Una propuesta radical respecto de los planes de estudio en Historia

Eliminémoslos. Por completo. No estoy hablando de mover Historia social al segundo ciclo, o crear un curso obligatorio llamado Historia de México. Estoy hablando de deshacernos de la misma idea de plan de estudio o malla curricular.

Permítanme explicar esta idea. Durante esta estadía en Lima, he tenido oportunidad de conversar con historiadores de todos los niveles, desde estudiantes hasta profesores con amplia experiencia. La mayoría de estos me manifestó que, en efecto, sería positivo que nuestras especialidades dejaran de ser tan ‘ombliguistas’ y pasaran a incorporar a otras regiones del mundo aparte del Perú a su campo de estudio (por supuesto, siempre cabe la posibilidad de que varios de estos lo hayan dicho solo por seguirme la corriente). Este ‘ombliguismo’ se ve reflejado en los planes de estudio de varias especialidades de Historia. Es más, en otro post había puesto las cifras de cuál era la proporción aproximada de cursos obligatorios en las Universidades Católica, San Marcos y Villarreal relacionados al Perú o América Latina frente a los que estaban explícitamente dirigidos a cualquier otra región: 60% – 13% (PUCP), 59% – 18% (UNMSM) y 64% – 8% (UNFV). Frente a esta situación, algunos se mostraban resignados a que así sería siempre, mientras que otros, aunque querían que hubiera cambio, no sabían exactamente cómo podría darse.

El cambio, en efecto, es muy difícil. Por lo pronto, estamos en una suerte de Catch-22. No podemos reclutar a, digamos, un rusólogo o a una sinóloga porque sencillamente no hay cursos para que dicten. Por supuesto, se les podría dar un par de “Historias Universales”. Después de todo, en la actualidad lo más común es que lo dicten peruanistas, y sería difícil argumentar que el entrenamiento de estos los hace mejores para tal tarea que un especialista de cualquier otra región del mundo. Pero dicho rusólogo o sinóloga no van a querer dictar solo eso. Sin embargo, ¿cómo justificamos incorporar un curso obligatorio de Rusia imperial y otro de Rusia soviética al plan de estudios? ¿O de China imperial y China republicana (incluida la República Popular)? Asimismo, ¿qué pasa si estos especialistas se van? Nos quedamos amarrados a unos cursos obligatorios que nadie puede dictar. No obstante, algo se tiene que hacer, puesto que en caso contrario seguiremos empantanados en lo mismo.

Frente a ello, me permito hacer una sugerencia, tomando como ejemplo a la Católica. Escojo esta universidad porque, por una parte, es donde estudié yo el pregrado, de manera que tengo mayor familiaridad con ella, y por otra, siempre es problemático que un egresado de universidad privada se ponga a pontificar respecto de una estatal.  Espero que mis colegas de la PUCP tomen esto en un espíritu de глáсность gorbachoviana y no de вредительство estalinista.

Primero, empecemos por eliminar la estructura cronológica del plan de estudios, ie, “cursos de primer ciclo”, “de segundo”, etc. Por lo menos en mi época, tal orden jamás se cumplía. Los estudiantes llevaban los cursos básicamente en el orden que querían e igual salían bien. Es más, si uno ingresaba a la facultad a mitad de año (como fue mi caso), por más que uno quisiera llevar el plan de estudios en el modo planeado no lo podía hacer, puesto que los cursos se ofrecían tan solo una vez al año. En este caso, es evidente que el orden de los factores no altera al producto. Jamás he escuchado a un colega decir “no me desarrollé bien como historiador porque no llevé Historia económica en el semestre que me tocaba”.

Mientras que lo anterior sería básicamente sancionar de jure algo que ya ocurre de facto, lo segundo que propongo es mucho más radical: eliminar la obligatoriedad de prácticamente todos los cursos. Quizá sea necesario que Metodología de la investigación histórica 1 y lo sigan siendo, así como Ética profesional del historiador y posiblemente Teoría de la Historia. Pero todos los demás pasan a ser electivos. Todos. El estudiante cumple con llevar una cierta cantidad de créditos para graduarse y listo. Los cursos que decide llevar dependen completamente de él o ella.

¿Cambiaría la experiencia significativamente para los estudiantes? En la mayoría de los casos, no. Son un conjunto de gente inteligente, y saben que si quieren dedicarse al Perú, el ignorar por completo un periodo de historia peruana puede resultarles perjudicial más adelante. Y si al final decidieran no llevar, digamos Historia del Perú 1: periodo antiguoHistoria del Perú 5: 1930 hasta la actualidad, es probable que hayan llevado cursos que cubran aquellos periodos en Estudios Generales Letras. Y por último, es decisión del estudiante tener un vacío o no. Reconozcamos su autonomía para tomar esas decisiones. El resultado es que cada estudiante arma su propio plan de estudios. En lugar de que la obligatoriedad o “electividad” de un curso como Historia económica (que he visto pasar de obligatorio a electivo, y nuevamente a obligatorio, sin que la calidad de los egresados se vea mellada) sea decidido por un comité, dejemos que cada estudiante decida cuán importante le resulta para el trabajo que desea hacer.

Y ahora, aparte de la libertad que permite esto para el estudiante promedio, ¿qué ventaja ofrece este modelo a la hora de ampliar los horizontes de la especialidad? Una vez que se haya eliminado la obligatoriedad de prácticamente todos los cursos, se podrá ofrecer Historia de la formación de OccidenteHistoria de la China imperial en cualquier semestre dado, sin que el segundo esté en un plano ontológicamente subalterno al primeroEs decir, es mucho más fácil que la variedad de cursos ofrecidos se amplíe. Y si la sinóloga un día se va y no se encuentra reemplazo, el curso sencillamente se deja de dictar hasta nuevo aviso. Se elimina la necesidad de hacer una reforma radical del plan de estudios cada vez que se quiera implementar un nuevo curso o eliminarlo.  

Por otro lado, ¿cómo lo hacemos viable por el lado de la carga lectiva del no-peruanista? Tengo entendido que a los profesores a tiempo completo en la PUCP se les asignan unos seis cursos al año. ¿Cuál podría ser el hipotético paquete de cursos anual para un sinólogo en la PUCP? Veamos:
– 2 cursos de historia universal en EEGGLL (total, la mayoría de estos son eurocéntricos, quizá sea interesante uno dictado con China en el centro del análisis)
– 1 curso de historia china en EEGGLL (sea dentro de Cultura OrientalCurso de tema libre)
– 1 curso de historia china en el pre-grado de Historia (un año, China antigua, al siguiente, China imperial, al tercero, China contemporánea, o algo así. El estudiante interesado en China sabe que tiene solo tres años en facultad, así que tiene que llevar cada uno de estos cuando se abra, de manera que se consolidan los matriculados.)
– 1 curso de historia china en la maestría de Historia
– 1 curso de historia china en el doctorado de Historia (que según me dicen, se abrirá en el futuro)

En líneas generales, considero que en el absoluto peor de los casos, un modelo de este tipo sencillamente no cambiaría la calidad de la educación que recibirían los estudiantes. Llevarían básicamente los mismos cursos, con la única diferencia de que tendrían un poco más de libertad de diferenciarse entre sí. Sin embargo, en el mejor de los casos, estaría introduciendo un grado de flexibilidad que le permitiría a la especialidad transformarse de una que forma exclusivamente a peruanistas, a ser una con una oferta verdaderamente global. En lugar de ser –en la práctica– una especialidad de Historia peruana podríamos pasar a realmente ser una especialidad de Historia propiamente dicha.

 

Post-scriptum: Objeciones

Naturalmente, puede haber muchas objeciones a este modelo, y trataré de abordarlas acá. Y por supuesto, si hay otras más que no estoy tomando en cuenta, las leeré con gusto si desean ponerlas en la sección de comentarios. Quizá, en efecto, esté completamente equivocado, y mientras más pronto me dé cuenta de ello, mejor.

No hay masa crítica para hacer esto: A veces, incluso los cursos obligatorios tienen dificultades para conseguir suficientes alumnos en la PUCP. Me pasó una vez con Seminario de república, pero al final todo salió bien. Sin embargo, este es un problema real, pero que quizá se pueda paliar con estudiantes de otras especialidades. Tampoco hay que descontar la posibilidad de que con el tiempo viajen personas a Lima a estudiar con especialistas a los cuales no tienen acceso en sus ciudades o países. Por otra parte, esta objeción dejaría de tener validez en otras universidades con una masa mucho mayor de estudiantes de Historia, como UNMSM o UNFV.

Esto es demasiado radical: No niego que sea radical. Ese es precisamente parte de su atractivo. Pero quizás como paso intermedio se podría contemplar la posibilidad de crear ‘bolsas’ de créditos. Es decir, para egresar, el estudiante tendrá que cumplir por lo menos X cantidad de créditos en cursos relacionados con el Perú, Y cantidad de créditos no relacionados con el Perú, y Z créditos de libre disposición para reforzar lo que prefieran.

Esto es imposible de implementar: Falso. Por tomar tan solo la universidad en la que estoy haciendo estudiando el doctorado, la Universidad de Washington, tanto el pre-grado como el post-grado carecen de ‘mallas curriculares’ o ‘planes de estudio’ tal como las conocemos acá. En el post-grado tenemos apenas un curso y dos talleres obligatorios. Todo lo demás queda entre el estudiante y el asesor.

¿Para qué? Si el Perú jamás producirá no-peruanistas: Not with that attitude. Pero no es cuestión específicamente de producir sinólogos o rusólogos a nivel de pre-grado. El solo tener a dichos académicos enriquecerá el medio académico peruano y expondrá a nuestros estudiantes a diferentes perspectivas. Quizá igual terminen siendo peruanistas (lo cual no tendría nada de malo), pero esta exposición les dará otros horizontes que harán que investigaciones sean mejores y abran nuevos caminos. Y si terminan especializándose en otra área, también estaría muy bien. Los habitantes del tercer mundo debemos rebelarnos contra la idea de ser meramente ‘sabios locales’ y de depender de los europeos y estadounidenses en lo que al resto del mundo concierne. Es hora de tender nuestros propios puentes.

Esta propuesta es anti-patriótica, anti-nacionalista y quiere destruir la identidad nacional: Para empezar, el nacionalismo es malo. Por otra parte, aun con su implementación, las especialidades de Historia no dejarán de producir historiadores peruanistas si eso es la causa de preocupación.

 

¿Hay algo más? Por favor, háganmelo saber.

 

Puntuación: 5 / Votos: 2

Jorge Bayona

Jorge Bayona es candidato doctoral en Historia en la Universidad de Washington (Seattle), Magíster en Historia por la misma universidad y Bachiller en Humanidades con mención en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima). Actualmente es docente en la Universidad del Pacífico y ha sido docente en la Universidad de Washington y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Sus áreas de especialización son el Sudeste Asiático, América Latina y el mundo del Pacífico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *