El debate (1)

Hace unos días apareció en el blog de Susana Frisancho, profesor de psicología de la PUCP, el siguiente post:
Para mí, esta combinación es nefasta
Previamente había escrito algo sobre el vínculo del psicoanálisis con la educación:
El psicoanálisis en la educación
Al primer post no respondí. Sino que ante la visión sesgada me propuse dar una respuesta alturada. Coincidió el hecho de entrar a la Maestría de Estudios Teóricos en Psicoanálisis. Así, si todo sale como espero, en breve espero sustentar mi tesis de magister: “Los aportes del psicoanálisis al diálogo interdisciplinario con la educación”. Disculpen el cherry.
En todo caso quiero compartir mi debate con Susana Frisancho a través de comentarios al segundo post, el más reciente.
Aquí mi primera respuesta.Comparto este fragmento que encontré mientras escribía un artículo sobre psicoanálisis y educación.
“El psicoanálisis en el campo de la educación puede aportar muchísimo, en tanto muestra un conjunto de fenómenos que de otra manera aparecerían desapercibidos, cómo la relevancia de que un profesor que ame el conocimiento transmitirá ese amor, por la pasión con la que comunique sus puntos de vista, con una información digerida por sus interrogantes. Así que eso es exactamente lo que escapa al ámbito de la capacitación, ya que no se puede enseñar a un profesor a amar lo que hace. Ese amor será lo que despierte las más hondas transferencias al profesor y su conocimiento: además, proveerá una de las pocas puertas que podrá hallar un estudiante frente al extravío de un sistema educativo burocratizado; amar lo que se hace, encontrar en el trabajo uno de los planos más importantes de la realización personal y no únicamente una forma de ganarse la vida”.
El psicoanalisis es más que una propuesta clínica por José Eduardo Tappan Merino en Ethos Educativo No. 43 (2009)
(Sobre la labor de Marcos Gheiler y su aporte a la educación hay otras personas que pudieran dar una mejor apreciación que la mía).
Saludos,

Susana respondió lo siguiente
Estimado Jorge. Agradezco mucho el que participes del debate. La verdad, yo creo que el psicoanálisis no es necesario para nada de lo que dice ese fragmento. Yo amo lo que hago, y con seguridad no es por el psicoanálisis, y asi como yo, hay muchas personas que le dan sentido a lo que hacen sin tener que recurrir a ese marco conceptual. Hay otras fuentes de significación además de esa. En mi opinión, se le ha dado un peso desmedido al psicoanálisis como psicología “profunda”, lo que le ha traído a la educación más daño que bien. Sobre el trabajo de Gheiler, la verdad es que yo lo conocí muy poco asi que no me atrevo a cuestionarlo, sino que simplemente me limito a dar mi opinión sobre la corriente en general. Eso si, asi como seguramente hay personas que admiran su trabajo, tambien hay quienes lo cuestionan, y conozco a varios que, de primera mano, consideran que sus acompañamientos a colegios solo servian para generar mas conflictos e inflar egos ya de antemano neuróticos. Son puntos de vista. Muchos saludos

A lo que respondí con lo siguiente:
Estimada Susana,
Me permito continuar mi participación porque he encontrado tu respuesta muy estimulante.
Para empezar entenderás que el fragmento que copié es un intento, quizá vano, de sintetizar todo lo que el psicoanálisis aporta a la educación. En dicho texto se puede apreciar 3 aspectos vitales que caracterizan el aporte psicoanalítico al tema no solo en temas de educación sino en el ámbito de las ciencias sociales y humanas: a) el descubrimiento del inconsciente (no me agrada el término descubrimiento pero no encuentro otro mejor en este momento) b) la matriz vincular docente-alumno y c) la instrumentalización del docente (que hace énfasis en la inclusión de su persona en los procesos de enseñanza-aprendizaje).
Antes de que el psicoanálisis planteara estos temas la educación se concebía bajo la pedagogía científica. Significa que había dejado de lado la importancia del vinculo con el alumno en pos de una relación de vertical así como concebía que más importante que el docente era el conocimiento que transmitía. Como verás la influencia del discurso científico es clara.
Sin embargo, es cierto que junto con el psicoanálisis otras disciplinas como la filosofía, sociología y antropología empezaron a hacer énfasis en los mismos puntos. Pero el psicoanálisis siempre colocó al sujeto por encima de los métodos y sistemas (educativos). Además el simple hecho de colocar lo inconsciente en la escena educativa implicó una revisión de metodologías y supuestos.
Hace un buen tiempo colgaste un post sobre psicoanalisis y educación donde también apuntabas al perjuicio que algunas prácticas “psicoanalíticas” generaban en la educación. Me permito las comillas porque si bien no opiné en su momento es claro que lo que señalabas como psicoanálisis es una versión reduccionista. Coincido contigo en que ello implicaba un daño más que una beneficio. Lo mismo pensaría si fuese un aporte cognitivo-conductual, humanista o de cualquier otra escuela. Te confieso que es una situación atípica en el psicoanalísis actual caer en reduccionismos. Quien está al tanto del desarrollo del psicoanálisis sabrá que ocurre todo lo contrario. !Hay tantas teorias y conceptos para explicar lo mismo que es necesario una gran sistematización!
He de confesar que al momento de revisar información para mi tesis de maestría he encontrado diversos aportes del psicoanálisis y algunas experiencias interesantes. Con gusto podría compartirlas contigo o seguir debatiendo.
Sobre el trabajo de Marcos, pues es cierto que siempre hay gente a favor y en contra. Conozco los dos bandos. Mi posición es sencilla. Me parece que su trabajo demandaba varias cosas previas y apelaba a un enfoque casi terapeutico que no es el ideal para marcos educativos. Muchos de las personas que se hicieron una opinión desfavorable no entendían lo que sucedía, venían de esquemas tradicionales de enseñanza (con las características de las que te hablé hace un rato. Entenderás entonces que si alguien les habla de las emociones de los alumnos pensarán que es una gran tontería) o simplementemente no deseaban involucrarse con la propuesta. También conozco los que sintieron que crecieron no solo como profesionales sino también como personas y que encontraron un espacio para hablar de sus miedos y fantasías (sin que esta sea la consigna del espacio). Creo que con eso ya podemos hacernos una opinión personal.
Saludos,

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