los trabajadores migrantes y sus familias, los jugadores y los aficionados sentirán el terrible peso del coste humano del torneo”, declaró Michael Page, subdirector de Oriente Medio y Norte de África de Human Rights Watch. El funcionario también señaló que la FIFA no ha compensado a los trabajadores a pesar de obtener miles de millones de dólares en ingresos.

Citando el informe de investigación de 2021 de The Guardian, HRW afirmó que entre 2010 y 2020 se produjeron más de 6.751 muertes en Catar de personas procedentes de cinco países del sur de Asia, que no fueron clasificadas ni por su ocupación ni por su trabajo. En el periodo 2010-2020, el 69 por ciento de las muertes de trabajadores migrantes eran de India, Nepal y Bangladesh. El informe destacó que en muchos casos las muertes de los trabajadores migrantes se atribuyeron a “causas naturales” como paros cardíacos, insuficiencias respiratorias y enfermedades que hacen imposible entender si las muertes se debieron a las condiciones de trabajo.

En un informe de octubre de 2022, HRW afirma que se han producido 11 casos de malos tratos durante la detención de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales entre 2019 y 2022. En él se afirma que las fuerzas del Departamento de Seguridad Preventiva de Catar han detenido arbitrariamente a personas LGBT y las han sometido a malos tratos durante su detención, incluidos seis casos de “palizas graves y repetidas y cinco casos de acoso sexual bajo custodia policial entre 2019 y 2022”.

Los ecologistas también han expresado su preocupación por las emisiones de carbono y el impacto medioambiental que creará la gran huella de carbono que dejará la infraestructura. En su informe, la FIFA estima que la Copa Mundial de 2022 producirá hasta 3,6 millones de toneladas de dióxido de carbono… (click aquí para leer artículo completo).

LEER. Mundial de Catar: el mundo por fin habla de “blanqueamiento deportivo”

¿Choque cultural? Catar y la fiesta del Mundial

Los organizadores de la Copa del Mundo dicen que todos son bienvenidos durante el torneo. Los extranjeros ya superan a los ciudadanos en 10 a 1 en Catar. Algunos cataríes son liberales y están abiertos a mezclarse con los extranjeros. Muchos están encantados con el torneo. Pero los grupos de derechos humanos han expresado su preocupación por la forma en que la policía tratará las infracciones de los aficionados extranjeros a las leyes islámicas que penalizan la embriaguez pública, las relaciones sexuales fuera del matrimonio y la homosexualidad… (click aquí para leer artículo completo).

Información adicional
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Fuentes

Revista Vida Nueva (2 y 3) / UCANews / Religion News Service / Fotos: Ali Haider (EFE) – Amnistía Internacional

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Buena Voz

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