La escena de “Campeón” considerada como la más triste
«Campeón, ¡despierta! No duermas ahora. ¡Debes ir a casa!». Muchos lloraron al ver la mítica escena de «Campeón» (Franco Zeffirelli, 1979) en la que el viejo boxeador Billy Flynn -interpretado por un magistral Jon Voight- muere en el ring tras su último combate y ante su hijo -un Ricky Schroder que, con solo 9 años, ganó el Globo de Oro a mejor actor revelación por su papel.
Ahora la ciencia confirma que esos breves minutos de la historia del cine son los más tristes jamás vistos.
El estudio, realizado en 1995 por los doctores de la Universidad de California James J. Gross y Robert W. Levenson y divulgado recientemente por la revista del museo Smithsonian, revela que el impacto del filme de Zeffirelli es tan enorme que es empleado en numerosos análisis psicológicos para determinar si una persona deprimida es más propensa a llorar que una que no lo está, e incluso para determinar la respuesta sexual masculina ante una mujer triste.
De hecho, la secuencia de «Campeón» produce en el espectador una tristeza más contundente que otras escenas infalibles para llorar como «Kramer contra Kramer» (Robert Benton, 1979) o la muerte de la madre del tierno ciervo protagonista de «Bambi», el clásico de Disney de 1942.
Sonrisas y lágrimas
Pero el estudio de Gross y Levenson -ambos prestigiosos especialistas en psicología- no solo analiza el poder del séptimo arte para sumirnos en el desconsuelo.
Tras 20 años de experimentación evaluado más de 250 películas y entrevistado a casi 500 personas, la investigación también revela que la famosísima escena del orgasmo fingido por Meg Ryan en «Cuando Harry encontró a Sally» (Rob Reiner, 1989) es la más divertida de la historia.
Para causar temor, nada mejor que Jack Nicholson en la piel del esquizofrénico Jack Torrance en «El resplandor» (1980). La película de Stanley Kubrick -basada en la novela de Stephen King- ha sido coronada como la más aterradora, seguida de muy cerca por «El silencio de los inocentes» (Jonathan Demme, 1991), otra de las joyas del cine de suspense y terror.
Pero a la hora de generar asco, ni siquiera el psiquiatra caníbal Hannibal Lecter es capaz de superar a la «drag queen» Divine en su papel en «Pink Flamingos», película de culto de John Waters en la que la protagonista lucha -literalmente- por conservar el título de la «persona más inmunda del mundo».
(Publicado en periodistadigital.com)