Un Jubileo de la Misericordia que llegará a todos
8.00 p m| 8 set 15 (AGENCIAS/BV).- En el anuncio del año jubilar, el Papa afirmó que estaría centrado en la misericordia de Dios, y es así que nos invita a “ser misericordiosos como el Padre” (tema del jubileo), y a “encontrar en este Año Santo la alegría para volver a descubrir y hacer fecunda la misericordia, con la que todos somos llamados a dar consolación a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo”. En ese contexto, esta semana, Francisco envió una carta al arzobispo Fisichella, presidente del Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización, indicando algunos puntos clave para vivir la experiencia del Año santo como ocasión para “tocar con la mano” la ternura del Padre. “Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie”, escribió el Papa a Fisichella, quien además está encargado de organizar el Año Santo extraordinario.
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Francisco decidió convocar un Jubileo que es extraordinario no solo porque no sigue la periodicidad de los 25 años, sino por la decisión de vincularlo a un tema que atraviesa todo su magisterio. En la bula Misericordiae bultus, entregada el 11 de abril de este año, Francisco señaló que la inspiración para este Año Santo es la misericordia, “la viga que sostiene a la Iglesia”. Por ello sus esfuerzos en exhortar a que tome un nuevo entusiasmo y renovada acción pastoral hacia toda la humanidad de nuestro tiempo. De esa noción nace la iniciativa de celebrar un tiempo extraordinario de gracia, “porque ha llegado nuevamente para la Iglesia el tiempo de hacerse cargo del anuncio alegre del perdón”.
Entre los pasajes más significativos de la carta, destaca el dedicado a la situación de los presos. El Jubileo -subraya al respecto el Pontífice- “siempre ha sido la ocasión de una gran amnistía, destinada a hacer partícipes a muchas personas que, incluso mereciendo una pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad dando su contribución honesta”. El Papa Francisco desea que a todos los detenidos “llegue realmente la misericordia del Padre” y recuerda que ellos podrán obtener la indulgencia en la capilla de las cárceles. “Cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre -añade-, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa”.
Central en la carta es el pasaje dedicado a las mujeres que han vivido el drama del aborto. “Gravísimo mal” lo define el Pontífice, explicando, sin embargo, que “sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza” y recuerda que “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido”. De aquí la decisión de conceder a todos los sacerdotes durante el año jubilar “la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón”. En esta perspectiva el Papa Francisco invita a los sacerdotes a prepararse “para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia”.
No obstante, vale la pena aclarar que esta medida no es tan excepcional y única como algunos medios de comunicación han dado a entender. Ya sucedió así, por citar dos ejemplos recientes, en el Gran Jubileo del Año 2000 y en la JMJ 2011 Madrid. Además, es también necesario precisar que el pecado de aborto -durante el Año de la Misericordia y siempre el aborto seguirá siendo pecado- lo puede absolver cualquier confesor y que otra cuestión es la remisión de la pena de excomunión que conlleva el aborto. Esta, la pena, la pueden remitir todos los ordinarios (obispo, vicarios generales y episcopales y aquellos otros sacerdotes a quienes los obispos otorguen las correspondientes licencias) y el canónigo penitenciario de cada catedral de cada diócesis.
Por último, el Papa se dirige “a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X” (Lefebvrianos). Al expresar la esperanza de que “en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad”, el Pontífice dispone -“movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles” destaca- que “quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados”.
Enlaces recomendados:
– Bula de convocación del Jubileo: “El Rostro de la Misericordia”
– Carta del Papa Francisco a Monseñor Rino Fisichella
Fuentes:
L’Osservatore Romano / Vatican Insider