Diego González, un niño de 11 años vecino de Leganés que acudía al centro educativo Nuestra Señora de los Ángeles, en el madrileño barrio de Villaverde, se tiró desde el quinto piso de la ventana de su dormitorio, en octubre del año pasado.
Sus padres, en vista de que la Policía ha descartado que se trate de un caso de ‘bullying’, y mientras la juez de Instrucción se dispone a archivar la investigación, han decidido dar a conocer la carta que dejó el pequeño metida en su muñeco amarillo con el que jugaba desde su más tierna infancia.
Su madre ha dicho que le decía que no soportaba ir al colegio, a pesar de que era buen estudiante. Era muy triste en época escolar, y su estado de ánimo mejoraba en vacaciones. Recuerda que en una oportunidad Diego quedó afónico cuatro meses debido a un golpe que recibió en la escuela, según el médico que lo atendió.
LA CARTA
“Papá, mamá, estos 11 años que llevo con vosotros han sido muy buenos y nunca los olvidaré como nunca os olvidaré a vosotros.
Papá, tú me has enseñado a ser buena persona y a cumplir las promesas, además, has jugado muchísimo conmigo.
Mamá, tú me has cuidado muchísimo y me has llevado a muchos sitios.
Los dos sois increíbles pero juntos sois los mejores padres del mundo.
Tata, tú has aguantado muchas cosas por mí y por papá, te estoy muy agradecido y te quiero mucho.
Abuelo, tú siempre has sido muy generoso conmigo y te has preocupado por mí. Te quiero mucho.
Lolo, tú me has ayudado mucho con mis deberes y me has tratado bien. Te deseo suerte para que puedas ver a Eli.
Os digo esto porque yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir. Por favor espero que algún día podáis odiarme un poquito menos.
Os pido que no os separéis papá y mamá, sólo viéndoos juntos y felices yo seré feliz.
Os echaré de menos y espero que un día podamos volver a vernos en el cielo. Bueno, me despido para siempre.
Firmado Diego. Ah, una cosa, espero que encuentres trabajo muy pronto Tata.
Diego González”