Myanmar tras las elecciones: charla en la Universidad de Washington
El pasado 24 de febrero se organizó en la Universidad de Washington una interesante charla sobre la situación actual en Myanmar. Esta fue dada por la profesora y politóloga Mary Callahan, una de las mayores conocedoras del país, quien además ha pasado los últimos años en dicho país estudiando el proceso de reforma. Callahan le dedicó tiempo a cómo fueron percibidas las recientes elecciones por la población, la apertura del acceso a internet, y el futuro político y económico de Myanmar.
Pese a que el partido de Aung San Suu Kyi (la pronunciación de Kyi suena más parecido a Chi), la Liga Nacional por la Democracia, ha ganado las elecciones del año pasado por un buen margen, le esperan varios desafíos. Por un lado, Suu Kyi misma no podrá ser nombrada presidente de la República, puesto que la constitución vigente impide que quienes se hubieran casado con extranjeros tengan acceso a esa posición. Los militares quienes promulgaron la constitución, se han asegurado de que sea prácticamente imposible reformarla, puesto que ello requiere el apoyo del 75% + 1 votos del parlamento, en el cual el 25% de los miembros son nombrados directamente por las Fuerzas Armadas. Como resultado de la improbabilidad de que un parlamentario militar ‘rompa filas’ y apoye una reforma, Suu Kyi tendrá que gobernar ‘tras bambalinas’ por medio de un presidente nombrado por su partido.
Me pareció particularmente interesante oír lo que se avecinaba respecto del tema de los Rohingya, habitantes de Myanmar que profesan la religión musulmana, y a quienes se les ha denegado la ciudadanía en este país de mayoría budista. Pese a que la Liga Nacional por la Democracia es representada como una alternativa mucho más democrática a las juntas militares de años anteriores, Callahan predice que no invertirán su capital político en proteger a los Rohingya de la violencia a la que están expuestos. Hay tantos desafíos políticos con los cuales lidiar, que una causa sumamente impopular como esta no se encontraría entre sus prioridades. Es más, la reciente apertura de acceso a sitios como Facebook ha sido usado para por los myanmas para publicar mensajes de odio contra los musulmanes. En este sentido, lo más probable es que la crisis humanitaria del año pasado prosiga.
Uno de los principales desafío es el de cómo impulsar el desarrollo económico del país. En un país con escasa cobertura eléctrica, la construcción de represas en sus importantes ríos parecería ser la solución automática. Sin embargo, los proyectos pasados financiados por Tailandia y China han presentado problemas significativos. Para empezar, la construcción y manejo de las represas han sido realizadas completamente por personal de dichos países, y han importado hasta sus alimentos. Estas economías de enclave han aportado poco o nada a las economías locales. A ello habría que añadir la desigual distribución de la energía producida. En el proyecto chino para la construcción de una represa en el río más importante de Myanmar, el Irawadi, se contempla que el 90% de la electricidad sea exportada a la provincia de Yunan, en el sur de China. El actual presidente ha suspendido la ejecución de esta obra, pero todos están pendientes de lo que hará Suu Kyi cuando su partido asuma el poder en abril de este año. La voluntad de China no es sencilla de ignorar, no solo por su gran peso económico, sino también por la presencia de numerosos grupos rebeldes myanma en la frontera. Una China descontenta con la cancelación definitiva de la represa podría dificultar los procesos de paz.
Mary Callahan regresará a Myanmar el siguiente trimestre a proseguir con sus investigaciones en la zona. Abril definitivamente será un mes interesante para la región.