Siria: 10 años de una pesadilla que no termina
7:00 p.m. | 20 mar 20 (CW/VTN).- La actualidad del conflicto en Siria ha pasado desapercibida a causa de la pandemia causada por el coronavirus. Sin embargo, la realidad es que Siria está resistiendo su décimo año de guerra civil en un momento crítico: la región noroeste de Idlib -uno de los últimos bastiones opositores al gobierno de Al Assad- ha quedado en ruinas, viendo una tercera parte de sus edificaciones destruidas. Esta crisis humanitaria está en uno de sus peores momentos, acentuada por la cruda violencia contra civiles y un movimiento imparable de refugiados, entre ellos miles de niños desplazados cada día en los últimos tres meses.
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Ha sido el fuego de la coalición de las tropas de Al-Assad (Damasco), las fuerzas aéreas rusas y las milicias terrestres respaldadas por Irán, que iniciaron los ataques para recuperar Idlib. En respuesta, Turquía, que apoya a las milicias rebeldes, exigió que Siria y sus aliados retiraran sus fuerzas de las zonas que habían sido designadas como zonas de distensión para fines de febrero.
Siria hizo caso omiso del ultimátum, y la “guerra dentro de la guerra” resultante ha tenido consecuencias desastrosas: casi un millón de civiles han sido desplazados, algunos por segunda o tercera vez desde que comenzó el conflicto. Muchos están huyendo a Turquía, con la esperanza de encontrar refugio en Europa. El Subsecretario General de las Naciones Unidas ha calificado la situación en Idlib como “la mayor historia de horror humanitario del siglo XXI”.
ENLACE. Turquía obligará al Ejército sirio a abandonar la zona de distensión de Idlib en febrero
https://mundo.sputniknews.com/oriente-medio/202002121090446782-erdogan-turquia-obligara-al-ejercito-sirio-a-abandonar-la-zona-de-distension-de-idlib-en-febrero/
El 5 de marzo, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan y el presidente ruso Vladimir Putin acordaron un acuerdo de alto el fuego, deteniendo lo que se pudo convertir en un conflicto directo. El acuerdo consolida los logros territoriales que el gobierno sirio obtuvo desde diciembre, incluido el acceso a carreteras vitales, lo que supone una gran pérdida tanto para Turquía como para los rebeldes (incluidos los grupos extremistas islamistas vinculados con Al-Qaeda).
El cese al fuego, que todavía se mantiene, ha concedido también una tregua a los civiles que sufren bajo los ataques sirios. Pero el hecho es que Assad está decidido a recuperar a Idlib, y cuando ataque, Turquía probablemente tratará de detenerlo.
ENLACE. Siria: lo necesario para entender la guerra sin pausa
¿Por qué Turquía, miembro de la OTAN con mayor poder militar sobre el terreno en Idlib que Siria o Rusia, aceptó un acuerdo tan desproporcionado? La respuesta tiene que ver con la crisis de los inmigrantes en ambas fronteras de Turquía. Cuanto peor es la situación humanitaria en Siria, más gente intenta cruzar la frontera este de Turquía.
Turquía ya ha acogido a 3,7 millones de refugiados, y siente la pesada carga operativa de una afluencia tan constante. Mientras tanto, en la frontera occidental de Turquía, los refugiados de Siria y otros lugares intentan cruzar a Grecia y al resto de Europa. Anticipándose a la avalancha de refugiados de Idlib, Turquía anunció el 28 de febrero que ya no cumpliría su acuerdo de inmigración de 2016 con la Unión Europea, en el que se comprometió a impedir que los migrantes entraran en Europa a cambio de fondos para acogerlos.
Los líderes europeos tienen razón al criticar a Turquía por utilizar a las personas que sufren como moneda de cambio, tal vez para atraer a Europa al conflicto en Siria. Pero Europa está lejos de ser inocente. El acuerdo de 2016 y otros similares han reducido drásticamente el número de migrantes que entran en Europa, pero a costa de “subcontratar” el problema a países con un historial deficiente en materia de derechos humanos, donde los migrantes suelen sufrir hambre, agresiones y falta de vivienda.
Como Turquía ha permitido la entrada de migrantes a Grecia, este país ha suspendido su proceso de asilo. La Unión Europea ha concedido ayuda de emergencia a Grecia para fortificar sus fronteras; en el anuncio, la Comisaria Europea Ursula von der Leyen calificó a Grecia de “escudo” de Europa, una elección de palabras muy controversial.
https://www.publico.es/internacional/refugiados-von-der-leyen-agradece-grecia-sea-escudo-ue-refugiados.html
https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2020-03-07/grecia-refugiados-von-der-leyen-turquia-frontera_2485848/
En una guerra caracterizada por el uso de armas químicas contra civiles y los ataques a hospitales, Assad ha dejado claro que considera prescindible la vida de los sirios. Mientras los residentes huyen de un Idlib destruido, el resto del mundo les da el mismo mensaje. Ahmad Yassin Leila, un hombre sirio cuya hija menor Iman murió congelada cuando se dirigían a la frontera turca, no lo pudo decir mejor: “A nadie le importa”.
No al décimo año de atrocidades en Siria
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres habla de la repetida “crueldad” y de las sistemáticas violaciones a los derechos humanos en la guerra en Siria, y pide que se vuelva a un proceso de paz. Para la OMS no es aceptable el número de ataques a instalaciones sanitarias. Entrevista con Germano Dottori, experto en geopolítica.
“Hemos visto horribles atrocidades, incluyendo crímenes de guerra”, dice el Secretario General de las Naciones Unidas, clamando que “no haya impunidad”. Al comienzo del décimo año de guerra en Siria, el 15 de marzo, Guterres subrayó que “las medidas para poner fin al sufrimiento del pueblo sirio son bien conocidas, pero deben adoptarse”.
En primer lugar, el protocolo adicional del 5 de marzo al memorando sobre la estabilización de la situación en la zona de Idlib, acordado entre Rusia y Turquía, debe conducir a una cesación duradera de las hostilidades que allane el camino para una cesación del fuego nacional permanente. Guterres reitera: “Las partes deben volver al proceso político facilitado por las Naciones Unidas, que sigue siendo la única forma viable de poner fin al conflicto y ofrecer una paz duradera a la población”.
Para analizar las razones del conflicto, las implicaciones para el área regional, el papel de las potencias extranjeras implicadas y el peso de la crisis humanitaria, entrevistamos a Germano Dottori, profesor de Estudios Estratégicos de la Universidad de Luiss:
Un conflicto en muchos frentes
En marzo de 2011 comenzaron las primeras manifestaciones públicas contra el gobierno en Damasco, que luego se convirtieron en disturbios en todo el país y luego en una guerra civil. Las fuerzas del autodenominado Estado Islámico fueron contenidas entre 2017 y 2018, pero las armas no se detuvieron. La crisis siria sigue siendo una de las mayores crisis del mundo, con seis millones de desplazados internos y más de cinco millones de sirios registrados como refugiados en los países vecinos, Turquía, el Líbano, Jordania, el Iraq y Egipto. Alrededor de un millón han llegado a Alemania y varios miles a otros países europeos.
El interminable sufrimiento de la población
El secretario de la ONU lo llamó “una crisis humanitaria de proporciones monumentales”. Basta decir que el servicio de salud ha sido destruido: más de la mitad de las instalaciones están completamente fuera de servicio. En algunas zonas del país, los centros de salud en general siguen siendo los lugares menos seguros porque son constantemente blanco de ataques aéreos y bombardeos.
Así lo subraya la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala que “los datos sobre los ataques a los servicios de salud en Siria son un triste testimonio de la flagrante falta de respeto por el derecho internacional humanitario y la vida de los civiles y los trabajadores de la salud”. Richard Brennan, Director Regional de Emergencias de la Oficina de la OMS en el Mediterráneo Oriental habla de 500 ataques a instalaciones sanitarias en cuatro años.
Entre 2016 y 2019, dos tercios de los ataques, 337, se registraron en el noroeste de Siria, entre las últimas zonas del país que no están bajo control gubernamental. Fueron las ciudades de Idlib, Alepo y Hama las que sufrieron más destrucción, señala la OMS. El noroeste de Siria también tiene el mayor número de muertes en los últimos cuatro años, con más de 300 muertes de un total de 470.
Además, 1000 personas resultaron heridas y discapacitadas por los ataques en toda Siria entre 2016 y 2019. La OMS cree que, “de todos los conflictos armados del mundo, Siria ha sido durante años uno de los peores ejemplos de violencia que afecta a la atención de la salud”. Lo que también es preocupante, según la OMS, es que ha llegado al punto en que los ataques a la salud, que la comunidad internacional no debería tolerar, “se consideran ahora normales”.
Incluso, las Naciones Unidas han calculado que más del 83% de la población vive ahora permanentemente en una pobreza grave, con un desempleo del 57% y alrededor de 12 millones de personas sin ninguna fuente de ingresos.
El dramático capítulo en la provincia de Idlib
La última ofensiva fue lanzada por el presidente sirio Assad y su aliado ruso Putin en la región de Idlib, en el noroeste del país, lo que provocó una reacción de Turquía. La tensión es máxima precisamente porque en las últimas semanas algunas de las alianzas contra los rebeldes han saltado al terreno: las fuerzas turcas han atacado a las mismas fuerzas sirias que hablaban de traspasar la frontera establecida para la zona de desescalada.
En Idlib, Siria, hay una guerra entre las potencias regionales
Desde el pasado mes de diciembre, se estima que hay alrededor de 1,3 millones de personas desplazadas que han huido para tratar de entrar en Turquía. En cuanto a la situación de los centros de salud, dos hospitales de la gobernación de Idlib fueron atacados hace sólo dos semanas, y la violencia causó la lesión de cuatro trabajadores de la salud y la suspensión de los servicios. Con tanta violencia en el noroeste de Siria, sólo la mitad de los 550 centros de salud permanecen abiertos debido a la inseguridad, a los daños causados por ataques anteriores y a las amenazas de ataques futuros.
Siria tras 10 años de guerra. UNICEF: los niños son los que más han sufrido
“Es ahora más urgente que nunca poner fin a la violencia en Siria y mejorar el acceso en todo el país”, es el reclamo que los directores de UNICEF y PMA hacen tras su visita conjunta en Siria. El conflicto en el país de Oriente Medio entra en su décimo año desde su inicio.
En Idlib, la situación de los niños y las familias es muy crítica. En los últimos tres meses, más de medio millón de niños han sido desplazados, un promedio de 6.000 por día. Mientras tanto, en el noreste del país, miles de niños siguen sufriendo en los campamentos de desplazados, privados de los servicios más básicos a pesar de los importantes esfuerzos de los asociados humanitarios. Alrededor de 28.000 niños de más de 60 países, entre ellos 20.000 del Iraq, permanecen varados en el campamento de Al Hol, rechazados por sus gobiernos y marginados por sus comunidades.
En una reunión con funcionarios gubernamentales, los dos directores pidieron, ante todo, la protección de los niños, la infraestructura civil y el cese de las hostilidades en el noroeste. Asimismo, renovaron su compromiso para seguir apoyando a los niños y familias más vulnerables de Siria proporcionándoles servicios básicos, señalando que son cerca de 11 millones de personas, incluidos 5 millones de niños, los cuales necesitan asistencia humanitaria.
El Papa: “Que el Covid-19 no nos haga olvidar a los sirios que huyen de la guerra”
El Obispo de Roma agradeció de corazón por el esfuerzo que toda la población está haciendo para afrontar la pandemia provocada por el coronavirus y sobre todo, para evitar su propagación, pero también dijo que esta situación de crisis no debe hacer que nos olvidemos de nuestros hermanos que huyen de la guerra en Siria. “Pero no quisiera que este dolor, esta epidemia tan fuerte –precisó el Pontífice– nos haga olvidar a los pobres sirios, que están sufriendo en la frontera entre Grecia y Turquía: un pueblo que ha sufrido durante años. Deben huir de la guerra, del hambre, de las enfermedades. No olvidemos a los hermanos y hermanas, tantos niños, que están sufriendo allí”.
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Fuentes:
Commonweal / Vatican News / Foto: El Mundo