Benedicto XVI convoca el ‘Año de la fe’ con Carta Apostólica ‘Porta fidei’

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1.00 p m| CIUDAD DEL VATICANO 18 oct. 11 (RADIO VATICANA/VIDANUEVA/BV).- El Vaticano publicó la Carta Apostólica con la que Benedicto XVI convoca el ‘Año de la fe’, en el que dice que el Concilio Vaticano II no ha perdido “su valor ni su empuje” y que los cristianos no pueden pensar que creer es un hecho privado, ya que la fe implica un testimonio y un compromiso público.

El anuncio de esta proclamación lo hizo el propio Papa, durante la misa de clausura del primer encuentro organizado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, que contó con unos 8.000 participantes de todo el mundo. La Carta apela a la responsabilidad de todos los creyentes enla renovación de la Iglesia.

El Año de la fe transcurrirá desde el 11 de octubre de 2012, coincidiendo con el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y el 20º de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, hasta el 24 de noviembre de 2013, Solemnidad de Cristo Rey.

Precisamente en octubre de 2012 se estará celebrando (del 7 al 28) el Sínodo de Obispos dedicado a La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana. “Será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe”, dice el punto 4 de la Carta Apostólica.

La Carta Apostólica Motu proprio Porta fidei (que está fechada el pasado 11 de octubre) es un documento de 15 puntos que comienza asegurando: “‘La puerta de la fe’ que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida”.

Para comprender el Vaticano II y renovar la Iglesia

“Sucede hoy con frecuencia –se lee en el punto 3– que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho, este presupuesto no solo no aparece como tal, sino que incluso con frecuencia es negado. Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas”

“He pensado –sigue Benedicto XVI en el texto– que iniciar el Año de la fe coincidiendo con el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II puede ser una ocasión propicia para comprender que los textos dejados en herencia por los Padres conciliares, según las palabras del beato Juan Pablo II, ‘no pierden su valor ni su esplendor’”.

“La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en el mundo, los cristianos están llamados efectivamente a hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó”, interpela el Pontífice en el punto 6.

Seguidamente, cita a Lumen Gentium para recordar que “mientras que Cristo, ‘santo, inocente, sin mancha’, no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación”.

En este sentido, “el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”.

Llamamiento a los obispos

Benedicto XVI espera que este sea un tiempo “fecundo”, y para eso pide a los obispos de todo el mundo que “intensifiquen la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo”.

Y un poco más adelante, desea: “Que este Año suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza”.

El Año de la fe proclamado por Benedicto XVI tiene como precedente el que convocó Pablo VI en 1967, con ocasión del 19º centenario del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo.

“Considero que, transcurrido medio siglo de la apertura del Concilio, ligada a la feliz memoria del beato Juan XXIII, sea oportuno recordar la belleza y la centralidad de la fe, la exigencia de reforzarla y profundizarla a nivel personal y comunitario, y hacerlo en perspectiva no tanto celebrativa, sino más bien misionera, en la óptica, justamente, de la misión ad gentes y de la nueva evangelización”, dijo en su homilía de ayer Benedicto XVI.

Imagen:(Reuters) Benedicto XVI durante la misa de clausura del primer encuentro organizado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

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