Las mujeres tardan entre dos y tres horas más en dar a luz que hace unos 50 años, según una investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, publicada en ‘American Journal of Obstetrics & Gynecology’ y que sugiere que los médicos podrían necesitar replantearse la definición de parto normal.
Este tiempo extra se gasta en la primera etapa del parto, que es la más larga del proceso y va antes de la etapa de “empujar”, según este trabajo, que apunta que las madres son diferentes también, pues la media son más mayores y pesan más. Además, sus bebés son de mayor tamaño.
“Sin embargo, incluso cuando se toman en cuenta estos cambios demográficos, el parto es todavía más largo”, señala el líder de esta investigación, Katherine Laughon, del National Institute of Child Health and Human Development.
Aunque el estudio de Laughon no puede explicar todas los potenciales factores que hay detrás de esta diferencia, una posible explicación podría ser el alivio del dolor que proporciona la epidural, que se utiliza mucho más ahora que hace 50 años. La epidural ralentiza entre 40 y 90 minutos el parto.
Los resultados se basan en dos estudios gubernamentales realizados en dos décadas distintas: uno desarrollado entre 1959 y 1966 con 39.500 mujeres que dieron a luz a sus bebés no prematuros y otro entre 2002 y 2008 con más de 98.000 mujeres que tuvieron a sus bebés no prematuros. Todas tuvieron partos espontáneos.
Al observar la duración del parto, las primerizas que dieron a luz en los años más recientes solían emplear 2,6 horas más en la primera etapa del parto, en comparación con aquellas que tuvieron sus bebés en 1960. La diferencia cayó hasta las dos horas en mujeres que habían dado a luz antes.
El 55 por ciento de las mujeres actuales recibía la epidural, en comparación con sólo el 4 por ciento de las mujeres de hace 50 años. El 20 por ciento tuvieron cesáreas, en comparación con el 3 por ciento de 1960, mientras que el 31 por ciento recibió oxitocina -que estimula las contracciones– frente al 12 por ciento de las madres que tuvieron a sus hijos 50 años antes.
Para Laughon, aunque se desconozcan todas las razones de estos cambios, los médicos deberían redefinir lo que se conoce como parto “normal”, un concepto basado en lo que era normal para las mujeres de hace medio siglo.
Por ejemplo, los facultativos consideran que un parto es anormal si no se dan cambios en la cervix tras dos horas en la parte “activa” de la primera etapa del parto. En este momento, deben intervenir o dando oxitocina o haciendo una cesáreas. “Creo que necesitamos revisar las definiciones de parto anormal y los tiempos de intervención”, concluye
(Publicado por Europa Press)