Jornada mundial del Refugiado: Estar de lado de los perseguidos

9:00 a m| 28 jun 17 (AGENCIAS/BV).- “El encuentro personal con quien huye de las guerras y miserias disipa miedos e ideologías distorsionadas, y se convierte en factor de crecimiento en humanidad, capaz de hacer espacio a sentimientos de apertura y a la construcción de puentes”. Así lo explicó el Papa, hablando de la Jornada mundial del Refugiado, iniciativa de las Naciones Unidas. Este año lleva como tema: “Con los refugiados. Hoy más que nunca debemos estar de parte de los refugiados”. Esta jornada se centra en las mujeres, hombres y niños que huyen de conflictos, violencia y persecución.

También se difundieron mensajes del Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin y del presidente de la Fundación Ratzinger, P. Federico Lombardi SJ, quienes participaron como expositor y moderador respectivamente en el coloquio titulado “Refugiados, la humanidad no se detiene”, promovido por el Centro Astalli en la U. Gregoriana de Roma, también con ocasión de la Jornada Mundial del Refugiado. Parolin subrayó la necesidad que la comunidad internacional se pregunte cómo asegurarles a los refugiados la protección que necesitan, mientras que Lombardi pidió que no se hable de “flujos migratorios” sino de “rostros humanos”.

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Apoyo de Francisco a la Jornada mundial del Refugiado: “Una oportunidad de encuentro fraterno”

Tras rezar la oración mariana del Ángelus el domingo 18 de junio, solemnidad del Corpus Christi, el Papa centró su mensaje en la próxima Jornada mundial del Refugiado promovida por Naciones Unidas, y que este año lleva como tema “Con los refugiados. Hoy más que nunca debemos estar del lado de los refugiados”.

Inmersos en un contexto social donde la crisis migratoria aumenta cada día más, forzando a millones de personas a abandonar sus países de origen a causa del hambre, la guerra y la pobreza; el santo padre señaló que en esta Jornada también “recordamos con la oración a todos aquellos que han perdido la vida en el mar o en los extenuantes viajes por tierra”.

“Sus historias de dolor y esperanza”, continuó diciendo Francisco, “pueden convertirse en oportunidades de encuentro fraterno y de auténtico conocimiento recíproco”; un encuentro que venza los miedos y prejuicios sociales ante la realidad de los refugiados y que sea capaz de “hacer espacio a sentimientos de apertura y a la construcción de puentes”.

En un mundo donde la violencia obliga a miles de familias a abandonar sus hogares, es el momento de demostrar que “todos estamos con los refugiados”. Así lo comunica en su página web el orgnanismo de las Naciones Unidas para los refugiados, artífice de esta campaña que cada año busca crear una mayor “conciencia social”, pidiendo a gobiernos y entes colaboradores que cumplan con su deber en relación a los 65,6 millones de personas que se encuentran en esta crítica situación.

Y éste es precisamente el sentido de la Jornada Mundial del Refugiado, apoyada por el Papa, para conmemorar la fuerza, valor y perseverancia con la que luchan a diario estas personas para sobrevivir. Tal y como lo expresa el comunicado de la ONU, “esta celebración nos brinda la oportunidad de mostrar nuestro apoyo a las familias que se han visto obligadas a huir”.


Parolin: “También quien escapa de la pobreza es un migrante forzado”

“También quien huye de la pobreza es un migrante forzado y la comunidad internacional debe preguntarse sobre cómo asegurarles la protección que necesitan”. Es lo que ha afirmado el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, durante el encuentro organizado por el Centro Astalli en la Universidad Gregoriana de Roma en ocasión de la Jornada mundial del Refugiado titulado: “Refugiados: la humanidad no se detiene”. Junto al purpurado estuvieron presentes Ferruccio De Bortoli, el padre Federico Lombardi SJ, el presidente del Centro Astalli, padre Camillo Ripamonti. El encuentro fue inaugurado por el actor Marco Baliani y una refugiada venezolana Melanny Hernández leyó un mensaje.

Entre las causas de los grandes flujos migratorios de este momento histórico, el cardenal ha indicado los “oscuros diseños geopolíticos y lazos entre planos hegemónicos, financieros y comerciales, comercio de materias primas y de armas, con el control de la criminalidad, corrupción, violencia y connivencia que los hacen posible; los vínculos jurídicos y económicos no siempre equitativos entre las naciones han contribuido a propagar rápidamente la crisis financiera global”. La persistencia de muchos conflictos con la multiplicación de las víctimas civiles y la pobreza deben considerarse, según Parolin, los dos grandes problemas en el origen de la crisis migratoria, cuya solución sólo puede llegar a nivel mundial, con un papel cada vez mayor de las Naciones Unidas y la comunidad internacional.

El cardenal destacó el mensaje que el Papa lanzó a Europa, el de recuperar una dimensión fundamental del continente, o lo que es lo mismo, saber integrar “aprendiendo a unir las diferentes culturas; la identidad europea ha sido siempre dinámica y multicultural”, un hecho que necesitamos tener presente “para afrontar desafíos y dificultades que se nos presentan”, el objetivo es de hecho, a dicho Parolin, “transformar las diferencias no en conflictos sino en enriquecimientos recíprocos”.

El cardenal recordó que las migraciones son “fuentes de grandes violaciones de derechos humanos”, mientras otro tema es el debilitamiento de la protección internacional. Además “la acción humanitaria a menudo se desaconseja”, recordó el ex director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, quien añadió: “Lo que está delante de nosotros” para ser un futuro digno deberá ser un futuro “donde la ciudadanía no sea excluyente, sino incluyente y acogedora”.

El cardenal señaló que en los últimos años en realidad “los conflictos están reduciéndose pero aumentan las víctimas civiles, asistimos a conflictos que transcurren con total indiferencia respecto a la vida humana, los conflictos de hoy en día pueden ser menores en número, pero tienen un impacto más profundo sobre los pueblos”, en este sentido recordó el caso de Siria, donde un “asombroso 60% de antes de la guerra ahora se ha movido” y precisamente en relación con la crisis de Siria, la Santa Sede ha pedido específicamente y repetidamente “el cumplimiento de los derechos humanos” dado que hospitales, escuelas, edificios son atacados constantemente y de manera indiscriminada; una situación que ha incrementado el número de refugiados.

“La primera preocupación –ha dicho Parolin– debe ser la paz, y esto es un deber tradicional de la Santa Sede cuya acción negociadora y diplomática va en esta dirección”, también en las situaciones de crisis más complicadas. Como en el caso de Venezuela, “donde si bien teníamos conocimiento de las dificultades, la Santa Sede ha trabajado para frenar el conflicto interno” y por otra parte, ha dicho el Secretario de Estado, también el país sudamericano está conociendo el fenómeno de los refugiados, muchos van a Colombia o hacia otras naciones.

Sin embargo, ha dicho Parolin, existen señales de esperanza, entre estas “la creciente conciencia de la interdependencia entre los estados para hacer frente a cuestiones tales como la migración”, y las muestras de solidaridad y generosidad que están surgiendo, porque permanecen las preocupaciones y temores, pero también hay una generosidad muy extendida.

El Secretario de Estado ha recordado haber estado recientemente en Véneto donde se reunió con algunos alcaldes. Éstos le han contado sus miedos y el rechazo a la acogida por parte de distintas comunidades, sentimientos que han sido superados cuando se ha creado la posibilidad de un encuentro directo, de un intercambio personal. El Secretario de Estado vaticano ha destacado que cuando “llegan números elevados de refugiados la gente tiene miedo porque no hay contacto personal” por eso el modelo al que hay que dirigirse es el de la “integración extendida, la acogida extendida”.

Parolin se refería al modelo que Italia está intentado introducir pero que todavía no lo ha conseguido de modo eficaz, que es el de distribuir pequeños grupos de refugiados y migrantes en distintas localidades de la península para no perjudicar excesivamente a comunidades individuales.


Padre Lombardi: “Que la ciudadanía no sea exclusiva o excluyente”

“Un futuro digno es un futuro en el cual la ciudadanía no es exclusiva o excluyente sino factor para la construcción de una comunidad civil en la cual también los refugiados entran a formar parte”: lo subrayó el padre Federico Lombardi SJ, presidente de la Fundación Ratzinger, que el miércoles 21 de junio moderó el coloquio titulado “Refugiados, la humanidad no se detiene”, promovido por el Centro Astalli, en ocasión de la Jornada Mundial del Refugiado.

No se debe “hablar de flujos migratorios de manera abstracta, sino considerar, como nos pide el papa Francisco, los rostros, las historias, los sufrimientos, las experiencias y las riquezas de estas hermanas y hermanos nuestros” dijo el padre Lombardi.

El Centro Astalli es la sede italiana del Servicio de los Jesuitas para los Refugiados (Jesuit Refugee Service) la organización católica internacional activa en más de 40 naciones, cuya misión es acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados y desplazados. La Fundación Centro Astalli, nacida en el año 2000, tiene como objetivo principal contribuir a promover una cultura de acogida y de solidaridad, a partir de la tutela de los derechos humanos.


ONU, record de refugiados en 2016: 65,6 millones

En el año 2016 hubo 65,6 millones de refugiados entre aquellos que han abandonado sus propias casas, los evacuados internos y los que piden asilo. Es el nuevo triste record en tema de migración delineado por el UNHCR (Alto Comisariado para los refugiados), en la vigilia mundial de la Jornada Mundial por el Refugiado. Filippo Grandi, Alto comisario para los refugiados, dijo que tal número es inaceptable. Más que nunca, expresa la necesidad de solidaridad y de una finalidad común para prevenir y resolver las crisis”.

Presentando el informe preparado cada año por la Agencia, Grandi enumeró en detalle la cantidad: “El total de los refugiados, unos 330 mil personas más respecto al año pasado, supera la población de G. Bretaña (65,14 millones, Ndr). Esto significa que en la media el año pasado unas 20 personas por minuto fueron obligadas a escapar de sus propias casas, una cada tres segundos.

Si bien el aumento de los refugiados es apenas superior respecto al 2015, lo mismo no se puede decir si se compara con el de 2014: al menos 6 millones más. En total, en 2016 casi 10,3 millones de personas escaparon de zonas de guerra o de persecuciones: de éstas, unas 3,4 millones han superado las fronteras de Estados limítrofes, convirtiéndose a todos los efectos en refugiados.

Estando a los números recogidos a fines del año pasado, en el mundo 40,3 millones son los evacuados internos (o Internally Displaced People, Idp); 22,5 millones aquellos que piden asilo. Desde el punto de vista de la procedencia geográfica de los migrantes, Siria está a la cabeza con 5,5 millones (además de los 6,3 millones de evacuados internos), seguido por Afganistán (2,5 millones) y Sudán del Sur (1,4 millones).

El jefe de la Agencia ONU para los refugiados advirtió que el conflicto sirio, ya en su séptimo año, “se está convirtiendo en una crisis olvidada”, aún cuando las víctimas civiles son más de 320 mil. Otra situación alarmante, agregó, es la del Sudán del Sur, la crisis humanitaria y de evacuación más veloz a la cual se haya nunca contado.

Un discurso aparte merece la situación de los palestinos. En casi 70 años de ocupación por parte de Israel, son al menos 5,3 millones aquellos que viven como refugiados, o sea “el nivel más alto jamás registrado”. En concreto el representante de la ONU evidenció que la mayor carga de las migraciones, no obstante los reflectores estén apuntados sobre los desesperados que llegan cada día a las costas de Europa, es sostenida y pagada por los países más pobres. Al menos el 84% de los refugiados encuentra refugio en Turquía (que recibe 2,9 millones de personas), Líbano (más de un millón), Irán (979.400 migrantes), Uganda (940.800) y Etiopía (761.400).

Fuentes:

L’Osservatore Romano / Radio Vaticana / AsiaNews / Vatican Insider

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