Obispos de África claman por la paz y por frenar la fuga de jóvenes

8:00 a m| 5 set 18 (VI).- En el encuentro más importante de obispos de África Oriental se hizo enfásis en la búsqueda de soluciones para detener la fuga de los jóvenes que abandonan sus países buscando mejores condiciones o simplemente tratando de salvarse la vida. También se reiteró el pedido urgente por impulsar procesos de paz y reconciliación en una de las zonas de África más afectadas por conflictos, guerras civiles y sangrientas dictaduras, problemáticas que se vinculan con el éxodo y radicalización de jóvenes. Por último, se recordó la importancia del compromiso de la evangelización en una región donde aumentan los bautizados católicos, pero que corre el riesgo de perder el desafío de vivir los valores en la vida cotidiana.

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Concluyó en Adis Abeba la plenaria de la Asociación de las Conferencias Episcopales del África Oriental (Amecea), el ente que engloba las Conferencias de Eritrea, Etiopía, Kenya, Malawi, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia (con las afiliaciones de Gibuti y Somalia).

Reunidos del 14 al 23 de julio, los representantes de las Iglesias católicas de toda la zona este (también participaron como invitados exponentes de las Iglesias hermanas), pusieron en marcha una reflexión profunda sobre el estado de la fe en la región y en el resto del continente. Los obispos, que se dicen “entristecidos por la realidad de la disonancia de la fe cristiana y de los valores del Evangelio entre nosotros los cristianos”, llamaron a todos los fieles a una nueva evangelización de sus pueblos.

En la declaración final indicaron vías concretas para los próximos años, con el objetivo de afrontar las diferentes y dramáticas situaciones de guerra, divisiones étnicas o pobreza endémica, y frenar los trágicos fenómenos de la migración forzada, del cambio climático (que en África extiende sus devastadores efectos de manera espantosa), de la corrupción y del peligro de la difusión de tendencias radicales que millones de jóvenes desilusionados sufren.

La Iglesia de África Oriental ha querido expresar también su apoyo a los dos procesos de paz que se están llevando a cabo en la zona: uno entre Etiopía y Eritrea y otro en Sudán del Sur, que precisamente durante los días en los que se llevó a cabo la asamblea vivió progresos alentadores. En Adis Abeba, además de la plenaria de la Amecea, se verificó un evento histórico: Isaías Afewerki, presidente de Eritrea (famoso por sus políticas dictatoriales y despóticas), se reunió con el primer ministro Abiy Ahmed en una capital engalanada con banderas para celebrar el Acuerdo de paz firmado en Asmara el 9 de julio pasado, que todos esperan cancele décadas de conflictos y tensiones.

La Asamblea, que se reúne cada cuatro años, indicó las líneas guía pastorales y sociales (redactadas en un largo documento final) y renovó la cúpula que estaba por concluir su mandato. El presidente de Amecea, el cardenal Berhaneyesus Demerew Souraphiel, arzobispo de Addis Abeba, dejó su puesto a monseñor Charles Kasonde, obispo de Solwezi, Zambia. El padre Anthony Makunde, de la diócesis tanzaniana de Mbeya, en cambio, heredó el puesto de secretario general que antes cubría el padre Ferdinand Lugonzo. Este último, en una conversación telefónica con Vatican Insider, respondió a algunas preguntas. “Estoy enormemente satisfecho de la manera en la que se llevó a cabo esta asamblea plenaria, puesto que participaron muchos representantes, y algunos no católicos. Esto demuestra la voluntad de comunión entre nuestros pueblos, para llegar juntos a objetivos muy importantes”.

-¿Cuáles fueron los puntos más importantes afrontados en la asamblea?

La asamblea siguió de cerca los tantos problemas que vive la región. Desgraciadamente, el África Oriental vive muchas tensiones y conflictos sangrientos, y la plenaria sintió la urgente necesidad de afrontar el tema. Estos conflictos provocan migraciones forzadas y los dramas consecuentes. La Iglesia se hace cargo de estas emergencias y quiere entrar en ellas, trata de resolver los problemas, ofrecerse como mediadora.

-Sus países, además de ser famosos por los conflictos, también lo son por acoger a millones de refugiados…

Es cierto. Uganda, Etiopía y Kenya son algunos de los países del mundo que reciben al mayor número de prófugos, y, en la acogida, la Iglesia desde siempre juega un papel fundamental. Salimos de esta plenaria convencidos de que el camino de la cercanía para los refugiados es cada vez más necesario. Y al mismo tiempo estamos felices por los procesos de paz en Etiopía y Eritrea o en Sudán del Sur, que precisamente en estos meses están dando resultados inesperados. En la resolución final se especifica que la Iglesia debe afrontar los conflictos y las migraciones forzadas y cómo se puede ofrecer apoyo para los procesos de pacificación.

-El documento final abarca muchos compromisos. ¿Cuáles pasos hay que seguir para su implementación?

Habrá que concentrarse en la necesidad de desarrollar una diversidad vibrante, una dignidad equitativa y una unidad pacífica. Para cada uno de los equipos que trabajaron en los días de la asamblea, los obispos representantes se ocuparon de redactar las resoluciones que indican caminos concretos que hay que seguir. Al nuevo secretario general le espera, como primera tarea, seguir el desarrollo y favorecer la implementación. Las resoluciones pretenden formar las conciencias y cambiar la realidad.

-¿Cómo participa la Iglesia del África Oriental en los procesos de paz?

En Sudán del Sur algunos obispos están directamente involucrados en las negociaciones. Durante la asamblea insistimos en ofrecer apoyo directo. Las autoridades, por el momento, han querido involucrar a la Iglesia solo de manera limitada. Esperamos poder hacer más en el futuro. En relación con Etiopía y Eritrea, el obispo Tesfaselasia Mdhin de la Eparquía etíope de Adigrat, sigue desde hace tiempo el proceso de paz. De cualquier manera, apoyar estos caminos de esperanza y reconciliación es, para nosotros, un objetivo fundamental.

-¿Sienten la cercanía del papa Francisco?

Para nosotros el Papa, que envió un mensaje apasionado y de gran apoyo, es un punto de referencia fundamental. Ha visitado dos países de nuestra región: Uganda y Kenya, y sigue de cerca nuestras situaciones. Hemos citado en muchas ocasiones lo que él repite desde siempre: la atención por el medio ambiente, por los jóvenes y la necesidad de ser cada vez más agentes de paz.

 

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Fuente:

Vatican Insider

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