Otra iniciativa para limpiar las finanzas Vaticanas

Más transparencia a finanzas vaticanas

6.00 p m| 28 may 13 (CHIESA/BV).- Continúan los indicios de una mayor conciencia por mostrar transparencia y orden en las finanzas vaticanas. En los últimos días dos acontecimientos importantes han marcado la pauta: primero la presentación pública del primer reporte de la Autoridad de Información Financiera (AIF). Instaurado en el pontificado de Benedicto XVI, este organismo de control y planificación tiene la misión de acondicionar los procesos financieros de la Santa Sede a los estándares internacionales de prevención y lucha contra el lavado de dinero.

Segundo, el discurso que el Papa Francisco dirigió a los nuevos embajadores de países llamados “paraísos fiscales”. Con sus palabras condenó rotundamente la “tiranía invisible” de la especulación financiera.

En la presentación pública del informe de la AIF ante la prensa, el suizo René Brülhart, quien la dirige desde setiembre del 2012, ha insistido sobre el creciente compromiso de la Santa Sede a favor de la transparencia financiera y en oposición al blanqueo de capitales.

Según ha dicho Brülhart, el próximo diciembre, la Santa Sede presentará en la asamblea plenaria de Moneyval (el comité del Consejo de Europa que valora la adhesión de los países miembros a los estándares establecidos por el GAFI, el Grupo de Acción Financiera del Fondo Monetario Internacional) un segundo informe posterior al de julio de 2012, con la esperanza de obtener una mejor valoración. Con el informe del 2012 se subsanaron 9 de las 16 “recomendaciones fundamentales y decisivas” indicadas por el Moneyval.

Ha añadido que la AIF ha iniciado el proceso de ingreso en el Grupo Egmont, llamado así por el nombre del hotel de Bruselas en el que las unidades de inteligencia financiera de varios países se reunieron por primera vez en 1995. Ha enumerado los protocolos necesarios para el intercambio de información que la AIF ha estipulado con los organismos homólogos de varios países: el último, el 7 de mayo, con el “Financial Crimes Enforcement Network” de los Estados Unidos de América; los precedentes, con Bélgica, España y Eslovenia. Están aún en curso las negociaciones con otra veintena de países.

Respecto a los acuerdos de la AIF, hay que remarcar que ya no será necesario el visto bueno de la Secretaría de Estado Vaticana, requisito obligatorio tiempo atrás. Este escenario había sido duramente criticado por el cardenal Attilio Nicora y Ettore Gotti, en aquellos días presidentes del AIF y del Banco Vaticano respectivamente, que habían calificado aquella intromisión como una muestra de “una eficacia e independencia debilitadas”. Inspectores de Moneyval también se refirieron a este proceder como “un paso atrás” en el proceso de transparencia financiera de la Santa Sede.

Dos enmiendas que entraron en vigor el pasado 14 de diciembre han devuelto a la AIF, efectivamente, la autonomía de la que gozaba en la primera formulación de la ley 127. Una autonomía que es válida también en lo que concierne al control sobre el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, centro de las críticas, tanto dentro como fuera de la Iglesia, y del cual se espera el mayor saneamiento.


Una mirada al Instituto para las Obras de Religión

El IOR -que por cierto no concede préstamos de dinero- tiene actualmente en depósito, 6 mil millones de euros aproximadamente y 33.000 cuentas, de las cuales la mitad tienen como titulares a obispos y sacerdotes; devuelve cada año los propios beneficios al Papa, que los destina a obras de religión y de caridad.

Se ha anunciado que antes de que finalice el año 2013 el IOR tendrá su propio sitio web, en el que también aparecerá por primera vez el balance certificado del instituto. Sin embargo, su perfil no es impecable. La AIF ha identificado que en el 2012 se hicieron seis operaciones financieras sospechosas en el Vaticano, algunas de las cuales -según Brülhart- atribuibles al IOR. Y dos de estas seis operaciones han sido señaladas al promotor de justicia del tribunal de la Santa Sede, para que se investigue ulteriormente su relevancia penal.

Hay otras investigaciones en curso por parte de la magistratura italiana. Por este motivo, Brülhart ha dicho que se está llevando a cabo un “examen atento” de todas las cuentas del IOR para averiguar su regularidad,  informando que “tendremos resultados en los próximos meses”.

Brülhart no se ha pronunciado sobre el futuro del IOR. En las congregaciones que precedieron el último cónclave algunos cardenales habían avanzado la hipótesis de su cierre, pero esto ha sido prácticamente excluido por el sustituto secretario de Estado, Angelo Becciu, en la entrevista que concedió el pasado 30 de abril por indicación explícita del Papa.

En todo caso, se puede prever que para sobrevivir el instituto deberá no sólo hacer limpieza en sus cuentas, sino también efectuar profundas transformaciones, pues no tiene, en absoluto, buena salud: gestiona mal sus depósitos, ofrece escasos servicios además de intereses anuales muy modestos en promedio, del orden del 1,5%, inferior al de los bancos competidores en favor de los cuales está perdiendo su clientela.

Uno de estos bancos dedicados expresamente al mundo sin fines de lucro tanto laico como religioso, la Banca Prossima, del grupo Intesa San Paolo, ha abierto en Roma una notable sucursal precisamente frente a los muros vaticanos, como si se preparara a entrar dentro de ellos para sustituir al IOR. De hecho mientras años atrás entes religiosos de todo el mundo depositaban en el Banco Vaticano hasta el 80% de sus bienes en moneda, en la actualidad apenas llegan a depositar un quinto de su patrimonio.


Fuente:

Texto de Sandro Magíster publicado en Chiesa

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