Boschi y Maradiaga: Por una juventud comprometida con la política

10:00 p m| 10 may 17 (VI/BV).- Maria Elena Boschi, Subsecretaria de Estado de la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia, se presentó en la “universidad del Papa” (Lateranense) en un encuentro preparativo a la Asamblea del Sínodo 2018, dedicado a los jóvenes y su vocación. Boschi expresó un punto de vista “laico” y “político” sobre los desafíos que las nuevas generaciones deben afrontar y sobre las que apuestan las acciones del gobierno.

Principalmente se refirió al desafío del desempleo juvenil, que en Italia registra una tasa del 13,6% según el Instituto de Estadística nacional, o sobre los temores que “anestesian” a los jóvenes, cada vez más pegados a las pantallas de las computadores o de los teléfonos, que se asoman “a la realidad sin vivirla verdaderamente”. Equilibrando la intervención de la ministra, con un tono más “eclesial” e “internacional”, también tomó la palabra el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga.

—————————————————————————

Su llegada fue anunciada con un “tuit”: “Con los estudiantes de la @unilateranense para recordar que la política es valores, ideales, altruismo. Es construir el futuro”. Maria Elena Boschi, subsecretaria de la presidencia del Consejo italiano, se presentó el miércoles 27 de abril en la Pontificia Universidad Lateranense.

El otro expositor fue el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, y uno de los más estrechos colaboradores del Papa, pues pertenece al consejo de los nueve cardenales (el llamado “C9”) que lo ayudan en la reforma de la Curia y en el gobierno de la Iglesia universal. La atmósfera general en el Aula Magna era informal: tres sillones rojos dispuestos como en un set televisivo desde los que “la eminencia roja” y “la eminencia gris”, como los presentó Marco Tarquino, director del periódico italiano “Avvenire” (aunque al verla la “ministra Boschi no es para nada gris”, dijo), dialogaron entre sí como estudiantes de la Lateranense.

Boschi recordó su experiencia de catequista en la parroquia y como peregrina en las JMJ, citó la carta de don Mazzolari y de don Milani, “dos maestros del compromiso público y civil que me han acompañado en el crecimiento y en la carrera política”; relató sus estudios en la Universidad Católica que “avanzaban a la par que su pasión por el compromiso público”, que siempre desempeñó en el trabajo en asociaciones estudiantiles que apoyaban al entonces alcalde de Florencia Matteo Renzi, “que nos llevó a extender el proyecto a todo el país”.

Ese compromiso después desembocó en la “primera experiencia en el Parlamento y un año después en el gobierno”, con lo que se convirtió, de hecho, “en la política más joven de Italia”. Fue este, subrayó Boschi, “el signo de una estación en la que una nueva generación trató de hacer su parte para cambiar al país”, indicó.

“Es bello hacer política y espero que muchos de ustedes la hagan, sobre todo las mujeres”, prosiguió. La ministra afirmó que “las cosas pueden cambiar” en Italia, “a pesar de las dificultades y de los resultados no necesariamente positivos”. Lo importante es hacerlo juntos, “como comunidad”, porque el mayor peligro de hoy, para los jóvenes, es vivir como víctimas de las “nuevas soledades” y de los “nuevos temores”.

Estos derivan de varios fenómenos: “un futuro menos próspero del de la propia familia, la precariedad, el terrorismo, la comida poco saludable, los migrantes (un temor del que se aprovechan los que necesitan consenso político inmediato), y ahora también miedo de las vacunas. Miedos que —insistió— se estratifican y nos llevan a encerrarnos en casa, ocupándonos solo de la propia dimensión personal”.

En este sentido, dijo la ministra, “la política es una medicina”, pero también admitió el “desencanto” y la “desilusión” percibida con respecto a la política y a los políticos. “No es un problema relacionado con el tema de la casta, o con la cuestión de cuánto ganamos. Al respecto ya se han introducido diferentes medidas de rigor, pero la percepción es quien hace política está movido por intereses personales y no generales”. “Debemos tratar de invertir este proceso”, insistió Boschi, exhortando a los jóvenes a “tratar de ser protagonistas, de ponerse en juego”, sobre todo en esta época de “fake news” y de los 140 caracteres no es posible solo quedarse viendo: “debemos defender la verdad” y “no conformarnos con la respuesta más simple y viral”.

Lo importante es hacer todo sin perder la “ética”, dijo el salesiano Maradiaga, porque la ética “no es la camisa de fuerza que la Iglesia le pone a las personas”, sino una necesidad porque “cuando la ética se deja a un lado entra en juego la ley de la jungla”. El cardenal denunció: “cuando en algunos países se trata de reducir los impuestos a los más ricos y que paguen más los pobres es un error, no es un criterio ético”.

Y no lo es tampoco la manera en la que “se está deshumanizando el trabajo, reducido a una mercancía”, en la que el trabajador “es solo un objeto” que puede ser sustituido con un robot. El desafío, según el purpurado, es “vivir con dignidad sin recurrir a la violencia y a la corrupción”, que “no es una cosa de grupitos, sino que la vemos por todas partes”.

Reflexionando sobre la próxima Asamblea sinodal, Maradiaga se ve “optimista” porque “no será una más, sino un evento fundamental para los jóvenes, para transformar un mundo que parece perdido”. El Papa, refirió, “ha acogido muchas peticiones sobre el tema de la juventud” y ha recibido una gran respuesta por parte de las diferentes diócesis a las que se envió un sondeo preparatorio. Una decisión “no sociológica, sino vital”, puesto que, declaró el arzobispo hondureño, “no queremos responder solo a preguntas que vienen de nuestro cerebro, ni intercambiar nuestros conocimientos, sino profundizar verdaderamente la realidad de los jóvenes de hoy y responder a sus demandas”.

Y no solo de los jóvenes comprometidos en la pastoral juvenil o que van a la parroquia, sino “también de los alejados, de esos que nunca han venido, así como de los que están en la cárcel, en la droga o en el crimen organizado”. Todo ello a partir de una pregunta de fondo: “¿Qué hacer para que el Sínodo pueda ser una respuesta verdadera a los jóvenes que no tienen voz o a los que nunca les han dado una voz?”.

Fuente:

Texto tomado del Vatican Insider

Puntuación: 4.33 / Votos: 3

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *