Ya saben de quiénes estamos hablando. De ese colega de trabajo que parece tener una nube de negatividad no solo sobre su cabeza, sino alrededor de sí mismo; o aquel otro al que le causa satisfacción causar problemas o enojar a los demás.
Y al igual que los abusivos de oficina, son difíciles de evitar.
Es por eso que expertos en la red social para profesionales Linkedin han dedicado tantos artículos a la gente indeseable y a cómo negociar con ellos.
Aquí algunas de las conclusiones de dos de sus autores.
Cómo neutralizar a los perjudiciales
La gente perjudicial causa conflictos y, lo que es aun peor, estrés, cuenta Travis Bradberry -autor y presidente de la empresa TalentSmart- en su artículo “Cómo la gente con éxito trata a la gente tóxica”.
“El estrés es una gran amenaza contra el éxito: cuando está fuera de control, tanto tu cerebro como tu desempeño en el trabajo se ven afectados”, afirma Bradberry en su nota.
Un estudio que llevó a cabo su compañía llegó a la conclusión de que “un 90% de aquellos con un mejor desempeño profesional son buenos a la hora de manejar sus emociones en momentos de estrés (…) Se mantienen tranquilos y bajo control”.
“Una de sus mejores virtudes es su capacidad para neutralizar a la gente tóxica: tienen estrategias bien desarrolladas que usan para mantener a los nocivos a raya”.
Bradberry habla en su artículo de 12 buenas estrategias que se usan para lidiar con este tipo de gente. Entre ellas destacan:
1. Poner límites (especialmente a los quejosos).
“La gente suele sentirse obligada a prestarle atención a los que vienen con quejas porque no quieren parecer maleducados, pero hay una delgada línea entre acceder a escuchar por una buena causa y dejarse arrastrar por una espiral de emociones negativas”, escribe Bradberry.
“Esto solo se puede evitar poniendo límites y distanciándose si es necesario. Una buena manera de cortar por lo sano con las quejas es preguntar cuál es el plan para solucionar el problema.
“Entonces el quejoso se callará o desviará la conversación hacia un dirección más productiva”.
2. Imponerse.
“La gente tóxica nos vuelve locos porque su comportamiento es totalmente irracional. No tengan dudas en cuanto a ello: realmente van en contra del sentido común”.
“Lo que nos lleva a plantearnos la pregunta de por qué les seguimos el juego y nos dejamos arrastrar por sus emociones destructivas”.
“Cuanto más irracional es alguien más fácil debería ser escaparse de sus trampas… Distánciate emocionalmente de ellos y afronta tus interacciones como si fuesen proyectos científicos”.
3. Ser consciente de tus emociones.
“Mantener cierta distancia emocional requiere percatarse de ello. No puedes evitar que alguien te vuelva loco si no eres capaz de darte cuenta cuándo está pasando”.
“A veces uno se ve en situaciones en las que es necesario reagruparse y elegir el mejor camino hacia adelante”, escribe Bradberry.
“A veces lo mejor es sonreír y asentir”.
“No te centres en los problemas, sino en las soluciones. Dónde ponemos nuestra atención determina nuestro estado emocional”.
4. Mantener el control.
Cuando uno se fija demasiado en los problemas que afronta, se crean y prolongan emociones negativas y situaciones de estrés.
“Cuando hablamos de gente tóxica, centrarse en lo locos que están o en lo difícil que hacen que sea todo les da poder sobre ti”.
“En vez de eso hay que centrarse en cómo vamos a lidiar con ellos: esto te pone a ti en control de la situación”.
Cómo “negociar” con los abusivos
¿De dónde sacan su poder los abusivos? Lo obtienen cuando respondemos a sus tácticas y nos damos por vencidos, escribe Victoria Pynchon, consultora de negociaciones en la empresa She Negotiates Consulting and Training en su artículo “Cómo negociar con abusones”.
¿Qué hay que hacer, entonces?
“Los abusones acusan, amenazan, molestan, hacen que te avergüences, levantan la voz, muestran los puños y a veces llegan a la violencia física”, dice Pynchon.
“Además de mantener nuestra integridad física y mental hay que entender que estas son tácticas de patio de escuela y tú eres el profesor”.
En el lugar de trabajo, “la mejor protección contra el abusivo de oficina es identificar sus tácticas y resistirse a ellas sin provocar una escalada en el conflicto”, escribe Pynchon.
“Mantén la cabeza fría, responde a las tácticas de pelea con un tono tranquilo y demanda respuestas racionales”.
Pero, ¿cómo hacerlo?
Para empezar, toma el control de la situación.
“Si la conversación empieza a ponerse fea, usa una de estas frases: ‘Volvamos sobre esto cuando estés más calmado/a’, o ‘Voy a terminar con esta conversación ahora mismo; si quieres continuar con ella, en un tono más calmado, estaré encantado de hacerlo'”.
“Retrocede ante una conducta bruta, pero no te dejes doblegar ni salgas corriendo”, añade.
“Al contrario, sé capaz de acabar con la conversación si hace falta, y no te dejes arrastrar por ellos.”
“El que está en control de la situación ahora eres tú”.