El Papa en Twitter y una parábola contemporánea
Con esta parábola, incluida el 7 de diciembre en la emisión del programa “Octava Dies” (semanal informativo del Centro Televisivo Vaticano), Lombardi reflexiona sobre el uso de Twitter y su posible éxito en el anunció del Evangelio.
Otros dijeron: “Bien. Hay alguien que se preocupa en decirnos cosas que considera importantes para cada uno de nosotros. Estaremos pendientes para ver y escuchar, y estaremos contentos de retuitearlas a nuestros amigos que se encuentran en búsqueda como nosotros”. Y los tuits dieron fruto y se multiplicaron, por treinta, por sesenta, por cien… Quien tiene oídos para escuchar, que escuche.
140 caracteres -el máximo por tuit- no son pocos. La mayor parte de los versículos del Evangelio tienen menos; las bienaventuranzas son mucho más breves. Un poco de concisión no hace mal. Desde hace siglos sabemos que escuchar la palabra de Jesús por la mañana y llevarla en la mente y en el corazón sostiene el camino de una jornada o de una vida.
Pero es necesario entender porqué esta palabra es importante, en cuál contexto de la vida encuentra su sentido. Un tuit no lleva vida por si mismo o automáticamente, no puede encontrar por si solo una acogida entusiasta o un rechazo. La semilla puede caer en terreno pedregoso o en medio de las zarzas de los prejuicios y sofocar, o también puede caer en un terreno bueno y disponible y así dar fruto y multiplicarse.
Naturalmente el mundo no se salvará a ritmo de tuits, pero sobre el millar de bautizados católicos y sobre los siete mil millones de habitantes del mundo, algunos millones de personas podrán también por este medio encontrar más cerca al Papa, y Él les podrá ofrecer una chispa de sabiduría para llevar en la mente y en el corazón, y que la puedan compartir con otros amigos. Una nueva forma de servicio al Evangelio.
P. Federico Lombardi SJ en Radio Vaticana. Fuente: Revista Ecclesia.